Re: ¿Porque tanto ataque a los católicos? - ¿Será que es la verdadera Iglesia?
Bueno, pues será que Judas es Dios, porque claramente es una oración a alguien que NO ES DIOS. Pero a ver si le agrada más esto:
Canon III del Concilio IV de Constantinopla (869-870):
"Si alguno, pues, no ADORA LA IMAGEN de Cristo Salvador, no vea su forma en su segundo advenimiento. Así mismo honramos y ADORAMOS LA IMAGEN de la Inmaculada Madre suya, y las IMÁGENES DE LOS SANTOS… Los que así no sientan, sean anatema". (Denzinger-337)
Ya ve, también honran y ADORAN las imagenes.
Tomado de
http://www.apologeticacatolica.org
En algunas páginas web evangélicas utilizan el Canon III del Concilio IV de Constantinopla (869-870) para “demostrar” que la Iglesia Católica “adora” imágenes, desvirtuando lo que la Iglesia Católica enseña sobre la veneración de las imágenes.
Dice el Canon III:
“Si alguno, pues, no adora la imagen de Cristo Salvador, no vea su forma en su segundo advenimiento. Asi mismo honramos y adoramos la imagen de la Inmaculada Madre suya, y las imágenes de los santos…los que así no sientan, sean anatema”
Estas son las preguntas protestantes más frecuentes:
"No es que no se debe "adorar" las imágenes? No enseña eso la doctrina católica de que la adoración es solo a Dios?
Como pues el concilio de Constantinopla dice Adoramos la imagen de la Inmaculada Madre suya y de los santos? Como se aclara esta contradicción?"
Aquí hay que aclarar que es un problema terminológico y no dogmático; “venerar” y “adorar” tienen el mismo significado en griego: “proskyneo” (se sabe que todos los evangelios fueron escritos en griego).
Debiera hablarse de que si bien el concepto está claro, la Iglesia va comprendiendo más y mejor el dato revelado a lo largo de los siglos. Es lo que Newman ha llamado Desarrollo de la doctrina Cristiana. El dato no cambia, la Iglesia crece en su comprensión y con ello va precisando su terminología.
Es bueno aclarar estos puntos:
1. El verbo griego que se empleaba para adorar es el mismo que para venerar.
2. Este verbo es proskyneo. El diccionario de la lengua griega Montanari que es uno de los más completos que se han publicado recientemente, elenca las siguientes acepciones para este verbo: (1) saludar con afecto, abrazar; (2) adorar, venerar; (3) postrarse, considerar con respeto o veneración; (4) conjurar, tratar de aplacar suplicando; etc... Con ello queda claro que un mismo verbo griego que es el que usa en Constantinopla IV- se emplea para adorar y para venerar.
3. Con todo, el IV concilio de Constantinopla, a pesar de echar mano de proskyneo para la adoración de la imagen Cristo y de la Virgen y de los ángeles y santos, establece una clara y sutil distinción entre los cuatro. En el caso de Cristo se dice que esa adoración es similar a la adoración de los evangelios y eso no se dice de la Virgen, de los ángeles ni de los santos; por otro lado, en el caso de Cristo se emplea el verbo proskyneo, venerará de modo fuerte, absoluto. En los otros tres casos se echa mano de dos verbos y no solamente de adorar, sino que se dice: honramos y adoramos; a este honrar y adorar se le llama hoy venerar. La gradación de estos cuatro grupos tampoco es casual: el culto reservado a María es privilegiado respecto de los otros dos; por ello figura antes que ellos y el concilio da el motivo: es Madre de Dios, cosa que no encarnan los ángeles ni los santos.
4. Para el año 869-870 no había una terminología clara o neta para designar el culto reservado a la Virgen y a los santos (alguna distinción había establecido el II concilio de Nicea, pero no se había comprendido bien, por contar con una mala traducción, a la que se sumaban rivalidades entre los dos imperios romanos de oriente y occidente); por eso es que el verbo venerar no figura. Venerar en griego se decía también proskyneo, y adorar en griego se decía tambien proskyneo como ha señalado el diccionario de Montanari. La Iglesia a lo largo de los siglos ha ido precisando esta terminología, de manera que hoy el catecismo establece una clara distinción entre adorar y venerar. Algo semejante ocurrió con el término persona. Antes de Calcedonia, no había una clara distinción entre persona y naturaleza. Fue mérito de Calcedonia precisar el concepto de persona. Algo semejante se puede decir de la infalibilidad: si bien en varias ocasiones se promulgaban en la Iglesia decretos infalibles, la precisión del término en cuanto tal se declaró en 1870. Hoy sabemos que la infalibilidad es un don de Cristo a su Iglesia: asi es infalible el Papa cuando expresamente compromete su magisterio de modo definitivo, solemne y universal en cuestiones de fe y costumbres; lo son los obispos reunidos en concilio ecuménico presidido por el Papa, los cuales en ejercicio del magisterio supremo, proponen una verdad como contenida en la revelación, y lo es todo el pueblo de Dios, cuando se une indefectiblemente a la fe bajo la guía del magisterio vivo de la Iglesia.
5. Un grave y frecuente error de nuestros hermanos separados consiste en aislar las citas de la Sagrada Escritura y como en este caso, de los documentos de la Iglesia- de su contexto histórico y doctrinal, e interpretarlas con los conceptos de hoy día, como si no mediaran siglos de distancia y comprensión de los mismos. Con ello se cae en los anacronismos más aberrantes. Me pregunto qué sucedería si se hiciera eso con la Divina Comedia de Dante, o el Quijote. Seria sin duda una grave injusticia. Desafortunadamente esto hacen ellos con los documentos más dignos de respeto que tenemos. A veces, cuando se leen documentos de la Iglesia de los primeros siglos, se puede llevar uno la impresión de parcialidad; sin embargo no se proponen ofrecer una síntesis de la fe católica en todos sus pormenores, sino que constatan las manipulaciones que, dentro de sus contextos históricos particulares, han amenazado a la verdadera comprensión del dato revelado.