¿Quien fundó la iglesia de Roma?

Originalmente enviado por: Allucalor
¡¡Vaya!! Bendita seas Maripar, Que Cristo nuestro Señor este contigo y con cuantos te rodean.

1
San Agustin, San Juan Crisostomo, San Clemente Romano, San Ignacio de Antioquia,San Policarpo de Esminra, San Justino,San Teofilo de Antioquia, San Ireneo de Lyon, San Cipriano,San Atanasio, San Ilario,San Cirilo de Jerusalen,San Paciano de Barcelona,San Jerónimo, San Cirilo de Alejandría, etc, etc. ¿Te suenan?


2 y 3
Si no dominas esos conceptos no voy a entrar a discutirlos, hay bibliotecas enteras escritas al respecto.

4
Bienaventurado eres, Simón, hijo de Juan, porque no es la carne ni la sangre quien esto te ha revelado, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro , y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos, lo que ates en la tierra, quedará atado en los cielos, lo que desates en la tierra, quedará desatado en los cielos. (Mt. 16, 17-20).

5
Me suena me suena, tu dices que es falso, ahí esta la historia. ----------Maripaz contesta: ¿y quien juzga eso que usted dice? ............ ¿nos aportará usted las suyas para argumentar su punto de vista, o tan solo se dedicará a criticar la labor de otros y el ejercicio de los dones que Dios reparte en Su Iglesia



Para muestra, un aporte de Tobi, que le dará a usted una ligera idea de como se debate aquí, y veamos si usted es capaz de desmentir con datos históricos lo que se afirma:


PEDRO EN ROMA

Historia de un Absurdo
En varias etapas iremos desgranando uno de los mayores absurdos de la llamada cristiandad en dos aspectos distintos:
En primer lugar el pretendido Primado Universal del Apóstol Pedro.
En segundo lugar la también pretendida estancia de Pedro en Roma.
Todo cristiano evangélico sabe que lo que he llamado el pretendido primado de Pedro, los romanistas dicen que se basa en lo que dice Mateo en 16:18 donde Jesús llamó a Simón bar Jonás con el sobrenombre de Pedro y por este solo hecho quieren interpretar que se le dio el pretendido primado.
Entonces lo más sensato es ir a la totalidad de los evangelios y recabar su testimonio al respecto.
El primer detalle de suma importancia es que se dice que el Evangelio escrito por Marcos, fue realmente inspirado por Pedro. Pues bien, Marcos no cita en su evangelio la famosa frase. En cambio lo que sí cita es que Jesús le trato de Satanás. (Marcos 8:33) Evidentemente de la misma manera que no hay tal primado, tampoco hay tal satanismo en el futuro de Pedro. Tampoco Lucas cita la famosa frase en su evangelio (Véase Lucas 9:18-20)
La lógica se impone puesto que, algo tan trascendente para el futuro del cristianismo, de ninguna manera seria silenciado por los tres evangelistas, es decir, Marcos, Lucas y Juan.
La segunda cuestión es ir al mismo Pedro y recabar lo que él entendió respecto a la famosa y controvertida frase.
En su primera Epístola Universal 2:4 hace esta afirmación:
"Acercándoos a él, piedra viva… ¿Quién es esta piedra viva? ¿Pedro? Evidentemente no tal como se muestra en los versos 6, 7, y 8. Entonces, si la piedra es el mismo Jesucristo, si deseamos (verso 5) "ser edificados como casa espiritual" es imprescindible pronunciar la misma confesión que hizo Simón bar Jonás con lo cual recibimos el mismo sobrenombre que recibió el Apóstol. De esta manera Cristo edifica su iglesia con el material en que se convierten aquellos que confiesan que él es el Cristo el Hijo del Dios vivo. ¿Es que se han convertido todos en papas? Si damos por válida la interpretación romanista, así es.
La tercera cuestión: Las tan cacareadas "llaves" con el poder de atar y desatar. La primera pregunta que surge es: ¿Esta promesa fue dada solo a Pedro? Según los romanistas así fue y de ello pretenden deducir el "obispado universal" de los papas. Lo que ocurre es que en el evangelio de Juan leemos estas palabras dichas por el mismo Señor Jesús (Juan.20: 21-23) "Entonces Jesús les dijo otra vez: paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. Y habiendo dicho eso, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. A quienes remitiereis los pecados, le son remitidos; y a quienes se los retuviereis, le serán retenidos" Y en Mat. 18:18, Jesús dijo: "De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo"
En ambos textos, ¿dónde está la exclusiva de Pedro? Pero no acaba aquí la promesa de atar y desatar proferida por Cristo ya que en los versos 19 y 20 Jesús dice: "Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieran de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidieren, les será hecha por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos"
Curioso, ¿no? ¿Por qué DOS y no uno solo, si se le hubiese dado la exclusiva a Pedro?
Esto es exactamente lo que afirma San Agustín en su Sermón 295. "Pedro es el primero de los apóstoles y amigo fervoroso de Cristo, de quien mereció el oír las palabras: A mi vez te digo que tú eres Pedro. Había el dicho al Salvador: "Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo". El Salvador díjole entonces: "Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia". Sobre esta piedra estableceré la fe que confiesas. Sobre lo que dijiste: "Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo", edificaré mi iglesia. Porque tú eres Pedro. Pedro viene de piedra, como cristiano de Cristo.
2) EN PEDRO SE LES DIERON A LA IGLESIA LAS LLAVES DEL REINO DE LOS CIELOS.
Estas llaves no las recibió un hombre, sino la unidad de la iglesia. Lo que hace, pues, descollar la preeminencia, es haber personificado la universalidad y unidad de la iglesia cuando le fue dicho. "Te doy a ti lo que se les dio a los apóstoles todos.
Seguidamente Agustín de Hipona a fin de reforzar lo que esta afirmando cita los mismos textos del evangelio que he citado yo.
(Juan.20: 21-23 y Mat. 18:18).
Así, pues, Agustín de Hipona y yo, estamos de acuerdo.
Agustín de Hipona y la Institución Vaticana no están de acuerdo.
Lo mismo ocurre con otros muchos de los llamados "Padres de la Iglesia"
A fin de que las citas que voy a dar no se tengan por espúreas citaré lo que dijo el eminente erudito jesuita del siglo XVI: Maldonado, el cual escribó: "Hay entre los antiguos autores que interpretan "sobre esta Roca", como aludiendo a "esta fe", o "a esta confesión de fe en la cual me has llamado Hijo del Dios vivo"; entre estos autores cita a Hilario, Gregorio de Nisa, Crisóstomo y Cirilo de Alejandría. San Agustín, apartándose todavía más del verdadero significado (eso de verdadero lo dice Maldonado), interpreta "sobre esta Roca" en el sentido de "sobre mí mismo, Cristo, porque Cristo es la Roca". Para Orígenes es "sobre esta roca (de la fe), es decir: sobre todos los hombres que tienen la misma fe"
El también católico Launoy compuso una lista con las opiniones de los Padres sobre el particular. Encontró que hay 17 Padres a favor de la interpretación de que Pedro es la "Roca". 44 Padres creen es la fe que Pedro confesó. Otros 16 piensan que es Cristo mismo. Y 8 creen que se trata del conjunto de los apóstoles. Así, pues, 68 creen con diversos matices lo mismo que he afirmado yo y solo 17 lo que afirma la Institución Vaticana. ¿Pueden caber dudas respecto a cual era la opinión mayoritaria de las iglesias de los primeros siglos?

Orígenes escribió: "¿O nos aventuraremos a decir que las puertas del infierno no prevalecerán en contra de Pedro, pero prevalecerán en contra de los demás apóstoles y de aquellos que son perfectos? Las palabras en cuestión… (las llaves) "¿no se dice acaso de todos y cada uno de ellos?"

Cipriano escribió: "Nadie entre nosotros se proclama a sí mismo obispo de obispos..." "Lo mismo eran los demás apóstoles que Pedro adornados con la misma participación de honor y potestad".
Jerónimo, escribió: "Pero vosotros decís que la Iglesia está fundada sobre Pedro. Aunque lo mismo se dice en otro lugar de todos los apóstoles"
Crisóstomo explicó Mat. 16:16, así: "Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, es decir, sobre la fe de tu confesión".
Cirilo de Alejandría afirmó: "…la roca, una alusión a su nombre (el de Pedro), como la inconmovible y firme fe del discípulo sobre la cual la iglesia de Cristo se funda y establece"
Hilario escribió: "Sobre esta roca de la confesión se edifica la iglesia… Esta fe es el fundamento de la iglesia.
Ambrosio sostenía que "la fe es el fundamento de la iglesia, porque no de la persona humana de San Pedro sino de la fe, se dijo que las puertas del infierno no prevalecerán en contra de ella
El papa Gregorio I (¿hasta un papa?) exhortaba: "Estableced vuestra fe sobre la roca de la iglesia, a saber; sobre la confesión del bienaventurado Pedro…"
CONTINUARA
--La Institución Vaticana afirma que el pretendido sucesor de Pedro es infalible cuando define materias de fe i de costumbres.
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Tobi
 
Originalmente enviado por: Allucalor
¿Me amas Maripaz?

Nunca he creído en los noviazgos por internet.
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Te pido por favor que no desvies el tema principal de este epígrafe, que trata de quien fundó la primera iglesia en Roma, tienes alguna prueba concluyente de que haya sido Pedro como enseña (sin poder demostrarlo) el catolicismo???

Shalom!!
 
¿ FUE PEDRO EL PRIMER PAPA ?

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MATEO 16:18 EN LOS PADRES DE LA IGLESIA (1)

INTRODUCCIÓN

Según las declaraciones oficiales del Magisterio Católico, el consenso de los Padres es un criterio fundamental en la recta interpretación de las Escrituras. Esto está documentado en muchas declaraciones; me limito a citar dos que son representativas:

quote:


Además, para reprimir los ingenios petulantes, [el Sacrosanto Concilio] decreta que nadie, apoyado en su prudencia, sea osado a interpretar la Escritura Sagrada, en materias de fe y costumbres, que pertenecen a la edificación de la doctrina cristiana, retorciendo la misma Sagrada Escritura conforme al propio sentir, contra aquel sentido que sostuvo y sostiene la santa madre Iglesia, a quien atañe juzgar del verdadero sentido e interpretación de las Escrituras Santas, o también contra el unánime sentir de los Padres, aun cuando tales interpretaciones no hubieren de salir a la luz en tiempo alguno.

Concilio de Trento, Sesión IV del 8 de abril de 1546 (Denzinger # 786; negritas añadidas)

a nadie le es lícito interpretar la misma Escritura contra este sentido ni tampoco contra el sentir unánime de los Padres

Concilio Vaticano I, 1870 (Denzinger # 1788).



Por otra parte, es sabido que Mateo 16,18 es un texto crucial en la justificación bíblica de los dogmas que establecen al obispo de Roma como Cabeza visible de la Iglesia.

Sin embargo, los textos patrísticos que he podido recopilar no muestran un consenso unánime de los Padres en este sentido, ni mucho menos.

He hallado textos de 30 Padres de la Iglesia, que expresan 40 opiniones sobre el texto en cuestión; la diferencia en los números de autores y el de opiniones se debe a que algunos Padres, notablemente Jerónimo y Agustín, expresan más de una interpretación en sus diferentes escritos.

La interpretación más común en los Padres es que la roca sobre la cual se edifica la Iglesia no es Pedro personalmente, sino la fe o confesión que hace Pedro.

Se alinean en esta postura Ambrosiáster, Pablo de Constantinopla, Hilario de Poitiers, Atanasio de Alejandría, Basilio el Grande, Gregorio de Nisa, Ambrosio de Milán, Dídimo el Ciego, Epifanio de Salamis, Juan Crisóstomo, Paladio de Helenópolis, Agustín de Hipona, Cirilo de Alejandría, Isidoro de Pelucio, Teodoreto de Ciro y Basilio de Seleucia, un total de 16 Padres.

A esto pueden añadirse las interpretaciones que consideran “rocas” todos los verdaderos discípulos de Cristo porque ellos confiesan lo mismo que Pedro, y aquí hallamos a Orígenes, Ambrosio de Milán y Agustín de Hipona, lo cual lleva el total a 20.

La segunda interpretación en frecuencia es la que considera a la Roca como Cristo mismo.

Es defendida por Tertuliano de Cartago, Afraates el Sirio, Jacobo de Nisbis, Eusebio de Cesarea, Juan Crisóstomo, Jerónimo, Agustín de Hipona, Casiodoro, Isidoro de Sevilla, Beda el Venerable y Juan de Damasco. Esto hace un total de 11 Padres.

Una opinión minoritaria dice que la Roca son todos los Apóstoles (así Jerónimo e Isidoro de Sevilla) . Otra, elaborada por Cipriano de Cartago, ve en el episcopado universal la roca sobre la que se fundamenta la Iglesia.

En uno de sus polémicos escritos, Tertuliano de Cartago afirmó que Pedro y solamente él, personalmente, es la roca.

No he podido hallar la opinión de que Pedro y sus sucesores en la figura de los obispos de Roma sean la roca en la literatura patrística antes de fines del siglo IV.

Dos Padres de dicha época que pueden invocarse a favor de esta posición son Jerónimo y Agustín. Sin embargo, es interesante que el primero la exprese en una carta dirigida precisamente al obispo de Roma, y el segundo en una carta escrita a propósito de una amenaza de cisma.

Además, en otros de sus escritos, Jerónimo expresa que la Roca es Cristo mismo, o que se trataba de Pedro y los demás los Apóstoles.
Asimismo Agustín, en sus Sermones y Exposiciones dice que:

(1) Pedro era la roca como figura de toda la Iglesia, es decir que, en su fe y también en su debilidad, representaba a todos los que componen el Cuerpo de Cristo (Sermón 26)

(2) Que la roca era Pedro, en cuanto permaneciera en la fe (Exp Salm 45:14)

(3) Que la roca era la confesión de Pedro (Sermón 229P).

(4) Que la Roca era Cristo mismo (Exp Salm 61:3)

De modo que el ilustre obispo de Hipona y Doctor de la Iglesia no parece haber tenido una interpretación única de este versículo.

En definitiva, el único de los Padres que de manera consistente sostiene que la roca era Pedro personalmente y sus sucesores en la persona de los Obipos de Roma, es precisamente un Obispo de Roma, León Magno, a mediados del siglo V.

Por tanto, parece difícil evitar la conclusión de que en este caso en particular, la interpretación oficial católica no cuenta, ni con mucho, con el consenso unánime de los Padres.

La única razón que puede aducirse es que el Magisterio hoy la cree. Es decir, debe ser cierto, sólo porque Roma lo dice y, como todos saben, ella no puede equivocarse.

Mateo 16:18 en los Padres (2)
MATEO 16:18 EN LOS PADRES DE LA IGLESIA

Mateo 16,18 en los Padres de los siglos II y III
Tertuliano de Cartago (c. 160-220)
Si, porque el Señor le dijo a Pedro, «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia», «a ti te he dado las llaves del reino celestial», o «cualquier cosa que hayas atado o desatado en la tierra, será atada o desatada en los cielos», tú por tanto supones que el poder de atar y desatar se ha derivado hacia ti, es decir, a toda Iglesia similar a Pedro, ¿qué clase de hombre eres, subvirtiendo y cambiando totalmente la intención manifiesta del Señor, confiriendo (como lo hizo aquella intención) esto personalmente a Pedro? «Sobre ti», dice, «edificaré mi Iglesia»; y «Te daré las llaves a ti», no a la Iglesia; y «lo que desatares o atares», no lo que «ellos hayan desatado o atado». Pues así enseña el resultado junto con esto. En (Pedro) mismo la Iglesia fue criada; esto es, a través de (Pedro) mismo; él mismo probó la llave; tú ves cuál: «Hombres de Israel, dejad que lo que digo penetre en vuestros oídos: Jesús Nazareno, hombre destinado por Dios para vosotros», y así. (Pedro) mismo, por tanto, fue el primero en despejar, en el bautismo de Cristo, la entrada al reino celestial, en el cual son desatados los pecados que estaban antes atados; y aquellos que no han sido desatados son atados, según la verdadera salvación...
Sobre la Modestia, 21 (ANF 4:99)
Otra vez, Él cambia el nombre de Simón a Pedro ... Pero, ¿por qué Pedro? Si era por el vigor de su fe, había muchos materiales sólidos los cuales podrían prestar su nombre a causa de su fuerza. ¿Fue porque Cristo era tanto una roca como una piedra? Pues leemos que fue puesto «como piedra de tropiezo y roca de contención».
Contra Marción, IV, 13 (ANF 3:365)

Orígenes de Alejandría (c. 185-c.254)
Y si nosotros también hemos dicho como Pedro, «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente», no como si carne y sangre nos lo hubiese revelado, sino por la luz del Padre en los cielos habiendo resplandecido en nuestro corazón, nos tornamos un Pedro, y a nosotros nos podría decir el Verbo, «Tú eres Pedro», etc. Pues es una roca cada discípulo de Cristo de quien bebieron aquellos que bebieron de la roca espiritual que los seguía, y sobre cada roca así se construye toda palabra de la Iglesia, y la constitución que corresponde a ella; pues en cada uno de los perfectos, quienes poseen la combinación de palabras y actos y pensamientos que llenan la bendición, la Iglesia es construida por Dios.
Comentario sobre Mateo, 10 (ANF 10:456)
La promesa dada a Pedro no es restringida a él, sino aplicable a todos los discípulos como él.
Pero si supones que sobre este Pedro solamente toda la Iglesia es construida por Dios, ¿qué dirías sobre Juan el hijo del trueno o de cada uno de los Apóstoles? ¿Nos atreveremos, de otro modo, a decir que contra Pedro en particular no prevalecerán las puertas del Hades, pero que prevalecerán contra los otros Apóstoles y los perfectos? ¿Acaso el dicho previo, «las puertas del Hades no prevalecerán contra ella», no se sostiene con respecto a todos y en el caso de cada uno de ellos? ¿Y también el dicho, «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia?» ¿Son las llaves del reino de los cielos dadas por el Señor a Pedro solo, y ningún otro de los benditos las recibirá? Pero si esta promesa, «Te daré las llaves del reino de los cielos» es común con los otros, ¿cómo no lo serán también todas las cosas de las que previamente se habló, y las cosas que están subordinadas como habiendo sido dirigidas a Pedro, ser comunes para ellos? Pues en este lugar estas palabras parecen haber sido dirigidas como sólo a Pedro ... Pero en el Evangelio de Juan, el salvador habiendo dado a los discípulos el Espíritu Santo soplando sobre ellos, dijo, «Recibid el Espíritu Santo»...
«Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente». Y si alguno le dice esto a Él ... obtendrá las cosas que fueron habladas conforme a la letra del Evangelio a aquel Pedro, pero, como el espíritu del Evangelio enseña, a todo el que se torna tal como era Pedro. Pues llevan el sobrenombre de «roca» todos los que son imitadores de Cristo, esto es, de la roca espiritual que seguía a quienes estaban siendo salvados, para que puedan beber de ella [en] la sequía espiritual. Pero éstos llevan el sobrenombre de la roca tal como lo hace Cristo. Pero también como miembros de Cristo que derivan su sobrenombre de Él ellos son llamados cristianos, y de la roca, Pedros.
Y también en relación con Sus otros nombres, los aplicarás a modo de sobrenombre a los santos; y a todos los tales se les puede decir la declaración de Jesús: «Tú eres Pedro», etc., hasta las palabras [no] «prevalecerán contra ella». Pero ¿qué es el «ella»? ¿Es la roca sobre la cual Cristo construye la Iglesia, o es la propia Iglesia? Pues la frase es ambigua. ¿O es como si la roca y la Iglesia fuesen una misma cosa? Yo creo que esto es lo cierto; pues ni contra la roca sobre la que Cristo construye la Iglesia, ni contra la Iglesia, prevalecerán las puertas del Hades...
Comentario sobre Mateo XII, 11 (ANF 10:456)

Cipriano de Cartago (c. 200- 258)
Nuestro Señor, cuyos preceptos y admoniciones debemos observar, describiendo el honor de un obispo y el orden de Su Iglesia, habla en el Evangelio, y le dice a Pedro: «Te digo a ti, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Y te daré las llaves del reino del cielo, y lo que atases en la tierra, será atado en el cielo, y lo que desatares en la tierra, será desatado en el cielo». De aquí, a través de los cambios de tiempos y sucesiones, el ordenamiento de los obispos y el plan de la Iglesia fluye hacia delante; de modo que la Iglesia está fundada sobre los obispos, y cada acto de la Iglesia está controlado por estos mismos gobernantes.
Epístolas 26:1 (ANF 5:305)
Y el Señor también en el Evangelio, cuando los discípulos lo abandonaron mientras él hablaba, tornándose hacia los doce, dijo «¿también vosotros os iréis?»; entonces Pedro le respondió: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes la palabra de vida eterna; y creemos, y estamos seguros, de que eres el Hijo del Dios viviente». Aquí habla Pedro, sobre quien la Iglesia había de ser edificada, enseñando y mostrando en el nombre de la Iglesia, que aunque una rebelde y arrogante multitud de aquellos que no oirían ni obedecerían pudiera apartarse, aun así la Iglesia no se apartará de Cristo; y son la Iglesia quienes forman un pueblo unido al sacerdote, y el rebaño que se adhiere a su pastor.
Epístolas 68:8 (ANF 5:374)
El Señor le dijo a Pedro: Te digo (dijo Él) que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella. Y te daré las llaves del reino del cielo, y lo que atases en la tierra, será atado en el cielo, y lo que desatares en la tierra, será desatado en el cielo (Mateo 16:18-19). A él de nuevo, después de Su resurrección, le dice:, Alimenta mis ovejas. Sobre él siendo uno, edifica Su Iglesia; y aunque Él da a todos los Apóstoles un poder igual, y dice: Como mi Padre me envió, así también yo os envío; recibid el Espíritu Santo; a quienes les remitáis los pecados, les serán remitidos, y a quienes se los retengáis, les serán retenidos (Juan 20:21); - empero para manifestar unidad, Él por su propia autoridad ha colocado así la fuente de la misma unidad, como para comenzar de uno. Ciertamente los otros Apóstoles también eran lo que era Pedro, dotados de un igual compañerismo de honor y poder; pero se hace un comienzo desde la unidad, para que la Iglesia pueda presentarse como una; la cual una Iglesia, en el Cantar de los Cantares, el Espíritu Santo designa y nombra en la Persona de nuestro Señor: Mi paloma, Mi inmaculada, no es sino una; ella es la única de su madre, elegida de ella que la concibió (Cantares 9:6).
Sobre la unidad de la Iglesia 3-4 (ANF 5:672


Mateo 16:18 en los Padres (3)
MATEO 16:18 EN LOS PADRES DE LA IGLESIA

Mateo 16,18 en los Padres del siglo IV
(Parte 1 de 2)

Afraates el Sirio (principios del siglo IV)

La fe ... es como una construcción que se construye de muchas piezas de artesanía y así su edificio se eleva hasta la cima. Y sabed, mis amados, que en los fundamentos del edificio se colocan piedras, y así descansando sobre piedras, todo el edificio se eleva hasta que es perfeccionado. Así también la verdadera Piedra, nuestro Señor Jesucristo, es el fundamento de toda fe. Y en Él, en (esta) Piedra, se basa la fe. Y descansando sobre la fe toda la estructura se eleva hasta ser completada. Pues es el fundamento lo que constituye el principio de todo el edificio. Pues cuando alguien es traído cerca de la fe, es puesto por él sobre la Piedra, es decir nuestro Señor Jesucristo. Y Su edificio no puede ser zarandeado por las olas, ni dañado por los vientos. Por los embates de la tormenta no se cae, porque su estructura está levantada sobre la roca de la verdadera Piedra. Y en que he llamado a Cristo la Piedra, no he hablado mi propio pensamiento, sino que los Profetas le llamaron de antemano la Roca.
Y ahora oíd lo concerniente a la fe que es basada sobre la Piedra, y lo concerniente a la estructura que se levanta sobre la Piedra ... Así también que el hombre quien se torna una casa, sí, una morada para Cristo, preste atención a lo que se necesita para el servicio de Cristo, quien se aloja en él, y con qué cosas puede complacerle. Pues primero él construye su edificio sobre la Piedra, la cual es Cristo. Sobre Él, sobre la piedra, se edifica la fe ... Todas estas cosas demanda la fe que está basad en la roca de la verdadera Piedra, es decir Cristo. Y si por ventura dijeses: «Si Cristo está puesto por fundamento, ¿cómo es que Cristo también mora en el edificio cuando éste se completa?» Pues el bendito Apóstol dijo ambas cosas. Pues dijo: «Yo como perito arquitecto he puesto el fundamento». Y allí él definió el fundamento y lo hizo claro, pues dijo como sigue: «Ningún hombre puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Cristo Jesús» ... Y por tanto se cumple aquella palabra, que Cristo mora en los hombres, a saber, en aquellos que creen en Él, y Él es el fundamento sobre el cual se levanta todo el edificio.

Demostraciones Selectas, 1:2-6,13, 19


Jacobo de Nisbis (principios del siglo IV)

La fe está compuesta y compactada de muchas cosas. Es como un edificio, porque se construye y completa con mucha esperanza. No ignoras que se ponen grandes piedras en los fundamentos de un edificio, y entonces todo lo que es edificado encima tiene sus piedras unidas entre sí, y así se eleva hasta que se completa la obra. Así, de toda nuestra fe, nuestro Señor Jesucristo es el firme y verdadero fundamento; y sobre esta roca se establece nuestra fe. Por tanto, cuando alguno ha venido a la fe, es puesto sobre una roca firme, la cual es nuestro Señor Jesucristo. Y, a llamar a Cristo una roca, no digo nada por mí mismo, pues los profetas lo han llamado antes una roca.
Sermón 1, Sobre la Fe 1,13

Ambrosiaster (siglo IV)

Pablo escribe sobre las órdenes eclesiásticas; aquí se ocupa de los fundamentos de la Iglesia. Los profetas prepararon, los apóstoles establecieron los fundamentos. Por lo cual el Señor le dice a Pedro: «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia», esto es, sobre la confesión de fe católica estableceré en vida a los fieles.

Comentario sobre Efesios (PL 17:380)

Eusebio de Cesarea (c. 260-340)

Empero, no errarás en absoluto del ámbito de la verdad si supones que «el mundo» es en realidad la Iglesia de Dios, y que su «fundamento» es en el primer lugar, aquella inefablemente sólida roca sobre la cual está fundada, como dice la Escritura: «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella»; y en otra parte: «La roca, además, era Cristo». Pues, como el Apóstol indica con estas palabras: «Nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Cristo Jesús». Entonces, también, luego del Salvador mismo, puedes rectamente juzgar que los fundamentos de la Iglesia son las palabras de los profetas y los apóstoles, de acuerdo con la afirmación del Apóstol: «Edificada sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular».
Comentario sobre los Salmos (PG 23:173, 176)

Pablo de Constantinopla (= Pablo de Emesa, m. 350)

Sobre esta fe la Iglesia de Dios ha sido fundada. Con esta expectativa, sobre esta roca el Señor Dios colocó los fundamentos de la Iglesia. Cuando, entonces, el Señor estaba yendo a Jerusalén, les preguntó a los discípulos, diciendo: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?» Los apóstoles dicen: «Algunos que Elías, otros que Jeremías, o uno de los profetas». Y Él dice, pero vosotros, esto es, mis elegidos, vosotros que me habéis seguido por tres años, y han visto mi poder, y milagros, y presenciaron caminando sobre el mar, quienes han compartido mi mesa, «¿Quién decís que soy?» Instantáneamente, el Corifeo de los apóstoles, la boca de los discípulos, Pedro, «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente».
Homilía sobre la Natividad

9. Hilario de Poitiers (c. 315-367)

Una creencia de que el Hijo de Dios es Hijo sólo de nombre, y no en naturaleza, no es la fe de los Evangelios y de los Apóstoles ... por lo cual pregunto, ¿fue que el bendito Simón bar-Jonás le confesó, Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente? ... Si Él era Hijo por adopción, ¿en dónde descansa la bendición de la confesión de Pedro, la cual ofreció un tributo al Hijo para el cual, en este caso, no hubiese tenido más derecho que cualquier miembro de la comunidad de los santos? La fe del Apóstol penetró en una región cerrada al razonamiento humano... Y esta es la roca de confesión sobre la cual la Iglesia se edifica ... que Cristo no debe ser solamente nombrado, sino creído, como Hijo de Dios.
Sobre la Trinidad, VI,36 (NPNF2 9:111)

Esta fe es aquella que es el fundamento de la Iglesia; a través de esta fe las puertas del infierno no pueden prevalecer contra ella. Esta es la fe que tiene las lla ves del reino de los cielos. Cualquier cosa que esta fe haya desatado o ligado en la tierra será desatada o ligada en el cielo ... La razón misma por la cual él es bendecido es que confesó al Hijo de Dios. Esta es la revelación del Padre, este es el fundamento de la Iglesia, esta es la seguridad de la permanencia de ella. De aquí que ella tiene las llaves del reino de los cielos, de aquí el juicio en el cielo y el juicio en la tierra ...
Sobre la Trinidad, VI,37 (NPNF2 9:112)

Así nuestro único inconmovible fundamento, nuestra única bendita roca de fe, es la confesión de la boca de Pedro, Tú eres el Hijo del Dios viviente. Sobre ella podemos basar una respuesta a toda objeción con la cual el ingenio pervertido o la amarga traición puedan atacar la verdad.
Sobre la Trinidad, II,23 (NPNF2 9: 58)


Mateo 16:18 en los Padres (4)
MATEO 16:18 EN LOS PADRES DE LA IGLESIA

Mateo 16,18 en los Padres del siglo IV

(Parte 2 de 2)

Atanasio de Alejandría (c. 297- 373)


Por esto debemos buscar antes que todas las cosas, si Él es Hijo, y sobre este punto escudriñar especialmente las Escrituras: «pues esto fue, cuando los apóstoles fueron preguntados, que Pedro respondió, diciendo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios Viviente” ... esta es la verdad y el principio soberano de nuestra fe ... Y como Él es un fundamento, y nosotros piedras construidas sobre él ... La Iglesia está firmemente establecida; está fundada sobre la roca, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella ... Y porque esta es la fe de la Iglesia, que ellos de alguna manera entiendan que el Señor envió a los Apóstoles y les mandó hacer de esto el fundamento de la Iglesia.

Cuatro Cartas a Serapión 1:28.


Basilio el Grande (330-379)

Y la casa de Dios, ubicada en los picos de las montañas, es la Iglesia según la opinión del Apóstol. Pues él dice que uno debe saber «cómo comportarse en la casa de Dios». Ahora, los fundamentos de esta Iglesia están sobre las montañas sagradas, ya que está construida sobre el fundamento de los apóstoles y profetas. Una de estas montañas era ciertamente Pedro, sobre la cual roca el Señor prometió construir su Iglesia. Verdaderamente por cierto y por el mayor derecho son las almas sublimes y elevadas, almas que se elevan sobre las cosas terrenales, llamadas «montañas». El alma del bendito Pedro fue llamada una alta roca porque él tenía un fuerte asidero en la fe y soportó constante y valientemente los golpes inflingidos por las tentaciones. Todos, por tanto, quienes han adquirido un entendimiento de la divinidad – por causa de la amplitud de la mente y de aquellas acciones que proceden de ella- son los picos de las montañas, y sobre ellos se edifica la casa de Dios.

