Los testigos cristianos de Jehovà y las transfusiones de sangre.

La sangre está al servicio de la vida; no al revés

La sangre está al servicio de la vida; no al revés

Continuación de Respuesta a Mensaje # 1223:

2 – La Biblia no puede decir dentro de lo limitado de su texto todos los pormenorizados mandamientos de lo que los hombres fieles a Dios podemos hacer y no debemos hacer.

Con lo que sí está escrito, suficiente tenemos, tanto para obrar lo bueno con lo que nuestro prójimo es bendecido y Dios glorificado, como para no obrar lo malo en perjuicio de los demás y deshonra del nombre de Dios al que le profesamos amor y obediencia.

Tanto es esto así, que el mismo Señor Jesús resume toda la Ley y los Profetas en el amor a Dios y al prójimo (Mt 22:40).

Entiendo que el “retorcimiento macabro que se hace” es el de usar los versículos del Génesis, Levítico y Hechos para negarle la vida al desangrado que con un poco de nuestra sangre podría salvarse.

Considero que no puede estar en el 99,99% de los casos el prescindir de la transfusión, si es que se quiere salvar la vida de un paciente. Como no soy médico, esperaré mejor a que Oso se expida sobre el particular.

Debe tenerse además en cuenta, que no todos los hospitales gozan de las más modernas instalaciones, instrumentos, profesionales y productos substitutos de la sangre como para no practicar una transfusión.

Hay clínicas en la campaña que ni bancos de sangre poseen, y que en caso de asistir a un accidentado no hay otro recurso que hacer la transfusión directamente de un familiar que tenga el mismo grupo sanguíneo.

Eso de que “usáramos un poquito” (LA CABEZA) al menos” de veras que me gustó porque es con lo que siempre insisto: usar la nuestra sin fiarnos de los fulgores de las ajenas.

Sea con Eva, cuando procuró el mal de Job y hasta con nuestro mismo Señor Jesucristo, Satanás siempre tuvo sutiles argumentos y hasta versículos bíblicos que citar. Por eso decimos con Pablo: “no ignoramos sus maquinaciones”.

El aceptar una transfusión sanguínea no es un dilema sino una necesidad como lo son también ciertos estudios médicos que hasta nos da vergüenza nombrarlos por aquellas partes que deben explorar.

Dejar expuesta nuestra desnudez ante especialistas del sexo opuesto también es una situación bastante incómoda, pero debemos dejarles en libertad de hacer lo necesario si han de preservarnos de males mayores.

Para Dios es más importante la vida que nos ha dado para que con ella llevemos fruto, que la sangre que nos mantiene vivos. Si un poco de la nuestra salva la vida del desangrado ¡gloria a Dios! Si otro da algo de la suya para que yo siga viviendo para servirle y glorificarle ¡Bendito sea!

Lo que no podemos es invertir los términos pues con ello también invertimos los valores. Dios puso la sangre en Adam para después de soplar en él el aliento de vida, fuese un ser viviente. El proceso no fue al revés.

La sangre es para la vida del hombre y no la vida para mantener la sangre sin coagularse.

Dios no es un Drácula que con tal de conservar la sangre de los humanos mira con despreocupación que la gente muera y se haga polvo.

A Dios no le complace que se sepulte cadáveres con sus venas secas mientras los asistentes las tienen llenas de sangre que pudo haber salvado al ahora difunto.

Pocas cosas pueden pesar y doler más sobre la conciencia que el saber que permitimos que alguien muriera por este cruel engaño.

Dios es honrado con la vida que le dedicamos no con la muerte sin sentido.

Dios no es Dios de muertos sino de vivos.

La sangre nunca es más santa que cuando se da por la vida de otros, y nunca es menos santa que cuando se retiene en las venas mientras otros mueren por no recibirla.

Antiguamente el modo más impropio de emplear la sangre era comerla; actualmente lo es el no darla y recibirla para perpetuar la vida.



 
Re: Un asado de vaca ahogada

Re: Un asado de vaca ahogada

Me recuerdo de unas circunstancias drásticas por supuesto de unos sobrevivientes de un accidente de aviación, se comieron carne humana de los que habían muerto en el accidente para poder sobrevivir.
¿Qué harías?,en vista que lo más importante para tí es "piel en el interés de piel"?.

"Y el pueblo empezó a lanzarse vorazmente al despojo y a tomar ovejas y ganado vacuno y becerros y a degollarlos en la tierra, y el pueblo se entregó a comer junto con la sangre. Así que lo informaron a Saúl, diciendo: ¡Mira! El pueblo está pecando contra Jehová, comiendo junto con la sangre" 1 Sam 14:32,33.

¿Tendrá el Diablo razón como en tu caso cuando dijo que todo lo que el hombre tiene lo dará en el interés de su vida?

Amigo,

Aún David tomó de los panes del templo..¿es interés de su vida?, por supuesto que si ¿y? ¿pecó por ello?.

Dejando atrás esto, quiero subrayar otro de los "argumentos" falaces de los TJ:

Ellos piensan que dejar morir de anemia aguda a sus propios hijos es un acto "heroico", cuando en realidad es homicidio calificado, y una estupidez mayúscula.

El punto es que no hay ni existe nada contra el trasplante de tejidos y órganos, y la popularmente llamada "transfusión sanguínea" es literalmente un trasplante de tejido.

Los TJ en su simulación pretenden hacer creer que trasplante = comida; pero eso es totalmente falso, tan falso es que irónicamente, ellos mismos aceptan los trasplantes tanto de tejidos como de órganos incluido tejido hematopoyético, células madre (precursoras de sangre), médula osea (precursora de sangre), fracciones de sangre que es literalmente sangre), factores de coagulación de la sangre, etc...

Saludos.
 
Re: Los testigos cristianos de Jehovà y las transfusiones de sangre.

Con respecto a esto ultimo, (las mayorías), creo que la historia demuestra en muchos casos que las mayorías pueden estar equivocadas, y de hecho muy a menudo lo han estado.

Gracias

Pueden, si quizás pueden...pero en materia de sobrevivencia de algún modo y seguidamente, las mayorías suelen optar por algo que se llama "sentido común", lo cual choca contra las extravagancias, particulares y caprichos de muchas sectas.

