Algunas de las preguntas que plantea son interesantes, siempre y cuando no sean retóricas y esté realmente interesado en leer las respuestas. Lástima que las concluya con una de esas afirmaciones taxativas que dejan ver que usted ya ha emitido su inapelable veredicto, a saber, que las cristologías de Mateo y de Lucas son antitéticas.
Es notable que la Iglesia cristiana aceptó virtualmente desde el principio la existencia de cuatro versiones de la vida de Cristo. Para Ireneo de Lyon en el siglo II la existencia y validez de los cuatro Evangelios era tan axiomática como la de los puntos cardinales. A diferencia de lo ocurrido, por ejemplo, en el Islam, en donde las tradiciones aparentemente divergentes acerca de Mahoma fueron precozmente suprimidas y el texto del Corán unificado, los cristianos preservaron el Evangelio cuádruple. Una de las razones es que desde el principio los relatos fueron considerados complementarios y no antagónicos. Esquemáticamente puede decirse que Mateo presenta a Jesús como verdadero hebreo y heredero del trono de David, Marcos como el Siervo de Yahveh (cf. 10:45), Lucas como el Hijo del hombre con un mensaje de salvación universal, y Juan como el Verbo de Dios verdaderamente encarnado. A pesar de este énfasis, todos las características mencionadas (y otras) de la persona de Jesús están presentes en los cuatro Evangelios.
En el caso concreto que nos ocupa, hay que entender ante todo que las genealogías tenían múltiples propósitos (diferentes pero no contradictorios) ya en el Antiguo Testamento. Por ejemplo:
1. Demostrar la relación entre Israel y las tribus vecinas trazándolas a ascendientes comunes.
2. Relacionar elementos concernientes a la primitiva historia israelita.
3. Establecer la continuidad histórica de los relatos.
4. Demostrar el derecho de un individuo para determinado oficio (por ejemplo, sacerdotal o regio)
5. Establecer la legitimidad de pertenencia a la nación de Israel
6. Formular una división de la historia en épocas sobre la base de las generaciones.
Una misma genealogía determinada puede cumplir uno o más de estos propósitos. Por tanto es evidentemente incorrecto suponer que si el propósito de la genealogía de Mateo es diferente que la de Lucas, esto las transforma ipso facto en incompatibles o que representan cristologías “antitéticas” (es curioso que se le olvidase aquí indicar precisamente en qué consistiría, según usted, la presunta antítesis).
Si se comparan las genealogías de Mateo y Lucas, se observa que existen varias diferencias obvias (además de los nombres de los antepasados de Jesús después de David, asunto que retomaré más abajo):
1. Mateo coloca su genealogía precisamente al principio del Evangelio, mientras que Lucas la incluye inmediatamente antes del comienzo del ministerio público de Jesús. Esto ya sugiere un diferente propósito teológico.
2. El orden en Mateo es descendente, mientras que en Lucas es ascendente.
3. Mateo inicia su genealogía en Abraham mientras que Lucas retrocede hasta Adán.
Esta tres particularidades, y el contexto general de ambos Evangelios, indican que Mateo está interesado en demostrar fundamentalmente, como ya lo anuncia en 1:1, que Jesús era descendiente de Abraham (por tanto miembro del pueblo hebreo) y de David (luego legítimo aspirante a su trono). Por su parte Lucas, escribiéndole a un cristiano de trasfondo gentil, lo presenta como un descendiente del primer hombre, Adán, a su vez hijo de Dios. El hecho de que Lucas asciende hasta Adán no contradice sino que por el contrario presupone lo dicho Mateo; sólo que va más allá.
4. Mateo nombra cuatro mujeres pero Lucas no menciona ninguna.
5. Mateo divide esquemáticamente la genealogía en tres grupos con catorce nombres cada uno, mientras que Lucas simplemente da la lista de forma continua.
6. Mateo emplea la fórmula “A engendró a B” mientras que Lucas emplea el artículo tou con el nombre correspondiente en genitivo (“A tou B”).
7. El número de nombres dado por Lucas es mayor que el de Mateo, aún sin contar los ascendientes de Abraham; esto indica que, en pro de su esquema de 14 x 3, Mateo ha omitido nombres. Esta práctica era frecuente y aceptada, y sugiere que la expresión de Mateo “A engendró a B” no debe necesariamente tomarse en sentido de paternidad biológica .
