HILARIO DE POITIERS, PADRE DE LA IGLESIA
HILARIO DE POITIERS, PADRE DE LA IGLESIA
Maripaz dijo:
"Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia" según los santos padres:
San Hilario, obispo de Poitiers, en su 2º libro sobre la Trinidad, dice: "La roca (piedra) es la bendita y sola roca de la fe confesada por boca de san Pedro"
A continuación, Hilario cita las palabras de Jesucristo primero, y luego cita la confesión de fe no de Santiago, no de Juan, no de Pablo, no de los apóstoles en conjunto, SINO de Pedro. Y la califica de como base, como roca, para mantener la doctrina de la Iglesia en oposición a las enseñanzas de Sabelio y Ebión, ambos herejes, ya que dicha confesión hace una distinción entre el Padre y el Hijo como dos Personas distintas.
(Hilario de Poitiers, Sobre la Trinidad, II Libro, año 354)
“23. Que Sabelio se atreva a confundir los nombres Padre e Hijo como si tuvieran un significado, haciendo de ellos no una Unidad, sino Una Persona. Los Evangelios le responderán, no una ni dos veces, sino repetidas veces:
‘Este es Mi Hijo bienamado, en Quien me complazco’
También escuchará las palabras:
‘El Padre es más grande que Yo’
y ‘Yo voy al Padre’
y ‘Padre, Yo te doy gracias’
y ‘Glorifícame, Padre’
y ‘Tú eres el Hijo del Dios vivo.’
Que Ebión intente debilitar la fe no permitiendo que el Hijo de Dios tenga vida antes de estar en el vientre de la Virgen, y que ve en Él la Palabra sólo después que Su vida según la carne hubo comenzado. Nosotros le proponemos a que lea una vez más:
‘Padre, glorifícame contigo con esa gloria que Yo tenía contigo antes que el mundo fuera creado’
y
‘En el principio era la Palabra, y la Palabra era con Dios, y la Palabra era Dios, y todas las cosas fueron hechas a través de Él, y Él estaba en el mundo, y el mundo fue hecho a través de Él, y el mundo no Le conocía.’
Que los predicadores cuyo apostolado es producto de una nueva moda—un apostolado del Anticristo—se adelanten y que descarguen sus burlas e insultos sobre el Hijo de Dios.
Ellos deben oir:
‘Yo vine del Padre’
y
‘El Hijo sobre el pecho del Padre’
y
‘El Padre y Yo somos Uno, Yo en el Padre, y el Padre en Mí.’
Y por último, si ellos se enfurecen, como lo hicieron los judíos, cuando Cristo llama a Dios Su propio Padre, haciéndose a Sí Mismo igual con Dios, ellos deben tomar la respuesta que Él dio a los judíos:
‘Creed en Mis obras’
así como
‘El Padre está en Mí y Yo en el Padre.’
Así, nuestra inconmovible base, nuestra bendita roca de fe, es la confesión de la boca de Pedro:
‘Tú eres el Hijo del Dios vivo.’
Sobre ella nosotros podemos basar una respuesta a cada objeción que, con pervertida ingenuidad o con amarga deslealdad, se usa para atacar la verdad.”