Saludos.
 
Hospitales sin insumos

Hospitales sin insumos

Cuando los TJ aducen que hay otras técnicas y productos que pueden substituir las transfusiones de sangre, seguramente piensan en un moderno hospital convenientemente provisto de los especialistas y la tecnología necesaria. Esto no siempre es así en todo el mundo. Véase esta nota aparecida hoy en el diario La Nación de Buenos Aires. Conste que no estamos hablando de una aldea perdida en la Amazonia o el Congo, sino en la capital más grande y progresista del Hemisferio Sur:

"Faltan insumos para traumatología, clavos importados, hilos de sutura, guantes... así no se puede", se quejó, en diálogo con Radio 10, el dirigente sindical cuestionó a Moreno, a quien acusó de reunirse con "funcionarios y legisladores a la Casa Cuna denunciando la mala situación de los hospitales en la Ciudad, cuando son ellos los responsables de las medidas económicas".
"La situación es grave. No se puede trabajar así porque lo que falta no es un repuesto del auto", consignó.
La falta de insumos no sólo afecta a los centros de salud públicos, sino también a privados. En el Hospital Alemán, por caso, la jefa de farmacia, Haydee Wimmers, aseguró que hay dificultades para importar la vacuna de la BCG, la Inmucyst, indicó hoy el diario Clarín.
Según el matutino, las trabas a las importaciones perjudican también a hospitales del interior del país. Especialidades médicas como cirugías cardiovasculares, oftalmológicas y neurocirugías están siendo perjudicadas por las decisiones de la Casas Rosada.
"Se postergan algunas cirugías que requieren materiales específicos. Reina el desconcierto entre importadores que alargan los períodos de entrega porque no saben cuándo sacarán los productos de la Aduana", graficó el director del Instituto de la Visión, Omar López Mato.
En Santa Fe, por ejemplo, el titular de la cartera de Salud, Miguel Cappiello, advirtió que en dos meses dejarán de tener stock de jeringas, guantes y llaves de tres vías."
 
Re: La sangre está al servicio de la vida; no al revés

Re: La sangre está al servicio de la vida; no al revés

Continuación de Respuesta a Mensaje # 1223:

2 – La Biblia no puede decir dentro de lo limitado de su texto todos los pormenorizados mandamientos de lo que los hombres fieles a Dios podemos hacer y no debemos hacer.


Mi estimado Ricardo. Estamos de acuerdo y al fin aceptas (al menos lo intuyo) que la Biblia de ningún modo puede referirse a "detalles" de todos los aspectos que nosotros los rebeldes "humanos" queremos hacer respecto de tomar decisiones en cuanto a que esto tiene que ser "sí" o bien, tiene que ser "no". La Biblia emplea y transmite "principios" y de allí, colegimos e interpretamos –muchas veces severamente influenciados por nuestras inclinaciones o creencias acomodadas a nuestro criterio personal– ya sea por "tradición", "convicción", "experiencia", o bien, como al parecer es el caso que nos ocupa en este foro, "prejuicios" infundados contra todo aquello que no congenie con nuestro enfoque respecto a temas tan delicados e importantes a la vez, como el uso de la sangre como tratamiento médico.

Con lo que sí está escrito, suficiente tenemos, tanto para obrar lo bueno con lo que nuestro prójimo es bendecido y Dios glorificado, como para no obrar lo malo en perjuicio de los demás y deshonra del nombre de Dios al que le profesamos amor y obediencia.

Depende desde el punto de vista que decidas escoger Ricardo. Es que ese es precisamente el problema de marras. A veces nos enfocamos solamente en lo que ya establecimos que tiene que “ser así” y de “ninguna otra manera”, y no porque la Biblia lo establezca y avale nuestra postura, sino más bien amparados en lo que queremos “ver” o “interpretar” lo que en realidad, no dice. La expresión “abstenerse” de sangre es muy amplia; puede significar una cosa o la otra. Lo que pasa es que cuando hemos tenido una formación religiosa, especulativa, tendenciosa, parcializada, y lo peor de todo, el peso que determinará, en gran medida, nuestra opinión o “interpretación” de Hechos 15:29: enfrentarse con lo que para nada nos gustará por razones obvias: “¿Qué prefieres –nos dice el médico– la vida mediante una transfusión o una muerte segura si no te la haces?” ¡Hasta allí llegó todo! “Piel en el interés de piel” y, sobre esta base, construimos y entretejemos y hacemos “malabares”, estiramos y encogemos cuanto texto bíblico encontramos para “acomodarlo” y justificar la acción de permitir sangre, porque el “mundo entero” define que sería ser uno un “loco desquiciado” que prefiera “morir” a “vivir” mediante el aceptar algo que el “mundo gobernado por satanás” establece qué debe ser la “voluntad de Dios” o no.

Tanto es esto así, que el mismo Señor Jesús resume toda la Ley y los Profetas en el amor a Dios y al prójimo (Mt 22:40).

Lo cual no significa, para nada, que tengamos que volverle las espaldas a Dios, anteponiendo nuestro interés en “alargar” un poquito más nuestra vida (en caso de que esto sea el caso, claro).

Entiendo que el “retorcimiento macabro que se hace” es el de usar los versículos del Génesis, Levítico y Hechos para negarle la vida al desangrado que con un poco de nuestra sangre podría salvarse.


Yo digo que ese “retorcimiento macabro” se consuma cuando anteponemos nuestros intereses y nos “amamos” a nosotros mismos más que el “amor” que le debemos a Cristo y a su Padre Jehová. O quizás, como el “retorcimiento macabro” que se apoderó del Apóstol Pedro cuando, en un arranque de las típicas emociones humanas, trató de hacer desistir a Jesús de su obra redentora en detrimento de lo que en realidad, Pedro ignoraba como la “buena, la acepta, y la perfecta voluntad de Dios”. ¡Nada más y nada menos que le estaba diciendo (y no dudo para nada que sinceramente) que no fuera a Jerusalén porque allí le esperaba la muerte! ¡Un sano consejo de VIDA!!!!! … sólo que Pedro no entendía el alcance de sus palabras… por salvar su vida, Jesús hubiera sido la causa de la pérdida de millones de ellas si nos hubiera vuelto la espalda en esos momentos. El entregó su “vida” y derramó su “sangre” COMO ÚNICA FORMA EN QUE SE EFECTÚA nuestra liberación de la muerte. No existe otra forma del uso de la sangre: ¡Hay que derramarla por respeto al creador de nuestra vida: JEHOVA DIOS.

