Epa, es con ustedes:
"Burladores de los últimos días
Desde el comienzo de mi obra, he sido perseguida por el odio, el reproche y la falsedad. Viles imputaciones y calumniosos informes han sido ávidamente reunidos y hechos circular ampliamente por los rebeldes, los formalistas y los fanáticos. Hay ministros de las así llamadas iglesias ortodoxas que viajan de un lugar a otro para hacer guerra contra los adventistas del séptimo día, y tienen a la Sra. de White como a su caballo de batalla. Los burladores de los últimos días son conducidos por estos ministros que profesan ser los centinelas de Dios.
Se unen en su obra de atacar a la Sra. de White, el mundo incrédulo los ministros de las iglesias caídas y los adventistas del primer día [adventistas observadores del domingo]. Esta lucha ha seguido durante casi cuarenta años, pero no me he sentido en libertad de dedicar atención a sus ruines palabras, reproches e insinuaciones. Y no me apartaría ahora de esta costumbre, si no fuera porque algunas almas honradas pueden ser descarriadas por los enemigos de la verdad que tan jactanciosamente me declaran engañadora. Presento estas declaraciones con la esperanza de ayudar a los sinceros.
No espero influir en los que, habiendo visto la luz de la verdad rehusan prestarle atención, los que se han entregado al prejuicio y han parapetado su alma en la incredulidad.
Jesús, la Majestad del cielo que era igual a Dios, estuvo en el mundo 33 años, y sin embargo sólo hubo pocos que reconocieron su carácter divino. Y yo, que soy una criatura humana tan débil, tan indigna y tan frágil, ¿puedo esperar mayor éxito que el que recibió el Salvador del mundo?
Cuando por primera vez me entregué a esta obrar para ir adonde el Señor me ordenara, para hablar los mensajes que me diera para la gente, yo sabía que encontraría oposición, reproche, persecución. No me he chasqueado. Si hubiese dependido del aplauso humano hace mucho que me hubiera desanimado. Pero acudí a Jesús y vi que él, que fue intachable, fue atacado por lenguas calumniosas. Los que pretendían ser muy piadosos, siguieron como espías la conducta del Salvador, e hicieron todo lo que pudieron para obstruir su sendero. Pero aunque él era todopoderoso, no castigó a sus adversarios como merecían sus pecados. Podría haber lanzado contra ellos los proyectiles de su venganza, pero no lo hizo. Les aplicó severísimos reproches por su hipocresía y corrupción, y cuando sus mensajes fueron rechazados y su vida fue amenazada, serenamente fue a otro lugar para hablar las palabras de vida. En mi debilidad, he tratado de seguir el ejemplo de mi Salvador.
Enemistad contra los defensores de la verdad
¡Cuán ávidamente procuraban los fariseos demostrar que Cristo era un engañador! ¡Cómo observaban cada palabra suya procurando torcer y tergiversar todos sus dichos! El orgullo, el prejuicio y la pasión cerraron todos los accesos de su alma contra el testimonio del Hijo de Dios. Cuando claramente reprochó su iniquidad y declaró que sus obras probaban que eran hijos de Satanás, con ira le arrojaron en respuesta la acusación que decía: "¿No decimos bien nosotros, que tú eres samaritano, y que tienes demonio?'
Todos los argumentos con que se acosó a Cristo fueron falsos. Así fue en el caso de Esteban y de Pablo. Pero las declaraciones más débiles y más irrazonables presentadas del lado del error tuvieron su influencia porque había muchos cuyo corazón no estaba santificado, que deseaban que esas declaraciones fueran verdaderas. Los tales siempre están ansiosos de aferrarse de cualquier supuesto error o equivocación de los que les presentan la verdad desagradable.No debiera sorprendernos cuando las malas conjeturas son ávidamente empuñadas como hechos indudables por aquellos que sienten inclinación hacia la falsedad. Los opositores de Cristo fueron vez tras vez confundidos y silenciados por la sabiduría de las palabras de él. Sin embargo, todavía escuchaban ansiosamente cada rumor y buscaban algún pretexto para acosarlo con preguntas contenciosas. Estaban determinados a no abandonar su propósito. Bien sabían que si Jesús continuaba con su obra, muchos creerían en él y los escribas y fariseos perderían su poder sobre el pueblo. Por lo tanto, estuvieron dispuestos a rebajarse hasta emplear cualquier medida vil o despreciable para realizar sus malignas intenciones contra Jesús. Odiaban a los herodianos, y sin embargo se unieron con esos enemigos inveterados a fin de idear algún plan para deshacerse de Cristo.
