Re: "Perlas" de estiércol White sobre la salvación
De todos son conocidas las irresistibles tendencias cleptómanas de la pitonisa Ellen White. En su latrocinio, aquella farsante tomaba a troche y moche párrafos enteros de distintos autores si servían a sus fines. Naturalmente, entre tanto material robado hay cosas buenas y razonables, y otras que no lo son tanto. En el librucho El conflicto de los siglos, llamado jocasamente por algunos "El conflicto CÓMICO", se contiene la siguiente interesante cita sobre Lutero como monje (la edición anterior a 1911 no reconoce su atribución):
"Dedicaba al estudio todo el tiempo que le dejaban libre sus ocupaciones de cada día y aun robaba al sueño y a sus escasas comidas el tiempo que hubiera tenido que darles. Sobre todo se deleitaba en el estudio de la Palabra de Dios. Había encontrado una Biblia encadenada en el muro del convento, y allá iba con frecuencia a escudriñarla. A medida que se iba convenciendo más y más de su condición de pecador, procuraba por medio de sus obras obtener perdón y paz. Observaba una vida llena de mortificaciones, procurando dominar por medio de ayunos y vigilias y de castigos corporales sus inclinaciones naturales, de las cuales la vida monástica no le había librado. No rehuía sacrificio alguno con tal de llegar a poseer un corazón limpio que mereciese la aprobación de Dios. 'Verdaderamente -decía él más tarde- yo fui un fraile piadoso y seguí con mayor severidad de la que puedo expresar las reglas de mi orden. . . . Si algún fraile hubiera podido entrar en el cielo por sus obras monacales, no hay duda que yo hubiera entrado. Si hubiera durado mucho tiempo aquella rigidez, me hubiera hecho morir a fuerza de austeridades.' -Id., cap. 3. A consecuencia de esta dolorosa disciplina perdió sus fuerzas y sufrió convulsiones y desmayos de los que jamás pudo reponerse enteramente. Pero a pesar de todos sus esfuerzos, su alma agobiada no hallaba alivio, y al fin fue casi arrastrado a la desesperación.
"Cuando Lutero creía que todo estaba perdido, Dios le deparó un amigo que le ayudó. El piadoso Staupitz le expuso la Palabra de Dios y le indujo a apartar la mirada de sí mismo, a dejar de contemplar un castigo venidero infinito por haber violado la ley de Dios, y a acudir a Jesús, el Salvador que le perdonaba sus pecados. 'En lugar de martirizarte por tus faltas, échate en los brazos del Redentor. Confía en él, en la justicia de su vida, en la expiación de su muerte. . . . Escucha al Hijo de Dios, que se hizo hombre para asegurarte el favor divino.' '¡Ama a quien primero te amó!'-Id., cap. 4. Así se expresaba este mensajero de la misericordia. Sus palabras hicieron honda impresión en el ánimo de Lutero. Después de larga lucha contra los errores que por tanto tiempo albergara, pudo asirse de la verdad y la paz reinó en su alma atormentada." (El conflicto de los siglos, pp. 132, 133).
¡Qué interesantes párrafos! Y la enseñanza del "piadoso Staupitz" es magnífica, perfectamente bíblica. Es una lástima que la embaucadora pitonisa no logre aclarar la identidad del "piadoso Staupitz", aquel "mensajero de la misericordia". Bueno, una rápida consulta a cualquier enciclopedia revela que Johann von Staupitz era vicario general de la orden agustina en Alemania.
Muy bien. Tenemos, entonces, que "El conflicto CÓMICO" respalda las bíblicas enseñanzas del vicario general de la orden agustina en Alemania. Veamos, entonces, una de las "perlas" que la pitonisa White dejó en uno de sus "mejores" libruchos robados. En El Deseado de todas las gentes, esta individua escribió la siguiente "cosa":
"Estamos viviendo en la víspera misma de ese tiempo pavoroso, y la lección del ayuno del Salvador debe grabarse en nuestro corazón. Únicamente por la indecible angustia que soportó Cristo podemos estimar el mal que representa el complacer sin freno los apetitos. Su ejemplo demuestra que nuestra única esperanza de vida eterna consiste en sujetar los apetitos y pasiones a la voluntad de Dios" (página 179).
¡Qué interesante! Según la pitinosa White, "nuestra única esperanza de vida eterna" consiste en hacer lo que Lutero intentaba hacer vanamente cuando era monje: "sujetar los apetitos y pasianos a la voluntad de Dios". Está muy bien intentar sujetar los apetitos y las pasiones a la voluntad de Dios, pero "nuestra única esperanza de vida eterna", gracias a Dios, no depende de eso. El apóstol Pablo no enseñó esa herejía. Esa herejía ni siquiera la enseñaba aquel "mensajero de la misericordia", el "piadoso Staupitz", vicario general de la orden agustina en Alemania. La Biblia enseña que "nuestra única esperanza de vida eterna" es el nuevo nacimiento que Cristo pone a nuestro alcance. Eso es el evangelio. El evangelio NO es que "nuestra única esperanza de vida eterna consiste en sujetar los apetitos y pasiones a la voluntad de Dios". El ladrón en la cruz no sujetó los apetitos y las pasiones a la voluntad de Dios, pero recibió la vida eterna porque confió en Quien tenía a su lado, Aquel que es nuestra única esperanza de vida eterna.