Comentario sobre el Profeta Isaías, 2:66 (PG 30:233)


Gregorio de Nisa (c. 330-c. 395)

La calidez de nuestras alabanzas no se extienden a Simón [Pedro] en cuanto él era un pescador; más bien se extiende a su firme fe, la cual es al mismo tiempo el fundamento de toda la Iglesia.

Panegírico sobre San Esteban (PG 46:733)


Ambrosio de Milán (c. 337-397)

La fe, pues, es el fundamento de la Iglesia, pues no fue dicho de la carne de Pedro (su persona), sino de su fe, que «las puertas del Hades no prevalecerían contra ella» ... ¡Haz un esfuerzo, por tanto, en ser una roca! ¡No busques la roca fuera de ti, sino dentro de ti! Tu roca es tu obra, tu roca es tu mente. Sobre esta roca se construye tu casa. Tu roca es tu fe, y la fe es el fundamento de la Iglesia. Si eres una roca, estarás en la Iglesia, porque la Iglesia está sobre una roca. Si estás en la Iglesia las puertas del infierno no prevalecerán contra ti.

Comentario sobre Lucas VI,98 (CSEL 32:4)


Dídimo el Ciego (c. 318-398)

Cuán poderosa es la fe de Pedro y su confesión de que Cristo es el Dios unigénito, el Verbo, el verdadero Hijo de Dios, y no meramente una criatura. Aunque él vio a Dios sobre la tierra vestido de carne y sangre, Pedro no dudó, pues estaba dispuesto a recibir lo que «carne y sangre no te han revelado». Más aún, reconoció al consubstancial y coeterno retoño de Dios, glorificando de este modo aquella raíz increada, aquella raíz sin comienzo, la cual le había revelado la verdad. Pedro creyó que Cristo era una misma deidad con el Padre; y así fue llamado bendito por aquel quien solo es el bendito Señor. Sobre esta roca la Iglesia fue construida, la Iglesia a la cual las puertas del infierno –esto es, los argumentos de los herejes- no vencerán.

Sobre la Trinidad, I, I,30 (PG 39:416)


Epifanio de Salamis (c. 315-403)

Esto es, ante todo, porque él confesó que «Cristo» es «el Hijo del Dios viviente», y se le dijo, «Sobre esta roca de fe segura edificaré mi Iglesia» -pues él claramente confesó que Cristo es el verdadero Hijo.

Panarion, II-III



Juan Crisóstomo (c. 347-407)

Por tanto Él añadió esto, «Y te digo, tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia; esto es, sobre la fe de su confesión ... Pues Cristo no le añadió nada más a Pedro, sino que como si su fe fuera perfecta, dijo, que sobre esta confesión Él edificaría la Iglesia, pero en el otro caso [Juan 1:49-50] no hizo nada parecido, sino lo contrario ...

Homilías sobre el Evangelio de Juan XXI,1 (NPNF 14:73)

Su significado [1 Cor 3:11] es este: He predicado a Cristo, os he entregado el fundamento. «Pues ningún otro fundamento puede un hombre poner, que aquel que está puesto». Sobre éste entonces edifiquemos, y como un fundamento adhirámonos a él, como una rama a una viña; y que no haya distancia entre nosotros y Cristo.

Homilías sobre 1 Corintios VIII, ver. 11 (NPNF 12:47


Mateo 16:18 en los Padres (5)
MATEO 16:18 EN LOS PADRES DE LA IGLESIA

Mateo 16,18 en los Padres del siglo V

Parte 1 de 2

Jerónimo (342-420)

Empero, aunque tu grandeza me aterra, tu amabilidad me atrae. Del sacerdote demando el cuidado de la víctima, del pastor la protección debida a las ovejas ... Mis palabras son dirigidas al sucesor del pescador, al discípulo de la cruz. Así como no sigo a otro líder que a Cristo, no comulgo con otro que con vuestra bendición, esto es, con la cátedra de Pedro. ¡Pues esta, yo sé, es la roca sobre la cual se edifica la Iglesia! Esta es la sola casa donde el cordero pascual puede justamente ser comido. Esta es el arca de Noé, y quien no se encuentre en ella perecerá cuando prevalece el diluvio.

Carta al papa Dámaso, XV, 2 (NPNF2 6:18)

Si, entonces, el Apóstol Pedro, sobre quien el Señor ha fundado la Iglesia, ha dicho expresamente que la profecía y la promesa del Señor fueron entonces y allí cumplidas, ¿cómo podemos afirmar otro cumplimiento por nuestra cuenta?

Epístola a Marcela XLI, 2 (NPNF2 6:55)

Pero, dices, la Iglesia fue fundada sobre Pedro: aunque en otra parte lo mismo se atribuye a todos los Apóstoles, y ellos reciben todos las llaves del reino del cielo, y la fuerza de la Iglesia depende de todos ellos por igual, empero uno de entre los doce es escogido de modo que cuando una cabeza hubo sido dispuesta, no hubiese ocasión para cisma. ¿Pero por qué no fue elegido Juan, que era virgen? Se le prestó deferencia a la edad, porque Pedro era el mayor: uno que era joven, casi diría un muchacho, no podía ser puesto por sobre hombres de edad avanzada; y un buen maestro que estaba dispuesto a quitar toda ocasión de contienda entre sus discípulos ... no ha de pensarse que daría causa de envidia contra el joven que había amado... Pedro es un Apóstol, y Juan es un Apóstol; pero Pedro es solamente un Apóstol, mientras que Juan es un Apóstol, y un Evangelista, y un profeta. Un Apóstol, porque escribió a las Iglesias como maestro; un Evangelista, porque compuso un Evangelio, cosa que ningún otro de los Apóstoles, excepto Mateo, hizo; un profeta, porque vio en la isla de Patmos, donde había sido exiliado por el emperador Domiciano como un testigo del Señor, un Apocalipsis conteniendo los ilimitados misterios del futuro... El escritor virgen expuso misterios que no pudo exponer el casado, y para resumir brevemente todo y mostrar cuán grande fue el privilegio de Juan, la Madre virgen fue confiada por el Señor virgen al discípulo virgen.

Contra Joviniano I, 26 (NPNF2 6:366)

El fundamento singular que el arquitecto apostólico puso es nuestro Señor Jesucristo. Sobre este estable y firme fundamento, el cual ha sido depositado sobre terreno sólido, se edifica la Iglesia de Cristo ... Pues la Iglesia fue fundada sobre una roca ... sobre esta roca el Señor estableció su Iglesia; y el Apóstol Pedro recibió su nombre de esta roca (Mt 16,18) ... Ella, que con una firme raíz está fundada sobre la roca, Cristo, la Iglesia católica, es la única paloma; ella se yergue como la perfecta, y cercana a Su diestra, y nada siniestro tiene en ella ... La roca es Cristo, quien concedió a sus discípulos que ellos también fuesen llamados rocas, «Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia».

Comentario sobre Mateo 7:25; Epístola 65:15; Sobre Amós VI,12-13


Paladio de Helenópolis (c. 365-425)

«¿Vosotros, empero, quién decís que soy?» No todos respondieron, sino solamente Pedro, interpretando la mente de todos: «Tú eres el Cristo, Hijo del Dios viviente». El Salvador, aprobando la corrección de esta respuesta, habló, diciendo: «Tú eres Pedro, y sobre esta roca» -esto es, sobre esta confesión- «edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella».

Diálogo sobre la vida de Juan Crisóstomo (PG 47:48)


Nilo de Ancira (m. hacia 430)

Si, más aún, se significa un hombre del Señor, el primero en ser comparado con el oro sería Cefas, cuyo nombre es, interpretado, «roca». Este es el más alto de los Apóstoles, también llamado Cefas, quien proveyó en su confesión de fe el fundamento para la edificación de la Iglesia.

Comentario sobre el Cantar de los Cantares (PG 87 [ii]: 1693)


Agustín de Hipona (354-430)

Pues si la sucesión lineal de obispos ha de ser tomada en cuenta, ¡con cuántos más certeza y beneficio para la Iglesia reconocemos hacia atrás hasta que llegamos a Pedro mismo, a quien, como llevando en una figura a toda la Iglesia, el Señor dijo: «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella»! El sucesor de Pedro fue Lino, y sus sucesores en una continuidad inquebrantada fueron estos...

Epístola a Generoso , LIII,2 (NPNF2 12:298)


El Evangelio que ha sido leído recién ... nos da a entender que el mar es el mundo presente, y el Apóstol Pedro el tipo de la única Iglesia. Pues Pedro, primero en el orden de los Apóstoles, y en el amor de Cristo, adelantadísimo, responde a menudo solo por todo el resto. De nuevo, cuando el Señor Jesucristo preguntó, “Pero ¿quién decis vosotros que soy?” Pedro respondió “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Uno dio la respuesta por muchos, Unidad en la multiplicidad. Entonces le dijo el Señor, “Bendito eres tú, Simón bar Jonás, porque carne y sangre no te lo ha revelado, sino mi Padre que está en el cielo”. Entonces agregó “Y te digo a ti” . Como si Él hubiera dicho, “Porque tú me lo dijiste a mí, « eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente», yo también te digo «Tú eres Pedro»”. Pues antes él era llamado Simón. Ahora, este nombre de Pedro le fue dado por el Señor, y esto en una figura, que él significaba la Iglesia. Pues viendo que Cristo es la Roca (Petra), Pedro es el pueblo cristiano. Pues la roca (Petra) es el nombre original. Por tanto, Pedro es así llamado por la roca, no la roca por Pedro; al igual que Cristo no es llamado Cristo por los cristianos, sino los cristianos por Cristo. “Por tanto”, dijo, “tú eres Pedro; y sobre esta Roca” que tú has confesado, sobre esta Roca que has reconocido, diciendo “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente, edificaré mi Iglesia”. Te construiré a ti sobre mí, no a mí sobre ti.

A continuación Agustín trata del incidente registrado unos pocos versículos más adelante, en Mateo 16:22ss, donde cuando el Señor anuncia su pasión, Pedro trata de persuadirlo, y Jesús le dice “Apártate de mí, Satanás, porque me eres tropiezo”. El obispo de Hipona prosigue:


Distingamos, mirándonos a nosotros mismos en este miembro de la Iglesia, lo que es de Dios y lo que es nuestro. Pues entonces no vacilaremos, entonces estaremos fundados sobre la Roca, entonces estaremos fijos y firmes contra los vientos, y tormentas, y corrientes, las tentaciones, quiero decir, de este mundo presente. Empero ved a este Pedro, quien era entonces nuestra figura; ahora confía, ahora vacila; ahora confiesa al Inmortal, y ahora tema que Él muera. ¿Por qué? Porque la Iglesia de Cristo tenía tanto débiles como fuertes ... En que Pedro dijo “Tú eres el Cristo, el hijo del Dios viviente”representa a los fuertes”; pero en que vacila, y no admite que Cristo pueda sufrir, en temer la muerte de Él, y no reconocer la vida, él representa a los débiles de la Iglesia. En aquel un Apóstol, entonces, esto es Pedro, en el orden de los Apóstoles primero y principal, en quien la Iglesia estaba figurada, ambas clases estaban representadas, esto es, tanto los fuertes como los débiles; porque la Iglesia no existe sin ambos.

Sermón 26.


Cristo, como ves, edificó su Iglesia no sobre un hombre sino sobre la confesión de Pedro. ¿Cuál es la confesión de Pedro? «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente». Aquí está la roca para vosotros, aquí el fundamento, aquí es donde la Iglesia ha sido construida, la cual las puertas del inframundo no pueden conquistar.

Sermón 229P.1

De aquí que Él amoneste así a Pedro cuando éste le dio mal consejo. Pues el Señor, cuando estaba a punto de sufrir por nuestra salvación, también anunció lo que habría de ocurrir concerniente a aquella misma Pasión; y Pedro dice, «¡Lejos esté esto de Ti!, ¡Dios no lo permita!, ¡Esto no será!» ... Pero el Señor, para hacerlo que no fuera delante de Él, sino siguiéndole, dices, «¡Apártate de mí, Satanás!» Es por esta razón que dijo «Satanás», porque estás pretendiendo ir delante de Él, a quien debes seguir; pero si estás detrás, si lo sigues a Él, no serás de aquí en adelante «Satanás». ¿Qué entonces? «Sobre esta Roca edificaré mi Iglesia».

Exposiciones sobre Salmos 40:24 (NPNF 8:127)

Pero inmediatamente cuando el Señor comenzó a hablar de Su Pasión, él temió que pereciese por muerte, en tanto que nosotros mismos habríamos de perecer a menos que Él muriese; y dijo: «Lejos de ti, oh Señor, está no será hecho». Y el Señor, a aquel a quien poco antes le había dicho, «Benditos eres, y sobre esta Roca edificaré mi Iglesia», le dijo, «Apártate de mí, Satanás, porque eres una ofensa para mí». ¿Por qué entonces es «Satán» aquel que poco antes era «bendito» y una «Roca»? «Porque no saboreas las cosas que son de Dios», dijo Él, «sino aquellas que son del hombre». Un poco antes él saboreaba las cosas que son de Dios: porque «no te lo ha revelado carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos». Cuando [Pedro estaba] en Dios, alabó su discurso, no Satán sino Pedro, de petra; pero cuando [estaba] en sí mismo y desde la enfermedad humana, el amor carnal del hombre, el cuál sería un impedimento para su propia salvación, y la del resto, es llamado Satán. ¿Por qué? Porque pretendía ir delante del Señor, y darle consejo terrenal al Líder celestial... Tú dices, «Lejos esté» y tú dices, «Oh, Señor»; ciertamente si Señor es Él, sabe lo que hace, sabe lo que dice. Pero tú deseas guiar a tu Líder, enseñar a tu maestro, mandar a tu Amo, escoger por Dios: has ido demasiado lejos, retrocede...

Exposiciones sobre Salmos 45:14 (NPNF 8:222-223)

Si en Él hemos sido tentados, en Él vencemos al diablo ... «Sobre la Roca me has exaltado Tú». Ahora por tanto percibimos aquí quién está clamando desde los confines de la tierra. Traigamos a la mente el Evangelio: «Sobre esta Roca edificaré mi Iglesia». Por tanto clama desde los confines de la tierra Ella, quien Él había querido que fuese construida sobre una Roca. Pero para que la Iglesia pudiese ser edificada sobre la Roca, ¿quién fue hecho tal Roca? Escucha a Pablo diciendo: «Pero la Roca era Cristo». En Él entonces hemos sido edificados. Por esta razón aquella Roca sobre la cual hemos sido edificados, primero había sido azotada con vientos, inundación, lluvia, cuando Cristo estaba siendo tentado por el diablo. Ved sobre qué firmeza Él ha querido establecerte. Con razón nuestra voz no es en vano, sino que es escuchada con atención: pues en grande esperanza hemos sido dispuestos: «Sobre la Roca me has exaltado».

Exposiciones sobre Salmos 61:3 (NPNF 8:249)


Mateo 16:18 en los Padres (6)
MATEO 16:18 EN LOS PADRES DE LA IGLESIA

Mateo 16,18 en los Padres del siglo V

Parte 2 de 2


Cirilo de Alejandría (m. 444)

Pero ¿por qué decimos que ellos son «fundamentos de la tierra»? Pues Cristo es el fundamento y la base inconmovible de todas las cosas ... Pero los siguientes fundamentos, aquéllos más cercanos a nosotros, puede entenderse que son los apóstoles y evangelistas, aquellos testigos oculares y ministros de la Palabra quienes se han levantado para el fortalecimiento de la fe. Pues cuando reconocemos que sus propias tradiciones deben ser seguidas, servimos a una fe que es verdadera y no se desvía de Cristo. Pues cuando [Pedro] sabia y osadamente confesó su fe a Jesús diciendo, «Tú eres Cristo, Hijo del Dios viviente», Jesús le dijo al divino Pedro, «Tú eres Pedro y sobre esta roca edificaré mi Iglesia». Ahora, por la palabra «roca» Jesús indicó, creo, la inamovible fe del discípulo...


Comentario sobre Isaías IV,2 (PG 70:940)

«Y te digo, tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella». El apodo, creo, llama a ninguna otra que a la inconmovible y muy firme fe del discípulo «una roca», sobre la cual la Iglesia fue fundada y hecha firme y permanece continuamente inexpugnable aun con respecto a las mismas puertas del infierno.

Diálogo sobre la Trinidad IV (PG 75:866)


Isidoro de Pelusio (m. hacia 450)

Cristo, quien escudriña los corazones, no preguntó a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que yo, el Hijo del Hombre, soy?». No porque no supiera las diversas opiniones de los hombres concernientes a Él mismo, sino que estaba deseoso de enseñar a todos la misma confesión la cual Pedro, inspirado por Él, puso como la base y fundamento, sobre los cuales el Señor edificó su Iglesia.

Epístola 253


Teodoreto de Ciro (c. 393- c. 458)

Que nadie neciamente suponga que el Cristo es cualquier otro que el Hijo unigénito. No nos imaginemos más sabios que el don del Espíritu. Escuchemos las palabras del gran Pedro, «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente». Escuchemos al Señor Cristo confirmando esta confesión, pues «Sobre esta roca», dice, «edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella». Por tanto también el sabio Pablo, excelentísimo arquitecto de las iglesias, no fijó otro fundamento que éste. «Yo», dice, «como perito arquitecto he puesto el fundamento, y otro construye encima. Pero que cada quien vea cómo edifica. Pues ningún hombre puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo». ... Por tanto nuestro Señor Jesucristo permitió al primero de los apóstoles, cuya confesión Él había fijado como una suerte de cimiento y fundamento de la Iglesia, que vacilase, y que lo negase, y entonces lo levantó de nuevo... Ciertamente él está llamando a la fe piadosa y a la confesión verdadera una «roca». Pues cuando el Señor preguntó a sus discípulos quién decía el pueblo que era él, el bendito Pedro habló, diciendo «Tú eres Cristo, el Hijo del Dios viviente». A lo cual el Señor respondió: «De cierto, de cierto te digo que eres Pedro y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella».

Epístola 146; 77; Comentario al Cantar de los Cantares, II,14. (NPNF2 3)


Basilio de Seleucia (m. cerca de 459)

En obediencia la lengua de Pedro se puso en movimiento y aunque ignorante de la doctrina, aportó una respuesta: «Tú eres Cristo, Hijo del Dios viviente»... Ahora Cristo llamó a esta confesión una roca, y nombró a quien la confesó «Pedro», percibiendo la apelación como apropiada para el autor de esta confesión. Pues esta es la solemne roca de la religión , esta es el muro de la fe y el fundamento de la verdad: «Pues nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Cristo Jesús».

Oración XXV,4 (PG 85:297-298)


León I Magno (papa 440-461)

Nuestro Señor Jesucristo, Salvador de la humanidad, instituyó la observancia de la religión divina, la cual Él quiso que por la gracia de Dios derramase su brillo sobre todas las naciones y todos los pueblos de tal forma que la Verdad, que antes estaba confinada al anuncio de la Ley y los Profetas, pudiese a través del sonido de trompeta de los Apóstoles salir para la salvación de todos los hombres, como está escrito: «Su sonido ha salido a cada tierra, y sus palabras hasta los confines del mundo». Mas este sacramento misterioso el Señor deseó que fuese la ocupación de todos los Apóstoles, pero de tal forma que Él ha puesto el cargo principal en el bendito Pedro, jefe de todos los Apóstoles; y de él como de la Cabeza desea que sus dones fluyan a todo el cuerpo; de modo que cualquiera que se atreve a separarse de la sólida roca de Pedro pueda entender que no tiene parte ni porción en el misterio divino. Pues Él deseó que aquel que había sido recibido al compañerismo en Su unidad indivisa que fuese nombrado como Él mismo lo fue, cuando dijo: «Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia»; para que la edificación del templo divino por el maravilloso don de Dios pudiese descansar el la sólida roca de Pedro: fortaleciendo a Su Iglesia tan ciertamente que ni la precipitación humana pudiera asaltarla, ni las puertas del infierno pudieran prevalecer contra ella. Pero a esta santísima firmeza de la roca, levantada, como hemos dicho, por la mano edificadora de Dios, un hombre debe desear destruirla en extrema impiedad cuando trata de quebrantar el poder de ella, favoreciendo sus propios deseos, y no siguiendo lo que él recibió de los antiguos...

Epístola a los Obispos de la Provincia de Viena, X (NPNF2 12:8-9)

Y cuando ellos hubieron registrado las varias opiniones de otras gentes, Él dijo, «Pero vosotros, ¿quién decís que soy?» ... Ante lo cual el bendito Pedro, cuya confesión divinamente inspirada estaba destinada a beneficiar a todas las naciones, dijo, «Tú eres Cristo, el Hijo del Dios viviente». Y no inmerecidamente fue declarado él bendito por el Señor, tomando de la piedra angular principal la solidez del poder cuyo nombre también expresa, él, quien, a través de la revelación del Padre, le confesó ser a la vez Cristo e Hijo de Dios...

Carta a Flaviano, XXVIII, 5 (NPNF2 12:41-42)

Y si Eutiques hubiese creído esto inteligente y totalmente, nunca se hubiera retirado del camino de esta Fe. Pues Pedro recibió esta respuesta del Señor por su confesión: «Bendito eres tú, Simón bar Jonás; pues carne y sangre no te lo ha revelado, sino mi Padre que está en el cielo. Y te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella». Pero el que tanto rechaza la confesión del bendito Pedro como contradice el Evangelio de Cristo, está muy lejos de la unión con este edificio; pues se muestra a sí mismo como no habiendo nunca tenido ningún celo por entender la Verdad, y tener solamente la vacía apariencia de alta estima, quien no adornó las canas de la ancianidad con ningún juicio maduro del corazón.

Carta al Sínodo de Éfeso XXXIII, 1 (NPNF2 12: 47)

Ya que, por tanto, la Iglesia universal ha devenido una roca (petra) a través de la edificación de la Piedra original, y el primero de los Apóstoles, el beatísimo Pedro, oyó la voz del Señor diciendo, «Tú eres Pedro, y sobre esta roca )petra) edificaré mi Iglesia», quién hay allí que se atreva a asaltar tal fuerza inexpugnable, a menos que sea el anticristo o el diablo, quien, permaneciendo inconverso en su impiedad, está ansioso por sembrar mentira mediante los vasos de ira que son apropiados para su perfidia, mientras bajo el falso nombre de la diligencia pretende estar en busca de la Verdad.

Carta a León César CLVI, 2 (NPNF2 12:100)

Y de Su gobierno y protección eterna hemos recibido también el apoyo de la ayuda de los Apóstoles, la cual ciertamente no cesa en su operación; y la fuerza del fundamento, sobre la cual se levanta toda la superestructura de la Iglesia, no se debilita por el peso del templo que descansa sobre él. Pues la solidez de aquella fe que fue alabada en el jefe de los Apóstoles es perpetua; y como permanece aquello que Pedro creyó en Cristo, así permanece lo que Cristo instituyó en Pedro. Pues cuando, como se ha leído en la lección del Evangelio, el Señor hubo preguntado a los discípulos quién creían ellos que era Él, en medio de las variadas opiniones sostenidas, y el bendito Pedro hubo replicado, diciendo, «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente», el Señor dice, «Bendito eres tú, Simón bar Jonás, porque carne y sangre no te lo ha revelado, sino mi Padre que está en el cielo. Y te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Y te daré las llaves del reino de los cielos. Y lo que atares en la tierra, será atado en el cielo; y lo que desatares en la tierra, será desatado también en el cielo».

La dispensación de la Verdad por tanto permanece, y el bendito Pedro perseverando en la fuerza de la Roca, que él ha recibido, no ha abandonado el timón de la Iglesia, que él tomó. Pues él fue ordenado antes que el resto en tal forma que de ser llamado la Roca, de ser pronunciado el Fundamento, de ser constituido el Portero del reino de los cielos, de ser colocado como Árbitro para atar y desatar, cuyos juicios retendrían su validez en el cielo, de todos estos títulos místicos podemos conocer la naturaleza de su asociación con Cristo. Y aún hoy él más plena y efectivamente desempeña lo que le está confiado, y realiza cada parte de su obligación y encargo en Él y con Él, a través de Quien ha sido glorificado. Y así, si cualquier cosa es rectamente hecha y rectamente decretada por nosotros, si cualquier cosa se gana de la misericordia de Dios por nuestras cotidianas súplicas, es por su obra y méritos cuyo poder vive y cuya autoridad prevalece en su Sede. Pues esto, amadísimos, fue ganado por aquella confesión, la cual, inspirada en el corazón del Apóstol por Dios el Padre, trascendió toda la incertidumbre de las opiniones humanas, y fue dotada con la firmeza de una roca, la cual ningún asalto podría conmover. Pues en toda la Iglesia Pedro diariamente dice: «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente», y toda lengua que confiesa al Señor acepta la instrucción que su voz trae. Esta Fe conquista al diablo, y quebranta las ataduras de sus prisioneros. Nos arranca de esta tierra y nos planta en el cielo, y las puertas del Hades no pueden prevalecer contra ella. Pues con tal solidez está dotada por Dios que la depravación de los heréticos no pueden dañarla ni la incredulidad de los gentiles vencerla.

Sermón III , 2-3 (NPNF2 12:117)

Y rectamente fue el bendito Apóstol Pedro alabado por confesar esta unión, quien cuando el Señor estaba averiguando qué conocían de Él los discípulos, rápidamente se anticipó al resto y dijo, «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente». Y esto ciertamente vio, no por la revelación de carne o sangre, que podrían haber retardado su visión interior, sino por el mismo Espíritu del Padre obrando en su corazón creyente, para que en preparación para gobernar toda la Iglesia él pudiera primero aprender lo que habría de enseñar, y para la solidificación de la Fe, la cual estaba destinado a predicar, pudiese recibir este reaseguro, «Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella». Esta fuerza, por tanto, de la Fe cristiana, la cual, construida sobre una roca inexpugnable no teme a las puertas de la muerte, reconoce al único Señor Jesucristo como tanto verdadero Dios y verdadero Hombre, creyéndolo asimismo el Hijo de la Virgen, quien es el Creador de su Madre; nacido también al final de los tiempos, aunque es el Creador del tiempo; Señor de todo poder, y aún así mortal; ignorante del pecado, y aun así sacrificado por los pecadores según la semejanza de carne pecaminosa.

Sermón sobre la Pasión, XI Sermón LXII, 2 (NPNF2 12:174)


Mateo 16:18 en los Padres (7)
MATEO 16:18 EN LOS PADRES DE LA IGLESIA

Mateo 16,18 en los siglos VI a IX


Casiodoro (c. 485- c. 580)

«No será conmovida» se dice acerca de la Iglesia a la cual sola aquella promesa le ha sido dada: «Tú eres Pedro y sobre esta roca edificaré mi Iglesia y las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella». Pues la Iglesia no puede ser conmovida porque se sabe que ha sido fundada sobre la roca más sólida, a saber, Cristo el Señor ... De este «fundamento», es inferido rectamente Cristo, quien es una roca inconmovible y una roca inexpugnable. Concerniente a esto dice el Apóstol: «Pues ningún otro fundamento puede ningún hombre poner que aquel que está ya puesto, el cual es Cristo Jesús».

Exposiciones sobre los Salmos 45:5 (PL 70:330)

Gregorio I Magno (nacido c. 540; papa 590-604)

Pero ya que no es mi causa, sino la de Dios, ya que las leyes piadosas, ya que los santos sínodos, ya que los mismos mandamientos de nuestro Señor Jesucristo son trastornados por la invención de una cierta orgullosa y pomposa frase, que sea el piadosísimo Señor que corte el lugar de la llaga, y ate al paciente remiso en las cadenas de la augusta autoridad. Pues al ligar estas cosas ajustadamente alivias a la república; y, mientras cortas estas cosas, provees el alargamiento de tu reinado.
Pues a todos los que conocen el Evangelio les es evidente que por la voz del Señor el cuidado de toda la Iglesia le fue confiado al santo Apóstol y Príncipe de todos los Apóstoles, Pedro. Pues a él se le dice, «Pedro, ¿me amas? Apacienta a mis ovejas». A él le es dicho, «He aquí, Satanás ha deseado zarandearos como trigo; y yo he orado por ti, Pedro, para que tu fe no falle. Y tú, cuando te hayas convertido, fortalece a tus hermanos». A él se le dice, «Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Y te daré las llaves del reino del cielo; y lo que atares en la tierra será también atado en el cielo; y lo que desatares en la tierra, será desatado también en el cielo».
Ved, él recibió las llaves del reino celestial, y le es dado poder para atar y desatar, le es confiado el cuidado y la principalidad de toda la Iglesia, y aún así él no es llamado el Apóstol universal; mientras que el santísimo hombre, mi compañero sacerdote Juan, intenta ser llamado obispo universal. Estoy forzado a gritar y decir ¡Oh tiempos, oh costumbres!
Ved, todas las cosas en las regiones de Europa son entregadas al poder de los bárbaros, las ciudades son destruidas, los campos arrasados, las provincias despobladas, ningún labriego habita la tierra, los adoradores de ídolos prevalecen y dominan para la matanza de los fieles, y aun sí sacerdotes, quienes deberían ellos mismos yacer llorando sobre el piso y en cenizas, buscan para sí nombres de vanagloria, y se glorían en en nombres nuevos y profanos.
¿Defiendo yo mi propia causa en este asunto, piadosísimo Señor? ¿Resiento que se me haya hecho mal a mí especialmente? No, la causa de Dios Omnipotente, la causa de la Iglesia universal.
¿Quién es éste que, contra las ordenanzas evangélicas, contra los decretos de los cánones, presume para usurpar para sí un nuevo nombre? Lo haría aquél si por él mismo fuese, si pudiera ser sin ninguna mengua de los demás – codicia ser universal.
Y ciertamente sabemos que muchos sacerdotes de la Iglesia de Constantinopla han caído a la vorágine de la herejía ... Si entonces cualquiera de esa Iglesia toma para sí aquel nombre, por el cual se hace la cabeza de todos los buenos, se sigue que la Iglesia universal cae de su pedestal (lo cual no permita Dios) cuando aquel que es llamado universal cae. Pero lejos de los corazones cristianos esté aquel nombre de blasfemia, en el cual es quitado el honor de todos los sacerdotes, mientras se lo arroga locamente para sí uno (solo).
Ciertamente, en honor de Pedro, Príncipe de los Apóstoles, le fue ofrecido por el venerable sínodo de Calcedonia al romano pontífice. Pero ninguno de ellos ha jamás consentido usar tal nombre de singularidad, no sea que, por algo que se le da peculiarmente a uno, los sacerdotes en general sean deprivados del honor que se les debe. ¿Cómo es que nosotros no buscamos la gloria de este título aun cuando es ofrecida, y otro pretende arrebatarlo para sí mismo aunque no se le ofrece?

