O sea, que cuando Moisés y Elías hablaban con JESÚS, de su Éxodo, en la Transfiguración, ellos No habían sido resucitados? No estoy de acuerdo.
Tanto Moisés (Elías no ha pasado por la puerta de la Muerte en el tiempo debajo del sol. Ya lo hará por Ley.) como Samuel, una vez que pasaron dicha puerta, se enfrentaron a su Tribunal, y gozaron su sentencia de Vida Eterna PORQUE no hay Tiempo en el Seol. No ¨ocurren¨ los sucesos IGUAL que debajo del sol. (Incluso, agrego, que en tiempo de Gracia, los santos NO van al Hades)
Varón de Dios, cuando te cité 1Sa_2:6, lo hice con la esperanza que captaras Su Soberanía, implícita en ambos escenarios donde actúa el alma, sin que ocurra resurrección alguna, lee de nuevo:
1Sa 2:6 Jehová mata, y él da vida;
Él hace descender al Seol, y hace subir.
Yo estoy convencido, a la luz de las Escrituras, que: las Primicias, el Arrebatamiento, la primera Resurrección y el levantar de los otros muertos son sucesos SIN Tiempo para sus actores.
¿Qué quiero decir? Cuando Adam murió, alcanzó el Tercer Cielo, al mismo ¨instante¨, que Esteban lo hizo, para poner un ejemplo solamente.
El programa de la resurrección lo contemplamos revelado en el NT, bajo un orden en el tiempo, leemos:
1Co 15:23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.
El título de Dignidad como Primogénito de los muertos no ha sido concedido a ningún santo del AT.
Ahora, sobre esta aseveración tuya:
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"Cuando Adam murió, alcanzó el Tercer Cielo, al mismo ¨instante¨, que Esteban lo hizo, para poner un ejemplo solamente."
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La comparación no soporta la santidad hasta la muerte por causa de Cristo, entre ambos.
Tenemos al Espíritu Santo declarando su diferencia, leemos:
1Ti_2:14
y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión.
Adán pecó voluntariamente, la vio desnuda, yendo hacia él con el fruto prohibido, entonces se olvidó de Dios y se marchó con ella, dando la espalda a Dios y "saboreando", lo que no le era lícito.
Adam inauguró el Seol o Hades... como todos los santos del AT, por cuanto la sangre, de los sacrificios (Lev.17:11), iniciados en Edén (Gén.3:21), no pueden quitar los pecados, leemos:
Heb 10:4 porque la sangre de los toros y de los machos cabríos
no puede quitar los pecados.
Los santos del AT, incluido Adán, tuvieron que esperar el Sacrificio del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Heb.10:5-7).
En cuanto al cuerpo, al resucitar, el mejor ejemplo es el de JESÚS:
Jua 20:19 Cuando fue la tarde de aquel mismo día uno de la semana, y estando cerradas las puertas donde estaban los discípulos, por temor a los judíos, JESÚS llegó y se hizo que estuviera en el medio, y les dice: Paz a vosotros.
Asimismo, sucede con Samuel:
1Sa 28:14 Y dijo a ella: ¿Cuál es su forma? Y ella respondió: Sube un anciano cubierto con un manto. Saúl entonces entendió que era Samuel, e inclinó el rostro a tierra y se postró.
No es igual.
Jesús posee, después de su resurrección, un cuerpo semejante al nuestro:
Luc_24:39 Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.
En el caso de Samuel, y la mujer de Endor, no hay poder alguno sobre Samuel (1Sa 2:6) y ningún encantamiento o hechizo, puede ser utilizado sobre un santo de Dios que ya ha partido, y mucho menos sobre el alma incorpórea de ningún humano.
Samuel realmente vino, pero no porque la adivina lo llamó.
Samuel apareció, con la gloria propia de los santos en el Seol o Hades, separados de los impíos, porque Dios tenía un propósito especial para ello:
1. Reconfirmó el juicio venidero contra el rey Saúl de una manera dramática,
2. Y le enseñó a la adivina una poderosa lección sobre el peligro de las prácticas ocultistas.
La diferencia es que Saúl, el rey desechado, (el Tomás de esa historia) no lo ve.
Pero la forma de desaparecer los cuerpos (yo digo resucitados) NO se informa. veamos:
Jua 20:24 Pero Tomás, uno de los doce, el llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando JESÚS apareció.
JESÚS ya no estaba.
1Sa 28:20 De repente, Saúl cayó en tierra cuan largo era, y tuvo gran temor por las palabras de Samuel, y no hubo fuerzas en él, porque en todo aquel día y aquella noche no había comido alimento.
De Samuel, tampoco.
¿Acaso hay un tercer cuerpo que no conozca y se mencione en las Escrituras?
¿Un tercer cuerpo?
1Co 15:40 Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales; pero una es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrenales.
Cuando en Tesalonicenses se habla de la resurrección de los muertos en Cristo, la relación que establece la Escritura tiene que ver con la tumba, o lugares donde yacen los cuerpos vacíos, de los santos que los ocuparon en vida, tal como señala el apóstol Pedro:
2Pe_1:14 sabiendo que en breve debo abandonar el cuerpo, como nuestro Señor Jesucristo me ha declarado.
Su cuerpo vacío está aquí en la tierra, lo mismo el cuerpo de Adam, de Esteban y de Samuel...
En la resurrección de la Iglesia, quienes viene con Jesús, son los santos de la Iglesia, el Señor no viene solo, leemos con quien viene acompañado:
1Ts 4:14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó,
así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
El propósito para los muertos en Cristo es la recuperación de sus habitaciones, ya no terrenales, sino celestiales, como el cuerpo del Señor, esta promesa de dotar el alma de un cuerpo semejante al que Él tiene ahora, la podemos hallar aquí, en este pasaje sobre el arrebatamiento de la Iglesia:
Flp 3:20 Más nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
Flp 3:21
el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.
A las almas de los santos que partieron con Cristo y vienen con él, la prioridad de la resurrección los dota de un cuerpo nuevo, semejante al del Señor y a nosotros que estemos vivos, en este maravilloso evento, se nos dice:
Co 15:51 He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados,
1Co 15:52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles,
y nosotros seremos transformados.
1Co 15:53 Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.
La final de trompeta de este pasaje, no se debe confundir con las trompetas de juicio sobre los moradores de la tierra de Apocalipsis, en primer lugar, este libro no se había escrito todavía, y en segundo lugar, el apóstol tiene en mente las trompetas de plata de Núm.10, donde esta trompeta:
Núm 10:6 Y cuando tocareis alarma la segunda vez, entonces moverán los campamentos de los que están acampados al sur; alarma tocarán para sus partidas.
Este sonido, indicaba que tenían que empacar y alistarse para la marcha en desierto, camino a la tierra prometida.
Para nosotros es un hermoso símbolo de nuestra partida hacia la Casa del Padre (Jn.14:1-3) en el arrebatamiento de la Iglesia, fuera del desierto de este mundo malo.
La coherencia Espiritual de estas citas no admite ninguna discusión por parte de los redimidos, pero si es objeto de contención por parte de los religiosos incrédulos, pero como está escrito:
1Co_11:16 Con todo eso, si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios.