No se si alguno no esté de acuerdo conmigo pero me parece que Dios hizo al hombre para vivir para siempre.
Y para experimentar una sola vida.
Pensemos que si alguien no va a morir nunca, entonces con una vida, le sobra y basta para siempre.
Ahora lo cierto es, que esta única, indefinida e interminable vida, estaba condicionada a la obediencia a Dios y cuando el hombre se independizó de Dios, adquirió fecha de caducidad.
Y aunque si bien es cierto que la inmortalidad estaba condicionada a la obediencia, la muerte del hombre ahora se volvió su destino fijo e inamovible.
Y no hay manera alguna de eludir dicho destino porque Dios y la desobediencia no son amigos y nunca jamás lo serán.
Y aunque Dios no convalidara la desobediencia ni la quisiera salvar o redimir, si quería salvar su obra, nosotros, a pesar de todo y a pesar nuestro.
Es ahí que Dios debía sacar de alguna forma de aquel hombre integral o ser viviente, su yo o voluntad para poder darle otra segunda oportunidad.
Pero para hacer esto su justicia intachable e insobornable debía lidiar con dos problemas a saber:
Una naturaleza corrompida, pero también un comportamiento injusto y a todas vista culpable.
Y para experimentar una sola vida.
Pensemos que si alguien no va a morir nunca, entonces con una vida, le sobra y basta para siempre.
Ahora lo cierto es, que esta única, indefinida e interminable vida, estaba condicionada a la obediencia a Dios y cuando el hombre se independizó de Dios, adquirió fecha de caducidad.
Y aunque si bien es cierto que la inmortalidad estaba condicionada a la obediencia, la muerte del hombre ahora se volvió su destino fijo e inamovible.
Y no hay manera alguna de eludir dicho destino porque Dios y la desobediencia no son amigos y nunca jamás lo serán.
Y aunque Dios no convalidara la desobediencia ni la quisiera salvar o redimir, si quería salvar su obra, nosotros, a pesar de todo y a pesar nuestro.
Es ahí que Dios debía sacar de alguna forma de aquel hombre integral o ser viviente, su yo o voluntad para poder darle otra segunda oportunidad.
Pero para hacer esto su justicia intachable e insobornable debía lidiar con dos problemas a saber:
Una naturaleza corrompida, pero también un comportamiento injusto y a todas vista culpable.