Epístola XX a Mauricio César (NPNF 2 12:170-171)


Isidoro de Sevilla (c. 560-636)

Pedro lleva el carácter de la Iglesia, el cual tiene el poder de perdonar pecados y de llevar a los hombres desde el Hades hasta el reino celestial ... Todos los Apóstoles también llevan el tipo de la Iglesia entera, ya que ellos también han recibido un poder igual de perdonar pecados. Ellos llevan también el carácter de los patriarcas, quienes por la palabra de la predicación espiritualmente engendraron al pueblo de Dios en todo el mundo ...

Alegorías en el Nuevo Testamento (PL 83:117-118)

El hombre sabio que edificó su casa sobre la roca significa el maestro fiel, quien ha establecido los fundamentos de su doctrina y vida sobre Cristo ... Más aún, Cristo es llamado un «fundamento» porque la fe se establece en él, y porque la Iglesia católica está construida sobre él.

Etimologías VII,2 (PL 82:267)


Beda el Venerable (c. 673-735)

Tú eres Pedro y sobre esta roca de la cual has tomado tu nombre, esto es, sobre mí mismo, edificaré mi Iglesia, sobre aquella perfección de la fe que tú confesaste edificaré mi Iglesia por cuya unanimidad de confesión si alguno se desviase aunque en sí mismo pareciera hacer grandes cosas, él no pertenence al edificio de mis Iglesia. ... Metafóricamente se le dice a él que la Iglesia ha de ser construida sobre esta roca, es decir, el Salvador que tú confesaste, quien ha concedido participación al fiel confesor de su nombre.

Homilías 23 (PL 94:260)


Juan de Damasco (c. 675-c. 749)

Y Pedro, encendido por un ardiente celo y preparado por el Espíritu Santo, replicó: «Tu eres Cristo, el Hijo del Dios viviente». ¡Oh, bendita boca! ¡Perfectos, benditos labios! ¡Oh, alma teológica! ¡Mente llenada por Dios y hecha digna por la instrucción divina! ¡Oh, divino órgano por el cual Pedro habló! Rectamente eres bendito, Simón hijo de Jonás ... porque ni carne ni sangre ni la mente humana, sino mi Padre en el cielo te ha revelado esta divina y misteriosa verdad a ti. Pues nadie conoce al Hijo, salvo aquél que es conocido por él ... Esta es la firme e inamovible fe sobre la cual, como sobre la roca cuyo sobrenombre llevas, la Iglesia está fundada. Contra ésta las puertas del infierno, las bocas de los herejes, las máquinas de los demonios –pues ellos habrán de atacar- no prevalecerán. Ellos tomarán las armas pero no vencerán.

Homilía sobre la Transfiguración (PG 96:554-555)


Pascasio Radberto (c. 785-860)

Hay una respuesta de todos sobre los cuales la Iglesia es fundada y contra los cuales las puertas del infierno no prevalecerán ... Tan grande fe no surge excepto de la revelación de Dios el Padre y la inspiración del Espíritu Santo de modo que cualquiera que tenga fe, como una piedra firme, es llamado Pedro ... Debiera notarse que cualquiera de los fieles es una roca en la medida en que es un imitador de Cristo y es luz en la medida en que es iluminado por la luz y por esto la Iglesia de Cristo está fundada sobre aquéllos en cuanto son fortalecidos por Cristo. De modo que no en Pedro solo sino sobre todos los Apóstoles y los sucesores de los Apóstoles se edifica la Iglesia de Dios. Pero estas montañas son primero edificadas en la montaña, Cristo, elevada sobre todas las montañas y cerros.... Esta es ciertamente la vera e inviolable fe dada a Pedro por Dios el Padre, según la cual si no hubiese habido siempre un Hijo no hubiera habido siempre un Padre, sobre la cual fe la Iglesia toda está fundada y permanece firme, creyendo que Dios es el Hijo de Dios.

Comentario sobre Mateo (PL 120:561, 555-556)


http://forocristiano.iglesia.net/showthread.php?s=&threadid=10994&perpage=15&pagenumber=13
 
TU ERES PEDRO


Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia.» (Mat. 16:18.)



Pregunta. Al decir Jesús: «tú eres pétros y sobre esta petra edificaré mi iglesia», ¿no tienen razón los católico romanos al afirmar que el papado es institución divina y que descansa sobre estas palabras de Jesús mismo, constituyendo a Pedro fundamento de la Iglesia?


Respuesta. En contestación a esta pregunta, creemos oportuno copiar en su totalidad un artículo importante que apareció en El Cristiano, de Madrid, hace ya 50 años (año XLII, número 2.090).

Dice:
«Tú eres Pedro (Mat. 16:18). Los romanistas dan aquí mucha importancia a este pasaje, como si apoyase sus infundadas pretensiones. Nótese, desde luego, que «la Iglesia está edificada sobre el fundamento de los Apóstoles y Profetas», no sobre un Apóstol o Profeta único. Pero la pretensión de que el obispo de Roma debía suceder a Pedro, no tiene ni un átomo de evidencia en la Palabra de Dios, nuestro único y suficiente guía. Un apóstol no podía tener sucesión en el apostolado, y si uno podía, ¿por qué no los demás?

En 1.a Cor., cap. 9 y ver. 1, leemos que una de las marcas de un apóstol era haber visto al Señor Jesús, y ningún Papa lo vio; no puede, por tanto, ser apóstol o sucesor de uno de ellos.

Pero sea que Cristo dijera que edificaría su Iglesia sobre Pedro, o sobre lo que la confesión de Pedro significaba, esto no favorece nada las pretensionese de Roma. Roma no tiene más derecho ni relación alguma con lo dicho por Cristo, que Antioquía, o Ginebra, o cualquier otra.

Lo que sí es muy interesante saber es que dicho pasaje viene, probablemente, de un error de traducción, según puede verse a continuación:

1. Un caballero, dedicado al estudio, y linguista, habiendo obtenido la Introducción a las Autoridades del Vaticano por el cardenal Maning, menciona, que en la biblioteca del Vaticano hay un documento del siglo II a.C., el cual la traducción de Mateo 16:18, es: «Tú lo has dicho.»

2.También cita otro documento de la misma época de idéntica traducción.

3.El obispo Agustín (siglo IV d.C.), en un tratado existente en la biblioteca del Vaticano, examinado por este mismo estudiante, traduce este pasaje: «Tú dixiste.» (Tú has dicho.)

4.Jerónimo (año 382 d.c.), en un Tratado que está en biblioteca del Vaticano, cita este versículo: (Tú has dicho,según diversos testigos que lo han visto, afirman.

5. El finado Mr. Collette leyó el «Codex Vaticanus», siglo IV a.C., en la biblioteca del Vaticano, y la versión estas palabras era «suipo». Como tal palabra no existe en griego, debe ser una contracción. Hizo notar que con una simple adición de una letra, o sea a, se obtendrían las palabras «su eipas» (Tú has dicho), que firmemente asegura es la verdadera versión. Algún antiguo copista romano lo extendió hasta formar «su ei Petros», añadiendo cuatro letras en vez de una, y haciendo tres divisiones en lugar de dos.

6.La primera versión tiene más autoridad, estando apoyado por 105 dos documentos citados (números 1 y 2), los cuales, existiendo dos siglos antes que el «Codex Vaticanus», dan enorme peso a la versión «Tú has dicho».(ver nota 5)

7.Esta versión también está confirmada por la evidencia de Agustín y Jerónimo, dos de los más eruditos doctores de la Iglesia. Es inconcebible que deliberadamente usaran un original falso o imaginario, en un pasaje de tanta importancia.

8.En el contexto mismo encontramos un gran apoyo para la versión «Tú has dicho». Pedro había confesado la Divinidad de Cristo. Inmediatamente el Señor contesta:
«Tú has dicho» (la verdad); y sobre esta confesión, sobre esta mi Divinidad, será edificada la Iglesia.

9.Se confirma además esto, por el hecho de que nuestro Señor Jesucristo usa esta misma fórmula (su eipas) en ocasiones análogas, cuando expresa su conformidad con alguna verdad dicha. Así, cuando el Sumo Sacerdote le conjura sobre este mismo punto de su Divinidad, Jesús contesta con: «Tú has dicho» (su eipas). (Mateo 26:64.)

10.Por otra parte, el contexto pierde más que gana con la versión «Tú eres Pedro». Porque, ¿qué tiene que ver el nombre o la persona de Pedro con un asunto de tanta transcendencia como la Divinidad de Cristo?

Todos los Apóstoles sabían cuál era el nuevo nombre de Simón, y el asunto de que se trataba, no era Pedro, sino el Mesías, reconocido divino en esta confesión; y, como algunos han observado, parece trivial y fuera de lugar que, en circunstancias tan solemnes, entrara un juego de palabras con el significado verbal del nombre de Pedro.


11. El ilustrado señor Dobelli (ex editor de la Capi_tale de Roma), en su valiosa obra La Historia de los Papas desde San Pedro a Pío IX, en cuatro tomos, hace notar, al referirse a Mateo 16:18: «Cristo nunca dijo "tú eres", sino "tú has dicho", Pedro. "Tú eres" es una interpolación.»




Nota 5. Los eruditos del texto griego, Alford y Tischendorf, manifiestan que es tan inexacta la versión «tú eres» en vez de la auténtica «tú lo has dicho Pedro» que no se le puede dar valor real ninguno (véase Alford, El Testamento griego, 1879, tomo 1, pág. 104, y Tischendorf, El Nuevo Testamento, 1869, pág. 11).



Extraido integramente de "Enciclopedia explicativa de dificultades bíblicas". Pgs 80-82. Samuel Vila. Ed Clie

 
y dale con pedro

y dale con pedro

como se enajenan en defender la postura esa,si todo el historial de metidas de pata,inquisiciones,enjuiciar a galileo galilei por lo de la tierra cuadrada,condenar gente por ser brujos solo por el hecho de tener una verruga, y ellos dicen"esque eran tiempos de ignorancia" y porque eran ignorantes? que no eran los unicos con contrato divino,que no un papa era el sabelotodo? pongamoslo asi aunque fuera cierto eso de pedro,en la historia secular dice que la linea papal,se rompio,y pusieron papas al ahi se va yun papa se emberrinchio con el rey de inglaterra y lo excomulgo y lo volvio a unir y luego lo excomulgo otra vez(no que son infalibles)los papas son bien volubles,en fin el que quiera seguir con su letania defendiendo la postura de la iglesia romana,acuerdese que ahi no tiene asegurado el cielo si no cumple con todos los requisitosbautismo,comunion,recibir sacramentos ,extrema uncion al morir NOTA: CUESTA,PEDRO NO COBRABA,ESTOS SI,pedro renuncio a todo,estos NO el ultimo sacramento solo los curas o padres lo reciben,perono os preocupeis existe las misas(pagadas claro)para sacar del purgatorio si las buenas obras no alcanzaron,QUE NO VEN COMO LUCRAN,AUNQUE HAYA SIDO PEDRO Y TODO ESO,ESTOS TIENE SIMONIA Y BALAMISMO, a ese sistema me refiero,no ataco a la gente sino al sistema,la pobre gente aveces ni sabe a donde va a parar su dinero, la biblia solo dice "cree en el sr. jesucristo y seras salvo tu y toda tu casa" y "el justo por la fe vivira"
 
posdata:

posdata:

ha padro y a pablo angeles los cuidaban y sacaban del atolladero,pedro dijo al cojo "no tengo oro ni plata pero lo que tengo te lo doy" 1-al sucesor de pedro("")lo cuidan los mas modernos operativos de seguridad(por si se duerme el angel?),el papa no puede repetir las mismas palabras de pedro porque tiene mucha plata y no esta dispuesto a soltarla tampoco puede repetir el levantar a un cojo en vivo y a todo color,salvo los testimonios remotos y muy dudosos ;ha claro que son sucesores de pedro,pregunta general SABEN CUANTO TIENE EL VATICANO EN DINERO?,2-CUANTO CUESTA EL TRAJE DEL PAPA,3-CUANTO VALE EL PAPAMOVIL?,CON CUANTO COOPERO EL VATICANO PARA ALIVIAR EL HAMBRE Y LA ESCAZES?,4-EL MITO DE JUAN DIEGO porque tardos años? gracias por contestarme lo del libro
 
Originalmente enviado por Tobi:

El apóstol Pedro no ejerció el pontificado de Roma por 25 años
No existe prueba alguna histórica de que Pedro ejerciera el cargo de obispo de la Iglesia de Roma por 25 años, como pretenden los católicos, ni mucho menos. Todo lo que dice la Iglesia Católica acerca del pontificado de Pedro en Roma, se basa en una tradición posterior en 120 años a la muerte del gran apóstol, en la cual se afirma solamente que murió juntamente con san Pablo en aquella ciudad.



Reacción:

Ninguna de las otras Iglesias primitivas disputó alguna vez la declaración de la Iglesia de Roma de que fue fundada por Pedro y que además posee sus restos mortales. Si Pedro no murió en Roma, tuvo que haber muerto en alguna otra parte. Donde quiera que hubiera sido, su tumba hubiera recibido algún tipo de reverencia y tal ciudad hubiera dado a conocer ese hecho públicamente. Pero desde el comienzo sólo Roma ha declarado tener la tumba de Pedro. Ninguna otra ciudad ha disputado esa declaración. La Iglesia tanto Oriental como Occidental han aceptado ese hecho.

Según los Hechos de los Apóstoles, Pedro se quedó en Jerusalén después de la muerte de Esteban. Pablo, diecisiete años después de su conversión (que no ocurriría sino algunos años después de la muerte de Cristo), encontró al apóstol Pedro ejerciendo todavía su ministerio en aquella ciudad (Gálatas 1:18 y 2:1). Entonces convinieron los dos grandes apóstoles, juntamente con Jacobo y Juan, que Pedro dirigiría la obra entre los judíos, y Pablo la de los gentiles (Gálatas 2:7 al 10). Esta división de territorio excluye toda posibilidad de que Pedro llegase a ser el obispo de una iglesia gentil, establecida en la capital del Imperio Romano. Y mucho menos que lo fuese durante 25 años, ya que para ello no solamente habría tenido que faltar a lo pactado con Pablo, Santiago y Juan, sino que su muerte debería haber ocurrido por lo menos 20 años más tarde de la fecha en que la tradición dice que murió.

Según los Hechos de los Apóstoles, después de la muerte de Esteban, Pedro ya había cumplido su misión en Jerusalén tal como lo demuestra la presencia permanente de Santiago y sus ayudantes de origen judío que estaban allí. Posteriormente Pedro también trabajó en Samaría, en Lida, en Jope (donde Pedro fue instrumental en la conversión de los primeros romanos), en Antioquía (donde tanto judíos como griegos se convertían).

En (Ga 1:18) Pablo relata su primer visita a Jerusalén desde su conversión para ser entrevistado por Pedro. Vemos la presencia constante de otro apóstol (Santiago), pero la entrevista fue con Pedro. (Hch 9:26-27) señala las circunstancias de la visita de Pablo a Jerusalén en esa ocasión descrita en (Ga 1:18). Como vemos, Santiago era el encargado permanente de Jerusalén, y no Pedro.

(Ga 2:1) describe otra visita de Pablo a Jerusalén con motivo del Concilio de Jerusalén descrito en (Hch 15:4-21), donde la presencia de Pedro es evidente al igual que la de Santiago. Pedro también está de regreso en Jerusalén después de su huída cuando lo de la muerte del otro Santiago (el Mayor), cuando al final Pedro huyó de Jerusalén porque era perseguido por los soldados de Herodes para ser ejecutado, y pidiendo que se le avisara a Santiago y a los demás que aún seguía con vida, tal como lo relata (Hch 12:1-17). Todo esto indica la permanencia de Santiago en Jerusalén, mientras que Pedro iba y venía por diversos lugares.

(Ga 2:7-10) describe el plan entre Pedro, Santiago y Juan con Pablo de organizarse en la propagación del Evangelio entre los judíos por parte de Pedro y los gentiles por parte de Pablo, pero no veo por ninguna parte mención alguna de EXCLUSIÓN de Pedro entre los gentiles y de Pablo entre los judíos.

Porque de ser así como Tobi dice, la presencia de Pedro tiempo después en Antioquía (Ga 2:11-14) hubiera sido algo inexcusable por el acuerdo en (Ga 2:7-10). Todo lo contrario, vemos que tanto judíos como gentiles convivían tranquilamente con Pedro y Pablo presentes, todos compartiendo el mismo espacio. No fue sino hasta la llegada inesperada de los ayudantes judíos de Santiago que el ambiente cambió. Entonces fue cuando Pablo critica públicamente a Pedro, pero por dar atención preferencial a los judíos en presencia de los gentiles, más no por estar con gentiles, ya que no era nada extraño para él hacerlo después de la conversión de Cornelio y toda su familia.

Cerca del año 58 (o sea después de dieciséis años de pontificado de Pedro en Roma, según la tradición católica), Pablo escribe su carta a los Romanos, y en ella no hace mención alguna a su obispo: aquel gran apóstol tan bien conocido por Pablo, como vemos en otras epístolas suyas. Al final de esta carta hay una lista de 27 cristianos de Roma, a los cuales el apóstol envía saludos, poniendo alguna frase de elogio para cada uno de ellos; pero no envía ningún saludo para Pedro, el pastor de la Iglesia. ¿Es ello concebible, de ser cierto el pontificado de Pedro en aquella ciudad?

Sí es concebible si tomas en cuenta que Pedro estaba ausente, y como encargados durante su ausencia estaban esos 27 cristianos que tú mencionas. Acuérdate que entre esos personajes Pablo menciona a dos apóstoles, Andrónico y Junías, así que tenía sentido que la carta haya sido dirigida a los que estaban presentes. La carta era para la comunidad presente, y no para el dirigente ausente.

Como tres años después, Pablo mismo llegó a Roma, y muchos cristianos salieron a recibirle a una distancia de 25 kilómetros. Si Pedro hubiese estado en Roma, ¿no tendríamos alguna noticia del encuentro de estos dos grandes adalides de la misma causa cristiana, por el camino, o en la capital misma? Pero ni una palabra de ello nos dice el autor de los Hechos de los Apóstoles.

Acuérdate que estamos hablando del período de Nerón, donde cualquier persona como Pedro o cualquier otro dirigente prominente era perseguido y considerado un ateo según las normas del establecimiento romano por no brindar adoración a sus dioses paganos. Pedro no tenía la misma libertad de los que salieron al encuentro de Pablo. Luego los Hechos no detallan la conversación entre ellos, así que no podemos decir si le hablaron de Pedro o no.

Pablo residió dos años en Roma, en calidad de preso custodiado, en la casa que tenía alquilada. Si Pedro se halló ausente al tiempo de su llegada, como dicen algunos apologistas católicos, debió haber vuelto en tan largo espacio de tiempo. Durante estos dos años Pablo escribió muchas epístolas, y en casi todas ellas envía salutaciones de la Iglesia y de varios cristianos prominentes de Roma; pero nunca menciona a Pedro. En la carta dirigida a los Colosenses da los nombres de sus colaboradores, y añade: "Estos solos me ayudan en el reino de Dios" (Colosenses 4:7, 11). Pero entre éstos no se halla Pedro, cuando de haber sido el obispo de Roma debía figurar como el primero de sus ayudadores.

En su 2ª carta a Timoteo, refiriéndose Pablo al final de estos dos años, cuando fue presentado a Nerón, dice: "En mi primera defensa nadie me asistió; todos me desampararon: ruego a Dios que no les sea imputado" ¿Podemos creer que Pedro era uno de los que desampararon al gran apóstol de los gentiles, si hubiese sido el obispo de Roma? ¿No debía haber aquí una honrosísima excepción a su favor? Los cristianos evangélicos tenemos demasiada buena opinión del gran apóstol Pedro, que tan fiel se mostró después de su confirmación al apostolado, para inferirle la injuria de suponer que se hallaba en Roma en semejante ocasión.


No sabemos el tiempo exacto que Pedro pudo haber estado ausente en esa época. Pudieron ser dos años, pudieron ser más, pero como dije, no lo sabemos. Pero sí sabemos que debido al alto nivel de persecusión en la época de Nerón, Pedro escribe su 1 Pedro dirigida a las Iglesias en el extranjero usando el término Babilonia para no dar pistas claras a sus perseguidores que él estaba en Roma. Si crees que Pablo estaba en grave aprieto debido a sus constantes encarcelamientos, ¿qué te hace suponer que la situación de Pedro era agradable y que no pasaba por circunstancias similares?

Poco antes de su muerte, como lo expresa al decir: "Yo ya estoy para ser ofrecido, y el tiempo de mi partida está cercano", el apóstol Pablo envía por última vez saludos de cuatro cristianos principales de Roma: "Eubulo, Pudente, Lino y Claudio" (2ª Timoteo 4:21). (Es este Lino a quien los católicos suponen sucesor de Pedro y segundo papa de Roma). Pero el nombre de Pedro no es mencionado, a pesar de que faltaban pocos días para que, según la tradición católica, Pedro y Pablo fuesen ejecutados juntos en el monte Tiber, cercano a Roma. De todos estos hechos se deducen, de un modo indubitable, las siguientes conclusiones:

Poco antes de la muerte de Pablo, también era poco antes de la muerte de Pedro, ya que ambos fueron ejecutados en el mismo día y en Roma, pero en distinta ubicación. Encarcelado y antes de su muerte, Pedro no tuvo el suficiente talento literario como para dejar algo escrito por lo que él también estaba pasando, como lo hizo Pablo. A duras penas nos dejó tan sólo dos epístolas, y eso que con la ayuda de otros. La clase de muerte que le espera a Pedro es profetizada por Jesús al final del Evangelio de Juan.

Que Pedro nunca fue obispo de Roma; y que su pontificado de 25 años es una mera leyenda, ya que no existen pruebas históricas de que él estuviera, no 25 años, sino ni siquiera una semana, ejerciendo el pontificado en aquella ciudad; y, en cambio, nos vemos abrumados de hechos que lo contradicen.

Nuestros opositores se rasgan las vestiduras ante las palabras de este párrafo. Sin embargo, ¿dónde está la prueba concreta del pontificado de Pedro en Roma, ni por 25 años (lo que es totalmente imposible a la luz del Nuevo Testamento), ni por ningún período de tiempo? No existe un documento de la época que lo acredite, ni tampoco alguna declaración del propio apóstol Pedro en el sentido de nombrar un sucesor.

Es muy extraño que aquellos obispos antiguos que, acuciados por la conveniencia de formar un bloque en medio de las controversias dogmáticas de la época, tratan de establecer la supremacía del obispo de Roma como sucesor de Pedro, no traigan a luz, en sus tiempos, tan cercanos al gran apóstol, ningún documento de su pluma, ni de la de los primeros obispos de Roma, que demuestre que el apóstol les confirió de un modo concreto tal sucesión y poder.

Si Pedro no ejerció el pontificado en Roma, mal podía nombrar como sucesor suyo a un obispo de aquella ciudad.


En esa época que tú mencionas no era necesario tener esos documentos o declaraciones ya que nadie puso en duda la primacía apostólica de Pedro y sus sucesores en ese tiempo. Las enseñanzas fueron transmitidas oralmente de generación en generación desde un comienzo, y por eso no era necesario la existencia de escritos. Los apologetas primitivos estaban muy ocupados en otros temas como por ejemplo cómo combatir el arrianismo, el nestorianismo, etc., y poner en duda la primacía petrina aún no se les había ocurrido a los oponentes incrédulos, sino a partir del tercer siglo. El ataque a la primacía petrina y la abundancia de documentos apologéticos coinciden en su comienzo. Más sin embargo, en los pocos documentos de los primeros 100 y 200 años ya habían suficientes referencias que apuntaban a la primacía apostólica de Pedro y sus sucesores.

Lo más seguro es que no lo hizo en aquella ciudad ni en parte alguna; pues el título de Jefe Universal de la Iglesia el gran apóstol de los judíos (Gálatas 2:8) no lo pretendió jamás, ni ningún cristiano de su tiempo se lo atribuyó, de modo alguno.

Títulos como ese se lo otorgaron generaciones posteriores, entre ellos los Padres de la Iglesia.

Si ello era debido a la mucha humildad del fiel apóstol de Jesucristo, como alegan los católicos, esta virtud de su carácter (poco imitada, por cierto, por algunos que se han llamado sucesores suyos), no debía impedirle nombrar un sucesor. Era su deber hacerlo, para evitar disputas en la Iglesia, si el cargo existía. ¿Por qué no lo hizo? Por la sencilla razón de que él había oído decir a Cristo: "Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" Porque: "Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy en medio de ellos" Sabía que la Iglesia era una sociedad espiritual y no mundana, en la que cada fiel es responsable directamente a Cristo, y no intentó organizarla como sociedad humana. Recordaba, también, las palabras del Maestro: "El que quiera ser el primero, sea el postrero de todos"; y no trató de darle un jefe visible.

Aunque Pedro no estuviera conciente de sus títulos, él cumplió su misión conferida por el Señor. Un título del que sí tuvo conocimiento es precisamente ese, el de PEDRO (o sea CEFAS que quiere decir en arameo PIEDRA). Pero una Iglesia sin estructura y sin orden no es lo que Jesús tenía en mente, ya que por eso escogió primeramente doce apóstoles, luego una multitud de discípulos, quienes a su vez organizaron comunidades y cada quien con su propia función específica dentro de la comunidad. Su Iglesia también es humana, de lo contrario, hubiera escogido sólo ángeles del Cielo para predicar y gobernar para que todo marchara sin conflictos y a la perfección. Aún sabiendo de las mil y una imperfecciones de las que adolescen los humanos, Él prefirió hombres y mujeres. Y como dirigente principal escogió a alguien a quien a propósito le puso el sobrenombre de Piedra.

Los católicos podrán poner en duda estas razones del apóstol (a pesar de que el sacerdocio universal de los creyentes se halla enseñado bastante bien en su primera carta, cap. 2, vers. 9), pero lo que no pueden negar es que no existe documento, de parte del apóstol o de otros cristianos de su siglo, que demuestre lo contrario.
De esperar era que en su segunda epístola, cuando el apóstol Pedro declara la proximidad de su fallecimiento (cap. 2; vers. 14), dijese a quién tenían que obedecer una vez él hubiere dejado "su tabernáculo". Pues en lugar de dar el nombre de un sucesor, se limita a decir que: procurará dejarles memoria de las cosas de las cuales él había sido testigo, en cuanto a la vida gloriosa de Nuestro Señor Jesucristo. Esta promesa quedó cumplida, según los santos padres, en la redacción del Evangelio de S. Marcos, el cual fue escrito, según Papías, bajo la inspiración de Pedro.


¡No todo lo importante que tenía que saberse era puesto por escrito! De lo contrario, Jesús para comenzar hubiera escogido apóstoles con un nivel académico sumamente alto al estilo de Pablo, y cuidadosamente les hubiera encargado la misión de escribir infinidad de epístolas y documentos. Claro que Pedro, siendo analfabeta, no hubiera calificado para ser apóstol bajo esos requisitos. Lo principal de predicar y esparcir por todos los medios disponibles, oralmente y por escrito, era el Evangelio. Decisiones de naturaleza administrativa tales como nombrar un sucesor se hacían de una manera hablada entre las partes interesadas, y luego la noticia correría de una comunidad a la otra, de una época a la siguiente.

Los católicos tradicionalistas dicen que nombró a Lino; pero no aportan de ello ninguna prueba.
Pero, entonces, ¿con qué razón y bajo qué títulos puede llamarse el actual papa de Roma sucesor de Pedro? En virtud de una tradición que se ha prolongado por muchos siglos. Pero la cuestión no es desde cuántos siglos los obispos de Roma se consideran sucesores de Pedro y jefes de la Iglesia, sino si lo son en realidad. Si fueron nombrados como tales; si existen pruebas de tal sucesión, donde debieran ser halladas, en los primeros siglos. ¡Tan fácil como hubiera sido al apóstol Pedro resolver la debatida cuestión con dos líneas que hubiera escrito en las cartas, reconocidas universalmente como suyas por católicos y protestantes! ¡Una palabra solamente, un nombre: Lino, y la unidad de la Iglesia hubiera quedado para siempre establecida! Pero no lo hizo. ¿Por qué?

Primeramente, porque, como hemos podido ver, Pedro no tenía relación con estos buenos cristianos de Roma, entregado como se hallaba a su ministerio entre los judíos de Oriente.

En segundo lugar, porque no era Pedro quien guiaba su propia pluma, sino que como él mismo declara: "Los santos hombres de Dios escribieron siendo inspirados por el Espíritu Santo> (2.1 Pedro 1:21). Esta gran realidad se cumplía en su propia persona. Y el Santo Espíritu de Dios, que conocía los destinos de la verdadera Iglesia de Cristo, no podía de ningún modo sancionar el sistema autoritario y abusivo que iba a formarse, en el curso de los siglos, sobre el nombre del gran apóstol.

Por último la prueba mas evidente. Lo que el mismo Cristo enseñó al respecto.
Poco después de que, segun la mala interpretación romanista, de Mat. 16:18 donde dicen que quedó establecido el Primedo de Pedro, los otros discípulos aun discuten quien sería el MAYOR EN EL REINO Mat.20:25 y 26, leemos: "Entonces Jesus, llamándoles, dijo: Sabeis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas y los potentados las oprimen con su autoridad. Mas entre vosotros no será así , sino que el que quiera hacerse grande entyre vosotros, sewrá vuestro servidor"
Si discutian quien estaria a su derecha e izquierda no había mejor ocasión para decirles que aquello ya estaba establecido que el Primado reposaba sobre Pedro. Pero no es eso lo que les dice. Lo que les dice es que no habrían jerarquías ni autoridad entre ellos. Señala claramente que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas y las oprimem y ahí tenemos a los papas que lo que pretenden no es oprimir a las naciones, sino al mundo entero. Un papa se atrevió a decir que solo él tenía el derecho de lucir las Insignias Imperiales. Pues baya forma de seguir a Jesucristo.


El propósito de la sucesión apostólica es precisamente la de preservar la verdadera doctrina, y el Nuevo Evangelio lo ilustra de esa manera.

Por ejemplo, para asegurarse que las enseñanzas de los Apóstoles fueran transmitidas fielmente después de que estos murieran, Pablo le dice a Timoteo: “…Y cuanto me has oído en presencia de muchos testigos, confíalo a hombres fieles, que sean capaces, a su vez, de instruir a otros” (2 Tim 2:2). En este pasaje Pablo se refiere a las primeras cuatro generaciones de sucesión apostólica—la generación de Pablo, la generación de Timoteo, la generación a la que Timoteo instruirá, y la generación siguiente que a su vez será instruída.

El Papa Clemente I así lo pensaba al decir lo siguiente: “Los Apóstoles predicaban en los campos y en las ciudades, y ellos nombraban a sus propios convertos, probándolos en el Espíritu, para ser los obispos y diáconos de las futuras generaciones de creyentes. Esto no era una novedad ya que ya se había escrito tiempo atrás acerca de los obispos y diáconos…Nuestros Apóstoles sabían a través de nuestro Señor Jesucristo que habría pugnas por la función de obispo. Por esa razón, entonces, sabiendo perfectamente esto por anticipado, ellos nombraban a aquellos que ya habían sido mencionados y después agregaban la provisión que, en caso de ellos morir, otros hombres aprobados serían sus sucesores en su ministerio” (Carta a los Corintios, 42:4-5, 44:1-3 [año 80]).
 
