Estimada mía, estimado mío: ¡NO TIENE LA MENOR IMPORTANCIA!
No, no la tiene. Tanto si los tuvo, como si no, en nada afectan al ministerio de Jesús, ni al propósito de Dios, y mucho menos a su obra redentora y salvadora. El haberlos tenido en nada le hacen desmerecer, ni le restan santidad, honor ni gloria alguna a nuestro Señor Jesucristo. Tanto si los tuvo como no, Jesús es exactamente el mismo; su obra es exactamente la misma; el propósito de Dios y el por qué de la venida de su Hijo, se cumplen igualmente a la perfección, exactamente igual, plenamente. No, tampoco afecta a su divinidad, ni a su humanidad, ni a su esencia, ni a sus enseñanzas; ya que el evangelio del reino de Dios anunciado por Jesús sigue siendo el mismo: nada le añade, nada le resta, nada le desmerece ni descalifica.
El por qué algunas confesiones cristianas optan por mostrar y creer que Jesús no tuvo hermanos, no se centra en la persona de Jesús, ni busca darle una mayor honra y gloria al Padre o al Hijo, sino que lo hacen para sostener sus creencias respecto a María, la madre de Jesús, a la cual le confieren una virginidad perpetua; tanto antes de dar a luz, como después del parto mismo, con el propósito de otorgarle a ella una mayor santidad, una mayor gloria, una mayor honra. Sí, es María la única que resulta beneficiada por el hecho de no haber tenido más hijos, es ella quien recibe en todo caso todos los méritos que le otorgan, que no su hijo; no Jesús, el Cristo, el Hijo de Dios. Es por ello que en toda discusión que se dé respecto a si los tuvo o no, la posición y defensa de cada cual, dependerá de si se quiere exaltar y dar mayor honor y gloria a María, o no.
Aunque para mí está claro, no voy a ser yo quien te diga si los tuvo o no. Todo lo más que voy a hacer, es compartir contigo qué nos dice la Biblia al respecto, y dejar en tu libre albedrío y buen criterio, la decisión de qué creer. Entre otros versículos:
Lc 2:6-7 Y sucedió que mientras estaban en Belén, le llegó a MARÍA el tiempo de dar a luz. Y allí nació SU hijo PRIMOGÉNITO, y lo envolvió en pañales y lo acostó en el establo, porque no había alojamiento para ellos en el mesón.
Mr 6:3 ¿No es este el carpintero, el HIJO de María y HERMANO de Santiago, José, Judas y Simón? ¿Y no viven sus HERMANAS también aquí, entre nosotros?
Mr 3:32 La gente que estaba sentada alrededor de Jesús le dijo: —Tu madre, tus HERMANOS y tus HERMANAS están afuera, y te buscan.
Jn 7:2 Pero como se acercaba la fiesta de las Enramadas, una de las fiestas de los judíos, sus HERMANOS le dijeron: [...]
Jn 7:5 Y es que ni siquiera sus HERMANOS creían en él.
Hch 1:14 Todos, en un mismo espíritu, se dedicaban a la oración, junto con las mujeres y con los HERMANOS de Jesús y su madre María.
Ga 1:19 Pero no vi a ningún otro de los apóstoles, aunque sí a Santiago el HERMANO del Señor.
Hemos de tener muy en cuenta, y antes de tomar posición al respecto, que en todos estos versículos, la palabra
hermanos, ha sido traducida de la palabra griega
“adelphós” (ἀδελφὸς), que designa como norma general a los hermanos carnales. Eso sí, y también lo tienes que considerar; esta misma palabra griega puede ser traducida para asignar otro grado de parentesco próximo, pero siendo el significado de hermano carnal el más probable, ya que en ningún pasaje del NT aparece claramente el término
“adelphós” denominando un parentesco distinto. Argumento este, en el cual se fundamenta la creencia de la virginidad perpetua de Maria, que interpreta en un sentido más genérico los versículos en que se habla de los hermanos de Jesús, es decir, en el sentido de
primos o
allegados. Como ejemplos: la iglesia católico-romana defiende que se trata de los
"primos" y
"primas" de Jesús. Y en el caso de la iglesia griega, consideran que son
"hijos de un anterior matrimonio" de José. Interpretaciones estas que ya se encuentran en la iglesia primitiva. Sin embargo, Tertuliano (padre de la iglesia s. II-III) habla de los
"hijos de José y María".
Concluyendo: Los hay que creen que sí, que María tuvo más hijos e hijas. Los tenemos que no, que cuando leemos
hermanos, se refiere a
primos y
allegados. Y están los que, por el contrario, creen que eran hijos de un anterior matrimonio de José. Pero por sobre todos ellos tenemos la BIBLIA que, claramente, traduce como HERMANOS en todas las traducciones habidas y por haber, y sea cual sea el idioma al cual hayan sido traducidas del griego.
Ahora ya queda en ti, y por tu cuenta, en qué creer. Pero creas lo que creas, nunca debería ser motivo por tu parte de discusión, ni división, ni nada que se le parezca; ya que de hacerlo así, más que acercarte y acercarles al Señor, te resultará todo lo contrario. Sigamos predicando el evangelio genuino, sembrando la buena semilla, y con la plena certeza y convencimiento de que Dios mismo será quien la hará germinar en los que, en su sola potestad, quiera traer a los pies de su Hijo, nuestro glorioso Señor Jesucristo. No, no ha de ser por nuestras propias fuerzas y empeño, sino por la mismísima obra del Espíritu Santo en todos ellos. ¡Quien es de Cristo, oye la voz de Cristo!
Como dije al principio, sea sí o no; NO TIENE LA MENOR IMPORTANCIA. Jesús seguirá siendo el mismo por los siglos de los siglos.
¡A Dios sea dada toda gloria! En Cristo Jesús, les bendigo.
Raül Gil -
Lectio Divina