Como consecuencia de la helenización de Palestina y Egipto en el s.IV a.C. bajo el imperio de Alejandro Magno, muchos judíos, aunque no todos, adoptaron el griego como lengua común. A mediados del s.III, según la tradición, Ptolomeo Filadelfo, faraón de Egipto, encargó la traducción de la Torá al griego. Para cumplir su cometido se puso en contacto con Eleazar,, sumo sacerdote de Jerusalén en aquel momento. Eleazar nombró seis traductores de cada una de las doce tribus de Israel. El número de traductores, setenta y dos, acabó convirtiéndose en el nombre de esta traducción "Septuaginta"(hay un argumento más que dice que se logró en 70 semanas, milagrosamente)...
Entre los años 200 y 150 a.C. los Neviim y Ketuvim también fueron traducidos al griego y así se completó la obra.
Una vez finalizada la traducción del Tanaj al griego también se tradujeron otros escritos que trataban sobre la historia del pueblo judío desde la época de Malaquías (aprox. 450 a.C.) hasta el nacimiento de JEsús. Si bien los judíos atribuían gran importancia a estos libros no los consideraban parte de la Escritura que, además de tener errores históricos y fácticos, contenían enseñanzas que no eran coherentes con los demás libros, para los judíos NO ERAN CANÓNICOS! (Jesús era judío)
sin embargo se los incluyó en NUMEROSAS VERSIONES DE LA SEPTUAGUINTA, dando origen a lo que a veces se conoce como SEPTUAGINTA AMPLIADA!
Cuando JErónimo tradujo el AT al latín, en el s. IV incluyó estos libros y él mismo les dio el nombre de APÓCRIFOS.
Él coincidía con los religiosos judíos en cuanto a que estos libros tenían algún valor, PERO NO ERAN APROPIADOS PARA HACER FORMULACIONES DOCTRINALES...
Al llegar al s.I la septuaginta era la versión corriente de la Escritura de los JUDÍOS DE LA DIÁSPORA. Es probable que los judíos de Palestina, particularmente en las proximidades de Jerusalén, usaran el AT HEBREO y el TARGUM ARAMEO, mientras que los judíos helenizados seguramente usaban la LXX.