Estimados foristas,
El Señor dijo que Dios puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. Esta palabra traducida "infierno" es "gehena" y se refiere al quemadero a las afueras de Jerusalén. Allí "el fuego nunca se apagaba" y "ardía día y noche". Allí se arrojaban todos los desperdicios y los cadáveres muertos para ser convertidos en cenizas. El Señor utilizó esta FIGURA de aquel quemadero para referirse al fuego eterno que convertirá el alma y el cuerpo de resurrección del pecador espiritualmente muerto, en cenizas.
En Apocalipsis 20.10 Juan utilizó la misma imagen de aquel quemadero "gehena" cuando dijo "y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos", que no significa un tormento eterno como muchos han interpretado erróneamente, sino una destrucción eterna por el fuego eterno de Dios, que "no se puede apagar" y que "arde día y noche", el cual reducirá al impío a cenizas, como revela la escritura.
En el Nuevo Testamento tenemos un ejemplo del "castigo eterno por fuego eterno". Ese fuego redujo a cenizas a aquellas ciudades y las desapareció para siempre.
2 Pedro 2:
6 y si condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente,
Judas 1:
7 como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno.
Este ejemplo del castigo con fuego eterno revela que el castigo eterno será destrucción y reducción a cenizas, y no un tormento eterno literal, ya que eso no está revelado en la escritura. En el Nuevo Testamento, la frase "tormento por fuego" es sinónima de "destrucción por fuego". He encontrado un par de ejemplos.
Babilonia la grande será atormentada con fuego cuando sea destruida.
Apocalipsis 18:
9 Y los reyes de la tierra que han fornicado con ella, y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella, cuando vean el humo de su incendio,
10 parándose lejos por el temor de su tormento, diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio!
Notese que el tormento de Babilonia será quemarla con fuego hasta su destrucción total. La frase denota un juicio divino de Dios.
Otro ejemplo donde "tormento con fuego" es sinónimo de "destrucción":
Mateo 8:
29 Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?
Es importante observar que los demonios confirmaron que el que los atormentará será el Señor Jesús mismo. ¿Debemos de pensar que el Señor estará metido en un infierno atormentando a estos demonios eternamente? Claro que no. Una cita paralela revela que el Señor destruirá a los demonios.
Lucas 4:34 diciendo: Déjanos; ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios.
No lean por encima de esta cita. Revela que el castigo eterno de los demonios será la destrucción eterna de ellos. Ellos mismos lo declararon. Y será el mismo Señor el que los destruya.
El Señor dijo que Dios puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. Esta palabra traducida "infierno" es "gehena" y se refiere al quemadero a las afueras de Jerusalén. Allí "el fuego nunca se apagaba" y "ardía día y noche". Allí se arrojaban todos los desperdicios y los cadáveres muertos para ser convertidos en cenizas. El Señor utilizó esta FIGURA de aquel quemadero para referirse al fuego eterno que convertirá el alma y el cuerpo de resurrección del pecador espiritualmente muerto, en cenizas.
En Apocalipsis 20.10 Juan utilizó la misma imagen de aquel quemadero "gehena" cuando dijo "y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos", que no significa un tormento eterno como muchos han interpretado erróneamente, sino una destrucción eterna por el fuego eterno de Dios, que "no se puede apagar" y que "arde día y noche", el cual reducirá al impío a cenizas, como revela la escritura.
En el Nuevo Testamento tenemos un ejemplo del "castigo eterno por fuego eterno". Ese fuego redujo a cenizas a aquellas ciudades y las desapareció para siempre.
2 Pedro 2:
6 y si condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente,
Judas 1:
7 como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno.
Este ejemplo del castigo con fuego eterno revela que el castigo eterno será destrucción y reducción a cenizas, y no un tormento eterno literal, ya que eso no está revelado en la escritura. En el Nuevo Testamento, la frase "tormento por fuego" es sinónima de "destrucción por fuego". He encontrado un par de ejemplos.
Babilonia la grande será atormentada con fuego cuando sea destruida.
Apocalipsis 18:
9 Y los reyes de la tierra que han fornicado con ella, y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella, cuando vean el humo de su incendio,
10 parándose lejos por el temor de su tormento, diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio!
Notese que el tormento de Babilonia será quemarla con fuego hasta su destrucción total. La frase denota un juicio divino de Dios.
Otro ejemplo donde "tormento con fuego" es sinónimo de "destrucción":
Mateo 8:
29 Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?
Es importante observar que los demonios confirmaron que el que los atormentará será el Señor Jesús mismo. ¿Debemos de pensar que el Señor estará metido en un infierno atormentando a estos demonios eternamente? Claro que no. Una cita paralela revela que el Señor destruirá a los demonios.
Lucas 4:34 diciendo: Déjanos; ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios.
No lean por encima de esta cita. Revela que el castigo eterno de los demonios será la destrucción eterna de ellos. Ellos mismos lo declararon. Y será el mismo Señor el que los destruya.