Tal fue el espíritu con el que hicieron frente al Hijo de Dios aquellos que él vino a salvar. Cualquiera de los que tratan de obedecer a Dios y de llevar al mundo el mensaje de su verdad, ¿puede esperar una recepción más favorable que la que le fue dada a Cristo?
No tengo mala voluntad hacia los que procuran invalidar el mensaje que Dios ha dado para reprochar, advertir y animar a su pueblo. Pero, como embajadora de Cristo, debo levantarme en defensa de la verdad. ¿Quiénes son los que con tanto celo se alistan contra mí? ¿Son los puros y santos hijos de la fe? ¿Han nacido de nuevo? ¿Son participantes de la naturaleza divina? ¿Aman a Jesús y manifiestan su espíritu de mansedumbre y humildad? "Por sus frutos los conoceréis" (Mat. 7: 20). ¿Se asemejan a los primeros discípulos o a aquellos astutos escribas y fariseos que estaban constantemente vigilando para entrampar a Cristo con sus palabras? Notad el astuto proceder de esos antiguos opositores de la fe: cómo los doctores, sacerdotes, escribas y magistrados se combinaban para encontrar algo contra Aquel que era la luz del mundo.Y ¿por qué estaban tan decididos a condenar a Cristo? No amaban sus doctrinas y preceptos, y estaban molestos porque veían que la atención de la gente se volvía hacia Jesús y se apartaba de sus anteriores dirigentes.
La naturaleza humana es todavía la naturaleza humana. No se engañen a sí mismos con la creencia de que están prestando un servicio a Dios los que tratan de estorbar mi camino y destruir la influencia de mis palabras. Están sirviendo a otro amo, y serán recompensados de acuerdo con su obra.
La rebelión existirá mientras exista Satanás. Los que son movidos por su espíritu, no discernirán el Espíritu de 82 Dios ni escucharán su voz hasta que salga la orden: "El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía" (Apoc. 22: 11). Espero hacer frente a la malignidad de los que desprecian la luz que a Dios le plugo darme" Mensajes Señlectos. Tomo 1."
Como ven, así se ha cumplido con ustedes lo dicho por la Mensajera del Señor.
"Burladores de los últimos días
Desde el comienzo de mi obra, he sido perseguida por el odio, el reproche y la falsedad. Viles imputaciones y calumniosos informes han sido ávidamente reunidos y hechos circular ampliamente por los rebeldes, los formalistas y los fanáticos. Hay ministros de las así llamadas iglesias ortodoxas que viajan de un lugar a otro para hacer guerra contra los adventistas del séptimo día, y tienen a la Sra. de White como a su caballo de batalla. Los burladores de los últimos días son conducidos por estos ministros que profesan ser los centinelas de Dios.
Se unen en su obra de atacar a la Sra. de White, el mundo incrédulo los ministros de las iglesias caídas y los adventistas del primer día [adventistas observadores del domingo]. Esta lucha ha seguido durante casi cuarenta años, pero no me he sentido en libertad de dedicar atención a sus ruines palabras, reproches e insinuaciones. Y no me apartaría ahora de esta costumbre, si no fuera porque algunas almas honradas pueden ser descarriadas por los enemigos de la verdad que tan jactanciosamente me declaran engañadora. Presento estas declaraciones con la esperanza de ayudar a los sinceros.
No espero influir en los que, habiendo visto la luz de la verdad rehusan prestarle atención, los que se han entregado al prejuicio y han parapetado su alma en la incredulidad.
Jesús, la Majestad del cielo que era igual a Dios, estuvo en el mundo 33 años, y sin embargo sólo hubo pocos que reconocieron su carácter divino. Y yo, que soy una criatura humana tan débil, tan indigna y tan frágil, ¿puedo esperar mayor éxito que el que recibió el Salvador del mundo?
Cuando por primera vez me entregué a esta obrar para ir adonde el Señor me ordenara, para hablar los mensajes que me diera para la gente, yo sabía que encontraría oposición, reproche, persecución. No me he chasqueado. Si hubiese dependido del aplauso humano hace mucho que me hubiera desanimado. Pero acudí a Jesús y vi que él, que fue intachable, fue atacado por lenguas calumniosas. Los que pretendían ser muy piadosos, siguieron como espías la conducta del Salvador, e hicieron todo lo que pudieron para obstruir su sendero. Pero aunque él era todopoderoso, no castigó a sus adversarios como merecían sus pecados. Podría haber lanzado contra ellos los proyectiles de su venganza, pero no lo hizo. Les aplicó severísimos reproches por su hipocresía y corrupción, y cuando sus mensajes fueron rechazados y su vida fue amenazada, serenamente fue a otro lugar para hablar las palabras de vida. En mi debilidad, he tratado de seguir el ejemplo de mi Salvador.
Enemistad contra los defensores de la verdad
¡Cuán ávidamente procuraban los fariseos demostrar que Cristo era un engañador! ¡Cómo observaban cada palabra suya procurando torcer y tergiversar todos sus dichos! El orgullo, el prejuicio y la pasión cerraron todos los accesos de su alma contra el testimonio del Hijo de Dios. Cuando claramente reprochó su iniquidad y declaró que sus obras probaban que eran hijos de Satanás, con ira le arrojaron en respuesta la acusación que decía: "¿No decimos bien nosotros, que tú eres samaritano, y que tienes demonio?'
Todos los argumentos con que se acosó a Cristo fueron falsos. Así fue en el caso de Esteban y de Pablo. Pero las declaraciones más débiles y más irrazonables presentadas del lado del error tuvieron su influencia porque había muchos cuyo corazón no estaba santificado, que deseaban que esas declaraciones fueran verdaderas. Los tales siempre están ansiosos de aferrarse de cualquier supuesto error o equivocación de los que les presentan la verdad desagradable.No debiera sorprendernos cuando las malas conjeturas son ávidamente empuñadas como hechos indudables por aquellos que sienten inclinación hacia la falsedad. Los opositores de Cristo fueron vez tras vez confundidos y silenciados por la sabiduría de las palabras de él. Sin embargo, todavía escuchaban ansiosamente cada rumor y buscaban algún pretexto para acosarlo con preguntas contenciosas. Estaban determinados a no abandonar su propósito. Bien sabían que si Jesús continuaba con su obra, muchos creerían en él y los escribas y fariseos perderían su poder sobre el pueblo. Por lo tanto, estuvieron dispuestos a rebajarse hasta emplear cualquier medida vil o despreciable para realizar sus malignas intenciones contra Jesús. Odiaban a los herodianos, y sin embargo se unieron con esos enemigos inveterados a fin de idear algún plan para deshacerse de Cristo.
Tal fue el espíritu con el que hicieron frente al Hijo de Dios aquellos que él vino a salvar. Cualquiera de los que tratan de obedecer a Dios y de llevar al mundo el mensaje de su verdad, ¿puede esperar una recepción más favorable que la que le fue dada a Cristo?
No tengo mala voluntad hacia los que procuran invalidar el mensaje que Dios ha dado para reprochar, advertir y animar a su pueblo. Pero, como embajadora de Cristo, debo levantarme en defensa de la verdad. ¿Quiénes son los que con tanto celo se alistan contra mí? ¿Son los puros y santos hijos de la fe? ¿Han nacido de nuevo? ¿Son participantes de la naturaleza divina? ¿Aman a Jesús y manifiestan su espíritu de mansedumbre y humildad? "Por sus frutos los conoceréis" (Mat. 7: 20). ¿Se asemejan a los primeros discípulos o a aquellos astutos escribas y fariseos que estaban constantemente vigilando para entrampar a Cristo con sus palabras? Notad el astuto proceder de esos antiguos opositores de la fe: cómo los doctores, sacerdotes, escribas y magistrados se combinaban para encontrar algo contra Aquel que era la luz del mundo.Y ¿por qué estaban tan decididos a condenar a Cristo? No amaban sus doctrinas y preceptos, y estaban molestos porque veían que la atención de la gente se volvía hacia Jesús y se apartaba de sus anteriores dirigentes.
La naturaleza humana es todavía la naturaleza humana. No se engañen a sí mismos con la creencia de que están prestando un servicio a Dios los que tratan de estorbar mi camino y destruir la influencia de mis palabras. Están sirviendo a otro amo, y serán recompensados de acuerdo con su obra.
La rebelión existirá mientras exista Satanás. Los que son movidos por su espíritu, no discernirán el Espíritu de 82 Dios ni escucharán su voz hasta que salga la orden: "El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía" (Apoc. 22: 11). Espero hacer frente a la malignidad de los que desprecian la luz que a Dios le plugo darme" Mensajes Señlectos. Tomo 1."
Como ven, así se ha cumplido con ustedes lo dicho por la Mensajera del Señor.