Originalmente enviado por: Eddy González
Originalmente enviado por Tobi:

El apóstol Pedro no ejerció el pontificado de Roma por 25 años
No existe prueba alguna histórica de que Pedro ejerciera el cargo de obispo de la Iglesia de Roma por 25 años, como pretenden los católicos, ni mucho menos. Todo lo que dice la Iglesia Católica acerca del pontificado de Pedro en Roma, se basa en una tradición posterior en 120 años a la muerte del gran apóstol, en la cual se afirma solamente que murió juntamente con san Pablo en aquella ciudad.



Reacción:

Ninguna de las otras Iglesias primitivas disputó alguna vez la declaración de la Iglesia de Roma de que fue fundada por Pedro y que además posee sus restos mortales. Si Pedro no murió en Roma, tuvo que haber muerto en alguna otra parte. Donde quiera que hubiera sido, su tumba hubiera recibido algún tipo de reverencia y tal ciudad hubiera dado a conocer ese hecho públicamente. Pero desde el comienzo sólo Roma ha declarado tener la tumba de Pedro. Ninguna otra ciudad ha disputado esa declaración. La Iglesia tanto Oriental como Occidental han aceptado ese hecho.
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Tobi te responde:
Como siempre pretendes que tu imaginación sea tomada como prueba histórica. Dices:
"Donde quiera que hubiera sido, su tumba hubiera recibido algún tipo de reverencia y tal ciudad hubiera dado a conocer ese hecho públicamente".
¿De veras? Para que este "argumento" :confused: tenga validez hay que partir de la base de que se rendía culto a los muertos (como haceis actualmente vosotros) pero no era así. Por este mismo arte imaginativo dime donde están las tumbas de Santiago, Juan y el resto de los apóstoles? Solo conocemos de una, la de Pablo y aún esta es dudosa (la tumba) lo que si sabenos es que murió ejecutado en Roma.
En cuanto a Pedro y tal como escribió Oscar Cullman que estuvo años investigando la presunta muerte de Pedro en Roma afirmó: "Cualquier villorrio de Palestina tiene más probabilidades de contener la tumba de Pedro que Roma".
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Según los Hechos de los Apóstoles, Pedro se quedó en Jerusalén después de la muerte de Esteban. Pablo, diecisiete años después de su conversión (que no ocurriría sino algunos años después de la muerte de Cristo), encontró al apóstol Pedro ejerciendo todavía su ministerio en aquella ciudad (Gálatas 1:18 y 2:1). Entonces convinieron los dos grandes apóstoles, juntamente con Jacobo y Juan, que Pedro dirigiría la obra entre los judíos, y Pablo la de los gentiles (Gálatas 2:7 al 10). Esta división de territorio excluye toda posibilidad de que Pedro llegase a ser el obispo de una iglesia gentil, establecida en la capital del Imperio Romano. Y mucho menos que lo fuese durante 25 años, ya que para ello no solamente habría tenido que faltar a lo pactado con Pablo, Santiago y Juan, sino que su muerte debería haber ocurrido por lo menos 20 años más tarde de la fecha en que la tradición dice que murió.

Según los Hechos de los Apóstoles, después de la muerte de Esteban, Pedro ya había cumplido su misión en Jerusalén tal como lo demuestra la presencia permanente de Santiago y sus ayudantes de origen judío que estaban allí. Posteriormente Pedro también trabajó en Samaría, en Lida, en Jope (donde Pedro fue instrumental en la conversión de los primeros romanos), en Antioquía (donde tanto judíos como griegos se convertían).

En (Ga 1:18) Pablo relata su primer visita a Jerusalén desde su conversión para ser entrevistado por Pedro. Vemos la presencia constante de otro apóstol (Santiago), pero la entrevista fue con Pedro. (Hch 9:26-27) señala las circunstancias de la visita de Pablo a Jerusalén en esa ocasión descrita en (Ga 1:18). Como vemos, Santiago era el encargado permanente de Jerusalén, y no Pedro.
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Tobi te replica.
Si Santiago era el encargado permenente de Jerusalen, ¿donde el primado de Pedro? ¿Te olvidas, a fin de eludirlo, el quien presidió, no la iglesia, sino esta reunida en CONCILIO, que fué Santiago y no Pedro.
En cuanto a esta frase:
"(Ga 1:18) Pablo relata su primer visita a Jerusalén desde su conversión para ser entrevistado por Pedro".
El testo de la carta de Pablo no dice "para ser entrevistado" sino que el deseaba ver a Pedro y seguidamente afirma con con excepción de Jacobo el HERMANO DEL SEÑOR (¿Por donde andará eso de la virginidad perpétua de la MADRE de ambos, Jesús y Jacobo?)no vió a ningún otro apóstol. El hecho de querer ver a Pedro y le da a Pedro la pretendida primacia universal? Pues estando en Roma preso quiso ver a Timoteo y por la misma regla ¿tambien le reconocía el Primado?
Ya es trágico el que para defender lo indefendible os veais en la necesidad de apelar a la historia-ficción.
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(Ga 2:1) describe otra visita de Pablo a Jerusalén con motivo del Concilio de Jerusalén descrito en (Hch 15:4-21), donde la presencia de Pedro es evidente al igual que la de Santiago. Pedro también está de regreso en Jerusalén después de su huída cuando lo de la muerte del otro Santiago (el Mayor), cuando al final Pedro huyó de Jerusalén porque era perseguido por los soldados de Herodes para ser ejecutado, y pidiendo que se le avisara a Santiago y a los demás que aún seguía con vida, tal como lo relata (Hch 12:1-17). Todo esto indica la permanencia de Santiago en Jerusalén, mientras que Pedro iba y venía por diversos lugares.
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Tobi te replica:
Pues claro hombre que iba y venía por diversos lugares, pero no más lejos que Antioquía. Ninguna referencia histórica que llegara al Continente Europeo.
Historia-Ficción, no amigo nuestro.
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(Ga 2:7-10) describe el plan entre Pedro, Santiago y Juan con Pablo de organizarse en la propagación del Evangelio entre los judíos por parte de Pedro y los gentiles por parte de Pablo, pero no veo por ninguna parte mención alguna de EXCLUSIÓN de Pedro entre los gentiles y de Pablo entre los judíos.

Porque de ser así como Tobi dice, la presencia de Pedro tiempo después en Antioquía (Ga 2:11-14) hubiera sido algo inexcusable por el acuerdo en (Ga 2:7-10). Todo lo contrario, vemos que tanto judíos como gentiles convivían tranquilamente con Pedro y Pablo presentes, todos compartiendo el mismo espacio. No fue sino hasta la llegada inesperada de los ayudantes judíos de Santiago que el ambiente cambió. Entonces fue cuando Pablo critica públicamente a Pedro, pero por dar atención preferencial a los judíos en presencia de los gentiles, más no por estar con gentiles, ya que no era nada extraño para él hacerlo después de la conversión de Cornelio y toda su familia.
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¿Y de eso deduces lo de Roma?
El centro judaico era Jerusalen, y el gentil era Roma. Desde Jerusalen Pedro viajó por su zona eminentemente judía. De la misma manera que Pablo viajó por la zona gentil llegando posiblemente hasta España, donde tambien habían muchos judios.
En todo el Nuevo Testamente puedes situar esporádicamente a Pedro en muchos lugares, excepto en Europa. Para que fuera posible lo de Roma y Pedro viajando de alla para Jerusalem, Antioquia y demás, le hubise sido necesario una abono especial con el Concorde. (¿Existía ya este tipo de Jet?)
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Cerca del año 58 (o sea después de dieciséis años de pontificado de Pedro en Roma, según la tradición católica), Pablo escribe su carta a los Romanos, y en ella no hace mención alguna a su obispo: aquel gran apóstol tan bien conocido por Pablo, como vemos en otras epístolas suyas. Al final de esta carta hay una lista de 27 cristianos de Roma, a los cuales el apóstol envía saludos, poniendo alguna frase de elogio para cada uno de ellos; pero no envía ningún saludo para Pedro, el pastor de la Iglesia. ¿Es ello concebible, de ser cierto el pontificado de Pedro en aquella ciudad?

Sí es concebible si tomas en cuenta que Pedro estaba ausente, y como encargados durante su ausencia estaban esos 27 cristianos que tú mencionas. Acuérdate que entre esos personajes Pablo menciona a dos apóstoles, Andrónico y Junías, así que tenía sentido que la carta haya sido dirigida a los que estaban presentes. La carta era para la comunidad presente, y no para el dirigente ausente.
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Tobi te replica:
¿Y como sabía Pablo de la tal ausencia? ¿Es que recibió una comunicación especial del Vaticano via Internet?
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Como tres años después, Pablo mismo llegó a Roma, y muchos cristianos salieron a recibirle a una distancia de 25 kilómetros. Si Pedro hubiese estado en Roma, ¿no tendríamos alguna noticia del encuentro de estos dos grandes adalides de la misma causa cristiana, por el camino, o en la capital misma? Pero ni una palabra de ello nos dice el autor de los Hechos de los Apóstoles.

Acuérdate que estamos hablando del período de Nerón, donde cualquier persona como Pedro o cualquier otro dirigente prominente era perseguido y considerado un ateo según las normas del establecimiento romano por no brindar adoración a sus dioses paganos. Pedro no tenía la misma libertad de los que salieron al encuentro de Pablo. Luego los Hechos no detallan la conversación entre ellos, así que no podemos decir si le hablaron de Pedro o no.
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Tobi te replica:
¿De nuevo la historia.ficción, Eddy? Cuando Pablo llegó a Roma aun no había comenzado la persecucion contra el cristianismo. No te olvides que Pablo fué absuelto por el Senado Romano presidido por Nerón. Además esta frase es absolutamente falsa (como toda tu aportación)
"cualquier otro dirigente prominente era perseguido y considerado un ateo según las normas del establecimiento romano por no brindar adoración a sus dioses paganos".
Es falsa porque de ser así Pablo no habría sido absuelto. Además, es falsa incluso en todas las persecusiones en cuanto que este NO FUÉ EL MOTIVO POR EL CUAL LOS CRISTIANOS FUERON PERSEGUIDOS POR ROMA.
Historia.ficción no, Eddy.
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Pablo residió dos años en Roma, en calidad de preso custodiado, en la casa que tenía alquilada. Si Pedro se halló ausente al tiempo de su llegada, como dicen algunos apologistas católicos, debió haber vuelto en tan largo espacio de tiempo. Durante estos dos años Pablo escribió muchas epístolas, y en casi todas ellas envía salutaciones de la Iglesia y de varios cristianos prominentes de Roma; pero nunca menciona a Pedro. En la carta dirigida a los Colosenses da los nombres de sus colaboradores, y añade: "Estos solos me ayudan en el reino de Dios" (Colosenses 4:7, 11). Pero entre éstos no se halla Pedro, cuando de haber sido el obispo de Roma debía figurar como el primero de sus ayudadores.

En su 2ª carta a Timoteo, refiriéndose Pablo al final de estos dos años, cuando fue presentado a Nerón, dice: "En mi primera defensa nadie me asistió; todos me desampararon: ruego a Dios que no les sea imputado" ¿Podemos creer que Pedro era uno de los que desampararon al gran apóstol de los gentiles, si hubiese sido el obispo de Roma? ¿No debía haber aquí una honrosísima excepción a su favor? Los cristianos evangélicos tenemos demasiada buena opinión del gran apóstol Pedro, que tan fiel se mostró después de su confirmación al apostolado, para inferirle la injuria de suponer que se hallaba en Roma en semejante ocasión.


No sabemos el tiempo exacto que Pedro pudo haber estado ausente en esa época. Pudieron ser dos años, pudieron ser más, pero como dije, no lo sabemos. Pero sí sabemos que debido al alto nivel de persecusión en la época de Nerón, Pedro escribe su 1 Pedro dirigida a las Iglesias en el extranjero usando el término Babilonia para no dar pistas claras a sus perseguidores que él estaba en Roma. Si crees que Pablo estaba en grave aprieto debido a sus constantes encarcelamientos, ¿qué te hace suponer que la situación de Pedro era agradable y que no pasaba por circunstancias similares?
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Tobi te replca:
¿Es que no te das cuenta Eddy? Yo apelo constantemente a lo narrado por la historia. Tu te ves obligado a apelar a tu imaginación con el "pudiera ser" "o quizas" "o pude que". Los hechos son los hechos y no lo que tu o cualquier otro desais que hubiesen sido. PEDRO NO ES CITADO POR PABLO en su Carta a los Romanos no porque ignorase si esta o no en Roma, sino porque SABIA PERFECTAMENTE DONDE ESTABA. En cuanto al argumento de "Babilonia" tampoco es de recibo puesto que Babilonia tenía un significado simbólico que en este caso aplicó a Jerusalen y no a Roma. En cambio el símbolo de Babilonia si se aplica a Roma, pero en el libro del Apocalipsis y no a la Roma Imperial, sino a la Papal. En la Imperial; los dos poderes, el politico y religioso, no estaban en una sola mano (la de Neron o la de Domiciano, tiempo en que fue escrito el Libro, puesto que Nerón fué juzgado por el Senado y de haber ostentado ambos poderes no habría sido posible juzgarle)
Hirtoria, SI, Eddy. Ficción NO, Eddy.
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Poco antes de su muerte, como lo expresa al decir: "Yo ya estoy para ser ofrecido, y el tiempo de mi partida está cercano", el apóstol Pablo envía por última vez saludos de cuatro cristianos principales de Roma: "Eubulo, Pudente, Lino y Claudio" (2ª Timoteo 4:21). (Es este Lino a quien los católicos suponen sucesor de Pedro y segundo papa de Roma). Pero el nombre de Pedro no es mencionado, a pesar de que faltaban pocos días para que, según la tradición católica, Pedro y Pablo fuesen ejecutados juntos en el monte Tiber, cercano a Roma. De todos estos hechos se deducen, de un modo indubitable, las siguientes conclusiones:

Poco antes de la muerte de Pablo, también era poco antes de la muerte de Pedro, ya que ambos fueron ejecutados en el mismo día y en Roma, pero en distinta ubicación. Encarcelado y antes de su muerte, Pedro no tuvo el suficiente talento literario como para dejar algo escrito por lo que él también estaba pasando, como lo hizo Pablo. A duras penas nos dejó tan sólo dos epístolas, y eso que con la ayuda de otros. La clase de muerte que le espera a Pedro es profetizada por Jesús al final del Evangelio de Juan.
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Tobi te replica:
¿Y donde la prueba histórica de esta ejecución en el mismo día?
História ficción, NO Eddy.
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Que Pedro nunca fue obispo de Roma; y que su pontificado de 25 años es una mera leyenda, ya que no existen pruebas históricas de que él estuviera, no 25 años, sino ni siquiera una semana, ejerciendo el pontificado en aquella ciudad; y, en cambio, nos vemos abrumados de hechos que lo contradicen.

Nuestros opositores se rasgan las vestiduras ante las palabras de este párrafo. Sin embargo, ¿dónde está la prueba concreta del pontificado de Pedro en Roma, ni por 25 años (lo que es totalmente imposible a la luz del Nuevo Testamento), ni por ningún período de tiempo? No existe un documento de la época que lo acredite, ni tampoco alguna declaración del propio apóstol Pedro en el sentido de nombrar un sucesor.

Es muy extraño que aquellos obispos antiguos que, acuciados por la conveniencia de formar un bloque en medio de las controversias dogmáticas de la época, tratan de establecer la supremacía del obispo de Roma como sucesor de Pedro, no traigan a luz, en sus tiempos, tan cercanos al gran apóstol, ningún documento de su pluma, ni de la de los primeros obispos de Roma, que demuestre que el apóstol les confirió de un modo concreto tal sucesión y poder.

Si Pedro no ejerció el pontificado en Roma, mal podía nombrar como sucesor suyo a un obispo de aquella ciudad.


En esa época que tú mencionas no era necesario tener esos documentos o declaraciones ya que nadie puso en duda la primacía apostólica de Pedro y sus sucesores en ese tiempo. Las enseñanzas fueron transmitidas oralmente de generación en generación desde un comienzo, y por eso no era necesario la existencia de escritos. Los apologetas primitivos estaban muy ocupados en otros temas como por ejemplo cómo combatir el arrianismo, el nestorianismo, etc., y poner en duda la primacía petrina aún no se les había ocurrido a los oponentes incrédulos, sino a partir del tercer siglo. El ataque a la primacía petrina y la abundancia de documentos apologéticos coinciden en su comienzo. Más sin embargo, en los pocos documentos de los primeros 100 y 200 años ya habían suficientes referencias que apuntaban a la primacía apostólica de Pedro y sus sucesores.
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Tobi te replica:
¿De veras? ¿Y donde están estos documentos? ¿Si los hay por que no los aportas?
En cuanto a las polémicas a causa de las herejias es curioso constatar que ya en el SEGUNDO CONCILIO ECUMÉNICO, el 1º de Constantinopla, que en su cánon tercero, se le concede a la Sede de Constantinopla LA MISMA PRIMACIA DE HONOR QUE OSTENTABA ROMA POR SER CAPITAL DEL IMPERIO y cuya capitalidad había parasado a CONSTANTINOPLA. EN ESO SE BASABA LA PRIMACIA Y NO EN LO DE PEDRO.
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Lo más seguro es que no lo hizo en aquella ciudad ni en parte alguna; pues el título de Jefe Universal de la Iglesia el gran apóstol de los judíos (Gálatas 2:8) no lo pretendió jamás, ni ningún cristiano de su tiempo se lo atribuyó, de modo alguno.

Títulos como ese se lo otorgaron generaciones posteriores, entre ellos los Padres de la Iglesia.

Si ello era debido a la mucha humildad del fiel apóstol de Jesucristo, como alegan los católicos, esta virtud de su carácter (poco imitada, por cierto, por algunos que se han llamado sucesores suyos), no debía impedirle nombrar un sucesor. Era su deber hacerlo, para evitar disputas en la Iglesia, si el cargo existía. ¿Por qué no lo hizo? Por la sencilla razón de que él había oído decir a Cristo: "Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" Porque: "Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy en medio de ellos" Sabía que la Iglesia era una sociedad espiritual y no mundana, en la que cada fiel es responsable directamente a Cristo, y no intentó organizarla como sociedad humana. Recordaba, también, las palabras del Maestro: "El que quiera ser el primero, sea el postrero de todos"; y no trató de darle un jefe visible.

Aunque Pedro no estuviera conciente de sus títulos, él cumplió su misión conferida por el Señor. Un título del que sí tuvo conocimiento es precisamente ese, el de PEDRO (o sea CEFAS que quiere decir en arameo PIEDRA). Pero una Iglesia sin estructura y sin orden no es lo que Jesús tenía en mente, ya que por eso escogió primeramente doce apóstoles, luego una multitud de discípulos, quienes a su vez organizaron comunidades y cada quien con su propia función específica dentro de la comunidad. Su Iglesia también es humana, de lo contrario, hubiera escogido sólo ángeles del Cielo para predicar y gobernar para que todo marchara sin conflictos y a la perfección. Aún sabiendo de las mil y una imperfecciones de las que adolescen los humanos, Él prefirió hombres y mujeres. Y como dirigente principal escogió a alguien a quien a propósito le puso el sobrenombre de Piedra.
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Tobi te replica.
Sobre esta argumentación te remito a la opinion mayoritaria de los Padres de la Iglesia que cita Maripaz.
Alli está históricamente demostrado lo que opinaban la mayoría de los Padres y aquí está (faltaria más) tu recurrir a la Ficción.
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Los católicos podrán poner en duda estas razones del apóstol (a pesar de que el sacerdocio universal de los creyentes se halla enseñado bastante bien en su primera carta, cap. 2, vers. 9), pero lo que no pueden negar es que no existe documento, de parte del apóstol o de otros cristianos de su siglo, que demuestre lo contrario.
De esperar era que en su segunda epístola, cuando el apóstol Pedro declara la proximidad de su fallecimiento (cap. 2; vers. 14), dijese a quién tenían que obedecer una vez él hubiere dejado "su tabernáculo". Pues en lugar de dar el nombre de un sucesor, se limita a decir que: procurará dejarles memoria de las cosas de las cuales él había sido testigo, en cuanto a la vida gloriosa de Nuestro Señor Jesucristo. Esta promesa quedó cumplida, según los santos padres, en la redacción del Evangelio de S. Marcos, el cual fue escrito, según Papías, bajo la inspiración de Pedro.


¡No todo lo importante que tenía que saberse era puesto por escrito! De lo contrario, Jesús para comenzar hubiera escogido apóstoles con un nivel académico sumamente alto al estilo de Pablo, y cuidadosamente les hubiera encargado la misión de escribir infinidad de epístolas y documentos. Claro que Pedro, siendo analfabeta, no hubiera calificado para ser apóstol bajo esos requisitos. Lo principal de predicar y esparcir por todos los medios disponibles, oralmente y por escrito, era el Evangelio. Decisiones de naturaleza administrativa tales como nombrar un sucesor se hacían de una manera hablada entre las partes interesadas, y luego la noticia correría de una comunidad a la otra, de una época a la siguiente.
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Tobi te replica:
A esta frase (que sin duda denota la calidad y capacidad de tu razonamiento) que transcribo:
"De lo contrario, Jesús para comenzar hubiera escogido apóstoles con un nivel académico sumamente alto al estilo de Pablo"
¿Mas alto que la asistencia del Espíritu Santo? ¡¡¡Aleluya!!!
¡¡¡¡¡¡¡¡¡TE HAS CUBIERTO DE GLORIA, EDDY!!!!!!!!
:D :D :D :angel: :D :D :D
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Los católicos tradicionalistas dicen que nombró a Lino; pero no aportan de ello ninguna prueba.
Pero, entonces, ¿con qué razón y bajo qué títulos puede llamarse el actual papa de Roma sucesor de Pedro? En virtud de una tradición que se ha prolongado por muchos siglos. Pero la cuestión no es desde cuántos siglos los obispos de Roma se consideran sucesores de Pedro y jefes de la Iglesia, sino si lo son en realidad. Si fueron nombrados como tales; si existen pruebas de tal sucesión, donde debieran ser halladas, en los primeros siglos. ¡Tan fácil como hubiera sido al apóstol Pedro resolver la debatida cuestión con dos líneas que hubiera escrito en las cartas, reconocidas universalmente como suyas por católicos y protestantes! ¡Una palabra solamente, un nombre: Lino, y la unidad de la Iglesia hubiera quedado para siempre establecida! Pero no lo hizo. ¿Por qué?

Primeramente, porque, como hemos podido ver, Pedro no tenía relación con estos buenos cristianos de Roma, entregado como se hallaba a su ministerio entre los judíos de Oriente.

En segundo lugar, porque no era Pedro quien guiaba su propia pluma, sino que como él mismo declara: "Los santos hombres de Dios escribieron siendo inspirados por el Espíritu Santo> (2.1 Pedro 1:21). Esta gran realidad se cumplía en su propia persona. Y el Santo Espíritu de Dios, que conocía los destinos de la verdadera Iglesia de Cristo, no podía de ningún modo sancionar el sistema autoritario y abusivo que iba a formarse, en el curso de los siglos, sobre el nombre del gran apóstol.

Por último la prueba mas evidente. Lo que el mismo Cristo enseñó al respecto.
Poco después de que, segun la mala interpretación romanista, de Mat. 16:18 donde dicen que quedó establecido el Primedo de Pedro, los otros discípulos aun discuten quien sería el MAYOR EN EL REINO Mat.20:25 y 26, leemos: "Entonces Jesus, llamándoles, dijo: Sabeis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas y los potentados las oprimen con su autoridad. Mas entre vosotros no será así , sino que el que quiera hacerse grande entyre vosotros, sewrá vuestro servidor"
Si discutian quien estaria a su derecha e izquierda no había mejor ocasión para decirles que aquello ya estaba establecido que el Primado reposaba sobre Pedro. Pero no es eso lo que les dice. Lo que les dice es que no habrían jerarquías ni autoridad entre ellos. Señala claramente que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas y las oprimem y ahí tenemos a los papas que lo que pretenden no es oprimir a las naciones, sino al mundo entero. Un papa se atrevió a decir que solo él tenía el derecho de lucir las Insignias Imperiales. Pues baya forma de seguir a Jesucristo.


El propósito de la sucesión apostólica es precisamente la de preservar la verdadera doctrina, y el Nuevo Evangelio lo ilustra de esa manera.

Por ejemplo, para asegurarse que las enseñanzas de los Apóstoles fueran transmitidas fielmente después de que estos murieran, Pablo le dice a Timoteo: “…Y cuanto me has oído en presencia de muchos testigos, confíalo a hombres fieles, que sean capaces, a su vez, de instruir a otros” (2 Tim 2:2). En este pasaje Pablo se refiere a las primeras cuatro generaciones de sucesión apostólica—la generación de Pablo, la generación de Timoteo, la generación a la que Timoteo instruirá, y la generación siguiente que a su vez será instruída.

El Papa Clemente I así lo pensaba al decir lo siguiente: “Los Apóstoles predicaban en los campos y en las ciudades, y ellos nombraban a sus propios convertos, probándolos en el Espíritu, para ser los obispos y diáconos de las futuras generaciones de creyentes. Esto no era una novedad ya que ya se había escrito tiempo atrás acerca de los obispos y diáconos…Nuestros Apóstoles sabían a través de nuestro Señor Jesucristo que habría pugnas por la función de obispo. Por esa razón, entonces, sabiendo perfectamente esto por anticipado, ellos nombraban a aquellos que ya habían sido mencionados y después agregaban la provisión que, en caso de ellos morir, otros hombres aprobados serían sus sucesores en su ministerio” (Carta a los Corintios, 42:4-5, 44:1-3 [año 80]).
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Tobi te aclara.
He aquí lo que dice la Carta a los Corintios con el debido contexto.

"Los apóstoles recibieron el Evangelio para nosotros del Señor Jesucristo; Jesucristo fue enviado por Dios. Así pues, Cristo viene de Dios, y los apóstoles de Cristo. Por tanto, los dos vienen de la voluntad de Dios en el orden designado. Habiendo recibido el encargo, pues, y habiéndo sido asegurados por medio de la resurrección de nuestro Señor Jesucristo, y confirmados en la palabra de Dios con plena seguridad por el Espíritu Santo, salieron a proclamar las buenas nuevas de que había llegado el reino de Dios. Y así, predicando por campos y ciudades, por todas partes, designaron a las primicias (de sus labores), una vez hubieron sido probados por el Espíritu, para que fueran obispos y diáconos de los que creyeran. Y esto no lo hicieron en una forma nueva; porque verdaderamente se había escrito respecto a los obispos y diáconos desde tiempos muy antiguos; porque así dice la escritura en cierto lugar: Y nombraré a tus obispos en justicia y a tus diáconos en fe.

Le sigue:
Y nuestros apóstoles sabían por nuestro Señor Jesucristo que habría contiendas sobre el nombramiento del cargo de obispo. Por cuya causa, habiendo recibido conocimiento completo de antemano, designaron a las personas mencionadas, y después proveyeron a continuación que si éstas durmieran, otros hombres aprobados les sucedieran en su servicio. A estos hombres, pues, que fueron nombrados por ellos, o después por otros de reputación, con el consentimiento de toda la Iglesia, y que han ministrado intachablemente el rebaño de Cristo, en humildad de corazón, pacíficamente y con toda modestia, y durante mucho tiempo han tenido buena fama ante todos, a estos hombres nosotros consideramos que habéis injustamente privado de su ministerio. Porque no será un pecado nuestro leve si nosotros expulsamos a los que han hecho ofrenda de los dones del cargo del obispado de modo intachable y santo. Bienaventurados los presbíteros que fueron antes, siendo así que su partida fue en sazón y fructífera: porque ellos no tienen temor de que nadie les prive de sus cargos designados. Porque nosotros entendemos que habéis expulsado de su ministerio a ciertas personas a pesar de que vivían de modo honorable, ministerio que ellos +habían respetado+ de modo intachable.

Esto es lo que dice la carta. Aplicarlo a un pretendido primado de Pedro y encima en Roma, solo es historia ficción
 

PREGUNTA 1:
¿desde cuando los sacerdotes católicos a cargo del vaticano firman de esta manera:
Vaticano, 17 de marzo, V Domingo de Cuaresma de 2002, vigésimo cuarto de mi Pontificado.
JUAN PABLO II
?

PREGUNTA 2:
En la suposición de que exista desde hace 2000 años el Papado, ¿cuándo dejan de ser seres espirituales para lograr ser hombres políticos y entendidos en la guerra?

ACLARACION 1:
Pedro no necesita escribir en clave. Babilonia no hace mención a Roma ni a Jerusalén. La ciudad del Imperio de Nabudonosor ya estaba reconstruida y habitable por un buen número de judíos.

ACLARACION 2:
La elección de JESUS de doce apóstoles es en obvia alusión a las doce tribus. Y recordar que entre ellas ninguna era la principal. Por lo menos no al principio, mientras tuvieron comunión con D~S y no se habían prostituido con los baales.
 
Originalmente enviado por Emaidana:

Por mas que te explique y demuestre, veo que nunca comprenderás que una iglesia es una reunión de personas llenas del Espíritu Santo. No es una institución.

Una reunión de personas llenas del Espíritu Santo es una institución, ya que una institución es una sociedad organizada. Lo que la distingue es orden y no caos. El concepto de Iglesia del que hablo es uno donde el Espíritu Santo y la tradición apostólica se complementan mutuamente, y no son conceptos contradictorios.

Te lo dice la misma Epístola, el Hermano Pablo:

Pedro, apóstol de Jesucristo, a todos los que residís fuera de vuestra patria, dispersos por el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia...Os transmito los saludos de la iglesia que está en Babilonia


Mi pregunta sigue siendo, ¿cómo sabes que esa Babilonia de la que habla 1 Pedro se refiere a la de Nabucodonosor y no a Roma en forma figurada?

Si leemos encontraremos que "En ella se derramó la sangre de profetas, de santos y de todos los que han sido asesinados en la tierra".
Indudablemente es la representación cabal de todos aquellos que se dedican al satanismo y sus diferentes religiones.


También leemos que Apocalipsis describe a esta Babilonia como “la Gran Ciudad” asentada sobre “siete colinas.” Tengo entendido que en tiempos apostólicos la ciudad de Roma fue considerada como la Gran Ciudad y que además estaba (lo sigue estando) asentada sobre siete colinas.
 
Originalmente enviado por: Eddy González
Originalmente enviado por Emaidana:

Por mas que te explique y demuestre, veo que nunca comprenderás que una iglesia es una reunión de personas llenas del Espíritu Santo. No es una institución.

Una reunión de personas llenas del Espíritu Santo es una institución, ya que una institución es una sociedad organizada. Lo que la distingue es orden y no caos. El concepto de Iglesia del que hablo es uno donde el Espíritu Santo y la tradición apostólica se complementan mutuamente, y no son conceptos contradictorios.

