CARLOS:
De nuevo aplica usted la falacia del hombre de paja. Habla del electroshock que se dejó de aplicar hace décadas para criticar la psiquiatría de hoy. Ya en otro lado le contesté a cabalidad el asunto de las medicinas psiquiátricas y los conejillos de indias, parece que hizo "ojos sordos" a mis explicaciones.
Sobre lo de los enfermos más cuerdos que los terapeutas, ese es un cliché y una defensa contra el tratamiento que ni siquiera aplica como tal en la realidad. Déjeme explicarle, esperando que esta vez ponga más atención a mis letras y no cómo pasó con aquello de los conejillos de indias.
Para poder ser psicoterapeuta uno debe llevar una psicoterapia, al menos, durante todo el tiempo de la formación. Y digo "al menos" porque la mayoría de los que nos dedicamos a esto tomamos psicoterapia más tiempo que eso: ello con la intención de estar más sanos para nuestros pacientes. Aun así, eso no nos quita que seamos humanos con angustias, inseguridades e incapacidades, pero eso no es lo importante, lo importante es que podamos ayudar a los pacientes a trabajar sus propios problemas. Pedir a un psicoterapeuta perfectamente sano es tan ilógico e irreal como exigirle al cirujano cardiólogo tener un corazón perfecto o a un dentista no haber tenido caries nunca en su vida.
Le pido con todo respeto, Carlos, que deje ya de lado los argumentos superficiales, prejuiciosos y falaces. Lleva un buen rato atacando las ciencias cerebrales a través de la creación de hombres de paja, generalizaciones y críticas convencionalistas sin conocimiento de causa. Es como si yo intentara desacreditar su fe diciendo que el anglicanismo tuvo la inquisición más sangrienta de la historia.
Gracias,
Karina.