1ªJuan 5:3,4: "En esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandatos; y sus mandatos no son gravosos, pues todo lo nacido de Dios vence al mundo. Y nuestra victoria sobre el mundo es nuestra fè".
Lucas 17:33: "Cualquiera que procure mantener segura su alma (vida), la perderà; pero cualquiera que la pierda, la mantendrà viva".
En tiempos de los apòstoles no existìan transfusiones de sangre, aunque se sabe que se abstenìan por completo de tomarla, como bien dice la Biblia y escritos seglares, como los de Tertuliano (sig. II) y Felix (sig. III), que dicen que los cristianos verdaderos, antes de corromperse el cristianismo, estuvieron dispuestos incluso a morir en los circos romanos antes que transgredir alguna Ley de Dios (Hechos 15:28,29; 21:25); y hay que recordar que cuando se da el mandato de abstenerse de sangre, los apòstoles tuvieron en mente la orden directa de Dios a Noè (Gènesis 9:4-6), que despuès diò al pueblo judìo, de no tomar ningùn tipo de sangre, como se menciona en:
Levìtico 17:11: "Porque la vida (el alma) de la carne està en la sangre, y os la doy para hacer expiaciòn en el altar por vuestras vidas, pues la expiaciòn por la vida, con la sangre se hace".
Levìtico 17:14: "Porque la vida de toda carne es su sangre; por èso mando a los israelitas: "No comerèis la sangre de ninguna carne, pues la vida de toda carne es su sangre. Quien la coma, serà eliminado".
Asì, tanto en Levìtico 17:13,14 como en Deuteronomio 12:16, dice que la sangre del animal debìa derramarse en el suelo y NO debia comerse, es decir, el ùnico uso que tenìa la sangre, de animal en ese caso, era derramarla sobre el altar para expiaciòn por los pecados de los israelitas, algo que quedò abolido al venir Jesucristo y derramar su sangre por nosotros (1ªJuan 1:7); por esa razòn principal Dios considera la sangre tan valiosa, pues tuvo que enviar a su propio Hijo y derramar su sangre por nosotros (Mateo 20:28; Hebreos 9:28; 1ªPedro 1:18,19).
Por tanto, no se debe tomar tan a la ligera la Ley de abstenerse de sangre, pues, si Dios considera la sangre de los animales sagrada, ¡cuanto màs la sangre de seres humanos!, especialmente la de su Hijo quien derramò su sangre por toda la humanidad; teniendo presente, ademàs, las palabras de Dios en Levìtico 17:10-14, que tuvieron tambièn en mente los apòstoles al pronunciar las palabras registradas en Hechos 15:28,29; siendo pues el ùnico uso de la sangre, el de ser derramada en el suelo (Deuteronomio 12:16,24).
Asì que, por los motivos expuestos, bien definidos en la Biblia, se decidiò hace unas dècadas rechazar transfusiones de sangre, que por otro lado, contienen muchos riesgos para la salud, de hecho han muerto muchas màs personas por negligencias sanitarias que por haber rechazado una transfusiòn, en caso de alguien haya muerto por rechazar una transfusiòn, algo muy difìcil, pues los seres humanos tenemos aprox. 5 litros de sangre; por consiguiente, en el caso de que se necesitase plasma sanguìneo, es decir, lìquido o agua, hay otras formas de conseguir volumen sanguìneo, que es lo importante en caso de que se perdiese mucha sangre, para que asì, con suficiente lìquido o plasma, los eritrocitos o glòbulos rojos, que son producidos, mayormente, en la mèdula osea, lleve a las cèlulas el oxìgeno y alimento que necesitan; èso es algo que conocen los mèdicos, los cuales saben tambièn que, en muchos casos, las transfusiones de sangre son innecesarias, siendo incluso suficiente, en algunos casos, alimentar a la persona por vìa intravenosa, mediante gotero con las vitaminas, minerales u otros elementos vitales que sean necesarios, segùn el caso; como por ej., los niños que se mencionaron en la revista 'Despertad' de Mayo del 1994, quienes, la mayorìa tenìan leucemia aguda, una enfermedad infantil mortal en aquel tiempo, y en la que las transfusiones de sangre no curan, ni èsa ni ninguna otra enfermedad, sòlamente sirven, en ese caso, para aumentar los glòbulos rojos, lo cual puede conseguirse de otras formas, como dije anteriormente; y sobre todo, en la actualidad, donde la mayorìa de paìses desarrollados tienen otros medios terapèuticos, a veces màs costosos, pero màs seguros que las transfusiones sanguìneas.