Considero que no puede estar en el 99,99% de los casos el prescindir de la transfusión, si es que se quiere salvar la vida de un paciente. Como no soy médico, esperaré mejor a que Oso se expida sobre el particular.

Debe tenerse además en cuenta, que no todos los hospitales gozan de las más modernas instalaciones, instrumentos, profesionales y productos substitutos de la sangre como para no practicar una transfusión.

Hay clínicas en la campaña que ni bancos de sangre poseen, y que en caso de asistir a un accidentado no hay otro recurso que hacer la transfusión directamente de un familiar que tenga el mismo grupo sanguíneo.

Bueno, quizá se me fueron un poco arriba esos “numeritos”, pero le andan rondando así de cerca. Lo que quise decir es que en la mayoría de los casos no es necesaria la transfusión de sangre. Ese es el punto. El que no se cuente en esos momentos con las comodidades ni con los sustitutos que la ciencia ha desarrollado que equivalen a las mejores terapias alternativas para ensanchar el volumen del plasma sanguíneo, lo “cortés no quita lo valiente”; es decir, las circunstancias de extrema necesidad no convierten una clara y expresa “Ley de Dios” en una simple “interpretación antojadiza” en que podemos “justificar la desobediencia” porque estamos frente a una incómoda situación que nos autoriza a desatender las normas de nuestro Creador.

Eso de que “usáramos un poquito” (LA CABEZA) al menos” de veras que me gustó porque es con lo que siempre insisto: usar la nuestra sin fiarnos de los fulgores de las ajenas.

Bueno Ricardo, otra vez ¡Depende! del ángulo en que lo analices. Un viejo refrán reza: Donde el necio se arruinó, el cuerdo prosperó. Lo de “CABEZA” lo indiqué no para ofender a nadie, sino más bien para indicar que, sin excepción de personas, todos hemos hecho mal uso de la misma en algún momento de nuestras vidas; es más, quizás en muchos momentos en que no coordinamos nuestras acciones y “metemos la pata”, una y otra vez hasta que llega el tiempo en que, una de dos, “maduramos” a golpes o a patadas. ¡A veces escogemos ambos caminos!


Sea con Eva, cuando procuró el mal de Job y hasta con nuestro mismo Señor Jesucristo, Satanás siempre tuvo sutiles argumentos y hasta versículos bíblicos que citar. Por eso decimos con Pablo: “no ignoramos sus maquinaciones”.
Bueno Ricardo, otra vez ¡Depende! del ángulo en que lo analices. Un viejo refrán reza: Donde el necio se arruinó, el cuerdo prosperó. Lo de “CABEZA” lo indiqué no para ofender a nadie, sino más bien para indicar que, sin excepción de personas, todos hemos hecho mal uso de la misma en algún momento de nuestras vidas; es más, quizás en muchos momentos en que no coordinamos nuestras acciones y “metemos la pata”, una y otra vez hasta que llega el tiempo en que, una de dos, “maduramos” a golpes o a patadas. ¡A veces escogemos ambos caminos!

El aceptar una transfusión sanguínea no es un dilema sino una necesidad como lo son también ciertos estudios médicos que hasta nos da vergüenza nombrarlos por aquellas partes que deben explorar.


¡Tú la haces que sea necesidad de acuerdo a tu criterio! Pero el punto en discusión no es si “es” o no una “necesidad”. El punto es que, aunque esté en peligro (como posibilidad) nuestra vida, no es excusa válida (ante Dios) para transgredir una orden porque, la mayoría de los llamados “cristianos” interpretan que dicha orden no alcanza a lo que se llegó a conocer en la era “moderna” como “transfusiones de sangre humana”. Y, como si fuera poco, la falta de respeto o la poca importancia que se da a una “expresión-orden” como la de Hechos 15:29, en donde, digamos, se refiere a la “sangre de seres irracionales” para nada creados a “imagen y semejanza de Dios”, ¿Con cuánta más razón y valor tendrá entonces la “sangre humana”, de seres creados a la mismísima “imagen y semejanza de Dios”?

Dejar expuesta nuestra desnudez ante especialistas del sexo opuesto también es una situación bastante incómoda, pero debemos dejarles en libertad de hacer lo necesario si han de preservarnos de males mayores.

Perdona mi estimado Ricardo. No hay similitud de situaciones como lo que comparas de un simple examen médico con el aceptar sangre en nuestro organismo.

Para Dios es más importante la vida que nos ha dado para que con ella llevemos fruto, que la sangre que nos mantiene vivos. Si un poco de la nuestra salva la vida del desangrado ¡gloria a Dios! Si otro da algo de la suya para que yo siga viviendo para servirle y glorificarle ¡Bendito sea!


La única forma de identificarnos para honrar los mandatos de nuestro Dios respecto a la sangre es aceptándola, no en nuestros cuerpos, sino como dádiva hermosa de Cristo cuando derramó la suya para “perdón de pecados”. El aceptar este sacrificio del Hijo de Dios es lo que nos dará la vida, pero la VIDA ETERNA, no unos cuantos años más en este mundo condenado a la destrucción. Podemos entregar incluso nuestra “vida” física en sacrificio (tal y como lo hizo Cristo) a cambio de la vida de nuestro hermano, que también es nuestro prójimo. Pero hacerlo de la manera apropiada tal y como lo manda Dios. Si tanto valor tiene la “sangre” que según ustedes hay que “regalarla” a nuestro hermano para darle “vida” ¿Por qué entonces, en ninguna parte de la Biblia encontramos alguna referencia clara que nos indique, más allá de cualquier duda posible, para que sea utilizada en todo eso que defiendes? ¡Todo lo que está escrito sobre la sangre es en contra de aceptarla! ¡En lo absoluto! ¡Para nada! ¡Hay que derramarla al suelo! ¡Toda referencia a ella es de manera “negativa” y casi se pudiera considerar dicho uso como “dañino”, siendo, al mismo tiempo, “sagrada a los ojos de Jehová de principio a fin.

