Re: EL ABSURDO DOGMA DE LA TRINIDAD
Estimados, este es un tema que no es tan sencillo en la Palabra de Dios.
En cuanto a lo que dicen, me parece que en parte tiene razón los dos.
Es un tema que yo no podría decir que manejo y entiendo al 100%.
Intentaré una explicación simple, pero el tema es más complejo:
Adán fue creado de cuerpo + alma + espíritu.
Ese espíritu era el espíritu santo en él, que estaba en forma condicional, y que perdió por su desobediencia. El día que desobedeció, ese mismo día murió espiritualmente, porque perdió el espíritu santo que tenía, quedando solo de cuerpo y alma.
El espíritu santo era lo que servía para comunicarse con Dios, y los cinco sentidos físicos eran para comunicarse con el mundo que lo rodeaba.
Esa pérdida del espíritu santo tuvo además consecuencias en su descendencia, que también nacían sin espíritu santo.
Con esta pérdida del espíritu santo, Dios cada vez que necesitaba comunicarse con alguien, tenía que hacer algo en el mundo físico de los sentidos, como por ejemplo una zarza ardiente, mandar ángeles o hacer algo que se manifestara a los sentidos.
Desde la caída de Adán, todos los seres humanos nacemos de cuerpo + alma, sin espíritu santo.
Algunas personas del A.T., mayormente profetas, tuvieron el espíritu santo sobre ellos, pero también en forma condicional, si se apartaban de Dios, perdían el espíritu, la unción.
Jesucristo fue un hombre de cuerpo + alma también, hasta el día que recibió el espíritu santo en el río Jordán. Él también recibió la unción en forma condicional como los demás hombres del A.T.
Fue su creencia y su obra de redención lo que permitió posteriormente dar el espíritu santo a los que creen, pero esta vez como don, como algo que permanece en la persona y no lo puede perder nunca.
Esto ocurre a partir del día de Pentecostés de Hechos 2.
El espíritu santo en este caso es simiente, a diferencia de como lo fue con Adán, los profetas del A.T. y Cristo mismo.
La palabra bíblica "carne" hace referencia al cuerpo + alma.
Cada vez que uno lee "carne", habla de eso en contraste con lo que es "espíritu", que en nosotros es el don de espíritu santo.
Todo lo anterior lo podría haber explicado con versículos, pero se hubiera hecho una explicación muy larga. Es necesario entenderlo como base para luego poder llegar a entender de qué habla el Apóstol Pablo cuando habla de estas cosas, y de "voluntad de la carne", etc.
El espíritu santo, en nuestro caso el don de espíritu santo, se manifiesta en el mundo de los sentidos cuando noostros hacemos la voluntad de Dios, cuando creemos la Palabra, cuando estamos en armonía con Dios.
Cuando eso no ocurre, seguimos teniendo el don, pero no lo manifestamos.
Ahora ¿cómo funciona?
Es dándole la preeminencia a Dios, a la Palabra de Dios y a las cosas espirituales de Dios cuando ponemos de manifiesto ese don espiritual en el mundo de los cinco sentidos. En ese caso estamos poniendo a lo espiritual por sobre lo físico o carnal, al espíritu santo por sobre nuestro cuerpo y alma.
El espíritu está siempre en armonía con Dios, y cuando nosotros por nuestra propia voluntad nos ponemos en armonía (ponemos en armonía nuestro cuerpo y alma, mente, corazón, etc), obedeciendo a su Palabra, sujetamos el cuerpo y el alma al espíritu, haciendo la voluntad de Dios con nuestras tres partes.
En ese caso se dice bíblicamente que "uno anda por el espíritu".
No es que uno anda por el espíritu como si fuera un fantasma, o porque tiene alucinaciones y piensa que viaja en la mente a otros lados.
"Andar por el espíritu" es que en lugar de moverse dándole preeminencia al cuerpo y al alma, uno anda dándole preeminencia al espíritu de Dios, y se lo hace básicamente por tener la Palabra de Dios en la mente (siempre que se pueda), en el corazón, obedecerla, orar, y todas las cosas que uno hace que son de la voluntad de Dios.