No obstante, como tambièn dije, es una decisiòn personal si alguien quiere, en un momento determinado, y segùn el tipo de enfermedad, usar fracciones obtenidas de la sangre, que, de otro modo, serìa muy difìcil de obtener. Asì pues, es muy raro que, hoy dìa, alguien muera por rechazar una transfusiòn sanguìnea, habiendo, como hay, en muchos hospitales avanzados, un abanico de posibilidades para enfrentarse a algùn problema sanguìneo, sea de la ìndole que sea.
Por consiguiente, y considerando otros principios bìblicos como el que se halla en Mateo 9:13, donde Jesucristo dice: "quiero misericordia y no sacrificios", hoy dìa, las transfusiones de sangre son siempre el ùltimo recurso que tiene un testigo cristiano de Jehovà; para que, de ese modo, igual que Dios hace, uno aprecie la sangre de una persona como algo precioso que sòlo Dios tiene derecho a reclamar, y que sòlo en casos extremos, donde no haya otra posibilidad, se pueda hacer uso de dicha sangre. Ademàs, como dice un refràn, màs vale prevenir que lamentar, èso es vàlido en doble sentido, primero, que por si acaso, màs vale que uno se traslimite en una Ley a que se quede corto, y segundo, que debido a los peligros que contienen las transfusiones de sangre para la salud, es màs sensato aceptar otras terapias sin sangre, a veces màs costosas, pero màs seguras.
Asì pues, la decisiòn de transfundirse sangre o no, es una decisiòn que cada testigo cristiano de Jehovà debe hacer, segùn el caso y segùn le dicte su conciencia cristiana, tomando siempre como base lo mencionado por la Palabra de Dios respecto a ese asunto (Gènesis 9:3-6; Levìtico 17:14; Hechos 15:28,29; 21:25).
No obstante, nunca se puede comparar esa decisiòn, por querer adherirse a las leyes de Dios, con hechos terribles que algunos denominados cristianos cometen, como es el aborto, asesinatos, conflictos bèlicos y guerras, por dinero y poder, que estàn completamente condenados en la Biblia (Juan 17:14-17; 18:36; 2ªCorintios 4:2-4; 6:14-18; Santiago 4:2-6; 1ªJuan 5:19).
1ªTimoteo 2:4-6: "Cuya voluntad (la de Dios) es que toda la humanidad se salve y lleguen a conocer la verdad con exactitud. Porque hay un sòlo Dios, y un sòlo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesùs, tambièn hombre, que se diò a sì mismo como rescate por todos".
2ªPedro 3:13: "Hay unos nuevos Cielos y una nueva Tierra que esperamos segùn su promesa, en los que la justicia habrà de habitar".
Por otra parte, nunca se debe tergiversar ni sacar ningùn pàrrafo o texto del contexto, o de la misma Biblia; costumbres que tienen algunos foristas, los cuales suelen tener ideas muy cerradas sobre los testigos cristianos de Jehovà, como se puede observar en estos foros, aclarando tambièn que muchas de las supuestas prohibiciones que algunos foristas indican que hay dentro de la Congregaciòn cristiana de los Testigos de Jehovà, no son ciertas o estàn distorsionadas o tergiversadas, ya que, en muchos casos, los asuntos que dicen ser prohibiciones, son asuntos que cada uno debe decidir segùn su conciencia cristiana; pues, como se puede comprobar, hay que estudiar e investigar, de principio a fin, un asunto para llegar a conocer la verdad, en este caso, la Palabra de Dios (Daniel 12:4,9,10; Juan 4:23,24; 15:10; 17:3,17).