Tiene que ver con el concepto de visión beatifica.
En el instante que se pisa la eternidad el alma queda petrificada al ver a Dios. Se congela en su estado del alma en ese momento. "No puede el hombre verme y continuar viviendo". Ex 33:20-23
Dios en su misericordia ha dispuesto un paso previo de perfeccionamiento antes de verle cara a cara: el purgatorio.
Recuerda que está escrito que al cielo no entra nada con mancha o arruga alguna (Efesios 5:27). El purgatorio es descrito así en el antiguo testamento:
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Bueno ¿Quien puede habitar con las llamas eternas?
Aquel que no sea de paja, aquel cuya consciencia haya sido previamente acrisolada y solo se encuentre en él metales preciosos, oro y plata, aquellos ya purificados de la ganga. Esos no temerán someterse a las llamas eternas.
Dicho esto, solo son aceptos en el proceso de purificación aquellos que al llegar a la eternidad y viendo su miseria pasada hicieron como el publicano, de la parábola del fariseo, de rodillas y dándose golpes de pecho: "Señor no soy digno, ten piedad de mi que soy un miserable pecador"
Porque hay quienes han ensuciado tanto su consciencia, que al llegar a la eternidad y sabiéndose reprobados HUIRAN de la presencia santificante de Dios.
Este escape será fatal, representará la decisión del pecador de alejarse definitivamente de Dios, porque el juicio en primera instancia lo hace el pecador sobre si mismo.
En la eternidad no hay intermedios, no hay lugar para los que no quieren estar con Dios y estar "tranquilos", o estás con EL o estás en Su contra.
Y por la visión beatifica tu alma quedará petrificada por toda la eternidad en ese rechazo o aceptación de Dios.