Te lo dice la misma Epístola, el Hermano Pablo:

Pedro, apóstol de Jesucristo, a todos los que residís fuera de vuestra patria, dispersos por el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia...Os transmito los saludos de la iglesia que está en Babilonia


Mi pregunta sigue siendo, ¿cómo sabes que esa Babilonia de la que habla 1 Pedro se refiere a la de Nabucodonosor y no a Roma en forma figurada?

Si leemos encontraremos que "En ella se derramó la sangre de profetas, de santos y de todos los que han sido asesinados en la tierra".
Indudablemente es la representación cabal de todos aquellos que se dedican al satanismo y sus diferentes religiones.


También leemos que Apocalipsis describe a esta Babilonia como “la Gran Ciudad” asentada sobre “siete colinas.” Tengo entendido que en tiempos apostólicos la ciudad de Roma fue considerada como la Gran Ciudad y que además estaba (lo sigue estando) asentada sobre siete colinas.


Has acertado plenamente. Solo que hay un pequeño detalle. Que el Apocalipsis no se refiere a la Roma Imperial, sino a la Roma Vaticana. Hay algo que lo demuestra. Se encuentra en Apoc. 17:5-8.
"y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA. Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé asombrado con gran asombro.
Y el ángel me dijo: ¿Por qué te asombras? Yo te diré el misterio de la mujer, y de la bestia que la trae, la cual tiene las siete cabezas y los diez cuernos. 8La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición; y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será

Ahora razona, Eddy:
¿De que se podría haber asombrado Juan? La feroz persecución de Neron había terminado y entonces estaban en la de Domiciano. ¿De que pues se podía asombrar?. ¿De la Roma Imperial ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús? ¿Por que tendría que causarle asombro? La crueldad romana era harto conocida como para asombrarse de ella.
Lo que si le podría causar asombro sería la Roma Vaticana que con la inquisición se embriagó con la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús
Así, que, has acertado plenamente si aplicas este matiz imprescindible.
Felicitaciones por tus aciertos.
 
Y CADA VEZ MAS GRANDE EN HONOS DE CRISTO NUESTRO SEÑOR!

Y CADA VEZ MAS GRANDE EN HONOS DE CRISTO NUESTRO SEÑOR!

“Te adoro Dios mío con todo el afecto de que soy capaz; humildemente tiendo mis manos hacia Ti, pidiéndote un rayo de luz para mi entendimiento, y una brasa de tu fuego que purifique mi corazón, para que todo en mi, perdido en Ti, te de gloria en esta meditación, y que venga tu gracia a mi pobre alma. Amén”

A la pregunta inicial de este apartado ¿Quién fundó la Iglesia de Roma? Dejaré clara mi posición. La Iglesia de Roma fue fundada por Cristo nuestro Señor y establecido su primado en San Pedro Apóstol por el mismo Cristo”.

¡Dios la bendiga Maripaz , a usted y a cuantos alcancen a leer mis palabras.


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Para muestra, un aporte de Tobi,
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Me extraña que me ponga por muestra este texto, es ud la que me ha machacado en la necesidad de nuevos aportes que edifiquen este foro. La interpretación que aquí se resume es harta conocida, y a dado lugar, entre otras causas, a diversas separaciones de sectores de la Iglesia Católica, quizás la más conocida la de Martin Luther (1483-1546) que dio lugar a la Iglesia protestante, el cual en 1520 mediante la bula Exsurge Domine condenó 41 proposiciones y el 3 de Enero de 1521 fue excomulgado de la Iglesia Catolica por la Bula Decet romanun (R.Garcia Villoslada, Martin Lucero, Madrid 1973 ; J. Busquets, ¿Quién era Martín Lucero?, Salamanca 1986)

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que le dará a usted una ligera idea de como se debate aquí,
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No he encontrado la dirección en donde se exponen las normas de cómo se debate aquí ni tampoco se me condicionó mi forma de debatir o expresarme a la hora de registrar mi cuenta. Si como parece es dueña o copropietaria de este foro, querida hermana en Cristo nuestro Señor, no debería de permitir el acceso a gente como yo que puede tener otra forma de debatir.

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y veamos si usted es capaz de desmentir con datos históricos lo que se afirma
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Veamos los datos históricos que se aportan o quizás ud podría desmentir con datos históricos afirmaciones que no se basan en ellos. (A modo de ejemplo: Colón cuando Descubrió América pensó en un primer momento en enseñar el Arameo a todos los indígenas que encontrara, pero el mismo ceso en su idea al encontrarla descabellada.)

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PEDRO EN ROMA

Historia de un Absurdo
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Empezamos bien, demuestra un gran respeto y amor en Cristo llamar absurdos a cientos de millones de creyentes católicos.

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En varias etapas iremos desgranando uno de los mayores absurdos de la llamada cristiandad en dos aspectos distintos:
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Cristiandad.- n.f. Conjunto de pueblos y naciones en los que el cristianismo es la religión mayoritaria. (Diccionario de la Lengua Española Vox, marzo 2000) Cristiandad.- n.f. Conjunto de los paises, de los pueblos o de los fieles cristianos. 2 Observancia de la Ley de Cristo. (Diccionario Larousse 2001)
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En primer lugar el pretendido Primado Universal del Apóstol Pedro.
En segundo lugar la también pretendida estancia de Pedro en Roma.
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”En Roma hubo cristianos desde mediados del siglo I, aunque los paganos aún les confundían con los judíos. San Pablo predicó en Roma entre el 61 y el 64. San Pedro también estuvo en la ciudad durante el mismo periodo.” (Diccionario de Civilización Romana, Larousse, Jean-Claude Fredouille) No voy a ser yo quien caiga en esta discusión pero si ni siquiera atendemos a los hechos históricos que son aceptados por la comunidad histográfica, ¿de dónde sacaremos referencias históricas? ¿De lo que a uno le interesa y acepta a su modo particular?

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Todo cristiano evangélico sabe que lo que he llamado el pretendido primado de Pedro, los romanistas dicen que se basa en lo que dice Mateo en 16:18 donde Jesús llamó a Simón bar Jonás con el sobrenombre de Pedro y por este solo hecho quieren interpretar que se le dio el pretendido primado.
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No sólo por este hecho, y el hecho en si no es que Jesús le diera el sobrenombre de Pedro. Bienaventurado eres, Simón, hijo de Juan, porque no es la carne ni la sangre quien esto te ha revelado, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro , y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos, lo que ates en la tierra, quedará atado en los cielos, lo que desates en la tierra, quedará desatado en los cielos. (Mt. 16, 17-20). Existen otros hechos evangélicos que no comentas. Jn 21:15,23 Jn 10:16 y tantos otros en los que Jesucristo establece la unidad de su pueblo y de su Iglesia y como tal unidad se fundamenta en Cristo y se establece en Pedro, si ya no por Mt, o Jn, por la falta de cualquier otra referencia a la constitución de la Iglesia de Cristo en cualquier otra persona que hubiera de dar lugar a esa única y Universal Iglesia. “Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo” (Eph 4:5) ; Que todos sean uno, como tú, Padre, estás en mi y yo en ti, para que también ellos sean uno en nosotros; a fin de que el mundo crea que tu me has enviado (Io 17,21) . Además nos quedan 2007 años de supervivencia de esa Iglesia que a pesar de esas oscuras y en casos tenebrosas épocas por las que a pasado fruto de la incólume labor que el inicuo no deja de ejercer en este mundo y de la que ninguno esta a salvo, permanece, crece y reaviva su fe día a día.
Se pretende hacer creer que es sólo por ese hecho por el que se fundamenta la tradición apostólica de la´Iglesia Católica. Las palabras del Padre Ramón Ruiz Amado que a continuación transcribo pacientemente, ni siquiera le hacen referencia:

(La Piedad Ilustrada, Madrid 1910, Ed. Administración de Razón y Fe) “Los dos principales argumentos que pueden resolver el ánimo razonable a abrazar la católica fe, si aun no la profesa, o confirmarle más en ella, y avivar el sentimiento de su verdad, si ya tiene la dicha de creer; [son dice San Agustín la historia y profecía de lo que hizo Dios en medio de los siglos, enviando a su unigénito Hijo para redimir al hombre y reformarle, dejándole ordenado para la vida eterna]. Pero a los que con estos dos argumentos (de las profecías y milagros) no se rinden al suave yugo de la fe, los urge el gran dóctor de Hipona con un dilema ineludible: [Escoged – les dice- lo que preferís: o son reales los milagros y las profecías (milagros de la Sabiduría divina) o no lo son. Si confesáis su histórica realidad, habéis de convenir en que es divina una Religión que se presenta apoyada sobre los firmes estribos de la Omnipotencia que obra los milagros, y la Omnisciencia que dicta las profecías. Pero si, escogiendo el otro extremo (pese a la fuerza de los testimonios históricos) la realidad de las profecías y los milagros, ya por el mismo caso habeis de conceder el milagro mayor; es a saber: la difusión y conservación de la Iglesia sin milagros.-]
....
Si la tradición católica, sellada y autenticada con la sangre de los mártires, nos certifica de los hechos divinos realizados en la Antigüedad, éste es un hecho que lo atestigua nuestra propia experiencia. Existe hace veinte siglos, en medio del mundo, un imperio espiritual más extenso que el antiguo imperio romano; un templo místico que, cobijando en sus espaciosas naves toda la tierra, eleva sus cúpulas hasta lo mas alto del cielo .....

Y ¿cómo se ha formado ese reino de Dios? ¡ He aquí la más inverosímil de las historias, si se arranca de ella su primera página: la página donde se narra su fundación por Dios hecho Hombre!

En el reinado de Tiberio fue crucificado allá, en las remotas regiones de Palestina, un hombre obscuro, a quien llamaban Jesús. Los discípulos que había congregado, pobres e ignorantes pescadores, le abandonaron el día de su pasión: herido el Pastor, se dispersaron las ovejas del rebaño. ¡ Sus enemigos, triunfantes de él, sellaron la losa de su sepulcro! Después ¡no sabemos (los racionalistas) lo que pasó! Pero es el caso que, aquellos discípulos cobardes, infieles a su Maestro vivo, en la hora de la tribulación, se entusiasmaron con su Maestro difunto, desacreditado, crucificado, y a los cincuenta y dos días de su Pasión se echaron a la calle, diciendo que había resucitado, que era el Mesías, el Cristo, el Hijo de Dios. Y llevados a los tribunales y conminados que no predicasen aquel nombre, contestaron que es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres, y por seguir en su predicación padecieron azotes, alegres por ser dignos de sufrir afrentas por el Nombre de Jesús. Y aquellos judíos cortos (como por escarnio los llamaba Horacio), despreciados y tenidos por ejemplo de credulidad fanática en el concepto de los romanos, recorren las provincias mas cultas del Asia Menor, Grecia y Egipto, y van a la misma Roma, donde, aborrecidos por todo el mundo gentílico y considerados como enemigos de todo el género humano (Tácito), mueren en los más atroces suplicios, hechos responsables del insensato incendio de Nerón.

Y a fuerza de calumnias y tormentos y muertes, en vez de hundirse en la infamia y en el olvido ellos y la fe que predicaban, al principio del siglo II, ya no se atreve un procónsul de Bitinia a exterminarlos en su provincia por no dejarla desierta. ..... . Y al comenzar el S. IV, después de perecer en número de dos millones al rigor de la persecución de Diocleciano y Maximiano, quedan tantos y tales que deciden a Constantino el Grande a reconocer su Religión, primero como lícita y luego como religión del imperio. .....

Mas apenas conquistado el Imperio romano para la nueva creencia ......., vuelve a ser el cristianismo religión de los vencidos, mientras se enseñorea del mundo la idolatría germánica, más bárbara y bestial que la idolatría griega. No obstante, por no sabemos que fuerza vivaz, que reside en las entrañas de esa Religión, así como los cortos judíos la habían difundido entre los romanos, los romanos rapados ganan para ella a los hombres de larga cabellera; y esto no una sola vez, sino primero a los godos, que vencen a los romanos, y luego a los francos, que vencen a los godos; y después a los lombardos, más feroces que los godos y los francos; y luego a los normandos, y más tarde a los magiares y esclavos. ......... .; ya de suerte que en el S. V podía decir el Papa San León el Grande: - Roma, hecha cabeza del orbe por la sagrada sede de San Pedro, extiende su imperio con la Religión divina, más de lo que lo extendió por la dominación terrena –
¡ Cuanto no sube de punto esa prodigiosa extensión y permanencia, si se consideran las persecuciones continuas, ya feroces de los verdugos, ya astutas de las herejías; las pretensiones opresoras de los reyes cristianos y los abusos de los lobos con piel de oveja, hechos pastores de la grey de Cristo!. Las mismas decadencias, los mismos crímenes que, generalmente exagerados y desnaturalizados, echan en cara al Catolicismo sus enemigos, son otras tantas confirmaciones del argumento de su divinidad, la cual, con el lodo de instrumentos de carne, ha sabido elevar un monumento a todas luces celestial y divino.

Quien, pues, estudia sin pasión la Historia de la Iglesia; quien la ve surgir de en medio de tantas persecuciones, extenderse siempre más y más por medio de tan flacos instrumentos, perseverar a través de los siglos, sobreviviendo a las sectas que un día pareció iban a sofocarla, y que luego se hundieron en el olvido, mientras la Iglesia seguía floreciendo con juventud perpetua; quien la ve ahora mismo, en este siglo de indiferencia e impiedad, dilatándose incesantemente en los países infieles por medio de las misiones en todos los climas, .............., no puede dejar de reconocer que esta Iglesia no es hobra de hombres, sino algo mayor que todas las instituciones humanas, de las cuales es propio arruinarse en la adversidad y desmoronarse con el paso de los siglos.

Queda, pues, en pie el dilema Agustiniano: que si esta obra se ha hecho sin milagro, es por sí misma el mayor de todos los milagros; pero con esta ventaja: que es un milagro perpetuo y desplegado continuamente ante los ojos de cuantos los tienen abiertos para ver, y libres de las cataratas de la pasión sectaria.”

Además si como tu afirmas el primado de Pedro en la Iglesia Católica, lo basamos los católicos tan solo en este hecho, ¿Cómo es que en el catecismo popular católico que enseñamos a nuestros hijos en edad de tomar la primera comunión no menciona ni hace referencia alguna a este pasaje, pero si ,y como encabezamiento del capítulo La Iglesia, Comunidad de los que Creen en Jesús Resucitado, reproduce textualmente Ef:1,22 “Dios constituyó a Jesús como cabeza suprema de la Iglesia, que es su cuerpo, la Plenitud que los llena todo en todo”? Sin embargo, si nos dice en un capítulo anterior (Las Primeras Comunidades Cristianas) “La Iglesia es apostólica porque está fundada sobre los apóstoles (C.I.C 857)” y nos explica, “Los Apóstoles eran los que se encargaban de guiar las comunidades de los cristianos. Como Judas había desaparecido eligen en su lugar a Matías. Pedro es el que preside este grupo de los Doce y la gente lo respetaba y obedecía y seguía sus enseñanzas. La misión de los Doce era: guiar a la comunidad cristiana; predicar el Evangelio; Presidir las celebraciones de la Eucaristía; bautizar, perdonar los pecado, imponer las manos.”


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Entonces lo más sensato es ir a la totalidad de los evangelios y recabar su testimonio al respecto.
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Con esa argumentación desvirtuas el Evangelio de Mateo, Apóstol y testigo presencial de los hechos de Cristo, ya que si una de sus afirmaciones pones en cuestión, también cuestionas todo su testimonio. Si pones en cuestión el evangelio de Mateo y no aportas datos documentales que manifiesten su falsedad, estas poniendo en cuestión a todo el Nuevo Testamento, pones en cuestión La Palabra, y por consiguiente a Cristo mismo.


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El primer detalle de suma importancia es que se dice que el Evangelio escrito por Marcos, fue realmente inspirado por Pedro. Pues bien, Marcos no cita en su evangelio la famosa frase.
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(Mc 8:29-30) San Marcos, mero transmisor de la predicación de Pedro, calla la promesa del primado, porque Pedro modestamente la callaba.

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En cambio lo que sí cita es que Jesús le trato de Satanás. (Marcos 8:33)
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(Mt 16:22-23) Aclara que Jesús reprende Pedro por que expresa en ese momento su deseo que Jesús no fuera entregado, padeciera y fuera crucificado. No hay ahí manifestación alguna del futuro del satanismo de Pedro!!!!!!!!!!!!!! Pero ciertamente la expresión de Pedro es tentación del diablo para Jesús.

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Evidentemente de la misma manera que no hay tal primado, tampoco hay tal satanismo en el futuro de Pedro.
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De la misma manera que Jesús no predice ningún satanismo en el futuro de Pedro, le hace partícipe de la universalidad de la Iglesia formalmente constituida en Cristo como piedra angular y en Pedro como piedra sobre la que Cristo desea continuar el fundamento de su Iglesia. Piedra a piedra se hacen las edificaciones. ¿No somos acaso todos los católicos, piedras que forman el edificio de la Iglesia? 1 Pe 2:5 .
En mi humilde disposición de fe, El Padre es el labrador, Cristo la semilla, el Espíritu Santo el agua que la alimenta, y Pedro el primer brote por libre decisión de Dios.

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Tampoco Lucas cita la famosa frase en su evangelio (Véase Lucas 9:18-20)
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Lucas, de nación Sirio,antioqueno, de profesión médico, discípulo de los apóstoles siguió a Pablo. Lucas no fue testigo presencial de los hechos de Cristo y hubo de apelar a informaciones ajenas, de las cuales dio testimónio. Y acaso puedo creer que ocultando Pedro por modestia tal hecho, la preocupación de apóstoles, discípulos y evangelistas de aquellos tiempos iba a recaer en la justificación futura de una sóla Iglesia Universal?, más bien creo que su preocupación redicaba en la predicación y en dar a conocer la buena nueva. ¿Acaso los Evangelios nos e complementan entre si? ¿Acaso fueron escritos en reunión conjunta de los cuatro Evangelistas? ¿A que hechos HISTORICOS nos estamos refiriendo??


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La lógica se impone puesto que, algo tan trascendente para el futuro del cristianismo, de ninguna manera seria silenciado por los tres evangelistas, es decir, Marcos, Lucas y Juan.
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Tan trascendente a sido, ¡si!, más de 2000 años de supervivencia de la Iglesia Católica en constante expansión, miles de mártires entregados por su fe, y aquí estamos, cientos de millones de almas en Cristo nuestro Señor profesando la fe de nuestro Padre, y perduramos por voluntad de Cristo nuestro Señor si, que así lo quiera, hasta el día del juicio final.
Siguiendo tu lógica lo que constato es que todo lo que se dice en el Evangelio de San Mateo, ya que toda Palabra es tan trascendente para el futuro del cristianismo, y no viene recogido por alguno de los otros evangelistas es falso.!!!!
Y de esta forma hasta de Dios mismo dudamos, que nos envía a su Propio Hijo para la redención de nuestros pecados en un acto de infinito amor, pero a sabiendas que se alzará una Iglesia que irá creciendo y prosperando a lo largo de más de 2000 años, una Iglesia compuesta por la amplia mayoría cristiana, una Iglesia que en su seno recoge a millones de mártires, una Iglesia en fin obra Suya, permite caer en el error trascendental a tantos y tantos que dieron la vida en Cristo nuestro Señor.

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La segunda cuestión es ir al mismo Pedro y recabar lo que él entendió respecto a la famosa y controvertida frase.
En su primera Epístola Universal 2:4 hace esta afirmación:
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”Acercándoos a él, piedra viva rechazada por los hombre, también vosotros, como piedra vivas, vais construyendo un templo espiritual dedicado a un sacerdocio santo, para ofrecer, por medio de Jesucristo, sacrificios espirituales agradables a Dios”

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"Acercándoos a él, piedra viva… ¿Quién es esta piedra viva? ¿Pedro?
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Claro está que la piedra viva es Jesucristo nuestro Señor nacimiento, vivencia y fin de su Iglesia. Pedro es la piedra en la que El establece el fundamento de tradición apostólica.


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Evidentemente no tal como se muestra en los versos 6, 7, y 8.
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Me pregunto por qué omite el 5 en relación al significado de piedra, como parte constitutiva de la Iglesia y colocada cada una en el lugar que el Padre, Arquitecto Universal le tiene encomendado.

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Entonces, si la piedra es el mismo Jesucristo, si deseamos (verso 5)
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¿Solo si deseamos?

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"ser edificados como casa espiritual" es imprescindible pronunciar la misma confesión que hizo Simón bar Jonás con lo cual recibimos el mismo sobrenombre que recibió el Apóstol.
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En efecto, todos somos piedras de la Iglesia Universal constituida en Cristo nuestro Señor, “piedras vivas”, piedras que como vivas somos libre de aceptar a Cristo o no, somos libres de desencajarnos del Santo lugar que el Padre nos tiene encomendado y como tales precipitarnos en el abismo. Cristo, le dio ese sobrenombre a Simón, ¿das “tu” ese mismo sobrenombre a otros?¿ Tienes o te sientes tu con esa misma potestad?


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De esta manera Cristo edifica su iglesia con el material en que se convierten aquellos que confiesan que él es el Cristo el Hijo del Dios vivo. ¿Es que se han convertido todos en papas? Si damos por válida la interpretación romanista, así es.
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No, todos no somos Papas, no has reflejado para nada la interpretación romanista, pero si todos somos piedras de la Iglesia, algunos, piedras que aguantan firmes, otros, piedras que se tambalean, otros, piedras que caen hacia sus adentros, otros, piedras que caen hacia fuera; cada Papa como piedra de estabilidad y firmeza para cada planta de la enorme y misericorde edificación de su Iglesia.

“Suponer como los antiguos protestantes, que cuando Jesús dice sobre esta piedra, virando en redondo habla de si mismo, es el colmo de la arbitrariedad exegética y una tácita confesión de que cuanto sigue expresa con evidencia el primado de autoridad sobre la Iglesia. Los modernos protestantes, dando la razón a la exégesis católica, han excogitado otra solución, más desesperada todavía: la de suponer que todo este pasaje papal es una interpolación tardía efectuada en Roma. Si el testimonio unánime de todos los códices y versiones no desmiente esa supuesta interpolación, el subidísimo color semítico del pasaje está clamando a voces la autenticidad.” (Padre José María Bover, S.I. – Comentarios a los 4 Evangelios – Biblioteca de Autores Cristianos)


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La tercera cuestión: Las tan cacareadas "llaves" con el poder de atar y desatar.
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Nuevamente surge el amor y respeto cristiano por el prójimo, ¿Nos llamas gallinas a los católicos? Gracia hermano.

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La primera pregunta que surge es: ¿Esta promesa fue dada solo a Pedro? Según los romanistas así fue y de ello pretenden deducir el "obispado universal" de los papas.
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”Con tres metáforas expresa Jesús lo que Pedro es y representa en la Iglesia: la de la piedra fundamental, la de las llaves y la de atar y desatar. La piedra fundamental es la que da la estabilidad al edificio que es la Iglesia. Ahora bien, la Iglesia como reino de Dios que es en la tierra, es una sociedad. Y el fundamento de toda sociedad es la autoridad. Por su autoridad es pues Pedro el fundamento de la Iglesia.

Análoga es la significación de las llaves. Quién por derecho propio posee las llaves es Jesucristo: (Que tiene la llave de David: que abre y nadie cerrará; que cierra y nadie abrirá (Apoc 3,7)). Al prometer ahora Jesús a Pedro que le dará las llaves del reino, promete comunicarle su potestad soberana. Con la metáfora atar y desatar, designaban los judíos las soluciones doctrinales y las decisiones legales. A Pedro, por tanto, se promete la autoridad de definir en los conflictos doctrinales y de sentenciar en los jurídicos.” (Padre José María Bover, S.I. – Comentarios a los 4 Evangelios – B. de A. C.)


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Lo que ocurre es que en el evangelio de Juan leemos estas palabras dichas por el mismo Señor Jesús (Juan.20: 21-23) "Entonces Jesús les dijo otra vez: paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. Y habiendo dicho eso, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. A quienes remitiereis los pecados, le son remitidos; y a quienes se los retuviereis, le serán retenidos"
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No entiendo que contrariedad encuentras en la Palabra, Cristo dice estas palabras una vez resucitado y las dirige a todos sus apóstoles, excepto a Judas Iscariote claro y a Tomás que estaba ausente, ¿quería esto decir que a Tomás no le otorgaba esa potestad?¡Por Dios Bendito!. La Iglesia ya a sido constituida, y Cristo habla a su Iglesia, a los ministros de su Iglesia; todos somos piedras de la Iglesia, y en estas palabras encontramos la potestad que de Cristo emana por la cual los ministros y sacerdotes de su Iglesia, que en ese tiempo son sus apóstoles, pueden ejercer el sacramento de la confesión y perdonar los pecados del los que a El acuden arrepentidos.


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Y en Mat. 18:18, Jesús dijo: "De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo"
En ambos textos, ¿dónde está la exclusiva de Pedro?
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Pedro no tiene ninguna exclusiva, salvo la de recibir las palabras de Jesús que a él le fueron dirigidas. Pedro es la cabeza de la Iglesia, cuerpo de Dios del que Cristo es su cabeza. Las palabras de Jesús están en la misma línea que Jn 20:21-23, a diferencia quizás de que omites Mt 18:17 “y si no les diere oídos, dilo a la Iglesia; y si tampoco a la Iglesia diere oídos, míralo como al gentil y al publicano” Si hermano si, Cristo constituye su Iglesia y le da potestad, erige a su cabeza a Pedro y confiere poder a sus ministros. Y encomienda una misión. Mc 16: 15-20


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Pero no acaba aquí la promesa de atar y desatar proferida por Cristo ya que en los versos 19 y 20 Jesús dice: "Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieran de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidieren, les será hecha por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" Curioso, ¿no? ¿Por qué DOS y no uno solo, si se le hubiese dado la exclusiva a Pedro?
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¿La exclusiva a Pedro de qué? ¿De la oración? ¿De la celebración de la eucaristía? Pedro preside la Iglesia de Cristo, que tiene que ver esto con que en busca de la unidad del pueblo de Dios Jesús quiera establecerla en Pedro como continuación de la referencia fundamental que solo de El emana. ¡Sólo Dios tiene toda exclusividad!. Creo que los católicos, más bien, Lc 22:31 (De la firmeza de Pedro en la fe cuida el mismo Cristo; de la firmeza de los demás ha de cuidar Pedro.) entendemos este mensaje como una llamada a la oración en común que la Iglesia Católica hace suya a través de la liturgia de las horas, y de la propia Eucaristía.

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Esto es exactamente lo que afirma San Agustín en su Sermón 295. "Pedro es el primero de los apóstoles y amigo fervoroso de Cristo, de quien mereció el oír las palabras: A mi vez te digo que tú eres Pedro. Había el dicho al Salvador: "Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo". El Salvador díjole entonces: "Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia". Sobre esta piedra estableceré la fe que confiesas. Sobre lo que dijiste: "Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo", edificaré mi iglesia. Porque tú eres Pedro. Pedro viene de piedra, como cristiano de Cristo.
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Hago mía la afirmación de San Agustín. Pero creo que para adquirir el significado que tu tratas de darle debería decir “esa piedra” y no “esta piedra”, no obstante para mi no adquiriría gran diferencia, ya que Pedro y su profesión de fe son la misma cosa, o ¿ya no somos todo lo que somos, fe, esperanza y caridad?

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2) EN PEDRO SE LES DIERON A LA IGLESIA LAS LLAVES DEL REINO DE LOS CIELOS.
Estas llaves no las recibió un hombre, sino la unidad de la iglesia. Lo que hace, pues, descollar la preeminencia, es haber personificado la universalidad y unidad de la iglesia cuando le fue dicho. "Te doy a ti lo que se les dio a los apóstoles todos.
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Esto no se dice ni en Mt 18:18 ni en Jn 20: 21-23


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Seguidamente Agustín de Hipona a fin de reforzar lo que esta afirmando cita los mismos textos del evangelio que he citado yo.
(Juan.20: 21-23 y Mat. 18:18).
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Jn 20: 21-23 no habla de las llaves; Mat 18:18 tampoco,

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Así, pues, Agustín de Hipona y yo, estamos de acuerdo.
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Eso creo que no lo afirmaría San Agustín.


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Agustín de Hipona y la Institución Vaticana no están de acuerdo.
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Eso es una afirmación injustificada, que tu sacas de tu propia libre e incongruente interpretación.


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Lo mismo ocurre con otros muchos de los llamados "Padres de la Iglesia"
A fin de que las citas que voy a dar no se tengan por espúreas citaré lo que dijo el eminente erudito jesuita del siglo XVI: Maldonado, el cual escribó: "Hay entre los antiguos autores que interpretan "sobre esta Roca", como aludiendo a "esta fe", o "a esta confesión de fe en la cual me has llamado Hijo del Dios vivo"; entre estos autores cita a Hilario, Gregorio de Nisa, Crisóstomo y Cirilo de Alejandría.
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Me remito a lo expuesto.

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San Agustín, apartándose todavía más del verdadero significado (eso de verdadero lo dice Maldonado), interpreta "sobre esta Roca" en el sentido de "sobre mí mismo, Cristo, porque Cristo es la Roca".
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Era tan clara la interpretación de San Agustín, según tu, que el mismo negando la autoridad y el patriarcado establecido en Pedro se convirtió en uno de los más fervientes defensores de la Iglesia y su primado, que hasta la propia Iglesia lo reconoce como uno de sus Padres. Aunque antes parecía que San Agustín opinaba que era sobre la profesión de fe sobre lo que Cristo constituyó la Iglesia.


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Para Orígenes es "sobre esta roca (de la fe), es decir: sobre todos los hombres que tienen la misma fe"
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Me remito a lo expuesto, recordando nuevamente que todos somos piedras en la Iglesia de Cristo, sólo que como piedras hay una a la que la sustenta la Angular, Pedro, y otras que rodean la establecida por la Angular, Pedro, y también puestas ahí por la Angular, los Apóstoles, y a parti de ahí piso a piso, planta a planta, en la sagrada construcción de la Iglesia de Cristo son necesarias nuevas piedras que fundamenten y estabilicen cada planta , que den estabilidad y sobre todo unidad a las piedras que cada planta conforman, y es voluntad de Cristo que cada piedra ocupe el lugar que le corresponde.

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El también católico Launoy compuso una lista con las opiniones de los Padres sobre el particular. Encontró que hay 17 Padres a favor de la interpretación de que Pedro es la "Roca". 44 Padres creen es la fe que Pedro confesó. Otros 16 piensan que es Cristo mismo. Y 8 creen que se trata del conjunto de los apóstoles. Así, pues, 68 creen con diversos matices lo mismo que he afirmado yo y solo 17 lo que afirma la Institución Vaticana. ¿Pueden caber dudas respecto a cual era la opinión mayoritaria de las iglesias de los primeros siglos?
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Esto demuestra la variedad de criterios que aun dentro de la misma Iglesia podemos adoptar sin apartarnos de ella. Pero no dices que los 95 profesan la misma fe edificada en una sola Iglesia. Launoy lista las opiniones encontradas en esos autores que en un momento dado pudieron expresar, pero todos, todos confluyen en el seno materno de la Santa Madre Iglesia, la enriquecen y exponen a juicio de la misma los estudios realizados. La Iglesia no me condena por que yo en un momento dado pueda decir que Cristo ascendió a los cielos en una nave espacial que vino a recogerlo, llegará a condenarme si lo mantengo fuera de todo criterio adverso y fuera de toda reconsideración.

