Re: REFLEXIONES .....
Y sin embargo, Dios no quitó de en medio al hombre, aunque sobradas razones tenía para hacerlo, sino que lo hizo objeto de esa preservación, que es la mayor demostración de tolerancia nunca conocida.
Los abogados de extirpar completamente a esta vil criatura volverían a tener argumentos de peso con la corrupción y maldad generalizada que hicieron presa en el mundo en los días de Noé ¡Cómo sería la situación que hasta a Dios le pesó en su corazón y se arrepintió de haber creado al hombre(1)! Declaración ésta que ha creado más de una dificultad a los intérpretes de la Biblia, ya que Dios no cambia ni puede cambiar. Pero ahí está ese lenguaje crudo, que nos enseña que si bien Dios es inmutable no es impasible, es decir incapaz de padecer o sentir, sino todo lo contrario.
Finalmente la humanidad en su conjunto no fue extirpada, aunque consejeros no faltarían que indicaran que ésa hubiera sido la mejor solución, sino que la tolerancia de Dios, que estaba y está preñada de bondad, fue la causa de una preservación contra todo pronóstico.
Pero como no hay dos sin tres, he aquí que en la tierra, renovada tras el juicio del diluvio, pronto surgió un nuevo brote de rebelión. Ciertamente el dicho que dice que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra no es verdadero. Porque no son dos veces las que tropieza en la misma piedra, sino tres, tres mil, tres mil millones y las que hagan falta.
Allí, en aquella llanura de Babel, se consumó el tercer gran acto globalizado del hombre alzándose(2) contra el tolerante Dios. No hay manera, no tienen remedio, son un caso perdido…, le dirían algunas voces a Dios, quien admitiendo lo razonable de esos argumentos, a pesar de todo decidió seguir preservando a esa criatura, a la que él hizo corona de su creación, pero que sin embargo se había convertido en la vergüenza de la misma. Verdaderamente esta obstinada tolerancia de Dios hacia el hombre es el único fundamento por el que continuamos existiendo, experimentando además su benignidad inmerecida, como dijo Jesús(3).