El Pablo que siempre se ha leído en las Iglesias es el Pablo interpretrado y filtrado por la teología de Agustín o de algún otro padre de la Iglesia. El Pablo de la Biblia dice esto de sí mismo:
Filipenses 3: 5 circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; 6 en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia;
en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible. 7 Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.
¿Le creemos a Pablo o reinterpretamos y añadimos al texto cuántas excusas se nos ocurran para decir que Pablo no quizo decir lo que acabo de decir claramente?... Lo repito:
"en cuanto a la justicia que es en la TORAH, irreprensible" Pablo de Tarso Circa 60 D.C
Pablo no se considera a si mismo en cuanto a la Ley, una persona reprensible. Como fariseo y por lo tanto, judío observante, nadie puede acusarle de no celebrar un Shabat, de adulterar, de robar, de matar, dar falso testimonio, codiciar a la mujer de su projimo...etc. Pablo está dando a entender que en cualquier cosa que signifique transgresión voluntaria de la Torah, es irreprensible.
Pero al parecer o años antes no pensaba eso de si mismo o no estaba refiriéndose a él:
9
Y yo sin la Torah vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí.
Podriamos decir, ah bueno... este es Pablo antes del Bar mitzvah, o quizá lo que dice en Filipenses es que el "creía que seguía la Torah" pero en cambio "estaba sin Torah".
Pero si se mira con más detenimiento y siguiendo todo el discurso de Pablo ¿Es posible que Pablo haya vivido una etapa de su vida sin la Torah?
Todo indica en que Pablo está usando una antigua técnica retórica conocida como
adlocutio o
Etopeya en la que el orador representa a manera de monologo a un personaje ausente. En este caso el personaje es Adán en representación de toda la humanidad caída sin Cristo:
¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera.
Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.
Pero yo no conocí el pecado sino por la ley
Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;
mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
porque tampoco conociera la codicia,
Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría
si la ley no dijera: No codiciarás.
del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
Mas el pecado ,
Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho
tomando ocasión por el mandamiento:
la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?
, produjo en mí toda codicia;
No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.
Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.
porque sin la ley el pecado está muerto.
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Y yo sin la ley vivía en un tiempo;
Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado.
Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.
pero venido el mandamiento,
Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;
mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
el pecado revivió
Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad.
16 A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector.
y yo morí.
Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.
Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte
Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.
porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó,
La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.
La serpiente me engañó, y comí.
y por él me mató.
Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado.
De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno.
puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.
¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso.
Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo (Adán) soy carnal
pues polvo eres, y al polvo volverás.
, vendido al pecado.
maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.
Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.
Porque lo que hago, (Yo Adán) no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.
Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena.
De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí.
Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.
Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.
Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.
Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.
Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;
pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
!!Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?
Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.
Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.
Aquí termina de hablar Adán en representación de cada ser humano que nace en este planeta.
¿Cómo termina la historia?... Adán (sus descendientes) creen en Jesús y son liberados:
Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;