No cabe duda alguna al respecto de cual era la opinión mayoritaria de los Padres de la Iglesia de los primeros siglos, todos, todos profesaron la fe Católica.



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Orígenes escribió: "¿O nos aventuraremos a decir que las puertas del infierno no prevalecerán en contra de Pedro, pero prevalecerán en contra de los demás apóstoles y de aquellos que son perfectos? Las palabras en cuestión… (las llaves) "¿no se dice acaso de todos y cada uno de ellos?"
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Las puertas del infierno no prevalecerán contra la Iglesia, de la cual Pedro es primado, y de tal forma que no prevalecerán contra la Iglesia no prevalecerán contra ninguna de sus piedras firmes en el Espíritu de Cristo”


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Cipriano escribió: "Nadie entre nosotros se proclama a sí mismo obispo de obispos..." "Lo mismo eran los demás apóstoles que Pedro adornados con la misma participación de honor y potestad".
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No conozco el texto en cuestión, me encantaría una nota bibliográfica. No obstante comparto plenamente esta afirmación: Ningun Santo Padre se proclama a si mismo Obispo de Obispos, es la Iglesia quién lo proclama, y a Pedro Cristo. “La infabilidad prometida a la Iglesia reside también en el Cuerpo de los Obispos cuando ejercen el supremo magisterio en unión con el sucesor de Pedro (Lumen gentium 25:44, Concilio Vaticano II)”


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Jerónimo, escribió: "Pero vosotros decís que la Iglesia está fundada sobre Pedro. Aunque lo mismo se dice en otro lugar de todos los apóstoles"
Crisóstomo explicó Mat. 16:16, así: "Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, es decir, sobre la fe de tu confesión".
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Si, sobre Pedro mismo, o Pedro y su confesión no son la misma naturaleza, o Cristo siendo hijo de Dios no es uno con el Padre y el Espíritu Santo, O mis palabras no forman parte de mi? Si la fe me arrebatas, no soy más que el más minúsculo de los habitantes del mar.


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Cirilo de Alejandría afirmó: "…la roca, una alusión a su nombre (el de Pedro), como la inconmovible y firme fe del discípulo sobre la cual la iglesia de Cristo se funda y establece" &&&&&&&&&&&&& Dios le Bendiga eternamente.!&&&&&&&&&&&&&
Hilario escribió: "Sobre esta roca de la confesión se edifica la iglesia… Esta fe es el fundamento de la iglesia. &&&&&&&&&Que Dios le mantenga eternamente en su Gloria! &&&&&&&&&&&&
Ambrosio sostenía que "la fe es el fundamento de la iglesia, porque no de la persona humana de San Pedro sino de la fe, se dijo que las puertas del infierno no prevalecerán en contra de ella
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No de la persona humana, claro que no, de la persona divina que es por la expresión de su fe y la gracia del Espíritu Santo.


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El papa Gregorio I (¿hasta un papa?) exhortaba: "Estableced vuestra fe sobre la roca de la iglesia, a saber; sobre la confesión del bienaventurado Pedro…" &&&& El Santo Padre! A él me remito.&&&&&&&&&

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CONTINUARA
--La Institución Vaticana afirma que el pretendido sucesor de Pedro es infalible cuando define materias de fe i de costumbres.
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Sacar las cosas de contexto delata la intencionalidad de su utilización y manipulación. La institución Vaticana afirma en la Constitución Lumen gentium del Concilio Vaticano II 25:45 “ Más cuando el Romano Pontífice o el Cuerpo de los Obispos juntamente con él definen una doctrina, lo hacen siempre de acuerdo con la misma Revelación, a la cual deben atenerse y conformarse todos, y la cual es integramente trasmitida por escrito o por tradición a través de la sucesión legítima de los Obispos, y especialmente por cuidado del mismo Romano Pontífice, y, bajo la luz del Espíritu de verdad, es santamente conservada y fielmente expuesta en la Iglesia”


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Tobi
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Jn 17:20-21 “No ruego por estos solamente, sino también por los que crean en mi por medio de su palabra; que todos sean uno; como tú, Padre en mi y yo en ti, que también ellos en nosotros sean uno, para que el mundo crea que tu me enviástes” continua Jn 17:22-26

1º. Todos uno. 2º. Como El y el Padre 3º. Todos en uno, en el Padre y Cristo nuestro Señor por la gracia del Espíritu Santo. Amen




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MARI PAZ DICE:



MATEO 16:18 EN LOS PADRES DE LA IGLESIA (1)

INTRODUCCIÓN

Según las declaraciones oficiales del Magisterio Católico, el consenso de los Padres es un criterio fundamental en la recta interpretación de las Escrituras. Esto está documentado en muchas declaraciones; me limito a citar dos que son representativas:

quote:


Además, para reprimir los ingenios petulantes, [el Sacrosanto Concilio] decreta que nadie, apoyado en su prudencia, sea osado a interpretar la Escritura Sagrada, en materias de fe y costumbres, que pertenecen a la edificación de la doctrina cristiana, retorciendo la misma Sagrada Escritura conforme al propio sentir, contra aquel sentido que sostuvo y sostiene la santa madre Iglesia, a quien atañe juzgar del verdadero sentido e interpretación de las Escrituras Santas, o también contra el unánime sentir de los Padres, aun cuando tales interpretaciones no hubieren de salir a la luz en tiempo alguno.

Concilio de Trento, Sesión IV del 8 de abril de 1546 (Denzinger # 786; negritas añadidas)

a nadie le es lícito interpretar la misma Escritura contra este sentido ni tampoco contra el sentir unánime de los Padres

Concilio Vaticano I, 1870 (Denzinger # 1788).
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Consecuentes con el tiempo en que fueron redactadas. O quizás ¿Cristo desea la anarquía en la interpretación de las Escrituras y que cada uno crea lo que le parezca a su conveniencia y libre albedrío? ¿O más bien, Cristo desea la unidad de cuantos creen en El.?

Véase también Constitución Dei Verbum Concilio Vaticano II c. III. Inspiración Divina e Interpretación de la Sagrada Escritura.


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Por otra parte, es sabido que Mateo 16,18 es un texto crucial en la justificación bíblica de los dogmas que establecen al obispo de Roma como Cabeza visible de la Iglesia.
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Me referiré a lo expuesto en lo referente a la lista de Launoy anteriormente.


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Sin embargo, los textos patrísticos que he podido recopilar no muestran un consenso unánime de los Padres en este sentido, ni mucho menos.

He hallado textos de 30 Padres de la Iglesia, que expresan 40 opiniones sobre el texto en cuestión; la diferencia en los números de autores y el de opiniones se debe a que algunos Padres, notablemente Jerónimo y Agustín, expresan más de una interpretación en sus diferentes escritos.

La interpretación más común en los Padres es que la roca sobre la cual se edifica la Iglesia no es Pedro personalmente, sino la fe o confesión que hace Pedro.

Se alinean en esta postura Ambrosiáster, Pablo de Constantinopla, Hilario de Poitiers, Atanasio de Alejandría, Basilio el Grande, Gregorio de Nisa, Ambrosio de Milán, Dídimo el Ciego, Epifanio de Salamis, Juan Crisóstomo, Paladio de Helenópolis, Agustín de Hipona, Cirilo de Alejandría, Isidoro de Pelucio, Teodoreto de Ciro y Basilio de Seleucia, un total de 16 Padres.

A esto pueden añadirse las interpretaciones que consideran “rocas” todos los verdaderos discípulos de Cristo porque ellos confiesan lo mismo que Pedro, y aquí hallamos a Orígenes, Ambrosio de Milán y Agustín de Hipona, lo cual lleva el total a 20.

La segunda interpretación en frecuencia es la que considera a la Roca como Cristo mismo.

Es defendida por Tertuliano de Cartago, Afraates el Sirio, Jacobo de Nisbis, Eusebio de Cesarea, Juan Crisóstomo, Jerónimo, Agustín de Hipona, Casiodoro, Isidoro de Sevilla, Beda el Venerable y Juan de Damasco. Esto hace un total de 11 Padres.

Una opinión minoritaria dice que la Roca son todos los Apóstoles (así Jerónimo e Isidoro de Sevilla) . Otra, elaborada por Cipriano de Cartago, ve en el episcopado universal la roca sobre la que se fundamenta la Iglesia.

En uno de sus polémicos escritos, Tertuliano de Cartago afirmó que Pedro y solamente él, personalmente, es la roca.

No he podido hallar la opinión de que Pedro y sus sucesores en la figura de los obispos de Roma sean la roca en la literatura patrística antes de fines del siglo IV.
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Quizás no. Pero lo encontrarás en la realidad de cientos de millones de personas, hijas de Dios y en unidad de comunión, en el S. XXI, más de dos mil años después, profesan su fe sobre esa piedra, asentada sobre la divina piedra angular de Cristo nuestro Señor.



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Dos Padres de dicha época que pueden invocarse a favor de esta posición son Jerónimo y Agustín. Sin embargo, es interesante que el primero la exprese en una carta dirigida precisamente al obispo de Roma, y el segundo en una carta escrita a propósito de una amenaza de cisma.
Además, en otros de sus escritos, Jerónimo expresa que la Roca es Cristo mismo, o que se trataba de Pedro y los demás los Apóstoles.
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Me referiré a lo expuesto y discutido anteriormente.



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Asimismo Agustín, en sus Sermones y Exposiciones dice que:

(1) Pedro era la roca como figura de toda la Iglesia, es decir que, en su fe y también en su debilidad, representaba a todos los que componen el Cuerpo de Cristo (Sermón 26)

(2) Que la roca era Pedro, en cuanto permaneciera en la fe (Exp Salm 45:14)

(3) Que la roca era la confesión de Pedro (Sermón 229P).

(4) Que la Roca era Cristo mismo (Exp Salm 61:3)
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Aún así fuera del contexto de los salmos y sermones a que te refieres, los cuatro conceptos encuentran una completa complementariedad en la unidad en Cristo nuestro Señor.

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De modo que el ilustre obispo de Hipona y Doctor de la Iglesia no parece haber tenido una interpretación única de este versículo.
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En otro momento, por no extendernos hasta la inmensidad desmesurada, expondremos aquí al COMPLETO los documentos referidos sin sacar del contexto los conceptos, que aún así son perfectamente compatibles 1,2 y 3 se refieren exactamente a lo mismo, a Pedro en toda su extensión como criatura de Dios, y 4 como ya hemos dicho y mantendré hasta que la muerte me arrebate de este valle de lágrimas, Cristo es la piedra angular de la Iglesia, Cristo es la Iglesia, Cristo es la única piedra (que bien queda esto fuera de contexto) de la que todos participamos como piedras menores, ínfimas y ubicamos el lugar que El nos tiene dispuesto. El mundo es una gran piedra, ¿dejan de ser piedras las piedras que en el se encuentran?

También podríamos pegar aquí los textos, muy clarificadores por cierto, de San Agustín, a saber: Vida de San Agustín, primeros escritos ; Confesiones ; Obras filosóficas ; Obras apologéticas ; Tratado de la Santísima Trinidad; Tratados sobre la gracia ; Sermones ; Cartas ; 2º Tratado sobre la gracia ; Homilías ; Cartas II ; Tratados morales ; Tratados sobre el Evangelio de San Juan ; Sobre el Evangelio de San Juan ; Tratados escriturarios ; La ciudad de Dios ; Exposición de las Epístolas a los Romanos y a los Galatas.


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En definitiva, el único de los Padres que de manera consistente sostiene que la roca era Pedro personalmente y sus sucesores en la persona de los Obipos de Roma, es precisamente un Obispo de Roma, León Magno, a mediados del siglo V.&&&&&&&&&&& El único? Tobi hablaba de 17.&&&&&&&&&&&&


Por tanto, parece difícil evitar la conclusión de que en este caso en particular, la interpretación oficial católica no cuenta, ni con mucho, con el consenso unánime de los Padres. &&&&&&&Me referiré a lo expuesto anteriormente.&&&&&&&&&&&&&&


La única razón que puede aducirse es que el Magisterio hoy la cree. Es decir, debe ser cierto, sólo porque Roma lo dice y, como todos saben, ella no puede equivocarse.
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Mire, leo con detenimiento los párrafos en los que usted, hipotéticamente basa sus afirmaciones y sólo logro encontrar la unanimidad de criterios en ellos: Cristo es la piedra angular, Pedro la piedra que El elige se asiente directamente sobre la angular, al igual que El elige al resto de Apóstoles como piedras que acompañan a Pedro, en ese mismo nivel, a ese grandioso fundamento compuesto por el grupo de los Doce en Cristo nuestro Señor.

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Mateo 16:18 en los Padres (2)
MATEO 16:18 EN LOS PADRES DE LA IGLESIA

Mateo 16,18 en los Padres de los siglos II y III
Tertuliano de Cartago (c. 160-220)
Si, porque el Señor le dijo a Pedro, «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia», «a ti te he dado las llaves del reino celestial», o «cualquier cosa que hayas atado o desatado en la tierra, será atada o desatada en los cielos», tú por tanto supones que el poder de atar y desatar se ha derivado hacia ti, es decir, a toda Iglesia similar a Pedro, ¿qué clase de hombre eres, subvirtiendo y cambiando totalmente la intención manifiesta del Señor, confiriendo (como lo hizo aquella intención) esto personalmente a Pedro? «Sobre ti», dice, «edificaré mi Iglesia»; y «Te daré las llaves a ti», no a la Iglesia; y «lo que desatares o atares», no lo que «ellos hayan desatado o atado». Pues así enseña el resultado junto con esto. En (Pedro) mismo la Iglesia fue criada; esto es, a través de (Pedro) mismo; él mismo probó la llave; tú ves cuál: «Hombres de Israel, dejad que lo que digo penetre en vuestros oídos: Jesús Nazareno, hombre destinado por Dios para vosotros», y así. (Pedro) mismo, por tanto, fue el primero en despejar, en el bautismo de Cristo, la entrada al reino celestial, en el cual son desatados los pecados que estaban antes atados; y aquellos que no han sido desatados son atados, según la verdadera salvación...
Sobre la Modestia, 21 (ANF 4:99)
Otra vez, Él cambia el nombre de Simón a Pedro ... Pero, ¿por qué Pedro? Si era por el vigor de su fe, había muchos materiales sólidos los cuales podrían prestar su nombre a causa de su fuerza. ¿Fue porque Cristo era tanto una roca como una piedra? Pues leemos que fue puesto «como piedra de tropiezo y roca de contención».
Contra Marción, IV, 13 (ANF 3:365)

Orígenes de Alejandría (c. 185-c.254)
Y si nosotros también hemos dicho como Pedro, «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente», no como si carne y sangre nos lo hubiese revelado, sino por la luz del Padre en los cielos habiendo resplandecido en nuestro corazón, nos tornamos un Pedro, y a nosotros nos podría decir el Verbo, «Tú eres Pedro», etc. Pues es una roca cada discípulo de Cristo de quien bebieron aquellos que bebieron de la roca espiritual que los seguía, y sobre cada roca así se construye toda palabra de la Iglesia, y la constitución que corresponde a ella; pues en cada uno de los perfectos, quienes poseen la combinación de palabras y actos y pensamientos que llenan la bendición, la Iglesia es construida por Dios.
Comentario sobre Mateo, 10 (ANF 10:456)
La promesa dada a Pedro no es restringida a él, sino aplicable a todos los discípulos como él.
Pero si supones que sobre este Pedro solamente toda la Iglesia es construida por Dios, ¿qué dirías sobre Juan el hijo del trueno o de cada uno de los Apóstoles? ¿Nos atreveremos, de otro modo, a decir que contra Pedro en particular no prevalecerán las puertas del Hades, pero que prevalecerán contra los otros Apóstoles y los perfectos? ¿Acaso el dicho previo, «las puertas del Hades no prevalecerán contra ella», no se sostiene con respecto a todos y en el caso de cada uno de ellos? ¿Y también el dicho, «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia?» ¿Son las llaves del reino de los cielos dadas por el Señor a Pedro solo, y ningún otro de los benditos las recibirá? Pero si esta promesa, «Te daré las llaves del reino de los cielos» es común con los otros, ¿cómo no lo serán también todas las cosas de las que previamente se habló, y las cosas que están subordinadas como habiendo sido dirigidas a Pedro, ser comunes para ellos? Pues en este lugar estas palabras parecen haber sido dirigidas como sólo a Pedro ... Pero en el Evangelio de Juan, el salvador habiendo dado a los discípulos el Espíritu Santo soplando sobre ellos, dijo, «Recibid el Espíritu Santo»...
«Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente». Y si alguno le dice esto a Él ... obtendrá las cosas que fueron habladas conforme a la letra del Evangelio a aquel Pedro, pero, como el espíritu del Evangelio enseña, a todo el que se torna tal como era Pedro. Pues llevan el sobrenombre de «roca» todos los que son imitadores de Cristo, esto es, de la roca espiritual que seguía a quienes estaban siendo salvados, para que puedan beber de ella [en] la sequía espiritual. Pero éstos llevan el sobrenombre de la roca tal como lo hace Cristo. Pero también como miembros de Cristo que derivan su sobrenombre de Él ellos son llamados cristianos, y de la roca, Pedros.
Y también en relación con Sus otros nombres, los aplicarás a modo de sobrenombre a los santos; y a todos los tales se les puede decir la declaración de Jesús: «Tú eres Pedro», etc., hasta las palabras [no] «prevalecerán contra ella». Pero ¿qué es el «ella»? ¿Es la roca sobre la cual Cristo construye la Iglesia, o es la propia Iglesia? Pues la frase es ambigua. ¿O es como si la roca y la Iglesia fuesen una misma cosa? Yo creo que esto es lo cierto; pues ni contra la roca sobre la que Cristo construye la Iglesia, ni contra la Iglesia, prevalecerán las puertas del Hades...
Comentario sobre Mateo XII, 11 (ANF 10:456)

Cipriano de Cartago (c. 200- 258)
Nuestro Señor, cuyos preceptos y admoniciones debemos observar, describiendo el honor de un obispo y el orden de Su Iglesia, habla en el Evangelio, y le dice a Pedro: «Te digo a ti, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Y te daré las llaves del reino del cielo, y lo que atases en la tierra, será atado en el cielo, y lo que desatares en la tierra, será desatado en el cielo». De aquí, a través de los cambios de tiempos y sucesiones, el ordenamiento de los obispos y el plan de la Iglesia fluye hacia delante; de modo que la Iglesia está fundada sobre los obispos, y cada acto de la Iglesia está controlado por estos mismos gobernantes.
Epístolas 26:1 (ANF 5:305)
Y el Señor también en el Evangelio, cuando los discípulos lo abandonaron mientras él hablaba, tornándose hacia los doce, dijo «¿también vosotros os iréis?»; entonces Pedro le respondió: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes la palabra de vida eterna; y creemos, y estamos seguros, de que eres el Hijo del Dios viviente». Aquí habla Pedro, sobre quien la Iglesia había de ser edificada, enseñando y mostrando en el nombre de la Iglesia, que aunque una rebelde y arrogante multitud de aquellos que no oirían ni obedecerían pudiera apartarse, aun así la Iglesia no se apartará de Cristo; y son la Iglesia quienes forman un pueblo unido al sacerdote, y el rebaño que se adhiere a su pastor.
Epístolas 68:8 (ANF 5:374)
El Señor le dijo a Pedro: Te digo (dijo Él) que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella. Y te daré las llaves del reino del cielo, y lo que atases en la tierra, será atado en el cielo, y lo que desatares en la tierra, será desatado en el cielo (Mateo 16:18-19). A él de nuevo, después de Su resurrección, le dice:, Alimenta mis ovejas. Sobre él siendo uno, edifica Su Iglesia; y aunque Él da a todos los Apóstoles un poder igual, y dice: Como mi Padre me envió, así también yo os envío; recibid el Espíritu Santo; a quienes les remitáis los pecados, les serán remitidos, y a quienes se los retengáis, les serán retenidos (Juan 20:21); - empero para manifestar unidad, Él por su propia autoridad ha colocado así la fuente de la misma unidad, como para comenzar de uno. Ciertamente los otros Apóstoles también eran lo que era Pedro, dotados de un igual compañerismo de honor y poder; pero se hace un comienzo desde la unidad, para que la Iglesia pueda presentarse como una; la cual una Iglesia, en el Cantar de los Cantares, el Espíritu Santo designa y nombra en la Persona de nuestro Señor: Mi paloma, Mi inmaculada, no es sino una; ella es la única de su madre, elegida de ella que la concibió (Cantares 9:6).
Sobre la unidad de la Iglesia 3-4 (ANF 5:672


Mateo 16:18 en los Padres (3)
MATEO 16:18 EN LOS PADRES DE LA IGLESIA

Mateo 16,18 en los Padres del siglo IV
(Parte 1 de 2)

Afraates el Sirio (principios del siglo IV)

La fe ... es como una construcción que se construye de muchas piezas de artesanía y así su edificio se eleva hasta la cima. Y sabed, mis amados, que en los fundamentos del edificio se colocan piedras, y así descansando sobre piedras, todo el edificio se eleva hasta que es perfeccionado. Así también la verdadera Piedra, nuestro Señor Jesucristo, es el fundamento de toda fe. Y en Él, en (esta) Piedra, se basa la fe. Y descansando sobre la fe toda la estructura se eleva hasta ser completada. Pues es el fundamento lo que constituye el principio de todo el edificio. Pues cuando alguien es traído cerca de la fe, es puesto por él sobre la Piedra, es decir nuestro Señor Jesucristo. Y Su edificio no puede ser zarandeado por las olas, ni dañado por los vientos. Por los embates de la tormenta no se cae, porque su estructura está levantada sobre la roca de la verdadera Piedra. Y en que he llamado a Cristo la Piedra, no he hablado mi propio pensamiento, sino que los Profetas le llamaron de antemano la Roca.
Y ahora oíd lo concerniente a la fe que es basada sobre la Piedra, y lo concerniente a la estructura que se levanta sobre la Piedra ... Así también que el hombre quien se torna una casa, sí, una morada para Cristo, preste atención a lo que se necesita para el servicio de Cristo, quien se aloja en él, y con qué cosas puede complacerle. Pues primero él construye su edificio sobre la Piedra, la cual es Cristo. Sobre Él, sobre la piedra, se edifica la fe ... Todas estas cosas demanda la fe que está basad en la roca de la verdadera Piedra, es decir Cristo. Y si por ventura dijeses: «Si Cristo está puesto por fundamento, ¿cómo es que Cristo también mora en el edificio cuando éste se completa?» Pues el bendito Apóstol dijo ambas cosas. Pues dijo: «Yo como perito arquitecto he puesto el fundamento». Y allí él definió el fundamento y lo hizo claro, pues dijo como sigue: «Ningún hombre puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Cristo Jesús» ... Y por tanto se cumple aquella palabra, que Cristo mora en los hombres, a saber, en aquellos que creen en Él, y Él es el fundamento sobre el cual se levanta todo el edificio.

Demostraciones Selectas, 1:2-6,13, 19


Jacobo de Nisbis (principios del siglo IV)

La fe está compuesta y compactada de muchas cosas. Es como un edificio, porque se construye y completa con mucha esperanza. No ignoras que se ponen grandes piedras en los fundamentos de un edificio, y entonces todo lo que es edificado encima tiene sus piedras unidas entre sí, y así se eleva hasta que se completa la obra. Así, de toda nuestra fe, nuestro Señor Jesucristo es el firme y verdadero fundamento; y sobre esta roca se establece nuestra fe. Por tanto, cuando alguno ha venido a la fe, es puesto sobre una roca firme, la cual es nuestro Señor Jesucristo. Y, a llamar a Cristo una roca, no digo nada por mí mismo, pues los profetas lo han llamado antes una roca.
Sermón 1, Sobre la Fe 1,13

Ambrosiaster (siglo IV)

Pablo escribe sobre las órdenes eclesiásticas; aquí se ocupa de los fundamentos de la Iglesia. Los profetas prepararon, los apóstoles establecieron los fundamentos. Por lo cual el Señor le dice a Pedro: «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia», esto es, sobre la confesión de fe católica estableceré en vida a los fieles.

Comentario sobre Efesios (PL 17:380)

Eusebio de Cesarea (c. 260-340)

Empero, no errarás en absoluto del ámbito de la verdad si supones que «el mundo» es en realidad la Iglesia de Dios, y que su «fundamento» es en el primer lugar, aquella inefablemente sólida roca sobre la cual está fundada, como dice la Escritura: «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella»; y en otra parte: «La roca, además, era Cristo». Pues, como el Apóstol indica con estas palabras: «Nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Cristo Jesús». Entonces, también, luego del Salvador mismo, puedes rectamente juzgar que los fundamentos de la Iglesia son las palabras de los profetas y los apóstoles, de acuerdo con la afirmación del Apóstol: «Edificada sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular».
Comentario sobre los Salmos (PG 23:173, 176)

Pablo de Constantinopla (= Pablo de Emesa, m. 350)

Sobre esta fe la Iglesia de Dios ha sido fundada. Con esta expectativa, sobre esta roca el Señor Dios colocó los fundamentos de la Iglesia. Cuando, entonces, el Señor estaba yendo a Jerusalén, les preguntó a los discípulos, diciendo: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?» Los apóstoles dicen: «Algunos que Elías, otros que Jeremías, o uno de los profetas». Y Él dice, pero vosotros, esto es, mis elegidos, vosotros que me habéis seguido por tres años, y han visto mi poder, y milagros, y presenciaron caminando sobre el mar, quienes han compartido mi mesa, «¿Quién decís que soy?» Instantáneamente, el Corifeo de los apóstoles, la boca de los discípulos, Pedro, «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente».
Homilía sobre la Natividad

9. Hilario de Poitiers (c. 315-367)

Una creencia de que el Hijo de Dios es Hijo sólo de nombre, y no en naturaleza, no es la fe de los Evangelios y de los Apóstoles ... por lo cual pregunto, ¿fue que el bendito Simón bar-Jonás le confesó, Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente? ... Si Él era Hijo por adopción, ¿en dónde descansa la bendición de la confesión de Pedro, la cual ofreció un tributo al Hijo para el cual, en este caso, no hubiese tenido más derecho que cualquier miembro de la comunidad de los santos? La fe del Apóstol penetró en una región cerrada al razonamiento humano... Y esta es la roca de confesión sobre la cual la Iglesia se edifica ... que Cristo no debe ser solamente nombrado, sino creído, como Hijo de Dios.
Sobre la Trinidad, VI,36 (NPNF2 9:111)

Esta fe es aquella que es el fundamento de la Iglesia; a través de esta fe las puertas del infierno no pueden prevalecer contra ella. Esta es la fe que tiene las lla ves del reino de los cielos. Cualquier cosa que esta fe haya desatado o ligado en la tierra será desatada o ligada en el cielo ... La razón misma por la cual él es bendecido es que confesó al Hijo de Dios. Esta es la revelación del Padre, este es el fundamento de la Iglesia, esta es la seguridad de la permanencia de ella. De aquí que ella tiene las llaves del reino de los cielos, de aquí el juicio en el cielo y el juicio en la tierra ...
Sobre la Trinidad, VI,37 (NPNF2 9:112)

Así nuestro único inconmovible fundamento, nuestra única bendita roca de fe, es la confesión de la boca de Pedro, Tú eres el Hijo del Dios viviente. Sobre ella podemos basar una respuesta a toda objeción con la cual el ingenio pervertido o la amarga traición puedan atacar la verdad.
Sobre la Trinidad, II,23 (NPNF2 9: 58)


Mateo 16:18 en los Padres (4)
MATEO 16:18 EN LOS PADRES DE LA IGLESIA

Mateo 16,18 en los Padres del siglo IV

(Parte 2 de 2)

Atanasio de Alejandría (c. 297- 373)


Por esto debemos buscar antes que todas las cosas, si Él es Hijo, y sobre este punto escudriñar especialmente las Escrituras: «pues esto fue, cuando los apóstoles fueron preguntados, que Pedro respondió, diciendo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios Viviente” ... esta es la verdad y el principio soberano de nuestra fe ... Y como Él es un fundamento, y nosotros piedras construidas sobre él ... La Iglesia está firmemente establecida; está fundada sobre la roca, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella ... Y porque esta es la fe de la Iglesia, que ellos de alguna manera entiendan que el Señor envió a los Apóstoles y les mandó hacer de esto el fundamento de la Iglesia.

Cuatro Cartas a Serapión 1:28.


Basilio el Grande (330-379)

Y la casa de Dios, ubicada en los picos de las montañas, es la Iglesia según la opinión del Apóstol. Pues él dice que uno debe saber «cómo comportarse en la casa de Dios». Ahora, los fundamentos de esta Iglesia están sobre las montañas sagradas, ya que está construida sobre el fundamento de los apóstoles y profetas. Una de estas montañas era ciertamente Pedro, sobre la cual roca el Señor prometió construir su Iglesia. Verdaderamente por cierto y por el mayor derecho son las almas sublimes y elevadas, almas que se elevan sobre las cosas terrenales, llamadas «montañas». El alma del bendito Pedro fue llamada una alta roca porque él tenía un fuerte asidero en la fe y soportó constante y valientemente los golpes inflingidos por las tentaciones. Todos, por tanto, quienes han adquirido un entendimiento de la divinidad – por causa de la amplitud de la mente y de aquellas acciones que proceden de ella- son los picos de las montañas, y sobre ellos se edifica la casa de Dios.

Comentario sobre el Profeta Isaías, 2:66 (PG 30:233)


Gregorio de Nisa (c. 330-c. 395)

La calidez de nuestras alabanzas no se extienden a Simón [Pedro] en cuanto él era un pescador; más bien se extiende a su firme fe, la cual es al mismo tiempo el fundamento de toda la Iglesia.

Panegírico sobre San Esteban (PG 46:733)


Ambrosio de Milán (c. 337-397)

La fe, pues, es el fundamento de la Iglesia, pues no fue dicho de la carne de Pedro (su persona), sino de su fe, que «las puertas del Hades no prevalecerían contra ella» ... ¡Haz un esfuerzo, por tanto, en ser una roca! ¡No busques la roca fuera de ti, sino dentro de ti! Tu roca es tu obra, tu roca es tu mente. Sobre esta roca se construye tu casa. Tu roca es tu fe, y la fe es el fundamento de la Iglesia. Si eres una roca, estarás en la Iglesia, porque la Iglesia está sobre una roca. Si estás en la Iglesia las puertas del infierno no prevalecerán contra ti.

Comentario sobre Lucas VI,98 (CSEL 32:4)


Dídimo el Ciego (c. 318-398)

Cuán poderosa es la fe de Pedro y su confesión de que Cristo es el Dios unigénito, el Verbo, el verdadero Hijo de Dios, y no meramente una criatura. Aunque él vio a Dios sobre la tierra vestido de carne y sangre, Pedro no dudó, pues estaba dispuesto a recibir lo que «carne y sangre no te han revelado». Más aún, reconoció al consubstancial y coeterno retoño de Dios, glorificando de este modo aquella raíz increada, aquella raíz sin comienzo, la cual le había revelado la verdad. Pedro creyó que Cristo era una misma deidad con el Padre; y así fue llamado bendito por aquel quien solo es el bendito Señor. Sobre esta roca la Iglesia fue construida, la Iglesia a la cual las puertas del infierno –esto es, los argumentos de los herejes- no vencerán.

