Mejor háganse un favor leyendo lo siguiente:
Algunas personas dicen que, así como los mismos títulos Alfa y Omega se utilizan para Dios y también para Jesús, esto demuestra que ellos son uno y el mismo. Se argumenta aún más allá, aseverando que estas expresiones significan la eternidad del Padre y el Hijo.
Isaías 44:6 dice: “Esto es lo que el Señor dice: el Rey de Israel y Redentor, el Señor, El Altísimo, Yo soy el primero y Yo soy el último; aparte de Mí no hay ningún Dios”.
Apocalipsis 1:8: “Yo soy el Alfa y Omega, el principio y el fin, el Señor que es y que era, y que será por siempre, el Omnipotente”. Y en Apocalipsis 1:11: “Yo soy Alfa y Omega, el primero y el último”.
Apocalipsis 22:13: “Yo soy el Alfa y Omega, el primero y el último, el principio y el fin”.
Mediante el análisis, podemos ver que esta noción encierra varios problemas:
Primero: Alfa y Omega son la primera y la última letra del alfabeto griego respectivamente. Los estudiosos bíblicos no están completamente seguros del verdadero significado de la frase “el Alfa y Omega”. No puede ser estrictamente literal, porque ni Dios ni Jesús revelaron ni hablaron en lengua griega. Lenski concluye: “Es infructuoso investigar en la literatura judía o pagana el origen de algo que se parezca a este nombre ‘Alfa y Omega’. En ninguna parte hay una persona, mucho menos una persona divina, llamada ‘Alfa y Omega’ o, en hebreo, ‘Álef y Tau’
[4]“. Aunque no hay evidencia alguna en las fuentes históricas de que alguien haya sido llamado “el Alfa y Omega”, Bullinger dice que la frase “es un hebraísmo, de uso común entre los comentaristas judíos de la antigüedad para designar el todo o algo del principio al fin; por ejemplo, “Adán trasgredió la ley completa, de Álef a Tau”
[5]. Las mentes eruditas más lúcidas han concluido que la frase tiene algo que ver con empezar y terminar algo, o la integridad de un todo.
Segundo: La doctrina de Alfa y Omega es un ejemplo triste e infortunado de cómo la humanidad ha tergiversado la Palabra de Dios. Esto demuestra cómo la doctrina es torcida por los hombres para justificar falsas creencias. La frase: “yo soy Alfa y Omega, el primero y el último” (Apocalipsis 1:11), que se encuentra en la Biblia KJV (King James Version), no estaba en los textos griegos originales. ¡Por consiguiente, la frase “el Alfa y Omega” no se encuentra en ningún texto antiguo; no está mencionada, ni siquiera aparece como una nota a pie de página, en ninguna traducción moderna!
A continuación leemos Apocalipsis 1:10-11según diferentes traducciones:
RVR 1995
[6]
Estando yo en el Espíritu[y] en el día del Señor[z] oí detrás de mí una gran voz, como de trompeta, que decía: «Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último.[ab] Escribe en un libro lo que ves y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea».
LBLA
Estaba yo en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz, como sonido de trompeta, que decía: Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.
BLS
Pero un domingo, quedé bajo el poder del Espíritu Santo. Entonces escuché detrás de mí una voz muy fuerte, que sonaba como una trompeta. Esa voz me dijo: “Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias de la provincia de Asia, es decir, a las iglesias de Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea.”
NVI
En el día del Señor vino sobre mí el Espíritu, y oí detrás de mí una voz fuerte, como de trompeta, que decía: «Escribe en un libro lo que veas y envíalo a las siete iglesias: a Éfeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardis, a Filadelfia y a Laodicea. »
DHH
Y sucedió que en el día del Señor quedé bajo el poder del Espíritu, y oí detrás de mí una fuerte voz, como un toque de trompeta, que me decía: “Escribe en un libro lo que ves, y mándalo a las siete iglesias de la provincia de Asia: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea.”
[4] R.C.H. Lenski, The Interpretation of St. John’s Revelation (Augsburg Pub. House, Minneapolis, MN 1963), p. 51
[5] W. Bullinger, Commentary on Revelation (Kregel Pub., Grand Rapids, MI, 1984), pp. 147 and 148.
[6] Es sorprendente que la RVR 1995 insiste en mantener la frase “Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último” en el texto, cuando en la nota de pie [ab] afirma que dicha frase no se encuentra en diversos manuscritos.