Lo que no podemos es invertir los términos pues con ello también invertimos los valores. Dios puso la sangre en Adam para después de soplar en él el aliento de vida, fuese un ser viviente. El proceso no fue al revés
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La respuesta anterior aplica a este concepto tuyo también.

La sangre es para la vida del hombre y no la vida para mantener la sangre sin coagularse.

Y volvemos al ¡Depende! mi estimado… ¡Depende! De acuerdo al concepto bíblico (no personal de cada quien) la sangre es “vida” y la “vida” está en la sangre. Como decimos a veces: “el sentimiento es mutuo”. ¿Por qué? Porque sin la vida, no habría sangre y, sin sangre, tampoco habría vida. O todavía otro ejemplo más sencillo y popular quizá: “Sin el huevo no habría pollo y, sin el pollo, no habría huevo” ¿Fácil no?

Dios no es un Drácula que con tal de conservar la sangre de los humanos mira con despreocupación que la gente muera y se haga polvo.

¡Por el contrario Ricardo! La única sangre que él permitió que se derramara fue la de su Hijo Jesús. ¡De nadie más! ¡El no desea el derramamiento de la sangre de nadie! Y así lo manifestó cuando, figurativamente hablando, le expresó a Caín: “Mira, la sangre de tu hermano está clamando a mí desde el suelo”. En otras palabras, la ÚNICA SANGRE QUE JEHOVA DIOS ACEPTA PARA “SALVAR VIDAS” ES LA DE SU HIJO JESÚS… ¡Nada más! ¡Nadie! tiene el derecho de “ofrecer su sangre” para salvar ninguna vida que en realidad ya fue salvada (EN CASO DE HABER SIDO CONVERTIDO) por la sangre “preciosa” de Cristo Jesús.

A Dios no le complace que se sepulte cadáveres con sus venas secas mientras los asistentes las tienen llenas de sangre que pudo haber salvado al ahora difunto.


Despreocúpate de eso. A Jehová lo que le complace, en sumo grado, es ver que esa “vida” está ahora “descansando en el sueño de la muerte”, esperando su promesa de la resurrección y otorgarle el premio a la verdadera “vida”. Daniel fue un ejemplo de dicha promesa: “Y tú Daniel, ve hacia el fin y descansarás, pero te pondrás de pie para su porción al fin de los días”. ¡Hermosas palabras de esperanza! ¡Y claro, Dios no se complace en la muerte que ocasionó satanás, no, por el contrario, Él se complace en la vida, pero no en la vida terrenal, sino en la vida futura de aquellos a quienes ama y, para lograr cumplir su promesa, designó la vida perfecta de JESÚS para que, en correspondencia equitativa de la vida de ADÁN, otro hombre perfecto, se llevara a cabo el verdadero valor de la ÚNICA SANGRE QUE DIOS ACEPTÓ: la de su Hijo amado, quien por derramarla hasta su muerte, liberó a la humanidad de la esclavitud al pecado.

Pocas cosas pueden pesar y doler más sobre la conciencia que el saber que permitimos que alguien muriera por este cruel engaño.

¡Claro, como las muertes innecesarias de miles de personas que, creyendo “cuentos artificiosamente tramados” de falsos maestros que le cantaron a sus oído la “tonada” que querían escuchar, y se dejaron llevar por ese “temor a la muerte” que satanás ha utilizado a la perfección, para que el hombre le vuelva la espalda a Dios en un momento tan trascendental en su vida!

Dios es honrado con la vida que le dedicamos no con la muerte sin sentido.
Dios no es Dios de muertos sino de vivos.

¡Exacto! Dios se complace mucho cuando le dedicamos nuestra vida, pero a su SERVICIO, no al falso servicio de decirle a El, en ciertos momentos cruciales de nuestra vida, que no tiene ningún “derecho” de exigirnos cumplir con algo que “está más allá de lo que no estamos dispuestos a soportar”.

La sangre nunca es más santa que cuando se da por la vida de otros, y nunca es menos santa que cuando se retiene en las venas mientras otros mueren por no recibirla.

Corrección, con tu permiso. La única “sangre” verdaderamente “SANTA” que se dio por la vida de la humanidad fue la que JESÚS DERRAMÓ hasta la muerte. No fue otra ni Dios pide “millones” más. La de Jesús fue suficiente, no hace falta que tú te vuelvas a sacrificar, ni nuestro hermano, ni nuestros amigos por algo que nadie, en este mundo, es digno siquiera de intentarlo. Jesucristo derramó su sangre justa pero pudo no haber muerto por derramarla. El “trabajo” fue completo. Derramó su sangre “hasta la muerte”, tal y como lo había dispuesto Dios. Nosotros podemos “estar dispuestos” inclusive, a dar nuestra vida por nuestros hermanos en caso de algún tipo de circunstancias muy especiales. No es que lo hagamos por cualquier tontera diaria sólo por demostrar nuestro “cristianismo”. ¡Nadie lo interpreta así y creo que tú tampoco! Pero si tú le ofreces “su sangre” a algún “hermano” que la necesite (en el supuesto caso de ser así) entonces tienes que pensar seriamente en algo: estás diciéndole a Dios que la sangre de su Hijo no fue suficiente, que hace falta la tuya porque tu hermano se va a morir.

Antiguamente el modo más impropio de emplear la sangre era comerla; actualmente lo es el no darla y recibirla para perpetuar la vida.

Ese es el concepto que manejas y aceptas, como única opción “moderna” del concepto bíblico. No es el pensamiento de Dios. Además, recuerda que el “mundo entero está en el poder del inicuo”. ¿No crees que el Diablo podría estar manipulando el asunto para que todos hagan lo mismo para pervertir el mandamiento del verdadero amor a Dios? Y como lo dijo muy claro nuestro estimado forista Justino, por alguna razón que ustedes no llegan a comprender, se dio la advertencia de “ABSTENERSE DE SANGRE” en igualdad de condiciones, para ABSTENERSE de otras prácticas comunes de la humanidad.