De "perlas" de poco precio como esta basura de El Deseado de todas las gentes está plagada la literatura robada de la pitonisa White. Parece que el "piadoso Staupitz" conocía el evangelio MUCHO mejor que esa farsante decimonónica.
Bien, dado que este farsante multinicks, este seudosylvester que todos sabemos quien es, se ha dedicado a falsear la verdad y a atacar las creencias adventistas por el puro hecho de humillar y denigrar, yo también quiero poner mi esfuerzo al lado de mis hermanos adventistas para poner a este farsante en su debido lugar: su pedestal como mentiroso, calumniador e injurioso. Claro, hacer esto no sólo es un deber, sino que conlleva consigo también un gratísimo placer.
Como el mismo mentiroso dice, la hermana White en su libro da un visto bueno a la lección que dio Staupitz a Lutero. En primer lugar ¿De dónde saca este farsante number one que la hermana aconseja hacer lo mismo que Lutero? Ya en esto se puede ver su falsía.
En segundo lugar, la cita dice claramente: "Su ejemplo demuestra que nuestra única esperanza de vida eterna
consiste en sujetar los apetitos y pasiones a la voluntad de Dios". Todo verdadero creyente sabe que el mero profesar de la fe cristiana es insuficiente para retener la salvación. Santiago dice: "Tú crees que Dios es uno; bien haces.
También los demonios creen, y tiemblan. ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?". Cuando la fe es verdadera, esta opera en el alma una sujeción de todos los apetitos y pasiones a la voluntad de Dios. Muchas veces hay que luchar contra nuestros apetitos y pasiones para que no dominen nuestra razón y afloren libres para traer el pecado a nuestras vidas. Por esta razón, Santiago menciona: "¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros?
¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros?" Y más adelante añade: "
Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros". Allí, en ese texto se explica lo que quiso decir la hermana. Ella no está predicando salvación por las obras, sino que está diciendo que el control de nuestras pasiones,
el ponerlas bajo la voluntad de Dios, es algo sumamente vital para todo aquel que quiera tener esperanza de vida eterna.
!Qué fácil es demostrar bíblicamente lo equivocado que está este seudosylvester¡ Él dice: "El apóstol Pablo no enseñó esa herejía". Bien, vamos a ver la Biblia nuevamente:
1 Corintios 9
25
Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.
26 Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire,
27
sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.
¿Qué está diciendo el apóstol acá? ¿Qué no confía en Jesucristo para su salvación? ¿se golpeaba literalmente el apóstol como lo hacía Lutero? No. Ya sabemos que para el apóstol el vivir era Cristo. ¿Entonces? Ahh, es que él reconocía la importancia de abstenerse de lo malo y de negar al cuerpo la complacencia de los apetitos y pasiones que derivan en pecados que podrían impedir la esperanza de vida eterna.
Un texto más de Pablo, para ilustración de la ignorancia de seudosylvester:
Romanos 6
12
No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias;
13
ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.
Nuevamente el apóstol habla de la importancia de no ceder ante las presiones de los apetitos y pasiones carnales. El cristiano no debe presentar sus miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, po mucho que la carne clame por ser satisfecha.
Hay algunos otros ejemplos paulinos, pero creo que ya ha sido suficiente... por ahora.
Pero quiero cerrar este mensaje con broche de oro. Una prueba de la maledicencia de este farsante al citar perversamente los escritos de nuestra denominación. Resulta que, seguidamente de la cita que este señor usa para contender, está escrito:
"
En nuestra propia fortaleza, nos es imposible negarnos a los clamores de nuestra naturaleza caída. Por su medio, Satanás nos presentará tentaciones. Cristo sabía que el enemigo se acercaría a todo ser humano para aprovecharse de las debilidades hereditarias y entrampar, mediante sus falsas insinuaciones, a todos aquellos que no confían en Dios. Y recorriendo el terreno que el hombre debe recorrer,
nuestro Señor ha preparado el camino para que venzamos. No es su voluntad que seamos puestos en desventaja en el conflicto con Satanás. No quiere que nos intimiden ni desalienten los asaltos de la serpiente. "Tened buen ánimo -dice; - yo he vencido al mundo."*
Considere al Salvador en el desierto de la tentación todo aquel que lucha contra el poder del apetito. Véale en su agonía sobre la cruz cuando exclamó: "Sed tengo." El padeció todo lo que nos puede tocar sufrir.
Su victoria es nuestra". DTG, Capítulo "La tentación". Negrita es mío.
Tal y como dice la palabra de Dios: "
Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros".