El ser humano vive y muere. Esto es real. Por mucho que pretendamos edulcorar las cosas hay vida y muerte.
La vida es maravillosa, pero es dura también; requiere sacrificio. Un niño nace de un parto más o menos duro. Es feliz que un niño nazca de ese trance. El resto del tiempo es un luchar por subsistir, hasta que llega el dejar de existir.
O sea: el ser humano llega a esta vida de un modo que le es característico, y muere, pero antes ha vivido.
Es la alegría y el drama, ambos en tensión, al igual que el palo vertical y el madero horizontal de la cruz. La cruz misma está en el rostro del ser humano: un eje vertical formado por la parte que va del entrecejo a la barbilla y un eje horizontal formado por los ojos, (la boca es un eje horizontal menor).
Tenemos indicios de que la prehistoria fue de una crueldad dificilmente hoy imaginable: la naturaleza era como dueña de este mundo y su ferocidad era enorme. De algún modo el ser humano entra en la historia, periodo que entendemos definido por la escritura. En la historia el ser humano deja numerosos testimonios gráficos (y artísticos) de su ansia de comprender la realidad. La naturaleza comienza a ser domeñada en muchos aspectos por el ser humano, y no obstante la dureza de la naturaleza era enorme, al igual que las confrontaciones entre las gentes. Y sin embargo se produce también en el campo de los códigos morales grandes logros: un ejemplo: el código de Hammurabi.
Sólo si vamos comprendiendo esto, comprenderemos algo del Sacrificio De El Hijo Del Altísimo.
La vida es maravillosa, pero es dura también; requiere sacrificio. Un niño nace de un parto más o menos duro. Es feliz que un niño nazca de ese trance. El resto del tiempo es un luchar por subsistir, hasta que llega el dejar de existir.
O sea: el ser humano llega a esta vida de un modo que le es característico, y muere, pero antes ha vivido.
Es la alegría y el drama, ambos en tensión, al igual que el palo vertical y el madero horizontal de la cruz. La cruz misma está en el rostro del ser humano: un eje vertical formado por la parte que va del entrecejo a la barbilla y un eje horizontal formado por los ojos, (la boca es un eje horizontal menor).
Tenemos indicios de que la prehistoria fue de una crueldad dificilmente hoy imaginable: la naturaleza era como dueña de este mundo y su ferocidad era enorme. De algún modo el ser humano entra en la historia, periodo que entendemos definido por la escritura. En la historia el ser humano deja numerosos testimonios gráficos (y artísticos) de su ansia de comprender la realidad. La naturaleza comienza a ser domeñada en muchos aspectos por el ser humano, y no obstante la dureza de la naturaleza era enorme, al igual que las confrontaciones entre las gentes. Y sin embargo se produce también en el campo de los códigos morales grandes logros: un ejemplo: el código de Hammurabi.
Sólo si vamos comprendiendo esto, comprenderemos algo del Sacrificio De El Hijo Del Altísimo.