Raúl68, déjate enseñar...
Raúl68, déjate enseñar...
Es dificil pues...
1Jn. 2:27 Pero ustedes tienen el Espíritu Santo con el que Jesucristo los ha consagrado, y no necesitan que nadie les enseñe, porque el Espíritu que él les ha dado los instruye acerca de todas las cosas, y sus enseñanzas son verdad y no mentira. Permanezcan unidos a Cristo, conforme a lo que el Espíritu les ha enseñado.
De ahí que no tengo necesidad de escritos de los apostatas. Por la gracia de Dios creo en Su Palabra, y en Su Promesa, y por ello, TIENE LUGAR EN MI VIDA, PUES ÚNICAMENTE QUIEN CREE RECIBE.
Si tú tuvieras el espíritu santo, te dejarías instruir. 1 Juan 2:27 lo que quiere decir es que no necesitamos que nadie
ajeno a la congregación de Dios nos instruya. Pero la Biblia da evidencia de que aquellos que tienen el espíritu santo más bien no son orgullosos y se dejan instruir por otros cristianos:
“11 Y dio algunos como apóstoles, algunos como profetas, algunos como evangelizadores,
algunos como pastores y maestros, 12 con miras al
reajuste de los santos, para obra ministerial,
para la edificación del cuerpo del Cristo, 13 hasta que todos logremos alcanzar la unidad en la fe y en el
conocimiento exacto del Hijo de Dios, a un hombre hecho, a la medida de estatura que pertenece a la plenitud del Cristo; 14 a fin de que ya no seamos pequeñuelos, aventados como por olas y llevados de aquí para allá por todo viento de enseñanza por medio de las tretas de los hombres, por medio de astucia en tramar el error.” (Efesios 4:11-14)
Apolos (ojo, el verdadero) es un ejemplo de humildad, pues al tener el espíritu santo se dejó corregir por otros cristianos que le enseñaron bases bíblicas:
“24 Ahora bien, cierto judío de nombre Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, llegó a Éfeso; y estaba bien versado en las Escrituras. 25 Este había sido instruido oralmente en el camino de Jehová y, puesto que estaba
fulgurante con el espíritu, iba hablando y enseñando con exactitud las cosas acerca de Jesús,
pero conocía solamente el bautismo de Juan. 26 Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga. Cuando lo oyeron
Priscila y Áquila, lo tomaron consigo y le expusieron con mayor exactitud el camino de Dios. 27 Además, porque deseaba pasar a Acaya, los hermanos escribieron a los discípulos, exhortándolos a recibirlo amablemente. De modo que, cuando llegó allá, ayudó mucho a los que habían creído a causa de la bondad inmerecida [de Dios]; 28 porque con intensidad probó cabalmente en público que los judíos estaban equivocados, mientras demostraba por las Escrituras que Jesús era el Cristo.” (Hechos 18:24-28)