8. En los nombres que aparecen en ambas listas, hay diferencias menores de grafía.
En cuanto a los nombres de cada lista entre David y Jesús, además de ser en general diferentes (excepto para Salatiel y Zorobabel) es de destacar el hecho de que Mateo sigue la línea de Salomón mientras que Lucas sigue la de Natán, otro hijo de David. F.F. Bruce (p. 544) observa: “Es sumamente improbable que los nombres, en cualquiera de las listas, que no reciben confirmación por el Antiguo Testamento, fueran sencillamente inventados por los evangelistas o sus fuentes” . Si esto es cierto, debería haber alguna explicación plausible que justifique las diferencias.
A lo largo de la historia se han propuesto múltiples explicaciones, pero las tres principales, cada una de ellas con diversas variantes, son:
1. Ambas listas dan la genealogía de Jesús a través de José, pero Mateo sigue la línea por el padre real (biológico), Jacob, mientras que Lucas sigue la línea del padre legal, Elí.
2. Ambas listas dan la genealogía de Jesús a través de José, pero Mateo sigue la línea por el padre legal, Jacob, y Lucas por el padre biológico, Elí.
3. La lista de Mateo da la genealogía a través de José, para establecer el derecho de Jesús al trono de David, mientras que la lista ascendente de Lucas correspondería a los varones de los ascendentes de María, y en consecuencia muestra el vínculo biológico con David, Abraham y Moisés.
A mi entender, esta última explicación es la más acertada, por razones que puedo detallar si le interesa. De todos modos, el punto central y básico es que no es en absoluto claro que las genealogías sean “contradictorias”; para afirmar tal cosa haría falta más información de la que se dispone. Ambas coinciden en mostrar que Jesús de Nazaret era descendiente de Abraham y de David.
Jetonius
Para quienes les interese el tema, he aquí una bibliografía sobre el tema:
G.R. Bliss. El Evangelio según Lucas. Comentario Expositivo sobre el Nuevo Testamento). El Paso: Casa Bautista, 1966, 2:251-253.
Raymond E. Brown. El nacimiento del Mesías. Comentario a los relatos de la infancia (Trad. T. Larriba). Madrid: Cristiandad, 1982, p. 51-91.
F.F. Bruce. Genealogía de Jesucristo. En J.D. Douglas, N. Hyllier (Eds.), Nuevo Diccionario Bíblico. Buenos Aires: Certeza, 1991, p. 543-544.
D.A. Carson. Matthew. En Frank E. Gaebelein (Ed.) , The Expositor’s Bible Commentary. Grand Rapids: Zondervan, 1984; 8:61-70.
Norman Geisler y Thomas Howe. When Critics Ask. A Popular Handbook on Bible Difficulties. Wheaton: Victor Books, 1992, p. 325-326; 385-386.
Norman Hyllier. The genealogies of Jesus Christ. En Colin Brown (Ed.), New International Dictionary of New Testament Theology. Gran Rapids: Zondervan, 1978; 3: 653-660.
Joachim Jeremias. Jerusalén en tiempos de Jesús. Estudio económico y social del mundo del Nuevo Testamento (Trad. J. Luis Ballines). Madrid: Cristiandad, 1977; p. 303 –309.
M.D. Johnson. Genealogy of Jesus. En Geoffrey W. Bromiley (Ed.), International Bible Standard Encyclopedia. Grand Rapids: W.B. Eerdmans, 1982; 2: 428-431.
Walter L. Liefield. Luke. En En Frank E. Gaebelein (Ed.) , The Expositor’s Bible Commentary. Grand Rapids: Zondervan, 1984; 8: 860-862.
Jim Loucks. The genealogies in Matthew and Luke (Bible Commentary Matthew 1:1-7; Luke 3:23 b- 38). En http://www.answering-islam.org/BibleCom/mt1-1.html
A.T. Robertson . Una armonía de los cuatro Evangelios , 3ª Ed. El Paso: Casa Bautista, 1975, p. 211-214.
Antonio Salas. La infancia de Jesús (Mt 1-2). ¿Historia o teología?. Madrid: Biblia y Fe, especialmente p. 204-206.