Re: pregunta
Nuestro mundo está lleno de niños así. El problema está en que no se lo explican. Un niño no entiende por qué de repente ya no está la madre, y siente una angustia increíble, de haber sido rechazado, de no sentirse querido. Un adulto, entiende que no es el caso; sabe ver qué ha movido a una madre hacer eso.
Así pues, lo que deberían hacer los adultos que rodean a esos niños, en esa situación, es hablar, hablar, hablar y hablar. Explicarles las cosas, hacerles sentir queridos y protegidos.
Un niño con el que no hicieron eso, es muy posible que acabe generando malos pensamientos contra los padres, la madre o el padre, según sea el caso; porque como no lo entendió, sólo le quedó llegar a la conclusión de que no era querido. Cuando sea adulto, si nunca ha luchado contra ese pensamiento, ni se ha puesto a meditar ... seguirá en la misma postura; hasta el día en que el asunto se hable y quede arreglado; o bien, medite y se ponga en el otro lugar.
Entonces, creo que juzgas sin saber.
Conozco el caso de unos hermanos, cuyo padre murió dos años despues de la guerra civil española y que fueron internados en un colegio por su madre, a la que odiaban, porque ellos contaban, que los había abandonado.
Despues conocí a la madre, una mujer analfabeta; ella me contaba los apuros, las tragedias que tuvo que pasar, siendo viuda, con 5 niños, en un país asolado tras una guerra, sin ningún recurso. Ella se levantaba de madruga para ir a lavar a mano la ropa de los "señoritos" (como ella decía). No tenía a nadie con quien dejar a sus hijos, estaban solos casi todo el día, y las fechorias de los niños llegaron al punto, que un día jugando con unos petardos, le prendieron fuego a la casa. Fué entonces cuando decidió internarlos. Aunque no hubo desgracias personales, y pudo "recomponer" los destrozos, ¿crees que esos hijos comprendieron realmente los motivos de su madre?
Ponte por un momento en el lugar de la madre.
P.d.: No es mi caso.
Nuestro mundo está lleno de niños así. El problema está en que no se lo explican. Un niño no entiende por qué de repente ya no está la madre, y siente una angustia increíble, de haber sido rechazado, de no sentirse querido. Un adulto, entiende que no es el caso; sabe ver qué ha movido a una madre hacer eso.
Así pues, lo que deberían hacer los adultos que rodean a esos niños, en esa situación, es hablar, hablar, hablar y hablar. Explicarles las cosas, hacerles sentir queridos y protegidos.
Un niño con el que no hicieron eso, es muy posible que acabe generando malos pensamientos contra los padres, la madre o el padre, según sea el caso; porque como no lo entendió, sólo le quedó llegar a la conclusión de que no era querido. Cuando sea adulto, si nunca ha luchado contra ese pensamiento, ni se ha puesto a meditar ... seguirá en la misma postura; hasta el día en que el asunto se hable y quede arreglado; o bien, medite y se ponga en el otro lugar.