Saludos mi estimado.
Con toda consideración y respeto.
 
Re: Los testigos cristianos de Jehovà y las transfusiones de sangre.

bueno, según Melviton, Justino y Oro, por lo recalcitrantes que son y por llevar al extremo lo de ABSTENERSE de sangre incluyendo actualmente ( por mandamiento de los líderes de los TJ que dicen que transfundir cae bajo esa ABSTENCION, cosa que no es cierto ) el prohibir el transfundirse ( que para aquella época no existía), efectivamente sí se morirían de hambre, todo por mal interpretar mal la ABSTENCION de la sangre.

Hay que acordarse que la gente de aquella época era gente sencilla y de capacidad limitada y Dios daba las leyes con respecto a algo bien específico, por ejemplo lo que dice Hch 15:29:

“que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; si os guardáis de estas cosas, bien haréis. Pasadlo bien”.

Aquí el abstenerse de la sangre y ahogado era específicamente eso, no comerla ni comer animales ahogados que retienen su sangre una vez muerto. Aquí no cabe la posibilidad de libre interpretación.



Perdón que me meta, pero gustaría saber que piensas con respecto a los israelitas que por algún motivo urgente necesitará sangre???

Debemos recordar como dice edcentinela, "que para esa época no existía" "las transfusiones", por lo tanto todos se hacía solo por la boca para introducir algo en el cuerpo.

¿Como le hacían si se necesitaba sangre???
 
Apreciado Melviton

Apreciado Melviton

Respuesta a Mensaje # 1245:

1 – No es que al fin acepte sino que siempre tuve tal noción y así lo he manifestado desde el principio en este Foro: hay principios generales que rigen sobre todos los particulares que se presenten. Así es también con las Constituciones y todo el código legal con que han de manejarse los juristas.

2 – Es posible que el progreso en la medicina llegue a que otros métodos más seguros y eficaces deje a las transfusiones de sangre como obsoletas. Quizás me digas: -¡Es que ya existen! En tal caso, no tendríamos que preocuparnos pues nunca nos enteraríamos de la muerte de un TJ como ocurriera el pasado mes en la Argentina. Que haya alguna que otra clínica en los EEUU y otros países del primer mundo con esta tecnología, no lo pondría en duda. Pero mientras tanto, en aquellos países y lugares donde una cirugía de urgencia o la asistencia a un desangrado exige la transfusión como único recurso disponible ¿los dejarán seguir muriendo? Por eso hoy pegué aquí la nota de La Nación, Buenos Aires.

3 – Como anteriormente lo dije, la expresión “abstenerse de sangre” de Hch 15:29 era bien comprendida por quienes llegaron a aquel acuerdo unánime y para los destinatarios de la carta. No tenían cómo no asociarlo a lo dicho a Noé y luego por Moisés a Israel en el Levítico. Que se sepa, no se hizo extensible, por ejemplo, a salpicarse o mancharse con sangre ajena, humana o animal. ¿Debemos los lectores de la Biblia -ya entrado el Siglo XX- entender algo más que lo que siempre se entendió?

4 – Nadie puede “alargar un poquito más” los días de su vida más allá de lo que el Eterno haya determinado para cada uno de nosotros. Lo que no debe el hombre es precipitar la muerte sobre sí mismo, ya sea infiriéndosela o negándose a preservarla por los medios provistos.

5 – El sentir de Pablo en Flp 1:20,21 es también el de todo cristiano genuino hoy día:

“como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte. Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia”.

No vivimos pendientes de aquella antigua acusación de Satanás -que ya viciosamente citan-, “piel por piel”, sino que sabemos que el “partir y estar con Cristo, es muchísimo mejor”, pero el seguir aquí puede ser necesario por causa de los demás (vs.22-24).

El que dona sangre –y no la vende-, no antepone sus propios intereses sino el de los receptores que probablemente nunca llegue a conocer.

El amor al prójimo se echa más de ver en el que la da que en el que la retiene, por más que invoque una disposición divina que en la Biblia no se lee, y ni siquiera se sugiere por los textos que mandan no comer sangre.

6 - Tras la redención efectuada con el derramamiento de la sangre de Cristo, ya no es necesario derramar sangre en tierra ni sobre los altares.

Transferir algo de la nuestra para que otros vivan no contradice la perfecta voluntad de Dios, sino que está dentro de los principios divinos que Jesús enseñó y nos dio el mejor ejemplo.

7 - Por supuesto que ninguna circunstancia de extrema necesidad convierte una clara y expresa “Ley de Dios” en una “interpretación antojadiza” que justifique la desobediencia, pero el problema está que esto no aplica a las transfusiones de sangre, ya que no existe en las Escrituras tal “clara y expresa Ley de Dios”, sino, más bien, lo contrario a lo que se pretende: dar y recibir la sangre con su vida.

8 – Precisamente, la primera transfusión fue de sangre de oveja y fracasó. Luego se siguió fracasando pues a pesar de ser sangre humana no era compatible. Luego que se distinguieron los diferentes grupos sanguíneos se adelantó. Esa idea fija de falta de respeto a la orden de Dios y a la misma sangre sólo sirve para que repitiéndola muchas veces alguno termine por convencerse.

9 – Indudablemente que el paso del tiempo no altera los designios de Dios, pero que actualmente Dios haya alumbrado la inteligencia de los médicos y científicos para descubrir vacunas y eficaces tratamientos que antes diezmaban las poblaciones, es una realidad por la que le estamos reconocidos. Hay ahora técnicas de resucitación a las que quizás se opondrían teólogos medievales, que dejando de latir el corazón pensaban que ya más nada se podía hacer. Nuestra obediencia a Dios promete larga vida y no acortarla por seguir el criterio de algunos hombres.

