No son vituperios, es la realidad de la situación de un católico romanista manipulado y transformado por el magisterio que los engaña haciéndoles creer que la carne, la sangre, los huesos, de un personaje que evidentemente no es el Jesús de la Biblia, pero que ellos usan su nombre, para engañarlos, que todo su cuerpo se encuentra en la hostia.
Convirtieron la solemnidad de la Cena del Señor, en un acto de canibalismo, tal abominación no tiene perdón cuando el católico es consciente del pecado y sigue permaneciendo allí.
Esa persistencia, esa contumaciía, es iniquidad de la más abyecta, donde la figura del "Jesús católico" por medio de la hostia, va a parar al inodoro, un lugar donde van los desechos orgánicos.
Tremendo pecado no es advertido por estos idiotas católicos, que al ser engañados están creyendo que comulgar es un acto sublime, sin darse cuenta que para Dios es abominación.