El canibalismo y la Eucaristía no son lo mismo, y aquellos que piensan que lo son, es debido a que su comprensión de la enseñanza sobre la Eucaristía es deficiente.
En Juan 6 cuando algunos de sus discípulos pensaban que Jesús les estaba predicando el canibalismo, Jesús no lo negó ni lo confirmó, simplemente lo ignoró y continuó con su prédica acerca de su carne y su sangre como verdaderos alimentos.
A causa de eso, muchos discípulos escandalizados por el lenguaje empleado por Jesús, le dieron la espalda y dejaron de seguirle. Sin embargo, los discípulos fíeles al Señor se quedaron, y más adelante celebraban la Eucaristía todos los días (Hch 2:46) y especialmente el domingo, el día del Señor (Hch 20:7).
Existen referencias históricas de que los primeros cristianos fueron acusados precisamente de canibalismo, de comer niños, para ser precisos. ¿Por qué? El rumor era de que estaban comiendo la carne de un tal hijo de Dios.
¿Y cómo disiparon ese rumor? ¡No lo hicieron! Siguieron celebraron el Sacramento y siguieron comiendo y bebiendo el cuerpo y la sangre del Hijo de Dios, siguiendo el mandato del propio Señor Jesucristo.