El fascinante jesucristo-cósmico del burrito en cuyo fraude mental autopropulsado llega a creerse que está llegando a la luna. Que está haciendo progresos que comenta y celebra, alimenta y revive, y a la postre se convierte en un caso de psiquiátrico y camisa de fuerza... de platillos en las manos y colador invertido en la cabeza. Pero parece que lo gusta y necesita... y resulta divertido. Confieso que me hace reír de vez en cuando con algunos de sus derrapes.
Ahora bien, la visión es la de un ciego dando vueltas a un molino sin llegar a ninguna parte. Un burro ciego.
Y tengo que decírtelo por ti y alguno que lea y escuche. Esta falta absoluta de visión tiene una causa clara, y es una falta de Señorío en tu vida. Las herejías son consecuencia de una carencia de visión, y la ceguera es causa de una profunda falta del Señorío de Cristo. No es causa de una mente débil o de una persona con intelecto mermado. La discapacidad mental no tiene nada que ver con la espiritualidad y la visión. El más mermado intelectualmente puede ser el más grande del Reino. No. La ceguera espiritual es la consecuencia de negarse interiormente a someterse a Cristo y a Su Palabra. Dejando a Cristo, abandonas la luz. Abandonas la visión.
Vuelve a tus sentidos, querido Salmo. Vuelve al Señorío. Desde el Señorío y por causa del Señorío, nuestras dudas intelectuales son resueltas con facilidad y poder.
Pero, así como estás, no hay nada resuelto.
Todo "en el aire" y "superficialmente".
Año tras año, ni "sabes" ni dejas "saber".
Cuando la Biblia habla de carne, no habla de sexo (tienes un problema mental con el tema). En la gran mayoría de ocasiones ni siquiera está hablando de nuestro cuerpo físico. Así que, entendiendo mal el propio concepto, lo demás es inútil. Cuando la Biblia habla de "carne de pecado", tampoco está hablando de sexo (¿he dicho que tienes un problema?). Nuestro cuerpo y el sexo ha sido bendecido y santificado por Dios. Tienes que descubrir esa bendición. Algo en ti no funciona al respecto. Hay algo que anda suelto en tu vida, un tornillo suelto que no está sujeto. Una vez esté eso sanado y limpiado, quizás empieces a tener visión.
Así que, cuando no hay Señorío, en el cristiano se cumple aquello mismo que sufría el fariseo: "ni entráis ni dejáis entrar".
Si Cristo no tiene ADN (en este caso, "carne") de Adán, vana es nuestra fe e inútil Su sacrificio. Seguimos todos en nuestros delitos y pecados.
Con tu herejía te pierdes lo más precioso del Evangelio, que es Cristo Mismo. Pero tú no lo ves... evidentemente.
¡Amor para ti!,
Ibero