Sobre la Trinidad, I, I,30 (PG 39:416)


Epifanio de Salamis (c. 315-403)

Esto es, ante todo, porque él confesó que «Cristo» es «el Hijo del Dios viviente», y se le dijo, «Sobre esta roca de fe segura edificaré mi Iglesia» -pues él claramente confesó que Cristo es el verdadero Hijo.

Panarion, II-III



Juan Crisóstomo (c. 347-407)

Por tanto Él añadió esto, «Y te digo, tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia; esto es, sobre la fe de su confesión ... Pues Cristo no le añadió nada más a Pedro, sino que como si su fe fuera perfecta, dijo, que sobre esta confesión Él edificaría la Iglesia, pero en el otro caso [Juan 1:49-50] no hizo nada parecido, sino lo contrario ...

Homilías sobre el Evangelio de Juan XXI,1 (NPNF 14:73)

Su significado [1 Cor 3:11] es este: He predicado a Cristo, os he entregado el fundamento. «Pues ningún otro fundamento puede un hombre poner, que aquel que está puesto». Sobre éste entonces edifiquemos, y como un fundamento adhirámonos a él, como una rama a una viña; y que no haya distancia entre nosotros y Cristo.

Homilías sobre 1 Corintios VIII, ver. 11 (NPNF 12:47


Mateo 16:18 en los Padres (5)
MATEO 16:18 EN LOS PADRES DE LA IGLESIA

Mateo 16,18 en los Padres del siglo V

Parte 1 de 2

Jerónimo (342-420)

Empero, aunque tu grandeza me aterra, tu amabilidad me atrae. Del sacerdote demando el cuidado de la víctima, del pastor la protección debida a las ovejas ... Mis palabras son dirigidas al sucesor del pescador, al discípulo de la cruz. Así como no sigo a otro líder que a Cristo, no comulgo con otro que con vuestra bendición, esto es, con la cátedra de Pedro. ¡Pues esta, yo sé, es la roca sobre la cual se edifica la Iglesia! Esta es la sola casa donde el cordero pascual puede justamente ser comido. Esta es el arca de Noé, y quien no se encuentre en ella perecerá cuando prevalece el diluvio.

Carta al papa Dámaso, XV, 2 (NPNF2 6:18)

Si, entonces, el Apóstol Pedro, sobre quien el Señor ha fundado la Iglesia, ha dicho expresamente que la profecía y la promesa del Señor fueron entonces y allí cumplidas, ¿cómo podemos afirmar otro cumplimiento por nuestra cuenta?

Epístola a Marcela XLI, 2 (NPNF2 6:55)

Pero, dices, la Iglesia fue fundada sobre Pedro: aunque en otra parte lo mismo se atribuye a todos los Apóstoles, y ellos reciben todos las llaves del reino del cielo, y la fuerza de la Iglesia depende de todos ellos por igual, empero uno de entre los doce es escogido de modo que cuando una cabeza hubo sido dispuesta, no hubiese ocasión para cisma. ¿Pero por qué no fue elegido Juan, que era virgen? Se le prestó deferencia a la edad, porque Pedro era el mayor: uno que era joven, casi diría un muchacho, no podía ser puesto por sobre hombres de edad avanzada; y un buen maestro que estaba dispuesto a quitar toda ocasión de contienda entre sus discípulos ... no ha de pensarse que daría causa de envidia contra el joven que había amado... Pedro es un Apóstol, y Juan es un Apóstol; pero Pedro es solamente un Apóstol, mientras que Juan es un Apóstol, y un Evangelista, y un profeta. Un Apóstol, porque escribió a las Iglesias como maestro; un Evangelista, porque compuso un Evangelio, cosa que ningún otro de los Apóstoles, excepto Mateo, hizo; un profeta, porque vio en la isla de Patmos, donde había sido exiliado por el emperador Domiciano como un testigo del Señor, un Apocalipsis conteniendo los ilimitados misterios del futuro... El escritor virgen expuso misterios que no pudo exponer el casado, y para resumir brevemente todo y mostrar cuán grande fue el privilegio de Juan, la Madre virgen fue confiada por el Señor virgen al discípulo virgen.

Contra Joviniano I, 26 (NPNF2 6:366)

El fundamento singular que el arquitecto apostólico puso es nuestro Señor Jesucristo. Sobre este estable y firme fundamento, el cual ha sido depositado sobre terreno sólido, se edifica la Iglesia de Cristo ... Pues la Iglesia fue fundada sobre una roca ... sobre esta roca el Señor estableció su Iglesia; y el Apóstol Pedro recibió su nombre de esta roca (Mt 16,18) ... Ella, que con una firme raíz está fundada sobre la roca, Cristo, la Iglesia católica, es la única paloma; ella se yergue como la perfecta, y cercana a Su diestra, y nada siniestro tiene en ella ... La roca es Cristo, quien concedió a sus discípulos que ellos también fuesen llamados rocas, «Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia».

Comentario sobre Mateo 7:25; Epístola 65:15; Sobre Amós VI,12-13


Paladio de Helenópolis (c. 365-425)

«¿Vosotros, empero, quién decís que soy?» No todos respondieron, sino solamente Pedro, interpretando la mente de todos: «Tú eres el Cristo, Hijo del Dios viviente». El Salvador, aprobando la corrección de esta respuesta, habló, diciendo: «Tú eres Pedro, y sobre esta roca» -esto es, sobre esta confesión- «edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella».

Diálogo sobre la vida de Juan Crisóstomo (PG 47:48)


Nilo de Ancira (m. hacia 430)

Si, más aún, se significa un hombre del Señor, el primero en ser comparado con el oro sería Cefas, cuyo nombre es, interpretado, «roca». Este es el más alto de los Apóstoles, también llamado Cefas, quien proveyó en su confesión de fe el fundamento para la edificación de la Iglesia.

Comentario sobre el Cantar de los Cantares (PG 87 [ii]: 1693)


Agustín de Hipona (354-430)

Pues si la sucesión lineal de obispos ha de ser tomada en cuenta, ¡con cuántos más certeza y beneficio para la Iglesia reconocemos hacia atrás hasta que llegamos a Pedro mismo, a quien, como llevando en una figura a toda la Iglesia, el Señor dijo: «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella»! El sucesor de Pedro fue Lino, y sus sucesores en una continuidad inquebrantada fueron estos...

Epístola a Generoso , LIII,2 (NPNF2 12:298)


El Evangelio que ha sido leído recién ... nos da a entender que el mar es el mundo presente, y el Apóstol Pedro el tipo de la única Iglesia. Pues Pedro, primero en el orden de los Apóstoles, y en el amor de Cristo, adelantadísimo, responde a menudo solo por todo el resto. De nuevo, cuando el Señor Jesucristo preguntó, “Pero ¿quién decis vosotros que soy?” Pedro respondió “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Uno dio la respuesta por muchos, Unidad en la multiplicidad. Entonces le dijo el Señor, “Bendito eres tú, Simón bar Jonás, porque carne y sangre no te lo ha revelado, sino mi Padre que está en el cielo”. Entonces agregó “Y te digo a ti” . Como si Él hubiera dicho, “Porque tú me lo dijiste a mí, « eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente», yo también te digo «Tú eres Pedro»”. Pues antes él era llamado Simón. Ahora, este nombre de Pedro le fue dado por el Señor, y esto en una figura, que él significaba la Iglesia. Pues viendo que Cristo es la Roca (Petra), Pedro es el pueblo cristiano. Pues la roca (Petra) es el nombre original. Por tanto, Pedro es así llamado por la roca, no la roca por Pedro; al igual que Cristo no es llamado Cristo por los cristianos, sino los cristianos por Cristo. “Por tanto”, dijo, “tú eres Pedro; y sobre esta Roca” que tú has confesado, sobre esta Roca que has reconocido, diciendo “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente, edificaré mi Iglesia”. Te construiré a ti sobre mí, no a mí sobre ti.

A continuación Agustín trata del incidente registrado unos pocos versículos más adelante, en Mateo 16:22ss, donde cuando el Señor anuncia su pasión, Pedro trata de persuadirlo, y Jesús le dice “Apártate de mí, Satanás, porque me eres tropiezo”. El obispo de Hipona prosigue:


Distingamos, mirándonos a nosotros mismos en este miembro de la Iglesia, lo que es de Dios y lo que es nuestro. Pues entonces no vacilaremos, entonces estaremos fundados sobre la Roca, entonces estaremos fijos y firmes contra los vientos, y tormentas, y corrientes, las tentaciones, quiero decir, de este mundo presente. Empero ved a este Pedro, quien era entonces nuestra figura; ahora confía, ahora vacila; ahora confiesa al Inmortal, y ahora tema que Él muera. ¿Por qué? Porque la Iglesia de Cristo tenía tanto débiles como fuertes ... En que Pedro dijo “Tú eres el Cristo, el hijo del Dios viviente”representa a los fuertes”; pero en que vacila, y no admite que Cristo pueda sufrir, en temer la muerte de Él, y no reconocer la vida, él representa a los débiles de la Iglesia. En aquel un Apóstol, entonces, esto es Pedro, en el orden de los Apóstoles primero y principal, en quien la Iglesia estaba figurada, ambas clases estaban representadas, esto es, tanto los fuertes como los débiles; porque la Iglesia no existe sin ambos.

Sermón 26.


Cristo, como ves, edificó su Iglesia no sobre un hombre sino sobre la confesión de Pedro. ¿Cuál es la confesión de Pedro? «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente». Aquí está la roca para vosotros, aquí el fundamento, aquí es donde la Iglesia ha sido construida, la cual las puertas del inframundo no pueden conquistar.

Sermón 229P.1

De aquí que Él amoneste así a Pedro cuando éste le dio mal consejo. Pues el Señor, cuando estaba a punto de sufrir por nuestra salvación, también anunció lo que habría de ocurrir concerniente a aquella misma Pasión; y Pedro dice, «¡Lejos esté esto de Ti!, ¡Dios no lo permita!, ¡Esto no será!» ... Pero el Señor, para hacerlo que no fuera delante de Él, sino siguiéndole, dices, «¡Apártate de mí, Satanás!» Es por esta razón que dijo «Satanás», porque estás pretendiendo ir delante de Él, a quien debes seguir; pero si estás detrás, si lo sigues a Él, no serás de aquí en adelante «Satanás». ¿Qué entonces? «Sobre esta Roca edificaré mi Iglesia».

Exposiciones sobre Salmos 40:24 (NPNF 8:127)

Pero inmediatamente cuando el Señor comenzó a hablar de Su Pasión, él temió que pereciese por muerte, en tanto que nosotros mismos habríamos de perecer a menos que Él muriese; y dijo: «Lejos de ti, oh Señor, está no será hecho». Y el Señor, a aquel a quien poco antes le había dicho, «Benditos eres, y sobre esta Roca edificaré mi Iglesia», le dijo, «Apártate de mí, Satanás, porque eres una ofensa para mí». ¿Por qué entonces es «Satán» aquel que poco antes era «bendito» y una «Roca»? «Porque no saboreas las cosas que son de Dios», dijo Él, «sino aquellas que son del hombre». Un poco antes él saboreaba las cosas que son de Dios: porque «no te lo ha revelado carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos». Cuando [Pedro estaba] en Dios, alabó su discurso, no Satán sino Pedro, de petra; pero cuando [estaba] en sí mismo y desde la enfermedad humana, el amor carnal del hombre, el cuál sería un impedimento para su propia salvación, y la del resto, es llamado Satán. ¿Por qué? Porque pretendía ir delante del Señor, y darle consejo terrenal al Líder celestial... Tú dices, «Lejos esté» y tú dices, «Oh, Señor»; ciertamente si Señor es Él, sabe lo que hace, sabe lo que dice. Pero tú deseas guiar a tu Líder, enseñar a tu maestro, mandar a tu Amo, escoger por Dios: has ido demasiado lejos, retrocede...

Exposiciones sobre Salmos 45:14 (NPNF 8:222-223)

Si en Él hemos sido tentados, en Él vencemos al diablo ... «Sobre la Roca me has exaltado Tú». Ahora por tanto percibimos aquí quién está clamando desde los confines de la tierra. Traigamos a la mente el Evangelio: «Sobre esta Roca edificaré mi Iglesia». Por tanto clama desde los confines de la tierra Ella, quien Él había querido que fuese construida sobre una Roca. Pero para que la Iglesia pudiese ser edificada sobre la Roca, ¿quién fue hecho tal Roca? Escucha a Pablo diciendo: «Pero la Roca era Cristo». En Él entonces hemos sido edificados. Por esta razón aquella Roca sobre la cual hemos sido edificados, primero había sido azotada con vientos, inundación, lluvia, cuando Cristo estaba siendo tentado por el diablo. Ved sobre qué firmeza Él ha querido establecerte. Con razón nuestra voz no es en vano, sino que es escuchada con atención: pues en grande esperanza hemos sido dispuestos: «Sobre la Roca me has exaltado».

Exposiciones sobre Salmos 61:3 (NPNF 8:249)


Mateo 16:18 en los Padres (6)
MATEO 16:18 EN LOS PADRES DE LA IGLESIA

Mateo 16,18 en los Padres del siglo V

Parte 2 de 2


Cirilo de Alejandría (m. 444)

Pero ¿por qué decimos que ellos son «fundamentos de la tierra»? Pues Cristo es el fundamento y la base inconmovible de todas las cosas ... Pero los siguientes fundamentos, aquéllos más cercanos a nosotros, puede entenderse que son los apóstoles y evangelistas, aquellos testigos oculares y ministros de la Palabra quienes se han levantado para el fortalecimiento de la fe. Pues cuando reconocemos que sus propias tradiciones deben ser seguidas, servimos a una fe que es verdadera y no se desvía de Cristo. Pues cuando [Pedro] sabia y osadamente confesó su fe a Jesús diciendo, «Tú eres Cristo, Hijo del Dios viviente», Jesús le dijo al divino Pedro, «Tú eres Pedro y sobre esta roca edificaré mi Iglesia». Ahora, por la palabra «roca» Jesús indicó, creo, la inamovible fe del discípulo...


Comentario sobre Isaías IV,2 (PG 70:940)

«Y te digo, tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella». El apodo, creo, llama a ninguna otra que a la inconmovible y muy firme fe del discípulo «una roca», sobre la cual la Iglesia fue fundada y hecha firme y permanece continuamente inexpugnable aun con respecto a las mismas puertas del infierno.

Diálogo sobre la Trinidad IV (PG 75:866)


Isidoro de Pelusio (m. hacia 450)

Cristo, quien escudriña los corazones, no preguntó a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que yo, el Hijo del Hombre, soy?». No porque no supiera las diversas opiniones de los hombres concernientes a Él mismo, sino que estaba deseoso de enseñar a todos la misma confesión la cual Pedro, inspirado por Él, puso como la base y fundamento, sobre los cuales el Señor edificó su Iglesia.

Epístola 253


Teodoreto de Ciro (c. 393- c. 458)

Que nadie neciamente suponga que el Cristo es cualquier otro que el Hijo unigénito. No nos imaginemos más sabios que el don del Espíritu. Escuchemos las palabras del gran Pedro, «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente». Escuchemos al Señor Cristo confirmando esta confesión, pues «Sobre esta roca», dice, «edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella». Por tanto también el sabio Pablo, excelentísimo arquitecto de las iglesias, no fijó otro fundamento que éste. «Yo», dice, «como perito arquitecto he puesto el fundamento, y otro construye encima. Pero que cada quien vea cómo edifica. Pues ningún hombre puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo». ... Por tanto nuestro Señor Jesucristo permitió al primero de los apóstoles, cuya confesión Él había fijado como una suerte de cimiento y fundamento de la Iglesia, que vacilase, y que lo negase, y entonces lo levantó de nuevo... Ciertamente él está llamando a la fe piadosa y a la confesión verdadera una «roca». Pues cuando el Señor preguntó a sus discípulos quién decía el pueblo que era él, el bendito Pedro habló, diciendo «Tú eres Cristo, el Hijo del Dios viviente». A lo cual el Señor respondió: «De cierto, de cierto te digo que eres Pedro y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella».

Epístola 146; 77; Comentario al Cantar de los Cantares, II,14. (NPNF2 3)


Basilio de Seleucia (m. cerca de 459)

En obediencia la lengua de Pedro se puso en movimiento y aunque ignorante de la doctrina, aportó una respuesta: «Tú eres Cristo, Hijo del Dios viviente»... Ahora Cristo llamó a esta confesión una roca, y nombró a quien la confesó «Pedro», percibiendo la apelación como apropiada para el autor de esta confesión. Pues esta es la solemne roca de la religión , esta es el muro de la fe y el fundamento de la verdad: «Pues nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Cristo Jesús».

Oración XXV,4 (PG 85:297-298)


León I Magno (papa 440-461)

Nuestro Señor Jesucristo, Salvador de la humanidad, instituyó la observancia de la religión divina, la cual Él quiso que por la gracia de Dios derramase su brillo sobre todas las naciones y todos los pueblos de tal forma que la Verdad, que antes estaba confinada al anuncio de la Ley y los Profetas, pudiese a través del sonido de trompeta de los Apóstoles salir para la salvación de todos los hombres, como está escrito: «Su sonido ha salido a cada tierra, y sus palabras hasta los confines del mundo». Mas este sacramento misterioso el Señor deseó que fuese la ocupación de todos los Apóstoles, pero de tal forma que Él ha puesto el cargo principal en el bendito Pedro, jefe de todos los Apóstoles; y de él como de la Cabeza desea que sus dones fluyan a todo el cuerpo; de modo que cualquiera que se atreve a separarse de la sólida roca de Pedro pueda entender que no tiene parte ni porción en el misterio divino. Pues Él deseó que aquel que había sido recibido al compañerismo en Su unidad indivisa que fuese nombrado como Él mismo lo fue, cuando dijo: «Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia»; para que la edificación del templo divino por el maravilloso don de Dios pudiese descansar el la sólida roca de Pedro: fortaleciendo a Su Iglesia tan ciertamente que ni la precipitación humana pudiera asaltarla, ni las puertas del infierno pudieran prevalecer contra ella. Pero a esta santísima firmeza de la roca, levantada, como hemos dicho, por la mano edificadora de Dios, un hombre debe desear destruirla en extrema impiedad cuando trata de quebrantar el poder de ella, favoreciendo sus propios deseos, y no siguiendo lo que él recibió de los antiguos...

Epístola a los Obispos de la Provincia de Viena, X (NPNF2 12:8-9)

Y cuando ellos hubieron registrado las varias opiniones de otras gentes, Él dijo, «Pero vosotros, ¿quién decís que soy?» ... Ante lo cual el bendito Pedro, cuya confesión divinamente inspirada estaba destinada a beneficiar a todas las naciones, dijo, «Tú eres Cristo, el Hijo del Dios viviente». Y no inmerecidamente fue declarado él bendito por el Señor, tomando de la piedra angular principal la solidez del poder cuyo nombre también expresa, él, quien, a través de la revelación del Padre, le confesó ser a la vez Cristo e Hijo de Dios...

Carta a Flaviano, XXVIII, 5 (NPNF2 12:41-42)

Y si Eutiques hubiese creído esto inteligente y totalmente, nunca se hubiera retirado del camino de esta Fe. Pues Pedro recibió esta respuesta del Señor por su confesión: «Bendito eres tú, Simón bar Jonás; pues carne y sangre no te lo ha revelado, sino mi Padre que está en el cielo. Y te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella». Pero el que tanto rechaza la confesión del bendito Pedro como contradice el Evangelio de Cristo, está muy lejos de la unión con este edificio; pues se muestra a sí mismo como no habiendo nunca tenido ningún celo por entender la Verdad, y tener solamente la vacía apariencia de alta estima, quien no adornó las canas de la ancianidad con ningún juicio maduro del corazón.

Carta al Sínodo de Éfeso XXXIII, 1 (NPNF2 12: 47)

Ya que, por tanto, la Iglesia universal ha devenido una roca (petra) a través de la edificación de la Piedra original, y el primero de los Apóstoles, el beatísimo Pedro, oyó la voz del Señor diciendo, «Tú eres Pedro, y sobre esta roca )petra) edificaré mi Iglesia», quién hay allí que se atreva a asaltar tal fuerza inexpugnable, a menos que sea el anticristo o el diablo, quien, permaneciendo inconverso en su impiedad, está ansioso por sembrar mentira mediante los vasos de ira que son apropiados para su perfidia, mientras bajo el falso nombre de la diligencia pretende estar en busca de la Verdad.

Carta a León César CLVI, 2 (NPNF2 12:100)

Y de Su gobierno y protección eterna hemos recibido también el apoyo de la ayuda de los Apóstoles, la cual ciertamente no cesa en su operación; y la fuerza del fundamento, sobre la cual se levanta toda la superestructura de la Iglesia, no se debilita por el peso del templo que descansa sobre él. Pues la solidez de aquella fe que fue alabada en el jefe de los Apóstoles es perpetua; y como permanece aquello que Pedro creyó en Cristo, así permanece lo que Cristo instituyó en Pedro. Pues cuando, como se ha leído en la lección del Evangelio, el Señor hubo preguntado a los discípulos quién creían ellos que era Él, en medio de las variadas opiniones sostenidas, y el bendito Pedro hubo replicado, diciendo, «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente», el Señor dice, «Bendito eres tú, Simón bar Jonás, porque carne y sangre no te lo ha revelado, sino mi Padre que está en el cielo. Y te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Y te daré las llaves del reino de los cielos. Y lo que atares en la tierra, será atado en el cielo; y lo que desatares en la tierra, será desatado también en el cielo».

La dispensación de la Verdad por tanto permanece, y el bendito Pedro perseverando en la fuerza de la Roca, que él ha recibido, no ha abandonado el timón de la Iglesia, que él tomó. Pues él fue ordenado antes que el resto en tal forma que de ser llamado la Roca, de ser pronunciado el Fundamento, de ser constituido el Portero del reino de los cielos, de ser colocado como Árbitro para atar y desatar, cuyos juicios retendrían su validez en el cielo, de todos estos títulos místicos podemos conocer la naturaleza de su asociación con Cristo. Y aún hoy él más plena y efectivamente desempeña lo que le está confiado, y realiza cada parte de su obligación y encargo en Él y con Él, a través de Quien ha sido glorificado. Y así, si cualquier cosa es rectamente hecha y rectamente decretada por nosotros, si cualquier cosa se gana de la misericordia de Dios por nuestras cotidianas súplicas, es por su obra y méritos cuyo poder vive y cuya autoridad prevalece en su Sede. Pues esto, amadísimos, fue ganado por aquella confesión, la cual, inspirada en el corazón del Apóstol por Dios el Padre, trascendió toda la incertidumbre de las opiniones humanas, y fue dotada con la firmeza de una roca, la cual ningún asalto podría conmover. Pues en toda la Iglesia Pedro diariamente dice: «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente», y toda lengua que confiesa al Señor acepta la instrucción que su voz trae. Esta Fe conquista al diablo, y quebranta las ataduras de sus prisioneros. Nos arranca de esta tierra y nos planta en el cielo, y las puertas del Hades no pueden prevalecer contra ella. Pues con tal solidez está dotada por Dios que la depravación de los heréticos no pueden dañarla ni la incredulidad de los gentiles vencerla.

Sermón III , 2-3 (NPNF2 12:117)

Y rectamente fue el bendito Apóstol Pedro alabado por confesar esta unión, quien cuando el Señor estaba averiguando qué conocían de Él los discípulos, rápidamente se anticipó al resto y dijo, «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente». Y esto ciertamente vio, no por la revelación de carne o sangre, que podrían haber retardado su visión interior, sino por el mismo Espíritu del Padre obrando en su corazón creyente, para que en preparación para gobernar toda la Iglesia él pudiera primero aprender lo que habría de enseñar, y para la solidificación de la Fe, la cual estaba destinado a predicar, pudiese recibir este reaseguro, «Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella». Esta fuerza, por tanto, de la Fe cristiana, la cual, construida sobre una roca inexpugnable no teme a las puertas de la muerte, reconoce al único Señor Jesucristo como tanto verdadero Dios y verdadero Hombre, creyéndolo asimismo el Hijo de la Virgen, quien es el Creador de su Madre; nacido también al final de los tiempos, aunque es el Creador del tiempo; Señor de todo poder, y aún así mortal; ignorante del pecado, y aun así sacrificado por los pecadores según la semejanza de carne pecaminosa.

Sermón sobre la Pasión, XI Sermón LXII, 2 (NPNF2 12:174)


Mateo 16:18 en los Padres (7)
MATEO 16:18 EN LOS PADRES DE LA IGLESIA

Mateo 16,18 en los siglos VI a IX


Casiodoro (c. 485- c. 580)

«No será conmovida» se dice acerca de la Iglesia a la cual sola aquella promesa le ha sido dada: «Tú eres Pedro y sobre esta roca edificaré mi Iglesia y las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella». Pues la Iglesia no puede ser conmovida porque se sabe que ha sido fundada sobre la roca más sólida, a saber, Cristo el Señor ... De este «fundamento», es inferido rectamente Cristo, quien es una roca inconmovible y una roca inexpugnable. Concerniente a esto dice el Apóstol: «Pues ningún otro fundamento puede ningún hombre poner que aquel que está ya puesto, el cual es Cristo Jesús».

Exposiciones sobre los Salmos 45:5 (PL 70:330)

Gregorio I Magno (nacido c. 540; papa 590-604)

Pero ya que no es mi causa, sino la de Dios, ya que las leyes piadosas, ya que los santos sínodos, ya que los mismos mandamientos de nuestro Señor Jesucristo son trastornados por la invención de una cierta orgullosa y pomposa frase, que sea el piadosísimo Señor que corte el lugar de la llaga, y ate al paciente remiso en las cadenas de la augusta autoridad. Pues al ligar estas cosas ajustadamente alivias a la república; y, mientras cortas estas cosas, provees el alargamiento de tu reinado.
Pues a todos los que conocen el Evangelio les es evidente que por la voz del Señor el cuidado de toda la Iglesia le fue confiado al santo Apóstol y Príncipe de todos los Apóstoles, Pedro. Pues a él se le dice, «Pedro, ¿me amas? Apacienta a mis ovejas». A él le es dicho, «He aquí, Satanás ha deseado zarandearos como trigo; y yo he orado por ti, Pedro, para que tu fe no falle. Y tú, cuando te hayas convertido, fortalece a tus hermanos». A él se le dice, «Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Y te daré las llaves del reino del cielo; y lo que atares en la tierra será también atado en el cielo; y lo que desatares en la tierra, será desatado también en el cielo».
Ved, él recibió las llaves del reino celestial, y le es dado poder para atar y desatar, le es confiado el cuidado y la principalidad de toda la Iglesia, y aún así él no es llamado el Apóstol universal; mientras que el santísimo hombre, mi compañero sacerdote Juan, intenta ser llamado obispo universal. Estoy forzado a gritar y decir ¡Oh tiempos, oh costumbres!
Ved, todas las cosas en las regiones de Europa son entregadas al poder de los bárbaros, las ciudades son destruidas, los campos arrasados, las provincias despobladas, ningún labriego habita la tierra, los adoradores de ídolos prevalecen y dominan para la matanza de los fieles, y aun sí sacerdotes, quienes deberían ellos mismos yacer llorando sobre el piso y en cenizas, buscan para sí nombres de vanagloria, y se glorían en en nombres nuevos y profanos.
¿Defiendo yo mi propia causa en este asunto, piadosísimo Señor? ¿Resiento que se me haya hecho mal a mí especialmente? No, la causa de Dios Omnipotente, la causa de la Iglesia universal.
¿Quién es éste que, contra las ordenanzas evangélicas, contra los decretos de los cánones, presume para usurpar para sí un nuevo nombre? Lo haría aquél si por él mismo fuese, si pudiera ser sin ninguna mengua de los demás – codicia ser universal.
Y ciertamente sabemos que muchos sacerdotes de la Iglesia de Constantinopla han caído a la vorágine de la herejía ... Si entonces cualquiera de esa Iglesia toma para sí aquel nombre, por el cual se hace la cabeza de todos los buenos, se sigue que la Iglesia universal cae de su pedestal (lo cual no permita Dios) cuando aquel que es llamado universal cae. Pero lejos de los corazones cristianos esté aquel nombre de blasfemia, en el cual es quitado el honor de todos los sacerdotes, mientras se lo arroga locamente para sí uno (solo).
Ciertamente, en honor de Pedro, Príncipe de los Apóstoles, le fue ofrecido por el venerable sínodo de Calcedonia al romano pontífice. Pero ninguno de ellos ha jamás consentido usar tal nombre de singularidad, no sea que, por algo que se le da peculiarmente a uno, los sacerdotes en general sean deprivados del honor que se les debe. ¿Cómo es que nosotros no buscamos la gloria de este título aun cuando es ofrecida, y otro pretende arrebatarlo para sí mismo aunque no se le ofrece?

Epístola XX a Mauricio César (NPNF 2 12:170-171)


Isidoro de Sevilla (c. 560-636)

Pedro lleva el carácter de la Iglesia, el cual tiene el poder de perdonar pecados y de llevar a los hombres desde el Hades hasta el reino celestial ... Todos los Apóstoles también llevan el tipo de la Iglesia entera, ya que ellos también han recibido un poder igual de perdonar pecados. Ellos llevan también el carácter de los patriarcas, quienes por la palabra de la predicación espiritualmente engendraron al pueblo de Dios en todo el mundo ...

Alegorías en el Nuevo Testamento (PL 83:117-118)

El hombre sabio que edificó su casa sobre la roca significa el maestro fiel, quien ha establecido los fundamentos de su doctrina y vida sobre Cristo ... Más aún, Cristo es llamado un «fundamento» porque la fe se establece en él, y porque la Iglesia católica está construida sobre él.

Etimologías VII,2 (PL 82:267)


Beda el Venerable (c. 673-735)

Tú eres Pedro y sobre esta roca de la cual has tomado tu nombre, esto es, sobre mí mismo, edificaré mi Iglesia, sobre aquella perfección de la fe que tú confesaste edificaré mi Iglesia por cuya unanimidad de confesión si alguno se desviase aunque en sí mismo pareciera hacer grandes cosas, él no pertenence al edificio de mis Iglesia. ... Metafóricamente se le dice a él que la Iglesia ha de ser construida sobre esta roca, es decir, el Salvador que tú confesaste, quien ha concedido participación al fiel confesor de su nombre.