10 – La ofrenda de la sangre de Jesucristo fue para otorgarnos la vida eterna. La sangre que donamos apenas evita temporalmente la muerte del receptor. Pero que este efecto parezca efímero al lado de la redención no lo hace despreciable para el que se halla en riesgo mortal.

11 – Si bien vivimos nuestra vida temporal ante la expectativa de la eterna, no descuidamos esta ni la tenemos en poco cuando pensamos todo lo que podemos hacer por el bien de los demás llevándoles el mensaje de salvación. No necesariamente el interés de seguir con vida está fundado en un sentimiento egoísta. Podría llegar a ser mucho más egoísta todavía el sentimiento de que se acabe pronto.

12 – A cualquiera de nosotros nos es más fácil y cómodo negarnos a dar sangre. A mí me ha ocasionado feas sensaciones de mareo y náuseas. Sin embargo, por corresponder a la necesidad de los que me lo pidieron, lo hice. No recibí transfusiones; pero si algún día me fueran necesarias las recibiría pero no por temor a la muerte sino porque Dios siguiera usando mi vida. Este dar y recibir lo hacemos convencidos del pleno derecho que Dios tiene sobre nuestra sangre: su propio ejemplo fue el de dar no el de escatimar (Ro 8:32).

13 - Cuando dije que:

“La sangre nunca es más santa que cuando se da por la vida de otros, y nunca es menos santa que cuando se retiene en las venas mientras otros mueren por no recibirla”

fue respondiendo a lo que tú mismo habías dicho:

“La ley respecto a la santidad de la sangre era anterior a la existencia del pueblo judío, se incorporó al conjunto de leyes mosaicas que Dios les entregó por mediación de aquel caudillo, Moisés, y se extendió su observancia a la comunidad cristiana”.

14 – Por supuesto que sí creo que el diablo esté manipulando todo este asunto para pervertir el mandamiento del verdadero amor a Dios y al prójimo, incluyendo hermanos, amigos y enemigos.

Te saludo cordialmente con la misma consideración y respeto.
 
Re: Los testigos cristianos de Jehovà y las transfusiones de sangre.

6 - Tras la redención efectuada con el derramamiento de la sangre de Cristo, ya no es necesario derramar sangre en tierra ni sobre los altares.

Transferir algo de la nuestra para que otros vivan no contradice la perfecta voluntad de Dios, sino que está dentro de los principios divinos que Jesús enseñó y nos dio el mejor ejemplo.

¿Como que no la contradice??? Contradice y viola una ley, pues en eso consiste obedecer la ley de Dios cueste lo cueste;

1Sa 15:22 A su vez Samuel dijo: “¿Se deleita tanto Jehová en ofrendas quemadas y sacrificios como en que se obedezca la voz de Jehová? ¡Mira! El obedecer es mejor que un sacrificio, el prestar atención*que la grasa de carneros;

Mat 10:37 El que le tiene mayor cariño a padre o a madre que a mí no es digno de mí; y el que le tiene mayor cariño a hijo o a hija que a mí no es digno de mí.
Mat 10:38 Y cualquiera que no acepta su madero de tormento y sigue en pos de mí no es digno de mí.
Mat 10:39 El que halle su alma la perderá, y el que pierda su alma por causa de mí la hallará.
 
Re: Los testigos cristianos de Jehovà y las transfusiones de sangre.

¿Como que no la contradice??? Contradice y viola una ley, pues en eso consiste obedecer la ley de Dios cueste lo cueste;

Pues entonces no violen la ley del amor de Cristo estimados TJ, no dejen morir niños (ya no maten) y den de su propia vida (sean generosos) para que otros vivan 8poner su vida por otros), ayúdense de esa manera (no os olvideis de la ayuda mutua) busquen y sigan la paz, dejen la hipocresia de dejarse transfundir todo tipo de derivados hemáticos al tiempo que dicen no transfundirse) , sométanse a toda autoridad ( ya dejen de liar contra las autoridades médicas)....

Dejen de utilizar premisas falsas, de torcer la Palabra..en fin, tienen demasiadas cuentas pendientes al atentar contra la Verdad.

Y si un día les fuese dado, entiendan y conviértanse de todo su corazón a Jesucristo.

Saludos.
 
Re: Los testigos cristianos de Jehovà y las transfusiones de sangre.

Pues entonces no violen la ley del amor de Cristo estimados TJ, no dejen morir niños (ya no maten) y den de su propia vida (sean generosos) para que otros vivan 8poner su vida por otros), ayúdense de esa manera (no os olvideis de la ayuda mutua) busquen y sigan la paz, dejen la hipocresia de dejarse transfundir todo tipo de derivados hemáticos al tiempo que dicen no transfundirse) , sométanse a toda autoridad ( ya dejen de liar contra las autoridades médicas)....

Dejen de utilizar premisas falsas, de torcer la Palabra..en fin, tienen demasiadas cuentas pendientes al atentar contra la Verdad.

Y si un día les fuese dado, entiendan y conviértanse de todo su corazón a Jesucristo.

Saludos.

¿Apoco crees que por tan poquita sangre que das y que pisoteas la ley de Dios ya sacrificaste la vida?

Para eso hay otros métodos, si fuéramos Hipócritas como ustedes comprenderán, agarraríamos la ley de Dios sin de peso como le hacen ustedes.

Primero esta Dios y el seguir el modelo de Cristo y ya luego esta lo demás;

Mat 6:33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

Mat 10:37 El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí;
Mat 10:38 y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.
Mat 10:39 El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.

Esto nunca lo entenderás, pues adoras a Dios a tu medida y no la de Él.
 
Re: Los testigos cristianos de Jehovà y las transfusiones de sangre.

¿Apoco crees que por tan poquita sangre que das y que pisoteas la ley de Dios ya sacrificaste la vida?

.

No has entendido no serás capaz de entender el cristianismo Espasmo; yo no tengo vida en mi mismo, hace tiempo morí a mi viejo hombre, entregúe m vida y mi alma a Él y no, no amé a mi madr eni mi madre màs que Él cuando me llamó; ni amé más a nadie más, ni he dejado mi cruz, n halle mi propia vida pue slo hallé a Él.