Ahí uno anda por el espíritu.
Ahora ¿qué pasa con la carne? La carne, como ya dije antes, hace referencia a cuerpo + alma.
El hombre natural, como lo llama la Biblia, es el hombre que no ha creído a la Palabra de Dios, y por lo tanto no ha recibido el don de espíritu santo, y se llama "natural" porque así es como nacemos por naturaleza, de cuerpo y alma, de "carne". No tiene la posibilidad de andar por le espíritu de Dios, porque no tiene espíritu. Además, no puede entender las cosas espirituales, porque necesita el espíritu santo de Dios para poder discernirlas.
Cuando este hombre natural escucha la Palabra de Dios y cree, cuando cree que Dios resucitó de los muertos a Jesucristo y lo hace a Jesucristo su Señor y Salvador personal (Romanos 10:9-10), recibe el don.
Espiritualmente pasa a estar en una mejor situación que el mismo Adán, porque ahora tiene espíritu santo en forma incondicional, no lo puede perder.
¿Pero qué pasa en la mente de este hombre?
Los viejos hábitos, la vieja forma de pensar en tantas cosas, no se cambia de un día para el otro. Es niño en Cristo.
Ni uno se hace muy bueno, ni se les van las ganas de fumar (como dicen algunos) ni cambia prácticamente nada, las partes de cuerpo + alma permanecen tal cual que antes de recibir el don espiritual.
Dios no viola la libre voluntad de las personas, todos aquellos que dicen "Dios me hizo hacer" o cosas semejantes, debe ser otro espíritu el que les hace hacer cosas porque Dios no controla ni viola el libre albedrío de nadie.
Es el hombre por su libre voluntad que va poniendo Palabra de Dios y va desechando las cosas que ve que no lo ayudan porque conforman al mundo (las que van en contra de lo que va a prendiendo de la Palabra de Dios, y no de opiniones y prejuicios suyos ni de otros hombres), y se va transformando en el modo en el que entiende las cosas, de acuerdo a esa renovación que hace con la información proveniente de la Palabra de Dios.
¿Qué pasa? Que tenemos este espíritu santo, la nueva naturaleza, que es perfecta, que es Cristo en nosotros, y tenemos la vieja que es cuerpo + alma (carne), que está muy afectada por la caída y todos estos siglos de naturaleza caída que vivió la humanidad.
La naturaleza humana sufrió y se deterioró a causa del pecado de tantas generaciones, hoy la voluntad está debilitada y muchas cosas en el campo de cuerpo + alma no son la voluntad de Dios, y fueron afectadas por corrientes de este mundo, que incluyen todo tipo de cosas como idolatría, etc. que trajeron consecuencias a la naturaleza humana.
Ahí tenemos a nuestro viejo hombre, con la vieja forma de pensar y con todo lo que quedó en esa naturaleza caída.
Uno tiene su propia voluntad, donde cada día decide cosas, si va a hacerlas de acuerdo a la voluntad de Dios o no, si va a involucrar a Dios o no, está en uno el darle preeminencia a las cosas de Dios, para que el espíritu reine sobre el cuerpo y alma, que muchas veces es contrario (desear tomar un helado es algo del cuerpo y alma pero no sería contrario, por ejemplo).
Pero no se puede decir que el cuerpo y alma es todo malo en sí, por un lado es lo que nos mantiene caminando en esta tierra, por otro lado ahí está nuestra capacidad de pensar, de creer, etc. Es parte de nosotros y lo necesitamos para estar vivos, para vivir, no es todo malo.
¿Es malo tener deseos de comer, tener hambre? Y no, ¿cómo va a serlo? ¿Es una necesidad del espíritu o del cuerpo? Obviamente del cuerpo.
Pero nos encontramos con versículos como éste:
Gál 5:16 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.
¿Que no coma? ¿Eso será que dice?
Uno se da cuenta enseguida que no puede ser eso.
