En la opinión de casi todos los eruditos o estudiosos de las religiones, en la opinión del Papa y los teólogos católicos, de muchos feligreses católicos, anglicanos, ortodoxos, y en la opinión de los musulmanes, sí. También en opinión de algunos hermanos protestantes.
En la mía, también.
Es el mismo Dios, Creador, Juez, quien todo lo sustenta y a quien rendimos cuentas.
Cierto, parece ser a cierto nivel de abstracción TODOS, los dioses que son derivados del agnosticismo son exactamente el mismo.
Esto es, Jehová (Yahvé) según Santo Tomás, Allá, Brahmán, La realidad Última, son conceptos humanos que “apuntan” a esa única abstracción indefinible y no-conocible a la que llamamos Dios.
Sin embargo, el comportamiento de Yahvé en el Antiguo Testamento y lo aprendido de Jesús y los apóstoles en el nuevo testamento, puntualmente nos lleva a creer que Allah es un dios diferente.
¿Cómo escapar de ese Dios abstracto e impersonal que nos brinda el Islam?
¿No es preferible el Dios como nos lo presenta el Cristiano? Es decir, una Trinidad de personas bien definidas, conocibles. Jesús como Dios ya no es una mera abstracción agnóstica: Fue un humano de carne y hueso como nosotros, nos instruyo, lo crucificamos, padeció y resucito. Es un Dios al que se podía percibir con los sentidos y se podía charlar y comer junto a él.
Esto es, Jehová (Yahvé) según Santo Tomás, Allá, Brahmán, La realidad Última, son conceptos humanos que “apuntan” a esa única abstracción indefinible y no-conocible a la que llamamos Dios.
Sin embargo, el comportamiento de Yahvé en el Antiguo Testamento y lo aprendido de Jesús y los apóstoles en el nuevo testamento, puntualmente nos lleva a creer que Allah es un dios diferente.
¿Cómo escapar de ese Dios abstracto e impersonal que nos brinda el Islam?
¿No es preferible el Dios como nos lo presenta el Cristiano? Es decir, una Trinidad de personas bien definidas, conocibles. Jesús como Dios ya no es una mera abstracción agnóstica: Fue un humano de carne y hueso como nosotros, nos instruyo, lo crucificamos, padeció y resucito. Es un Dios al que se podía percibir con los sentidos y se podía charlar y comer junto a él.