Los espíritus poseen la carne o la carne a los Espíritus?
No te desvíes. Un espíritu es un ser dotado de razón.
El mal existe, se multiplica y posee a los carnales.
Y sobre el Espíritu Santo, ¿Cómo crees que siguen habiendo cristianos después de dos milenios?
Todo cristiano tiene un testimonio ¿Sabes qué es eso?
A los ángeles se les designa con los términos rú·aj y
pnéu·ma en varios textos. (1Re 22:21, 22; Eze 3:12, 14;8:3; 11:1, 24; 43:5; Hch 23:8, 9; 1Pe 3:19, 20.)
En las Escrituras Griegas Cristianas la mayoría de tales referencias tienen que ver con criaturas espíritus inicuas: demonios. (Mt 8:16; 10:1; 12:43-45; Mr 1:23-27; 3:11, 12, 30.)
El Salmo 104:4 dice que Dios hace “a sus ángeles espíritus, a sus ministros un fuego devorador”.
Muchas traducciones lo vierten de manera que dice: “Tomas por mensajeros a los vientos, a las llamas del fuego por ministros”, o algo similar (BAS, BJ, MK, Val).
Tal traducción del texto hebreo no es inadmisible Sl 148:8; sin embargo, la cita que hace el apóstol Pablo de este texto (Heb 1:7) coincide con la Versión de los Setenta y armoniza con la traducción dada primero.
(En el texto griego de Hebreos 1:7 el artículo definido “tous” está colocado delante de “ángeles”, no delante de “espíritus - pnéu·ma·ta”, de modo que el tema que se está tratando son los ángeles.)
Barnes’ Notes on the New Testament (1974) dice: “Es de suponer que Pablo, quien conocía bien el lenguaje hebreo, estaría en mejor posición que nosotros para conocer su construcciónr-refiriéndose al Salmo 104:4-; y se puede tener la certeza moral de que utilizaría el pasaje en un argumento tal como lo entendían comúnmente aquellos a quienes escribía, es decir, los que estaban familiarizados con la lengua y literatura hebreas”.
Heb 1:14.
Aunque los ángeles de Dios pueden materializarse en forma humana y aparecerse a los hombres, no son por naturaleza materiales o carnales; por consiguiente, son invisibles.
Están vivos y pueden ejercer mucha fuerza, por lo que los términos rú·aj y pnéu·ma los describen bien.
Efesios 6:12 dice que la lucha del cristiano “no es contra sangre y carne, sino contra los gobiernos, contra las autoridades, contra los gobernantes mundiales de esta oscuridad, contra las fuerzas espirituales inicuas en los lugares celestiales”.
La última parte del texto en griego dice literalmente: “Hacia las cosas espirituales [gr. pneu·ma·ti·ká] de la iniquidad en los lugares celestiales”.
La mayoría de las traducciones modernas reconocen que aquí no se hace referencia simplemente a algo abstracto, “malicias espirituales” (Val, 1909), sino a la iniquidad llevada a cabo por espíritus.
Por lo tanto, se han dado las siguientes traducciones: “Las fuerzas espirituales del mal habitantes de un mundo supraterreno (BI), “las huestes espirituales de iniquidad en las regiones celestiales” (Mod),
“perversas huestes espirituales en el mundo espiritual” (PNT), “las fuerzas espirituales de la maldad, en los espacios celestiales”
(Besson).