Muchas veces la palabra bíblica "carne" se usa con el sentido de todo aquello que está en la carne, en la parte de cuerpo y alma pero que va en contra de lo que es el espíritu, de lo que es la voluntad de Dios.
No que en sí mismo todo lo que sea "carne" es malo. Necesitamos el cuerpo, necesitamos la vida (el alma).
Pero si uno diera rienda suelta a la vieja natureleza, empezaría a vivir como los demás hombres, como los naturales, porque aprobaría cosas que parten de las ideas elaboradas en la carne, en la mente carnal sin tener en cuenta la Palabra de Dios.
Muchas de esas cosas, y la mayoría, serían provenientes o condicionadas por los sentidos físicos, de información que viene del mundo.
Entonces: no que no hagas las cosas que son normales del cuerpo y el alma, sino que no las hagas de acuerdo a como dice el mundo, a lo malo del mundo, sino conforme a la voluntad de Dios, que es buena, agradable y perfecta.
Y sabemos quién está en el mundo, y maneja las cosas del mundo.
Y al hablar de la palabra bíblica "mundo" estamos en un caso similar a la palabra bíblica "carne", porque tampoco todo lo del mundo es malo, no es malo que fabriquen una vacuna, no es malo que alguien coseche vegetales comestibles, muchas cosas no son malas. Muchas cosas de la ciencia son buenas, de la verdadera ciencia.
Pero al conocer un poco de la Biblia, uno también empieza a distinguir cosas, y ve que ¿cómo puede ser que en general, los más poderosos son malos? ¿Cómo puede ser que en la T.V. haya tanta basura? ¿Cómo puede ser que se enseñen tantas cosas incorrectas como correctas? (como la evolución)
Eso es el mundo. No que el planeta sea malo, no que no deba haber gobiernos, no que no deba haber canales de televisión, sino que muchas cosas de ésas, están manejadas por gobernadores de las tinieblas de este siglo.
Para eso nos sirve la Palabra de Dios, que es lo único que discierne lo bueno de lo malo. Para poder conocer qué es lo bueno de Dios y qué es lo malo del mundo. Para discernir lo bueno de Dios y qué es lo malo de la carne.
Entonces, "los deseos de la carne" de los que habla ese versículo de Gálatas 5:16 que copié antes, son todos aquellos deseos que van en contra de la voluntad de Dios, que no están alineados con el espíritu santo de Dios, sino que son solo cosas de nuestra naturaleza caída, y no serían para nuestro bien ni menos para crecer espiritualmente.
Pero es la propia Palabra de Dios la que dice cuáles son los deseos de la carne y cuáles no; no son nuestros prejuicios, ni la enseñanza religiosa.
Hay un conflicto en el hombre, que por un lado tiene la nueva naturaleza y quiere hacer la voluntad de Dios, y por otro lado tiene todo este peso muerto del viejo hombre, que actúa muchas veces poderosamente en la mente para llevarlo a las ideas que provienen de la vieja naturaleza.
Rom 7:19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.
Rom 7:20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.
Rom 7:21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.
Rom 7:22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;
Rom 7:23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
Rom 7:24 ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?
Rom 7:25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.
Es un tema avanzado.
A la luz de esto, espero que se entienda mejor el versículo que estaban tratando:
Efe 2:3 entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
Hay también ahí una figura de dicción Antimeria.
Antimeria
El vocablo antimeria se deriva del griego «antí» = contra, o
en lugar de + «meros» = parte, y significa que se usa una parte
de la oración (es decir, del lenguaje) por otra. Por ejemplo: un
sustantivo por un verbo, o un verbo por un sustantivo, etc.
Ef. 2:3. «... satisfaciendo las tendencias de la carne y de los
pensamientos»; es decir, las concupiscencias que se manifiestan
al exterior y las que se esconden en la mente, siendo éstas
últimas más refinadas y perversas que las primeras frecuentemente.
En todo caso, no hay diferencia entre ellas a los ojos de
Dios, aunque pueda haberla a los ojos de los hombres.
Esto se encuenta en la páginas 401 y 411 del libro "Figuras de Dicción Usadas en la Biblia" de Bullinger/Lacueva.