Homilías 23 (PL 94:260)


Juan de Damasco (c. 675-c. 749)

Y Pedro, encendido por un ardiente celo y preparado por el Espíritu Santo, replicó: «Tu eres Cristo, el Hijo del Dios viviente». ¡Oh, bendita boca! ¡Perfectos, benditos labios! ¡Oh, alma teológica! ¡Mente llenada por Dios y hecha digna por la instrucción divina! ¡Oh, divino órgano por el cual Pedro habló! Rectamente eres bendito, Simón hijo de Jonás ... porque ni carne ni sangre ni la mente humana, sino mi Padre en el cielo te ha revelado esta divina y misteriosa verdad a ti. Pues nadie conoce al Hijo, salvo aquél que es conocido por él ... Esta es la firme e inamovible fe sobre la cual, como sobre la roca cuyo sobrenombre llevas, la Iglesia está fundada. Contra ésta las puertas del infierno, las bocas de los herejes, las máquinas de los demonios –pues ellos habrán de atacar- no prevalecerán. Ellos tomarán las armas pero no vencerán.

Homilía sobre la Transfiguración (PG 96:554-555)


Pascasio Radberto (c. 785-860)

Hay una respuesta de todos sobre los cuales la Iglesia es fundada y contra los cuales las puertas del infierno no prevalecerán ... Tan grande fe no surge excepto de la revelación de Dios el Padre y la inspiración del Espíritu Santo de modo que cualquiera que tenga fe, como una piedra firme, es llamado Pedro ... Debiera notarse que cualquiera de los fieles es una roca en la medida en que es un imitador de Cristo y es luz en la medida en que es iluminado por la luz y por esto la Iglesia de Cristo está fundada sobre aquéllos en cuanto son fortalecidos por Cristo. De modo que no en Pedro solo sino sobre todos los Apóstoles y los sucesores de los Apóstoles se edifica la Iglesia de Dios. Pero estas montañas son primero edificadas en la montaña, Cristo, elevada sobre todas las montañas y cerros.... Esta es ciertamente la vera e inviolable fe dada a Pedro por Dios el Padre, según la cual si no hubiese habido siempre un Hijo no hubiera habido siempre un Padre, sobre la cual fe la Iglesia toda está fundada y permanece firme, creyendo que Dios es el Hijo de Dios.

Comentario sobre Mateo (PL 120:561, 555-556)
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¡Benditos de Dios, El los tenga acogidos en su gloria!

Es edificante siempre la lectura de los Padres de la Iglesia. Verdaderamente la lectura de estos pasajes, que tan amablemente, se a dignado a pegar, confortan mi alma y avivan mi fe. Sobre el sentido que usted quiere darle con su publicación (que no lo encuentro por ninguna parte), ya que no encuentro comentario adicional alguno, me remito a la los comentarios de la exposición de Tobi

Dios la bendiga!


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TU ERES PEDRO


Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia.» (Mat. 16:18.)



Pregunta. Al decir Jesús: «tú eres pétros y sobre esta petra edificaré mi iglesia», ¿no tienen razón los católico romanos al afirmar que el papado es institución divina y que descansa sobre estas palabras de Jesús mismo, constituyendo a Pedro fundamento de la Iglesia?


Respuesta. En contestación a esta pregunta, creemos oportuno copiar en su totalidad un artículo importante que apareció en El Cristiano, de Madrid, hace ya 50 años (año XLII, número 2.090).

Dice:
«Tú eres Pedro (Mat. 16:18). Los romanistas dan aquí mucha importancia a este pasaje, como si apoyase sus infundadas pretensiones. Nótese, desde luego, que «la Iglesia está edificada sobre el fundamento de los Apóstoles y Profetas», no sobre un Apóstol o Profeta único. Pero la pretensión de que el obispo de Roma debía suceder a Pedro, no tiene ni un átomo de evidencia en la Palabra de Dios, nuestro único y suficiente guía. Un apóstol no podía tener sucesión en el apostolado, y si uno podía, ¿por qué no los demás?

En 1.a Cor., cap. 9 y ver. 1, leemos que una de las marcas de un apóstol era haber visto al Señor Jesús, y ningún Papa lo vio; no puede, por tanto, ser apóstol o sucesor de uno de ellos.
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¡Peor hombre de Dios! Un poco de seriedad 1 Cor 9:1 dice “ ¿No soy libre? ¿No soy apóstol? ¿Es qué no he visto yo a Jesús, nuestro Señor? ¿No sois vosotros hechura mía en el Señor?” ¡¿De donde se obtiene tal interpretación?! Cuanto más a continuación dice 1 Cor 9:2-3 “Si para otros no soy apóstol, por lo menos para vosotros si lo soy, pues vuestra condición de cristianos es la garantía de mi apostolado. Esta es mi defensa contra los que me discuten.”



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Pero sea que Cristo dijera que edificaría su Iglesia sobre Pedro, o sobre lo que la confesión de Pedro significaba, esto no favorece nada las pretensionese de Roma. Roma no tiene más derecho ni relación alguma con lo dicho por Cristo, que Antioquía, o Ginebra, o cualquier otra.

Lo que sí es muy interesante saber es que dicho pasaje viene, probablemente, de un error de traducción, según puede verse a continuación:

1. Un caballero, dedicado al estudio, y linguista, habiendo obtenido la Introducción a las Autoridades del Vaticano por el cardenal Maning, menciona, que en la biblioteca del Vaticano hay un documento del siglo II a.C., el cual la traducción de Mateo 16:18, es: «Tú lo has dicho.»
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S. II a.c ¿?

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2.También cita otro documento de la misma época de idéntica traducción.

3.El obispo Agustín (siglo IV d.C.), en un tratado existente en la biblioteca del Vaticano, examinado por este mismo estudiante, traduce este pasaje: «Tú dixiste.» (Tú has dicho.)

4.Jerónimo (año 382 d.c.), en un Tratado que está en biblioteca del Vaticano, cita este versículo: (Tú has dicho,según diversos testigos que lo han visto, afirman.

5. El finado Mr. Collette leyó el «Codex Vaticanus», siglo IV a.C.,&&&&&&&&&&&&&&&& a.c ¿?&&&&&&&&&&&&&&&&&&& en la biblioteca del Vaticano, y la versión estas palabras era «suipo». Como tal palabra no existe en griego, debe ser una contracción. Hizo notar que con una simple adición de una letra, o sea a, se obtendrían las palabras «su eipas» (Tú has dicho), que firmemente asegura es la verdadera versión. Algún antiguo copista romano lo extendió hasta formar «su ei Petros», añadiendo cuatro letras en vez de una, y haciendo tres divisiones en lugar de dos.

6.La primera versión tiene más autoridad, estando apoyado por 105 dos documentos citados (números 1 y 2), los cuales, existiendo dos siglos antes que el «Codex Vaticanus», dan enorme peso a la versión «Tú has dicho».(ver nota 5)

7.Esta versión también está confirmada por la evidencia de Agustín y Jerónimo, dos de los más eruditos doctores de la Iglesia. Es inconcebible que deliberadamente usaran un original falso o imaginario, en un pasaje de tanta importancia.

8.En el contexto mismo encontramos un gran apoyo para la versión «Tú has dicho». Pedro había confesado la Divinidad de Cristo. Inmediatamente el Señor contesta:
«Tú has dicho» (la verdad); y sobre esta confesión, sobre esta mi Divinidad, será edificada la Iglesia.

9.Se confirma además esto, por el hecho de que nuestro Señor Jesucristo usa esta misma fórmula (su eipas) en ocasiones análogas, cuando expresa su conformidad con alguna verdad dicha. Así, cuando el Sumo Sacerdote le conjura sobre este mismo punto de su Divinidad, Jesús contesta con: «Tú has dicho» (su eipas). (Mateo 26:64.)

10.Por otra parte, el contexto pierde más que gana con la versión «Tú eres Pedro». Porque, ¿qué tiene que ver el nombre o la persona de Pedro con un asunto de tanta transcendencia como la Divinidad de Cristo?
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Si pierde más que gana, a que tanta adversión hacia el mismo? Acaso, solo pretendemos sembrar la duda?


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Todos los Apóstoles sabían cuál era el nuevo nombre de Simón, y el asunto de que se trataba, no era Pedro, sino el Mesías, reconocido divino en esta confesión; y, como algunos han observado, parece trivial y fuera de lugar que, en circunstancias tan solemnes, entrara un juego de palabras con el significado verbal del nombre de Pedro.


11. El ilustrado señor Dobelli (ex editor de la Capi_tale de Roma), en su valiosa obra La Historia de los Papas desde San Pedro a Pío IX, en cuatro tomos, hace notar, al referirse a Mateo 16:18: «Cristo nunca dijo "tú eres", sino "tú has dicho", Pedro. "Tú eres" es una interpolación.»




Nota 5. Los eruditos del texto griego, Alford y Tischendorf, manifiestan que es tan inexacta la versión «tú eres» en vez de la auténtica «tú lo has dicho Pedro» que no se le puede dar valor real ninguno (véase Alford, El Testamento griego, 1879, tomo 1, pág. 104, y Tischendorf, El Nuevo Testamento, 1869, pág. 11).
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Mira, en la versión de las Santas Escrituras de la Wacth Tower Bible and Tract Society of Pensilvania presentada por el Comité de la Traducción del Nuevo Mundo el 1 de Enero de 1987 en Nueva Cork, Biblia por cierto no utilizada por católicos sino por los Testigos de Jehová Mt 16:18 viene redactado así “También yo te digo a ti: Tu eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi congregación, y las puertas del Hades no la subyugarán”. Así pues, no sólo deberíamos discutir sobre las traducciónes aceptadas por la Iglesia Católica sino sobre otras tantas. Aunque en línea seguida, en el intento de crear duda, nos lleva a poner en cuestión toda La Palabra, prescindiendo de la fe y de los hechos históricos que por ellos mismos hablan. No obstante a las pruebas me remito, hela ahí Iglesia de Cristo nuestros Señor, 2004 años después, con más profunda y edificada fe, en constante renacimiento y expansión, en la que se congrega la unidad y la que ruega al Padre por ella de tal forma como Cristo lo rogó.




“Protesto que a todas las opiniones, hechos, gracias y milagros expresados en mis palabras y en las de aquellos a quien hago referencia, no les atribuyo sino una autoridad puramente humana, a excepción de los aprobados y autenticados por la Santa Silla Apostólica; y lo mismo declaro a los títulos de santo, beato o bienaventurado que se da a algunos siervos de Dios, sometiendome en todo al juicio y doctrina de la santa Iglesia católica, apostólica y romana.

¡Dios os bendiga a todos, hermanos, que habéis tenido la paciencia de esta lectura!

Vuestro hermano en Cristo nuestro Señor:


Alfonso L. Calvente Ortiz
En Tenerife a 16/04/03
 
Por si no me expliqué bien en el primer aporte de este epígrafe...

Estamos estudiando quien fué la persona que fundó la primera iglesia que hubo en Roma.

Shalom!!
 
La Iglesia de Roma fue fundada por Cristo nuestro Señor y establecido su primado en San Pedro Apóstol por el mismo Cristo”.


Eso no es lo que dice la Escritura.



, es ud la que me ha machacado en la necesidad de nuevos aportes que edifiquen este foro.


¿Dónde dije yo tal cosa? :confused:


No he encontrado la dirección en donde se exponen las normas de cómo se debate aquí ni tampoco se me condicionó mi forma de debatir o expresarme a la hora de registrar mi cuenta. Si como parece es dueña o copropietaria de este foro, querida hermana en Cristo nuestro Señor, no debería de permitir el acceso a gente como yo que puede tener otra forma de debatir.


Pues lea un poco y hágase una idea de cómo está el patio antes de entrar :D


Empezamos bien, demuestra un gran respeto y amor en Cristo llamar absurdos a cientos de millones de creyentes católicos.

Lo absurdo es pretender lo que pretende su iglesia con respecto a la primacía petrina; nadie ha llamado absurdos a los creyentes católicos, que simplemente son unos engañados por Roma.


”En Roma hubo cristianos desde mediados del siglo I, aunque los paganos aún les confundían con los judíos. San Pablo predicó en Roma entre el 61 y el 64. San Pedro también estuvo en la ciudad durante el mismo periodo.” (Diccionario de Civilización Romana, Larousse, Jean-Claude Fredouille) No voy a ser yo quien caiga en esta discusión pero si ni siquiera atendemos a los hechos históricos que son aceptados por la comunidad histográfica, ¿de dónde sacaremos referencias históricas? ¿De lo que a uno le interesa y acepta a su modo particular?



la comunidad “histográfica”, incluídos muchos maestros dentro del catolicismo, dudan de la veracidad de algunas afirmaciones y de algunas fechas:

Extraído integramente de “El cristianismo, esencia e historia” de Hans Küng, Ed. Trotta. Pag. 323

ROMA SE APLICA A SI MISMA LA NEOTESTAMENTARIA PROMESA A PEDRO

Es Dámaso (366-384) el que utiliza por primera vez Mateo 16,18 para fundamentar las pretensiones romanas de poder y, al mismo tiempo, las interpreta de forma jurídica. El trasfondo: en su tumultuosa elección contra Ursino, 137 personas perdieron la vida en la Iglesia. Él debe su entronización al prefecto de la ciudad de Roma, y es acusado bajo un nuevo prefecto de la ciudad de instigar al asesinato; sólo la intervención de amigos ricos ante el emperador le salva de ser condenado. Este obispo romano hambriento de poder, anfitrión principesco y llamado “adulador de los oidos de las damas”, tiene todos los motivos para fortalecer su débil autoridad política y moral, mediante una novedosa acentuación de la dignidad de su cargo como sucesor de Pedro. Al referirse a la Iglesia romana, él utiliza siempre, y sólo, la expresión “Sede apostólica”(sedes apostolica) y esgrime con ello para la iglesia romana la pretensión de un rango superior al de las restantes iglesias, basada en una posición de monopolio de la Iglesia de Roma supuestamente dada por Dios a través de Pedro y Pablo. Por eso, no es de extrañar que Dámaso hiciese ornamentar las tumbas e iglesias de Pedro y Pablo así como las de los obispos y mártires romanos y adornarlas con bellas y encomiásticas inscripciones latinas. Todo ello para poner en claro que la verdadera Roma es ahora la Roma cristiana. Y en esa política se inserta también el encargo dado a Jerónimo, erudito del norte de Italia, para que haga una versión latina de la Biblia, moderna y fácilmente inteligible(en vez de la viejo-latina “Itala” o “Vetus Latina”). Ella traduce con toda naturalidad muchas expresiones, sobre todo veterotestamentarias, mediante otras del derecho romano, y se convierte más tarde en la “Vulgata”, normativa tanto en lo eclesiástico-teológico como en lo litúrgico-jurídico. ¿Cuál es la aportación de Dámaso, que, como todos los demás obispos romanos del siglo IV, trta de atraerse la simpatía de la alta sociedad romana que añora la gran Roma pagana?. Tal vez pueda ser su aportación, como dice con sensatez Henry Chadwick, “que él fusiona el orgullo imperial y civil veterorromano con el cristianismo”. Quien quiera escribir una historia de la mentalidad de la Curia romana debería empezar por ahí.




Y un aporte excelente y bien documentado de nuestro hermano Jetonius:

EL APÓSTOL PEDRO: MÁRTIR EN ROMA, PERO NO FUNDADOR DE LA IGLESIA ALLÍ

Aunque Pío XII declaró que unos huesos hallados bajo el altar de la Basílica de San Pedro pertenecían al apóstol, y más tarde, el 26 de junio de 1968, Paulo VI anunció que la tumba de Pedro había sido identificada, tal identificación no es segura. Su sitio tradicional es en la colina vaticana, donde en 330 Constantino hizo construir una basílica luego de una compleja nivelación del terreno, y hoy asienta la basílica de San Pedro cuya construcción se inició en 1503. La supuesta sepultura de San Pedro se halla bajo el altar.
Más allá de la certeza que pueda haber acerca del sepulcro del Apóstol Pedro, el propósito de esta nota es comentar dos asuntos estrechamente relacionados pero ciertamente diferentes, a saber: la evidencia de que el Apóstol Pedro haya enseñado y muerto en Roma, y la evidencia de que haya sido el fundador y primer obispo de la Iglesia de dicha ciudad.

I. La evidencia de que Pedro murió en Roma
Acerca de lo primero, es decir, de la muerte de Pedro en Roma, el autor católico romano J.P. Kirsch dice:
“Es un hecho histórico indisputablemente establecido que San Padre trabajó en Roma durante la última parte de su vida, y allí concluyó su carrera terrenal con el martirio. Con respecto a la duración de su actividad apostólica en la capital romana, la continuidad o no de su residencia allí, los detalles y el éxito de sus labores, y la cronología de su llegada y muerte, todas estas cuestiones son inciertas, y pueden ser resueltas solamente sobre hipótesis más o menos bien fundamentadas. El hecho esencial es que Pedro murió en Roma: esto constituye el fundamento histórico de que los Obispos de Roma reclamen la Primacía Apostólica de Pedro.
La residencia y muerte de San Pedro en Roma están establecidos sin discusión como hechos históricos por una serie de diferentes testimonios que se extienden desde el final del primer siglo hasta el final del segundo, y que provienen de diferentes tierras.”
( s.v. Peter, Saint. En The Catholic Encyclopedia, vol. 11, 1911; negritas añadidas).

El autor sostiene que la muerte de Pedro en Roma es un hecho histórico indisputable. En realidad se trata de un hecho muy probable; “indisputable” es una palabra muy fuerte. Por otra parte, el autor del artículo sobre la tumba de Pedro en la misma obra inicia su opúsculo con las siguientes confesiones: “La historia de las reliquias de los Apóstoles Pedro y Pablo está envuelta en considerable dificultad y confusión. Las autoridades primarias a ser consultadas están en oposición unas con otras, o al menos parecen estarlo.” (Arthur S. Barnes, s.v. Tomb of St. Peter). A continuación presento un resumen de la evidencia presentada por Kirsch, con mis comentarios entre corchetes:

1. La alusión al martirio de Pedro en Juan 21:18-19 parece presuponer que los lectores del Evangelio conocían el hecho.
[Jetonius: Sí, pero no dice nada acerca del lugar donde ocurrió; por tanto, dicha alusión no apoya la tesis defendida].
2. El saludo en 1 Pedro 5:13, “La [iglesia] que está en Babilonia, elegida juntamente con vosotros, y [también] mi hijo Marcos, os saludan”, parece una alusión a Roma (comparado con Apocalipsis 17:5; 18:10). La antigua Babilonia estaba entonces en ruinas.
[Jetonius: Si bien Babilonia no existía como imperio, la región estaba habitada; no es imposible –aunque pueda discutirse cuán probable- que Pedro escribiese desde allí. La tesis romana se basa en la identificación de Babilonia con Roma sobre la base de la referencia al Apocalipsis, lo cual es obviamente una conjetura. Por lo demás, el hecho de que Pedro se hallase en Roma hacia el 64 no demostraría que fue el primer obispo de la Iglesia allí].
3. Según el testimonio de Papías, obispo de Hierápolis en Asia Menor, Marcos habría escrito su Evangelio en Roma a partir de las enseñanzas de Pedro. Clemente de Alejandría dijo, basado en una tradición, que luego que Pedro anunció el Evangelio en Roma, los cristianos de allí le rogaron a Marcos que pusiese por escrito lo que los Apóstoles les habían predicado (Ireneo, Adv. Haer. 3:1; Eusebio, Hist. Eccl. 2,15; 3,40; 4:14; 6,14).
[Jetonius: El testimonio de Papías es poco confiable en muchos aspectos que se conocen mejor, y por tanto poco digno de crédito. Por ejemplo, dice unas cosas muy pintorescas sobre el milenio y la muerte de Judas. Además, en ambos testimonios, llamativamente se trata de obispos que vivían lejos de Roma: uno en Asia Menor (Papías) y otro en Africa (Clemente)].
4. En su carta a la iglesia de Corinto (escrita entre 95 y 97), el obispo de Roma Clemente menciona los sufrimientos y el martirio de Pedro y Pablo.
[Jetonius: Sí, pero por cierto que Clemente no dice que el martirio de estos Apóstoles haya ocurrido en Roma. La carta de Clemente demuestra que, además del Antiguo Testamento, conocía probablemente los Evangelios de Mateo y Lucas, y ciertamente varias de las cartas de Pablo, como 1 Corintios, Romanos, Filipenses, Efesios; también Hebreos. En cambio, es muy notable y llamativo que no haya ninguna cita textual de las epístolas de Pedro ].
5. Ignacio, obispo de Antioquía, camino de su martirio en Roma escribió hacia 117 a los cristianos de esa ciudad: “No os doy yo mandatos como Pedro y Pablo. Ellos fueron Apóstoles; yo no soy más que un condenado a muerte” (4:3). Esto sugiere que Pedro había trabajado en Roma.
[Jetonius: Para la época en que escribía Ignacio, principios del segundo siglo, es posible que los romanos conociesen las enseñanzas de Pedro en forma escrita, como ya la epístola de Clemente demuestra que conocían las cartas de Pablo].
6. El obispo Dionisio de Corinto escribió a la Iglesia de Roma cuando Sóter era obispo allí (165-174). Eusebio comenta y cita esta carta como sigue: “Que los dos [Pedro y Pablo] sufrieron martirio en la misma ocasión lo afirma Dionisio, obispo de Corinto, en su correspondencia escrita con los romanos , en los términos siguientes: «En esto también vosotros ... habéis fundido las plantaciones de Pedro y de Pablo, la de los romanos y la de los corintios, porque después de plantar ambos en nuestra Corinto, ambos nos instruyeron, y después de enseñar en Italia en el mismo lugar, los dos sufrieron el martirio en la misma ocasión».” (Hist. Eccl. 2, 25:8).
[Jetonius: De nuevo, es curioso que esta tradición atestiguada en la segunda mitad del siglo II haya sido conservada por un obispo de Corinto y no por la propia Iglesia de Roma].
7. Hacia fines del siglo II Ireneo de Lyon afirma que la Iglesia de Roma había sido “fundada y organizada” por “los más gloriosos Apóstoles, Pedro y Pablo” (Adv. Haer. 3:3). Poco antes había escrito: “Mateo también publicó un Evangelio entre los hebreos, en su propio dialecto, mientras Pedro y Pablo estaban predicando en Roma, asentando los cimientos de la Iglesia.” (Adv. Haer. 3:1.1).
[Jetonius: Ireneo obviamente se equivocaba, como lo reconocen muchos autores católicos. Pablo ciertamente no fundó esa iglesia, y Pedro difícilmente haya estado en Roma antes del 60; ver más abajo; además, lo que dice sobre Mateo , basado en Papías, es casi seguramente erróneo].
8. Por la misma época Tertuliano de Cartago, en sus escritos contra los herejes, se refiere a la Iglesia de Roma como aquella “por la cual los Apóstoles han derramado toda su enseñanza con su sangre, donde Pedro ha emulado la pasión del Señor, donde Pablo fue coronado con la muerte de Juan” [Bautista] (De Praescript. 35). Lo mismo, contra Marción apela al testimonio de los cristianos de Roma, a quienes “Pedro y Pablo han legado el Evangelio sellado con su sangre” (Adv. Marc 4:5). En Scorpiace 15 menciona la crucifixión de Pedro bajo Nerón; y en De Baptismo 5 hay una alusión a Pedro bautizando en el Tíber
[Jetonius: esta vez es un obispo africano el que refiere estas tradiciones. Roma no parece haberse dado por enterada hasta entonces de tan notables antecedentes] .
9. Eusebio también cita a Cayo, cristiano de Roma en tiempos del obispo Ceferino (198-217) . Luego de notar la tradición conservada por Tertuliano, en el sentido de que Pablo fue decapitado y Pedro crucificado bajo Nerón, dice que según Cayo en Roma están los restos de los Apóstoles mencionados. La cita de Cayo dice: “Yo, en cambio, puedo mostrarte los trofeos de los Apóstoles, porque, si quieres ir al Vaticano o al camino de Ostia, encontrarás los trofeos de los que fundaron esta iglesia” (Hist. Eccl. 2:7).
[Jetonius: se supone que Cayo se refiere a los sepulcros de Pedro y Pablo, ya que indica los lugares tradicionales de sus sepulturas. Sin embargo,no es claro a qué se refiere con “trofeos”; sería un modo muy peculiar de referirse a un sepulcro].
10. Había en Roma, a partir del siglo II, una tabla que conmemoraba la muerte de los Apóstoles.
[Jetonius: Una tabla de origen desconocido, que data de casi un siglo después de los supuestos hechos].
11. El fragmento de Muratori, una antigua lista de libros sagrados proveniente de Roma (siglo II) dice acerca de Hechos: “Más aún, los actos de todos los Apóstoles fueron escritos en un libro. Para el ‘excelentísimo Teófilo’ Lucas compiló los acontecimientos individuales que ocurrieron en su presencia, como lo demuestra claramente al omitir el martirio de Pedro como también la partida de Pablo de la ciudad [de Roma], cuando viajó a España.” (34-39).
[Jetonius: Si bien Pablo tenía intención de viajar a España (Romanos 15:24,28) no hay evidencia de que efectivamente lo haya hecho. Por lo demás no dice el lugar del martirio de Pedro, y al parecer lo disocia del de Pablo; en resumen, este testimonio de fines del siglo II sirve de bien poco].
12. Los Hechos apócrifos de Pedro, y de Pedro y Pablo también testimonian esta tradición
[Jetonius: los escritos apócrifos, rechazados por los cristianos ortodoxos, son tardíos y sus tradiciones poco confiables, en particular en lo referente a sus referencias históricas].
De todos modos, el conjunto de la evidencia, aunque en modo alguno concluyente, indica que el Apóstol Pedro murió en Roma en el tiempo de Nerón. Un dato negativo pero importante al respecto, es que aunque todas las sedes importantes buscaban trazar su origen a algún Apóstol, ninguna otra Iglesia antigua reclamó para sí el honor de ser el sitio del martirio de Pedro.

La evidencia de que Pedro haya sido el primer obispo de Roma

Por otra parte, no existe evidencia de que Pedro haya fundado la Iglesia de Roma, ni de que haya sido su primer obispo. Ya que de ser esto cierto debería de haber ocurrido no más tarde que 64 a 67, fechas probables del martirio de Pedro, el documento fundamental para nuestra evaluación tiene que ser el Nuevo Testamento. He aquí los datos:

1. La conversión de Pablo ocurrió probablemente entre 34 y 37. En Gálatas 1:13-18 Pablo dice que tres años después de su conversión viajó a Jerusalén y permaneció con Pedro durante 15 días; por tanto, en 37 ó 40 Pedro aún estaba en Jerusalén.

2. En Hechos 9 a 11 se narra la actividad misionera de Pedro en Lidia, Jope y Cesarea (Hechos 9-11); por tanto no estaba en Roma por entonces.

3. Después de la citada gira, Pedro volvió a Jerusalén (Hechos 11:2). En Hechos 12:1-3 Lucas nos dice que por ese tiempo Herodes (Agripa) hizo matar al Apóstol Jacobo, hermano de Juan, y encarcelar a varios cristianos, entre ellos a Pedro. La milagrosa liberación de Pedro enfureció a Herodes Agripa (Hechos 12:19). Ahora bien, este rey murió poco después (12:23). Según Flavio Josefo esto ocurrió durante el cuarto año del reinado del emperador Claudio, es decir en 45, y Pedro aún estaba en Jerusalén.

4. En Gálatas 2:1, Pablo dice que 14 años después de su primera visita a la iglesia de Jerusalén, retornó y estuvo con Jacobo (el hermano del Señor), Pedro y Juan (2:9). Pedro todavía permanece en Jerusalén. Luego de esto, Pedro retribuye la visita, viajando a Antioquía (ocasión en la que Pablo lo reprende por judaizar); por tanto se halla aún en el Cercano Oriente, lejos de Roma

5. Pedro tiene un papel destacado en el llamado “Concilio de Jerusalén” registrado en Hechos 15, a propósito del problema de los judaizantes, que tuvo lugar probablemente hacia 48 ó 49; por tanto tampoco en esas fechas se hallaba en Roma. Luego de esto, posiblemente viajó por las provincias orientales del imperio junto con su esposa (1 Corintios 9:5).

6. La carta de Pablo a los Romanos se fecha entre 54 y 57. Les escribe para “confirmarlos” y “anunciarles el Evangelio” (1:11-15), cosa extraña si se supone que Pedro ya estaba allí enseñando, sobre todo cuando se recuerda que Pablo no quería gloriarse de lo hecho por otros (2 Corintios 10: 15-16), y de “no edificar sobre el fundamento de otro” (Romanos 15: 20). Además, en el capítulo 16 Pablo saluda por nombre a 26 personas que conocía en la Iglesia de Roma, pero no menciona para nada a Pedro. Por tanto, cabe pensar que hacia 57 Pedro tampoco estaba en Roma.

7. Pablo fue hecho prisionero y permaneció en Roma entre 58 y 60 (ó 60 a 62), y permaneció allí no menos de 2 años (Hechos 28:30). Desde allí escribió Efesios, Colosenses, Filemón y Filipenses. En ninguna de estas epístolas menciona la presencia de Pedro en Roma a fines de los 50 o principios de los 60.

8. Luego Pablo fue liberado y visitó las iglesias de Oriente. Fue hecho prisionero y martirizado hacia 67. Poco antes escribió 2 Timoteo, donde dice expresamente, “Sólo Lucas está conmigo”, y envía saludos de varios hermanos (“Pudente, Lino, Claudia y todos los hermanos” , pero nuevamente Pedro está ausente.

De lo anterior cabe pensar que si las tradiciones acerca de la muerte de Pedro en Roma son correctas, su estancia y actividad han de haber sido relativamente breves, posiblemente coincidiendo con la liberación transitoria de Pablo (es decir, entre 60 y 66 como máximo, antes de que se escribiese 2 Timoteo). Las epístolas de Pedro datarían de aproximadamente 64. Por tanto, si bien parece muy probable que Pedro haya predicado y muerto en Roma, no hay evidencia que haya fundado la Iglesia romana, ni que haya sido su primer obispo.
Por tanto, desde el punto de vista histórico la pretensión del obispo romano de ser el “sucesor de Pedro”, junto con el primado, la infalibilidad y toda otra prerrogativa singular, carecen por completo de fundamento sólido. Se trata de un gigantesco edificio construido sobre arena.
Bendiciones en Cristo,
Jetonius
<{{{><
 
Allucallor


Con esa argumentación desvirtuas el Evangelio de Mateo, Apóstol y testigo presencial de los hechos de Cristo, ya que si una de sus afirmaciones pones en cuestión, también cuestionas todo su testimonio. Si pones en cuestión el evangelio de Mateo y no aportas datos documentales que manifiesten su falsedad, estas poniendo en cuestión a todo el Nuevo Testamento, pones en cuestión La Palabra, y por consiguiente a Cristo mismo.



Creo que un católico, cuyo fundamento está en la Tradición y en las fábulas de Roma, no está autorizado "moralmente" a hablar de ese modo a un "Sola Scriptura" :D
 
(Mc 8:29-30) San Marcos, mero transmisor de la predicación de Pedro, calla la promesa del primado, porque Pedro modestamente la callaba.


¿Y eso de que manga se lo ha sacado usted? :confused:


Trucos de magia en estos foros, no por favor :no:
 
En mi humilde disposición de fe, El Padre es el labrador, Cristo la semilla, el Espíritu Santo el agua que la alimenta, y Pedro el primer brote por libre decisión de Dios.


¿Otro truco de la manga?


Ah, bueno, si es solo su "humilde disposición de fe" lo entendemos.....pero de base bíblica CERO