Reina Valera Gómez-Las Sagradas Escrituras no comienzan ni acaban en el libro de Eclesiastés. La revelación bíblica es progresiva, y lo que Salomón escribió desde su depresiva perspectiva "debajo del sol" y "todo es vanidad y aflicción de espíritu", el Señor Jesucristo (más y mejor que Salomón) primero, y luego sus apóstoles, lo explicaron tal como es nuestra esperanza, fe y certidumbre.
Eclesiates 9: 10
Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el sepulcro, adonde tú vas, no hay obra, ni industria, ni conocimiento, ni sabiduría.
¿A tí te parece que Jesús, iría en contra de lo insuflado por el espíritu santo?