le respondere estimado marcelinoc, sectario del septimo dia:
veamos:
Exceptuando unos pocos sabatistas recientes que no representan ni el 1 porciento de la cristiandad y que surjieron hace no mas de 200 o 250 años, toda la cristiandad, que suma mas de 2600 millones de personas, de todas las sectas y todas las naciones, consideran el domingo como día sagrado y concuerdan en aplicar el término "día del Señor" al domingo. Cada diccionario, léxico, y enciclopedia aplica ese término al primer día. Éste es un grande e innegable hecho de hoy. ¿Cuándo se inició esta corriente? Sigámosle el rastro a través de todos los siglos hasta su comienzo.
Siglo XVIII, año 1760 D. C. El Rev. A. H. Lewis, D. D., Bautista del Séptimo Día, es el autor de "Historia Crítica de la Legislación Dominical". Cito desde la página 181: "La profanación del Día del Señor es altamente ofensiva al Dios Todopoderoso". Leyes de Massachusetts, 1760 D. C.
Siglo XVII, año 1676 D. C. Las Leyes de Charles II de Inglaterra dicen: "Para la mejor observación y observancia del Día del Señor, llamado comúnmente domingo, decrétase," etc. Historia Crítica de la Legislación Dominical, pág. 108.
Siglo XVI, año 1536 D. C. Retrocediendo más de 300 años hasta los reformadores, encontramos a todos los cristianos llamando domingo al "Día del Señor". Calvino, expresando el sentimiento universal de su tiempo, dice: "No sin suficiente razón, los antiguos reemplazaron el sábado con lo que llamamos el Día del Señor". Institutos, de Calvino, Libro 2, capítulo VIII, sección 34. De la misma manera, Lutero, Zwinglio, Beza, Bucer, Cranmer, Tyndale, etc. se refieren al Día del Señor como el primer día de la semana. Aquí hay otro gran hecho en cuanto al Día del Señor. Existía y era universalmente observado hace 300 años.
Siglo XV, año 1409 D. C. "El que juegue juegos ilegales en domingo... será puesto en la cárcel durante seis días". Estatuto de Enrique IV de Inglaterra, Historia Crítica de la Legislación Dominical, pág. 90.
Siglo XIV, año 1359, D. C. "Se dispone por las sanciones de la ley y el canon que todos los Días del Señor sean observados venerablemente". Arzobispo de Canterbury. Historia Crítica de la Legislación Dominical, pág. 82.
Siglo XIII, año 1281 D. C. "La obligación de guardar el sábado legal de acuerdo con la forma del Antiguo Testamento ha tocado a su fin... al cual en el Nuevo Testamento ha sucedido la costumbre de pasar el Día del Señor...en adoración a Dios". Arzobispo de Canterbury. Historia Crítica de la Legislación Dominical, pág. 81.
Siglo XII, año 1174 D. C. "Ordenamos que estos días siguientes sean exentos de trabajo:...Todos los domingos del año", etc. Emperador de Constantinopla. Historia del Sábado y el Domingo, pág. 191.
Siglo XI, año 1025 D. C. "También prohibimos estrictamente hacer mercado en domingo". Leyes de Dinamarca. Historia Crítica de la Legislación Dominical, pág. 77.
Siglo X, año 975 D. C. "El domingo ha de ser reverenciado muy solemnemente". Leyes Sajonas. Historia Crítica de la Legislación Dominical, pág. 75.
Siglo IX, año 813 D. C. "Todos los Días del Señor deberán ser observados con la debida veneración, y todos deberán abstenerse de todo trabajo servil". Concilio de Mayence.
Siglo VIII. En el año 747, un concilio inglés dijo: "Se ordena que el Día del Señor se celebre con la debida veneración, y sea dedicado enteramente a adorar a Dios". Historia del Sábado, de Andrew, pág. 377.
Siglo VII, año 695 D. C. "Si un esclavo trabajase en domingo por orden de su señor, deberá ser liberado". Leyes Sajonas. Historia Crítica de la Legislación Dominical, pág. 71.
Siglo VI, año 578 D. C. "En el Día del Señor, no se permite enyugar bueyes ni llevar a cabo ningún otro trabajo, excepto por razones jsutificadas". Concilio de Auxerre.
Siglo V. Regresando a aproximadamente el año 450 D. C., llegamos a la historia de la iglesia escrita por Sozomen. En el libro 2, Capítulo VIII, pág. 22, de Constantino, dice: "Honró el Día del Señor porque en él se levantó de entre los muertos". Esto muestra qué se quería decir con el Día del Señor en aquellos tiempos primitivos.
Yendo más atrás todavía, más o menos al año 400 D. C., llegamos al gran teólogo de la iglesia primitiva, San Agustín. Él dice: "El día que ahora conocemos como el Día del Señor, el octavo, a saber, el que es también el primer día de la semana". Cartas de San Agustín, carta 55, Capítulo XIII. Dice que el primer día de la semana se conocía como el Día del Señor en su tiempo.
Siglo IV. En el año 386 D. C., el emperador de Roma emitió un decreto como sigue: "En el día del sol, apropiadamente llamado el Día del Señor por nuestros antepasados, que cesen los litigios, los negocios, y las acusaciones". Historia Crítica de la Legislación Dominical, pág. 36. Hasta las leyes civiles de aquellos primeros tiempos reconocían el domingo como el Día del Señor.
Retrocediendo nuevamente a la época de Constantino el Grande, el primer emperador cristiano, llegamos a Eusebio, el "Padre de la Historia de la Iglesia", año 324 D. C., quien constante y familiarmente usa el término "Día del Señor" para referirse al primer día de la semana. Un pasaje: "Ellos (los cristianos judíos) también observan el sábado, y otra disciplina de los judíos, así como ellos; pero, por otro lado, ellos también celebran el Día del Señor de una manera muy parecida a nosotros, en memoria de su resurrección", Historia Eclesiástica, Libro 3, Capítulo XXVII. Aquí el Día del Señor se diferencia del sábado judío, y se dice que se guarda a causa de la resurrección.
Esto nos trae a la época de los primeros padres de la iglesia. Los cito como aparecen en la "Biblioteca Cristiana Ante-Niceana".
Año 306, D. C. Pedro, Obispo de Alejandría, en Egipto: "Pero nosotros celebramos el Día del Señor como un día de gozo porque en él, él se levantó de entre los muertos". Canon 15.
Siglo III, año 270 D. C. Anatolio, Obispo de Laodicea, en Asia Menor: "Nuesto respeto a la resurrección del Señor, que tuvo lugar en el Día del Señor, nos lleva a celebrarla". Libro 2, Secc. 7.
Aproximadamente en el año 250 D. C. La Constitución Apostólica: "En el día de la resurrección de nuestro Señor, que es el Día del Señor, reuníos más diligentemente". Libro 2, Secc. 7.
Año 250 D. C. Cipriano, Obispo de Cartago, en Africa: "El octavo día, esto es, el primer día después del sábado y el Día del Señor". Epístola 58, Sección 4.
Año 200 D. C. Tertuliano, en Africa: "Solemnizamos el día después del sábado en contradicción a los que llaman a este día su sábado". Apología, Capítulo XVI. "Sin embargo, tal como lo hemos recibido, sólo en el día de la resurrección del Señor, deberíamos guardarnos, no sólo contra el arrodillarnos, sino hasta de adoptar una postura de solicitación, difiriendo aún nuestros negocios". Acerca de la Oración, Capítulo XXIII.
Siglo II, año 194 D. C. Clemente de Alejandría, Egipto: "En cumplimiento del precepto, y de acuerdo con el evangelio, él guarda el Día del Señor cuando abandona el mal carácter y asume el de un agnóstico, glorificando en sí mismo la resurrección del Señor". Libro 7, Capítulo XII.
Año 180 D. C. Bardesanes, Edessa, Asia: "En el primer día de la semana, nos reunimos". Libro de las Leyes de los Países.
Año 140 D. C. Justino Mártir: "Pero el domingo es el día en que nosotros tenemos nuestra asamblea común, porque Cristo Jesús, nuestro Salvador, resucitó de entre los muertos ese mismo día". Apología, Capítulo LXVII.
Año 120 D. C. Bernabé. "Guardamos con gozo el octavo día, en el cual Jesús resucitó de entre los muertos". Capítulo XVII.
Año 96 D.C. San Juan en Patmos: "Yo estaba en el espíritu en el Día del Señor". Apoc. 1: 10.
