Bueno, me parece que ya empiezo a entender qué defiende
@MiguelR, pues he acudido a los textos griegos, y hay que prestarles mucha atención, pues aunque las traducciones que estamos utilizando, no hay que cambiarlas porque sí, sí que no están resultando tan sencillas de entender, como en un principio lo parecería a primera vista. Veámoslo con un ejemplo práctico.
Mat 28:1 Y la víspera de sábado (esto es, antes de las 6:00 pm del sábado, o del ocaso del Sol si lo prefieren), que amanece para el primer día de la semana, vino María Magdalena, y la otra María, a ver el sepulcro.
No, no es sencillo de entender. Vemos que las mujeres acudieron a última hora de la tarde. De ello no cabe duda a luz de los textos griegos. Pero claro, ahora viene un aparente sin sentido, pues seguidamente, y después de una coma, leemos; que amanece para el primer día de la semana. Algo no cuadra. O es a la última hora del viernes, o lo es al amanecer de otro día. Son dos momentos distintos, y dos días distintos (un atardecer y un amanecer), que aquí a primera vista nos los presenta como si fuesen el mismo, como si fuese el mismo momento.
Creo que empiezo a entender a
@MiguelR. Pero es muy complejo, porque si acudimos a los paralelos, el juego de palabras se las trae. Algo nos está queriendo mostrar el Espíritu Santo, que va mucho más allá del día y la hora en que ocurrieron los hechos. Pero claro, hay que seguir escudriñando las escrituras, llevando a cabo un meticuloso estudio de las mismas.
Y no, mi estimado Miguel, no tomes lo expuesto como que te esté dando la razón de modo alguno. Simplemente, he indicado que el tema es bastante complejo, y que merece la pena estudiarlo, pues todo me indica que hay un principio espiritual que, al menos para mí, me estaba velado.
Sea, pues, el Señor, quien nos dé debida luz y entendimiento.