Ya no vivo yo ,mas vive Cristo en mi; toda mi vida le pertenece a Él que es el Autor de la vida.

Y Él, quien es mi Maestro, me enseñó a darme a mi mismo por mis amigos. A dar de esta vida que late en mi interior para que otro viva, así lo he hecho y lo seguiré haciendo si es necesario.

Así que dejen ya la hipocresía estimados TJ que bien que aceptan el regalo de la vida de donadores cristianos; si. Lo hacen cada que aceptan de nosotros paquetes globulares, plaquetas, derivados hemáticos, factores de la coagulación, células madre, transplante de médula, transplante de tejidos y d eórganos...bien que aceptan nuestro regalo de vida, nuestro regalo de amor; y no, no esperamos absolutamente nada de Uds. a cambio de ello.

Hipócritas russellistas!
 
Re: Los testigos cristianos de Jehovà y las transfusiones de sangre.

No has entendido no serás capaz de entender el cristianismo Espasmo; yo no tengo vida en mi mismo, hace tiempo morí a mi viejo hombre, entregúe m vida y mi alma a Él y no, no amé a mi madr eni mi madre màs que Él cuando me llamó; ni amé más a nadie más, ni he dejado mi cruz, n halle mi propia vida pue slo hallé a Él.
Ya no vivo yo ,mas vive Cristo en mi; toda mi vida le pertenece a Él que es el Autor de la vida.
¡Pues no dudo que hayas estado buscando a "ese" que dices "hallaste"! Lo que dudo es que hayas en realidad encontrado lo que dices que "encontraste". Para empezar, Cristo es el "medio de salvación del Padre", no el "autor" de la salvación como "fuente" de la misma. La "Fuente" verdadera de quien procede toda la vida es el Padre del Cristo, no el Cristo. El vocablo "Cristo" significa "ungido", y si fue "ungido", tiene que haber recibido dicho reconocimiento de otra fuente diferente a él, de una fuente con autoridad para ungir. Así que no exageres y digas que estás hablando del "Cristo" Hijo de Dios. Tú de quien estás hablando es de un "Cristo" que es "Dios"; por lo tanto, ese no es el "Cristo Jesús" al que se refiere la Biblia.
Y Él, quien es mi Maestro, me enseñó a darme a mi mismo por mis amigos. A dar de esta vida que late en mi interior para que otro viva, así lo he hecho y lo seguiré haciendo si es necesario.

Pues entonces seguirás anteponiendo tu justicia a la justicia de Dios. Es Dios quien determina las reglas, no tú. Y por ahora, las reglas están claras. Cristo Jesús es el único que fue autorizado para entregar esa "vida" perfecta y sin mácula, derramando su preciosa sangre (la única que Jehová Dios aceptó) como de valor para remisión de pecados) sobre el altar del sacrificio terrestre.
Así que dejen ya la hipocresía estimados TJ que bien que aceptan el regalo de la vida de donadores cristianos; si. Lo hacen cada que aceptan de nosotros paquetes globulares, plaquetas, derivados hemáticos, factores de la coagulación, células madre, transplante de médula, transplante de tejidos y d eórganos...bien que aceptan nuestro regalo de vida, nuestro regalo de amor; y no, no esperamos absolutamente nada de Uds. a cambio de ello.

Hipócritas russellistas!
Creo que adoleces de un histrionismo emocional muy característico de las iglesias evangélicas tradicionales, aunque no seas más que un disidente descontento y separado de lo que de seguro te avergüenza: el falso ecumenismo de tus correligionarios nominales y escogiste pertenecer a un movimiento "sin nombre", sin "genealogía"; "lobos solitarios" que se apacientan a sí mismos y critican con sarcasmo a todo aquel que no congenie con su forma de "entender" las Escrituras; desde su pobre perspectiva que no alcanza más allá de sus narices. Tus "cariñosos" apelativos te identifican a la perfección y no dejan nada que edificar con lo que evidentemente, llena tu corazón.

Creo que estás hilando muy delgado al confundir peras con manzanas. Si la sangre es considerada como "tejido" al igual que otros órganos considerados como "tejidos" en cuanto a su estructura molecular, es una cosa y otra, totalmente diferente, es refugiarse en falacias dignas de una mente dominada por el prejuicio y el fanatismo radical característico en casi todas las "sectas" evangélicas que, hoy por hoy, pululan por el mundo como "abejones de mayo", cambiando y haciendo enormes desplantes de "emociones descontroladas" al servicio de la incomprensión e intolerancia volitivas que ridiculizan al mismísimo "dueño" que pretenden servir.

Saludos.
 
Re: Los testigos cristianos de Jehovà y las transfusiones de sangre.

¡Pues no dudo que hayas estado buscando a "ese" que dices "hallaste"! Lo que dudo es que hayas en realidad encontrado lo que dices que "encontraste". Para empezar, Cristo es el "medio de salvación del Padre", no el "autor" de la salvación como "fuente" de la misma. La "Fuente" verdadera de quien procede toda la vida es el Padre del Cristo, no el Cristo. El vocablo "Cristo" significa "ungido", y si fue "ungido", tiene que haber recibido dicho reconocimiento de otra fuente diferente a él, de una fuente con autoridad para ungir. Así que no exageres y digas que estás hablando del "Cristo" Hijo de Dios. Tú de quien estás hablando es de un "Cristo" que es "Dios"; por lo tanto, ese no es el "Cristo Jesús" al que se refiere la Biblia.


Pues entonces seguirás anteponiendo tu justicia a la justicia de Dios. Es Dios quien determina las reglas, no tú. Y por ahora, las reglas están claras. Cristo Jesús es el único que fue autorizado para entregar esa "vida" perfecta y sin mácula, derramando su preciosa sangre (la única que Jehová Dios aceptó) como de valor para remisión de pecados) sobre el altar del sacrificio terrestre.

