Vos mismo lo decís.
Son los pecados nuestros no los de él, nuestras enfermedades no las de él, nuestros dolores y no los de él.
El vivió en completa santidad y murió injustamente y sin pecado.
Como un cordero inocente y sin mancha ni tacha.
HEBREOS 7
26 Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores...
HEBREOS 9
11 Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación,
12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.
13 Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne,
14 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?
1 PEDRO 1
18 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,
19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación...
1 PEDRO 3
Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos...
¿Porque pensás que Pablo le llama segundo hombre?
Porque es el segundo hombre hecho por Dios, y como lo fuera Adán, fue hecho sin pecado, ni mancha, ni tacha y sin contaminación alguna.
Santo, apartado para Dios e Inocente.
Y en la misma debilidad que Adán, fue tentado como aquel, pero donde Adán fue vencido, Jesús se mantuvo victorioso y no cayó.
Vivó en perfecta comunión con el Padre porque no había pecado en él ni en su carne existía la más leve contaminación.
Durante su bautismo Dios mismo irrumpe desde el cielos diciendo: Este es mi hijo amado en quien tengo completa complacencia.
Y así vivió hasta la hora de su sacrificio y cuando este momento llegó Dios cargó en él nuestra deuda y lo hizo pecado por nosotros y a causa del pecado le abandonó. No fue el Hijo quien se separó del Padre, sino el Padre quien abandonó a su Hijo.
JUAN 16
28 Salí del Padre, y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo, y voy al Padre.