Año 60 D.C. Lucas, en Asia Menor: "Y en el primer día de la semana, cuando los discípulos se reunieron para partir el pan, Pablo les predicó". Hechos 20: 7.
De esta manera, hemos seguido el rastro al Día del Señor, o domingo, como día sagrado entre los cristianos desde nuestros días hacia atrás a través de todos los siglos hasta el Nuevo Testamento mismo.
Las palabras griegas traducidas como "día del Señor", [Apoc. 1: 10], y Kuriake hemera. Kuriake, el adjetivo, viene del sustantivo kurious, y se define así:
"Kuriakos" - De, o perteneciente a, el Señor, es decir, el Mesías; del Señor. I Cor. 11: 20; Apoc. 1: 10".
veamos algunos aspectos de esta particular palabra kuriakos, que significa? es el sabado o el domingo?
veamos
1. En toda la Biblia, al séptimo día no se lo llama el día del Señor ni una sola vez.
2. "El sábado" era el término invariablemente usado para denominar al séptimo día judío. Juan mismo siempre usó ese término cuando hablaba del séptimo día. Véase Juan 5: 9, 10, 16, 18; 7: 22, 23; 9: 14, 16; 19: 31. Si hubiese tenido en mente ese día en Apoc. 1: 10, ciertamente habría dicho "día de sábado", no el día del Señor.
3. La palabra griega kuriakos es una nueva palabra que se origina en el Nuevo Testamento y que se encuentra sólo en otro lugar, I Cor. 11: 20, "la cena del Señor". Sin discusión, aquí se aplica al Señor Jesús. "El adjetivo kuriake fue 'formado por los apóstoles mismos'". [Winer, Gramática del Nuevo Testamento, pág. 226]. Al mismo efecto testifican Liddell y Scott. Del modo de manejar las palabras en sus léxicos, dicen: 'Siempre nos hemos esforzado por dar primero la autoridad más anterior para su uso. Luego, si ningún cambio ha sido introducido por escritores posteriores, la hemos dejado con esa autoridad más anterior solamente'. (Prefacio, pág. 20). Cuando vamos a la palabra kuriakos, ellos dan como su primera cita, y por lo tanto, su autoridad más anterior, el Nuevo Testamento. Ahora surge la pregunta: ¿Por qué formar una nueva palabra para expresar una institución sagrada, si la institución misma no es nueva? Winer dice: "Palabras y frases enteramente nuevas se construían principalmente por composición, y casi siempre para subsanar alguna falta sensible". (Gramática, pág. 25). ¿Qué concebible falta sensible con respecto al sábado dejó sin expresión el Antiguo Testamento? Claramente, la nueva falta surgió con respecto a una nueva institución. Esta posición está además reforzada por el hecho de que el único uso adicional de la palabra kuriakos en el Nuevo Testamento se encuentra en I Cor. 11: 20, designando 'la cena del Señor', que es ciertamente una nueva institución", Peter Vogel, en debate con Waggoner, pág. 110. Este es un punto fuerte, y debería ser decisivo.
4. Como el evangelio era una institución nueva, requería el uso de términos nuevos. Así tenemos la palabra "cristianos", en Hechos 11: 26, como el nuevo nombre para el pueblo de Dios; "apóstoles", "evangelistas", y "diáconos" como oficiales de la nueva iglesia; "bautismo" como el rito de entrada en la iglesia, la "cena del Señor", I Cor. 11: 20, y el "día del Señor", como instituciones de esa iglesia. Apoc. 1: 10. Las nuevas relaciones originadas por el evangelio no podían ser expresadas por los antiguos términos de la ley; por eso, había que usar nuevas palabras y nuevos términos. Durante 1,500 años, "sábado" había sido el nombre establecido para el día de descanso semanal de la ley, y todavía era usado por todos para referirse al séptimo día. Por esta razón, si los cristianos habían de tener un nuevo día de descanso semanal para conmemorar hechos del evangelio, primero debían encontrar un nuevo término para él. Éste es el origen de la expresión "día del Señor".
Hay una buena razón de por qué en el evangelio el "día del Señor" es el día de Cristo. Oficial y enfáticamente, él es el único Señor en esta dispensación.
El término Señor se aplica a Cristo como 450 veces en el Nuevo Testamento. Por esto, en el evangelio se dice comúnmente que todas las cosas pertenecen a Jesús, como "los discípulos del Señor", etc. Hechos 9: 1. Ahora léanse juntos "el cuerpo del Señor", I Cor. 11: 29, "esta copa del Señor", "la sangre del Señor", ver. 27, "la muerte del Señor", "la mesa del Señor", I Cor. 10: 21. "La cena del Señor", I Cor. 11: 20; "el día del Señor", Apoc. 1: 10. ¿No se refieren todos al mismo Señor? Por supuesto, y ¿quién puede dejar de admitirlo? Bajo la jurisdicción oficial de Jesús el Señor caen por necesidad todas las instituciones que ahora son obligatorias. Por eso, el día del Señor es el día de Cristo, y así es como siempre es usado por los primeros padres, como hemos visto.
Objeciones contestadas: Al séptimo día se le llama el "sábado del Señor". Éx. 20: 10; "mi día santo", Isa. 58: 13; y Jesús dice que él es "Señor del sábado", Mar. 2: 28. ¿No es éste el día del Señor? No; porque: 1) la palabra sábado se usa en cada uno de estos tres textos, pero no aparece en Apoc. 1: 10; 2) Todos los tres textos se pronunciaron antes de la cruz y bajo la ley, pero Apoc. 1: 10 está bajo el evangelio. 3) El sábado judío fue abolido en la cruz, Col. 2: 16; Rom. 14: 5; Gál. 4: 10, sesenta años antes de que Juan escribiera en Patmos, por tanto ése no pudo haber sido el día del Señor cuando Juan escribió. 4) El hecho de que el término "día del Señor" inmediatamente después del tiempo de Juan, siempre que era usado por la iglesia primitiva, se aplicara siempre al domingo, y nunca al sábado, establece su significado en Apoc. 1: 10.
Pero se objeta que Juan y todos los otros evangelistas en los evangelios llaman al domingo simplemente "el primer día de la semana", en vez del día del Señor, y que, por tanto, si Juan, en Apoc. 1: 10, hubiese tenido en mente ese día, habría dicho "el primer día de la semana", como lo hizo en el evangelio. La respuesta es fácil. Jesús predijo que él sería crucificado, y que resucitaría al tercer día. Cada evangelista tiene cuidado de mostrar que la predicción se cumplió. Por eso dieron específicamente los nombres de esos tres días como los llamaban los judíos: esto es, "el día de preparación," "el día de sábado", y "el primer día de la semana". Esta respuesta es suficiente. Además, es probable que el día de la resurrección no fuera llamado inmediatamente el día del Señor; pero para cuando Juan escribió el Apocalipsis en el año 96 D. C., ya era el nombre bien conocido para ese día, como hemos mostrado.
como ha sido demostrado, Kuriacos no es sabado osino diria sabath o sabathon, entonces que dia es?
Fue en el día de la resurrección cuando todo cambió. Jesús podría haber vivido la vida pura que vivió, podría haber hecho todos los milagros que hizo, podría haber muerto en la cruz como lo hizo, podría haber sido sepultado como lo fue, y sin embargo, todo esto no habría salvado una sola alma si no él hubiese resucitado de entre los muertos. "Si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron". I Cor. 15: 17-18. La resurrección completó la obra que hizo de Jesús el Salvador del mundo. Jesús mismo, cuando se le preguntó la evidencia de su autoridad, señaló a su resurrección el tercer día como prueba de ella. Juan 2: 18-21; Mat. 12: 38-40; 16: 21. Esta prueba de su divinidad era bien conocida por todos, pues los fariseos le dijeron a Pilatos: "Señor, nos acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aún: Después de tres días resucitaré". Mat. 27: 63.
Cuando Jesús murió, la esperanza de sus discípulos fue enterrada con él, Lucas 24: 17, 21, y las mujeres piadosas quedaron con el corazón destrozado. Pero los malvados judíos se regocijaron y Satanás triunfó, mientras los ángeles se enlutecían. Si alguna vez el diablo tuvo esperanzas, fue mientras Jesús permaneció muerto durante el día de sábado. Pero al comenzar a clarear el domingo, un poderoso ángel desciende como un relámpago, la tierra tiembla, la tumba se abre, y Jesús se levanta como vencedor sobre la muerte, el infierno, y la tumba. Mat. 28: 1-4. La última esperanza de Satanás desaparece; los malvados judíos se consternan; las mujeres piadosas se regocijan; la esperanza del mundo está asegurada; los sufrimientos y la humillación del Hijo de Dios han terminado, y sale fuera el Todopoderoso Salvador, el Señor de todos. Nunca antes alboreó sobre este perdido mundo una mañana como ésta. No es de extrañarse que se convirtiera en el día de recordación de la iglesia. Era imposible que no fuera así.
