BASE BÍBLICA
Mar 9:17 Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo,
Mar 9:18 el cual, dondequiera que le toma, le sacude; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a tus discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron.
Mar 9:19 Y respondiendo él, les dijo:
¡Oh generación incrédula!
¿Hasta cuándo he de estar con vosotros?
¿Hasta cuándo os he de soportar?
Traédmelo.
Mar 9:20 Y se lo trajeron; y cuando el espíritu vio a Jesús, sacudió con violencia al muchacho, quien cayendo en tierra se revolcaba, echando espumarajos.
Mar 9:21 Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño.
Mar 9:22 Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos.
Mar 9:23 Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.
Los ojos de la psicología, en el día de hoy, por el cuadro clínico que presenta el muchacho, no dudaría en recetar medicamentos para la epilepsia, porque para ellos, solo es un trastorno del sistema nervioso central manifestado en convulsiones.
¡Oh generación incrédula!
Dios mismo nos está enseñando algo muy importante respecto a la incredulidad.
Muchas veces pensamos que la incredulidad está asociada con un asunto intelectual, pero Jesús, aquí en este contexto, nos está enseñando que la incredulidad es una disposición de la voluntad.
Es un problema del corazón, no un problema de intelectualidad.
La incredulidad no es lo mismo que ser ateo.
La incredulidad no es lo mismo que dudar.
La incredulidad solo es un tipo de conducta patógena que causa la enfermedad del ateísmo.
Es obstinación, necedad, insensatez.
Rehusar a creer en el día de hoy, en el marco histórico de esta época científica, con viajes fuera de la tierra y avances en la inteligencia artificial, donde la Fe se ha convertido en un asunto de preferencia personal, por cuanto no es cuantificable, no se puede verificar empíricamente, las criaturas irredentas, llegan a la conclusión, que el mismo ser humano es el fruto de la nada, se creó así mismo, como cuando se crea una estrella o una galaxia.
Para este tipo de criatura irredenta la vida surge en el Cosmos como el fruto del azar y la necesidad.
Anteriormente la criatura religiosa, se doblaba ante un palo de madera o una figura de piedra y la adoraba, porque pensaba que detrás de cada objeto de la naturaleza, se hallaba un espíritu invisible que lo dirige, este tipo de tendencia a la personificación hizo surgir una colección de dioses.
Tanto sus discípulos, como los teólogos escribas y la gran multitud alrededor de ellos, Jesús los incluye en una generación incrédula, con un corazón necio, se rehúsan deliberadamente a creer en Jesús.
a) Para los teólogos escribas Jesús es un impostor, el hijo de un hombre que trabaja la madera en Nazaret.
Los líderes religiosos que forman parte del alto Tribunal de Justicia judío llamado el Sanedrín, han investigado y han obtenido toda la información de las personas del barrio, donde se crio Jesús, no hallando nada extraordinario, por lo tanto, es el hijo de un carpintero más.
b) Para los discípulos de Jesús, la incredulidad estuvo cimentada en el temor de un resultado fallido en su decisión de sanar al muchacho en el nombre de Jesús, temían hacer quedar mal a su maestro.
Y eso a pesar de haber sido testigos de milagros tales como:
- Convertir el agua en vino (Juan 2:1-12)
- La multiplicación de los panes y peces (Mateo 14: 13-21)
- Jesús calma la tempestad (Mateo 8: 23-27)
- Resucitó a la hija de Jairo - Lucas 8:41-56
- Sanó a otro paralítico - Lucas 5:17-25
- Calmó la tormenta - Lucas 8:22-25
- Curación de un hombre con la mano paralizada - Lucas 6:6-10
- Sanidad de un hombre poseído por muchos demonios - Lucas 8:27-35
- Sanidad de un muchacho poseído - Lucas 9:38-43
- Curación del siervo de un centurión - Lucas 7:1-10
- Expulsó de un hombre un demonio que lo había dejado mudo - Lucas 11:14
- Resucitó al hijo de una viuda - Lucas 7:11-15, etcétera, etcétera.
«No toméis nada para el camino», mandó el Señor, al enviar a los Doce, «ni bordón, ni alforja, ni pan, ni dinero, ni llevéis dos túnicas» (Lc. 9:3). Y refiriéndose a esto mismo, cuando estaba a punto de ser quitado de en medio de ellos, les preguntó: «Cuando os envié sin bolsa, sin alforja y sin calzado, ¿os faltó algo? Ellos dijeron: Nada.
¿Entonces porque no se decidieron a sanar al muchacho en mi Nombre?
¿Hasta cuándo os he de soportar? (Mar 9:19)
Bien, este es el mismo sentimiento que despierta la incredulidad de la criatura irredenta, en Jesús, el que sustenta todas las cosas con la palabra de su poder.
Si tan solo por un instante, el Señor dejase de sostener la gravedad en el Cosmos, no tengo la menor duda, que todo lo que este Supremo Arquitecto ha construido, se desplomaría en un vacío infinito.
Flp 1:6 estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;
Finalmente:
Ahora no.
Pero aquí si vas a perder:
Apo 20:11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.
La tierra y el cielo forman parte de la vía láctea, y ante la Presencia de Jesús, como Juez Supremo, huyen, desaparecen, como escenario del pecado, porque son indignos de Aquel que es tres veces santo, y los Serafines a su alrededor, con dos alas se cubren sus ojos, porque también son indignos de contemplar a Jesús glorificado, y con dos alas sus pies, porque es terreno santo. (Isaías 6).
Apo 20:12 Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.
Los muertos grandes y pequeños, en referencia a su importancia social, mientras estuvieron en la tierra.
Y se abren los libros, porque no solo la biblia estará allí presente, sino también, el Libro de la Vida del Cordero, el cual es mencionado en distintos lugares de la Biblia, dónde están los nombres escritos de su pueblo, Moisés lo hizo en un escenario de dramática intercesión:
Éxo 32:32 que perdones ahora su pecado, y si no,
ráeme ahora de tu libro que has escrito.
También es mencionado en la Gran Tribulación de la semana 70 de la profecía de Daniel:
Apo 17:8 La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición; y los moradores de la tierra, aquellos
cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será.
PARA USTED SEÑORA KARINA MORENO:
"Arrepiéntase y crea"
Si lo hace, es porque su nombre fue escrito en el libro de la vida desde antes de la Creación del Cosmos.
En el altar de la cruz, sus pecados y los del mundo, fueron puestos en el cuerpo de Jesús, siendo tres veces santo.
¿Dónde dice que mis pecados fueron puestos sobre el inocente Cordero?
Isa 53:6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino;
más Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
Isa 53:7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
2Co 5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
¿Al que no conoció pecado? = Jesús
¿Por nosotros lo hizo pecado? = Quién debía haber muerto crucificado allí éramos nosotros, Jesús pago la Sentencia que nuestros pecados merecían, porque escrito está:
Rom 6:23
Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
¿Y cuál fue el propósito de su muerte?
"Para que nosotros fuésemos justicia de Dios en Jesús" = El Hijo de Dios nos ha justificado.
De manera que ninguna criatura, como en el caso suyo, puede llegar hasta su presencia (Flp 2:10) argumentando incredulidad, porque ya es responsable.