No puedes plantarme esos versículos de este modo. Como mínimo tienes que poner todo el capítulo 7 de Romanos. Las cartas de Pablo (sobre todo las más largas) conforman un "todo". Hay que leerlas de arriba a abajo para recibir el mensaje completo. Sé que a los evangélicos os encanta el jueguecito de los versículos, pero el Señor no funciona así. Romanos es una de estas cartas que si no lees completa desde el principio hasta el final no te enteras absolutamente de nada. No alcanzas el mensaje, ni al hombre que la escribió... ni al espíritu del mensaje. Prueba un día, verás qué alegría te llevas. Antes de empezar, toma la responsabilidad mental de centrarte y decirte: "Orlando, esta carta forma una unidad indisoluble, tengo que recibirla
entera". Así preparas tu mente para el desafío, que es entender al hombre que la escribió y lo que quiso transmitir (más que "enseñar", hay una transmisión de Vida en las cartas de Pablo que
muy pocos alcanzan a tocar... la inmensa mayoría de cristianos sólo acierta a recibir "enseñanzas sueltas en versículos sueltos"). La epístola a los Romanos es una bendición y un riego de vida celestial... pero hay que leerla de arriba a abajo, como una "unidad" en sí misma.
Te contesta Pablo en otra carta: "...ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley." (1 Cor 15:56)
No has meditado en esto profundamente. Deberías de meditar en esto varios días. Así que mi contestación es esta, que debes meditar en tu corazón:
¿Cómo es posible que el pecado afecte a la Ley en Persona? ¿Puede el "veneno" afectar al "veneno"? Es imposible. ¡Por eso la serpiente de bronce en el desierto que, dando antes muerte, ahora daba vida! ¿Entiendes?
Te voy a ayudar un poco. Romanos 7:7-25, que es lo que más te preocupa:
Rom 7:7 ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás.
Esto conecta con 1 Cor 15:56. Pero como la Ley es Jesús y Jesús no tiene pecado, el texto se anula y cortocircuita.
Rom 7:8 Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto.
Jesús no tenía pecado, así que no pudo tomar ninguna ocasión... y menos por "el mandamiento" porque el Mandamiento es Cristo Mismo.
Rom 7:9 Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí.
El mandamiento no pudo reavivar ningún pecado en Jesús porque no tenía pecado. Jesús es la ley, de Él emana y Él la cumple... No obstante, creo que Jesús sí experimentó de alguna forma en su vida la realidad de esta "muerte". La percibió aunque no la experimentara.
Rom 7:10 Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte;
Imposible que si Tú eres la Vida y el Mandamiento, Tú mismo seas muerte para Ti Mismo. Lo eres de cierto modo, pero no en la enseñanza que Pablo está manifestando.
Rom 7:11 porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató.
No tenía pecado, así que la frase se queda a cero al principio.
Rom 7:12 De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno.
Sin duda...
Rom 7:13 ¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso.
Esto se cumplió en la Persona Misma de Cristo en la cruz, cuando se convirtió en pecado... y, obviamente, murió. Lo dice Romanos 7:13.
Rom 7:14 Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.
No se aplica a Cristo... Él ni era carnal (aquí carnal quiere decir "designio de la carne", no "carne física") ni estaba vendido a ningún pecado porque no tenía ninguno.
Rom 7:15 Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.
Rom 7:16 Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena.
Creo que Jesús no tuvo ningún problema con esto, porque Él "no hacía nada de Sí Mismo" (Juan 5:19).
Rom 7:17 De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí.
Da igual que lleguemos a la segunda parte de la frase: se anula porque "no había pecado en Él".
Rom 7:18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.
Rom 7:19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.
Rom 7:20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.
Opino (y esta es la opinión de Ibero) que Él experimentó la realidad y verdad que encierra esta frase (supo lo que era "el mal de su carne" y "el bien que quiero pero no puedo", pero (1) como no tenía pecado, era imposible que "hiciera lo que no quería", y por otro lado creo que Jesús aprendió a moverse por encima de las categorías del bien y del mal. No obedecía ni atendía a estas categorías morales. Vivía por encima de ellas, aunque curiosamente nunca hizo el mal sino siempre el bien.
Rom 7:21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.
Creo que Cristo experimentó la realidad de esta frase. Pero como no se entregaba ni al "bien" ni al "mal" (ni había pecado en Él), no vivía bajo el poder de esta frase.
Rom 7:22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;
Rom 7:23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
Creo que Jesús también experimentó ambas cosas. No me lo estoy inventando. Su sudor como de sangre en el Getsemaní es una prueba de ello. Experimentó plenamente esa "otra ley en sus miembros que se rebelaba contra la ley de su mente y le llevaba cautivo a la ley del pecado que estaba en sus miembros". Los experimentó como una realidad total y absoluta. Pero (1) como la "ley del pecado" no tenía poder sobre Él (porque Él no tenía pecado)... y (2) aprendió por lo que sufrió a obedecer (es decir, a sujetar "los apetitos sensitivos y voluntades de la carne" esa es la idea que subyace a "miembros" aquí), RESULTA que fue Él quien "llevó cautiva a la ley del pecado en sus propios miembros" . ¿Dónde? A la cruz. La "ley del pecado" se pegó una buena sorpresa.
Rom 7:24 ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?
Creo que Jesús supo lo que era la miseria del "cuerpo de muerte", y creo que experimentó el clamor por ser librado de esa atadura. Y esta es una de las razones por las que puede compadecerse profundamente de mí.
Rom 7:25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.
Creo que Jesús da gracias al Padre (sonrisa)... Por demás, la segunda parte creo que se cumplió en Él completamente... pero la carne también se llevó una buena sorpresa. Le arrastró a la "ley del pecado", pero como era hombre sin pecado, resulta que Su carne acabó sirviendo a Dios-Padre.
Magnífico, ¿no crees?
Yo creo lo que dice la Escritura. Eres tú el que haces cosas raras con la Biblia.
Ahora lee por ti mismo todo Romanos 7:7-25 hasta el final teniendo en tu corazón que Jesús lo sufrió todo igual pero sin pecado. Verás qué alegría te llevas y cómo lo entiendes todo mucho mejor que yo. Vas a alucinar en colores.
Amor,
Ibero