El paraíso está en el tercer cielo y Jesús no subió a ese lugar el día en que murrio, sino hasta el tercer día, cuando resucitó. Juan 20:17.
Dios es Espíritu, y los que le han conocido mediante las Escrituras, lo adoran en Espíritu y en Verdad, si la muerte hubiese encadenado al Hijo de Dios en el cuerpo de Jesús, impidiéndole toda actividad, entonces la muerte sería mayor, que Aquel que extendió los cielos como una cortina, sería mayor que Aquel que tiene vida en sí mismo.
En el lenguaje antromórfico de los escritores, se habla como si el Padre hubiese puesto la vida eterna en el Hijo, pero esto es solo para niños en Cristo, que no entienden que el Hijo no se glorificó así mismo mientras ocupaba el cuerpo de Jesús.
Los genuinos redimidos por su sangre, lo contemplan como afirma Colosenses, leemos:
Col 1:16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
Col 1:17 Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;
PARA MI ESTE TESTIMONIO TIENE SUMA ATRACCIÓN
Porque a través del Hijo de Dios contemplo su inmenso poder y Deidad, antes de su encarnación.
De manera que cuando el Dice:
"YO Y EL PADRE UNO SOMOS"
No tengo ningún problema en entender esta maravillosa verdad, porque mis ojos no están puestos en la naturaleza caída de la criatura, que agarraron piedras para amenazarlo, porque siendo hombre, se hacía igual a Dios.
Mis ojos están puestos, en Aquel que hizo el Sol, las estrellas, las constelaciones, y aprendo a respetarlo y amarlo, tal como aprendio Job, antes de su encarnación:
Job_38:4 ¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra?
Házmelo saber, si tienes inteligencia.
MARCELINO, TE FALTA INTELIGENCIA PARA CONOCER CON QUIÉN ESTÁS TRATANDO.
La muerte no lo podía retener, porque jamás hizo pecado ni hubo engaño en su boca.
De modo que sus palabras cambiaron por completo la expectativa lejana que tenía aquel hombre a punto de morir, que le rogó:
"Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino"
"HOY ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAÍSO"
Obviamente, cuando los oídos de los incrédulos religiosos, escuchan la respuesta del Señor, le ponen problema a su cumplimiento.
Pero un genuino redimido por la sangre de Cristo, que lo ha visto, por medio de las Escrituras, construyendo el inmenso universo material, donde la tierra es prácticamente una mota de polvo cósmico, perdida en la gigantesca vastedad del espacio, no solamente tiene el PODER INFINITO para cumplir sus promesas, sino que también me ha dado VIDA ETERNA, en el mismo lugar de verguenza donde fue Sacrificado, porque es allí donde TODOS MIS PECADOS FUERON PAGOS POR MI SEÑOR Y DIOS.
Mi Señor viene, y ahí veremos quiénes son ustedes, si antes no se arrepienten de su horrible maldad.