Pablo dice que Jesús fue "declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos". Rom. 1: 4. Fue esto lo que demostró su divinidad. Para que haya un día del juicio, Dios "ha dado fe a todos con haberle levantado de los muertos". Hechos 17: 31. 1. El domingo, Jesús resucitó de entre los muertos. Marcos 16: 9. 2. En este día, se les apareció a sus discípulos. 3. En este día, se encontró con ellos en diferentes lugares y repetidamente. Marcos 16: 9-11; Mat. 28: 8-10; Lucas 24: 34; Marcos 16: 12-13; Juan 20: 19-23. 4. En este día, Jesús les bendijo. Juan 20: 19. 5. En este día les impartió el don del Espíritu Santo. Juan 20: 22. 6. En este día los comisionó para que predicaran el evangelio a todo el mundo. Juan 20: 21; con Marcos 16: 9-15. 7. En este día dio a sus apóstoles autoridad para legislar para su iglesia y guiarla. Juan 20: 23. 8. Pedro dice que Dios "nos hizo renacer para una esperanza viva por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos". I Pedro 1: 3. 9. En este día, Jesús ascendió a su Padre, se sentó a su diestra, y fue hecho cabeza de todos. Juan 20: 17; Efe. 1: 20. 10. En ese día, muchos de los santos que habían muerto se levantaron de sus tumbas. Mat. 27: 52-53. 11. Ese día, el primer día se convirtió en día de gozo y regocijo para los discípulos. "Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor." Juan 20: 20. "Y como todavía ellos, de gozo, no lo creían..." 12. Ese día, el evangelio de un Cristo resucitado se predicó por primera vez, diciendo: "Ha resucitado el Señor verdaderamente." Lucas 24: 34. Ese domingo, Jesús mismo dio ejemplo, predicando el evangelio de su resurrección, explicando todas las Escrituras sobre ese tema y abriendo las mentes de los discípulos para que lo entendieran. "Les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían. Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras". 14. Finalmente, en este día se completó la compra de nuestra redención.
Con todos estos emocionantes hechos evangélicos acumulados en ese día de resurrección, convirtiéndolo en memorable por encima de todos los días en la historia del mundo, ¿cómo no podía convertirse en en el gran día en la memoria de la iglesia? Desde entonces, los hechos de ese solo día vinieron a ser el tema de la iglesia. La gran batalla entre los apóstoles y los judíos incrédulos fue con relación a los sucesos de ese día: ¿Resucitó Jesús, o no? Los judíos "dieron mucho dinero" para refutarlo, Mat. 28: 12, mientras los apóstoles construían la iglesia y arriesgaban su vida por ella. Así, en la providencia de Dios mismo, el sábado judío quedó en las sombras, mientras todas las esperanzas y pensamientos y argumentos y cánticos de la nueva iglesia se volvían por necesidad hacia otro día, el día de resurrección.
Día memorable, un día que debería conmover el corazón de todo cristiano, y mover a los pecadores al arrepentimiento, como de hecho ha ocurrido cada semana desde aquel día. "El Día del Señor". ¡Cuán apropiado el título para ese gran día en que nuestro Señor triunfó sobre todo y echó, firme y seguramente, los cimientos de la iglesia cristiana! Entonces, es de lo más apropiado que se haya convertido en el único día memorable del evangelio, día de alegría y regocijo. ¿Lo llamaremos entonces un día pagano? ¿El día del Papa? ¿La marca de la bestia? ¿Un día odioso para el Señor y una abominación para Cristo? Dios no lo quiera. Se dijo de Jesús: "¿Qué mal ha hecho?" Así que nosotros preguntamos: "¿Qué mal ha hecho jamás la observancia del día del Señor?" ¿Qué hombre, o nación, ha sido empeorado por él? Ninguno, de veras. Éste no es su carácter ni ésta su historia.