Originalmente enviado por: Eddy González
Por (Jesucristo) hemos tenido acceso a un estado de gracia e incluso hacemos alarde de esperar la misma Gloria de Dios. (Rom 5:2)
Ahora me dirijo a sus Ancianos, dado que yo también soy anciano, y testigo de los sufrimientos de Cristo, y espero ser partícipe de la gloria que ha de manifestarse. (1 Pe 5:1)
¿Ves, Maripaz, cómo ambos apóstoles esperan, no una contradicción, sino algo de lo que Dios los hará partícipes? Ahora estarás de acuerdo de que mientras Dios dice que no dará su gloria a otros dioses o ídolos, sí la compartirá con sus hijos.
De María sólo sé que fue llevada al Cielo al estilo de Henoc y Elías. Desconozco el dónde, cómo y cuándo.
De resurrecciones (aparte de la de Jesús) sé de la de Lázaro:
Jesús le dijo (a Marta): “Tu hermano resucitará.” (Jn 11:23)
Al decir esto, (Jesús) gritó con fuerte voz: “¡Lázaro, sal fuera!” Y salió el muerto. Tenía las manos y los pies atados con vendas y la cabeza cubierta con un velo. Jesús les dijo: “Desátenlo y déjenlo caminar.” (Jn 11:43-44)
la de varias personas que resucitaron después de la muerte de Jesús:
La tierra tembló, las rocas se partieron, los sepulcros se abrieron y resucitaron varias personas santas que habían llegado ya al descanso. Éstas salieron de las sepulturas después de la resurrección de Jesús, fueron a la Ciudad Santa y se aparecieron a mucha gente. (Mt 27:52-53)
y la de Tabita:
Por aquellos días (Tabita) enfermó y murió: después de lavar su cuerpo, lo pusieron en la habitación del piso superior. (Hch 9:37)
Pedro hizo salir a todos, se puso de rodillas y oró. Luego se volvió al cadáver y dijo: “Tabita, ¡levántate!” Ella abrió los ojos, reconoció a Pedro y se sentó. Él le dió la mano y la ayudó a levantarse; luego llamó a los santos y a las viudas y se la presentó viva. (Hch 11:40:41)
De todas maneras, ya sea antes o después de la resurrección de los muertos, los creyentes son partícipes de esa gloria de Dios.
“Yo les he dado la Gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí. Así alcanzarán la perfección en la unidad, y el mundo conocerá que tú me has enviado y que yo los he amado a ellos como tú me amas a mí.” (Jn 17:22-23)
“El vencedor vestirá de blanco. Nunca borraré su nombre del libro de la vida, sino que proclamaré su nombre delante de mi Padre y de sus ángeles.” (Ap 3:5)
Por (Jesucristo) hemos tenido acceso a un estado de gracia e incluso hacemos alarde de esperar la misma Gloria de Dios. (Rom 5:2)
Ahora me dirijo a sus Ancianos, dado que yo también soy anciano, y testigo de los sufrimientos de Cristo, y espero ser partícipe de la gloria que ha de manifestarse. (1 Pe 5:1)
¿Ves, Maripaz, cómo ambos apóstoles esperan, no una contradicción, sino algo de lo que Dios los hará partícipes? Ahora estarás de acuerdo de que mientras Dios dice que no dará su gloria a otros dioses o ídolos, sí la compartirá con sus hijos.
Si te refieres al altar católico, sólo te diré que el altar es para la presencia del Hijo de Dios, nuestro Salvador, y no para hombres. El altar es símbolo de que Cristo murió y resucitó verdaderamente. El altar es símbolo de Cristo mismo, presente en medio de la asamblea de sus fieles.Los hará participes en la resurrección de los muertos.
¿Me puedes decir cuando resucitó María, o el resto de santos que adoráis?
¿Me puedes explicar por que el papa "eleva a los "altares"" a hombres?
¿Para qué es un altar, Eddy?
De María sólo sé que fue llevada al Cielo al estilo de Henoc y Elías. Desconozco el dónde, cómo y cuándo.
De resurrecciones (aparte de la de Jesús) sé de la de Lázaro:
Jesús le dijo (a Marta): “Tu hermano resucitará.” (Jn 11:23)
Al decir esto, (Jesús) gritó con fuerte voz: “¡Lázaro, sal fuera!” Y salió el muerto. Tenía las manos y los pies atados con vendas y la cabeza cubierta con un velo. Jesús les dijo: “Desátenlo y déjenlo caminar.” (Jn 11:43-44)
la de varias personas que resucitaron después de la muerte de Jesús:
La tierra tembló, las rocas se partieron, los sepulcros se abrieron y resucitaron varias personas santas que habían llegado ya al descanso. Éstas salieron de las sepulturas después de la resurrección de Jesús, fueron a la Ciudad Santa y se aparecieron a mucha gente. (Mt 27:52-53)
y la de Tabita:
Por aquellos días (Tabita) enfermó y murió: después de lavar su cuerpo, lo pusieron en la habitación del piso superior. (Hch 9:37)
Pedro hizo salir a todos, se puso de rodillas y oró. Luego se volvió al cadáver y dijo: “Tabita, ¡levántate!” Ella abrió los ojos, reconoció a Pedro y se sentó. Él le dió la mano y la ayudó a levantarse; luego llamó a los santos y a las viudas y se la presentó viva. (Hch 11:40:41)
De todas maneras, ya sea antes o después de la resurrección de los muertos, los creyentes son partícipes de esa gloria de Dios.
“Yo les he dado la Gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí. Así alcanzarán la perfección en la unidad, y el mundo conocerá que tú me has enviado y que yo los he amado a ellos como tú me amas a mí.” (Jn 17:22-23)
“El vencedor vestirá de blanco. Nunca borraré su nombre del libro de la vida, sino que proclamaré su nombre delante de mi Padre y de sus ángeles.” (Ap 3:5)