Creo que adoleces de un histrionismo emocional muy característico de las iglesias evangélicas tradicionales, aunque no seas más que un disidente descontento y separado de lo que de seguro te avergüenza: el falso ecumenismo de tus correligionarios nominales y escogiste pertenecer a un movimiento "sin nombre", sin "genealogía"; "lobos solitarios" que se apacientan a sí mismos y critican con sarcasmo a todo aquel que no congenie con su forma de "entender" las Escrituras; desde su pobre perspectiva que no alcanza más allá de sus narices. Tus "cariñosos" apelativos te identifican a la perfección y no dejan nada que edificar con lo que evidentemente, llena tu corazón.

Creo que estás hilando muy delgado al confundir peras con manzanas. Si la sangre es considerada como "tejido" al igual que otros órganos considerados como "tejidos" en cuanto a su estructura molecular, es una cosa y otra, totalmente diferente, es refugiarse en falacias dignas de una mente dominada por el prejuicio y el fanatismo radical característico en casi todas las "sectas" evangélicas que, hoy por hoy, pululan por el mundo como "abejones de mayo", cambiando y haciendo enormes desplantes de "emociones descontroladas" al servicio de la incomprensión e intolerancia volitivas que ridiculizan al mismísimo "dueño" que pretenden servir.

Saludos.

Luego de tu catarsis y tu concebida filosofía de la animadversión hacia el cristianismo y los cristianos ¿podrías contribuir aunque sea con un pizca al tema?

Recuerda que el tema no soy yo, ni tampoco somos los cristianos, sino las transfusiones de sangre y los auto-proclamados "testigos" de Jehová. Ee es el tema, no otro.

Aprovecho este tu desliz anticristiano para decirte que leas mejor; que yo en realidad lo que dije es que "Jesucristo es el Autor de la vida" (Hch 3:15) pues es Dios, pero ya que lo mencionas también es el autor de mi salvación (Heb 2:10; 5:9), por la misma razón: el Señor Jesucristo es Dios hecho Hombre.

Concéntrate amigo.

Saludos.
 
Re: Los testigos cristianos de Jehovà y las transfusiones de sangre.

Volviendo al tema.

Entre las premisas más repetidas por los seguidores de Russell están el querer pervertir la Palabra alegando que un tejido vivo que es para vida, es sinónimo de comida que va a la letrina.

El otro slogan que enarbolan en su simulación es la idea de que matar y dejarse matar solo porque si, es sinónimo a obedecer a Dios..

Este par de absurdos so de lo muy poco que pueden alegar los de la secta de los auto-proclamados "testigos" -falsos testigos- de Jehová.

Saludos.
 
Re: Apreciado Melviton

Re: Apreciado Melviton

Respuesta a Mensaje # 1245:

1 – No es que al fin acepte sino que siempre tuve tal noción y así lo he manifestado desde el principio en este Foro: hay principios generales que rigen sobre todos los particulares que se presenten. Así es también con las Constituciones y todo el código legal con que han de manejarse los juristas.

Entonces ¿Estás de acuerdo que el uso de "sangre" es un "principio general" para no utilizarla de forma indebida en nada que tenga que ver con introducirla al cuerpo de la forma que fuera? Recuerda que el prohibir Jehová Dios el "comer la carne juntamente con la sangre" fue establecido un pecado grave que merecía muerte. Jehová no se estaba refiriendo única y exclusivamente a un aspecto especial en la dieta del hombre a partir de ese momento en adelante (Noé). No, más bien se refería a una advertencia sobre el irrespeto que se incurriría en comer la carne animal (como nueva alimentación de la raza humana) juntamente con la sangre de dicha carne. ¿Por qué fue dada esta orden? ¿Por un aspecto netamente dietético? ¡No, para nada! Fue necesario que Dios se refiriera a la sangre, precisamente, por el "propósito" que se había trazado con lo de la "descendencia" (Cristo) y su redención en sacrificio derramando "el verdadero Cordero de Dios" la sangre, mediante la cual, la humanidad recobraría la esperanza de vivir para siempre. No tiene sentido deducir que "únicamente" la prohibición de "no comerla" se circunscribía a la acción de "introducirla por la boca" pero que se daba a entender que se podía "introducir" por otros medios que, aunque no fueran conocidos y muchos menos costumbre, serían aceptados por el Creador.

2 – Es posible que el progreso en la medicina llegue a que otros métodos más seguros y eficaces deje a las transfusiones de sangre como obsoletas. Quizás me digas: -¡Es que ya existen! En tal caso, no tendríamos que preocuparnos pues nunca nos enteraríamos de la muerte de un TJ como ocurriera el pasado mes en la Argentina. Que haya alguna que otra clínica en los EEUU y otros países del primer mundo con esta tecnología, no lo pondría en duda. Pero mientras tanto, en aquellos países y lugares donde una cirugía de urgencia o la asistencia a un desangrado exige la transfusión como único recurso disponible ¿los dejarán seguir muriendo? Por eso hoy pegué aquí la nota de La Nación, Buenos Aires.

Mi estimado Ricardo. El punto no es que digas como no muy convencido "¡Es que ya existen!" como si ignoraras que en realidad "sí" existen. Es que ese es el problema, que a veces pareciera que no deseas aceptar ni siquiera conceptos que ya están más que probados y que en realidad se están poniendo en práctica debido a la gran cantidad de riesgos que se derivan de las transfusiones de sangre que equivale –según el criterio de algunos profesionales de la medicina– (claro, exceptuando a tu correligionario OSO) a ponerle al paciente una pistola cargada y que tenga la suerte, al momento de halar del gatillo, que al primer intento no se dispare el arma con consecuencias mortales. Evitar enfrentarse con la realidad de la vida evitando toda mención afirmativa por temor a que te "identifiques" o te "relacionen" de alguna manera, con los "fanáticos religiosos sectarios" que andan por el mundo diciendo que "hay que dejar morir a nuestros hijos porque de ninguna manera aceptamos que ellos sean "salvados" por la medicina moderna" según el enfoque en que se presenta la noticia, así será también la reacción por parte de la comunidad mundial.

3 – Como anteriormente lo dije, la expresión “abstenerse de sangre” de Hch 15:29 era bien comprendida por quienes llegaron a aquel acuerdo unánime y para los destinatarios de la carta. No tenían cómo no asociarlo a lo dicho a Noé y luego por Moisés a Israel en el Levítico. Que se sepa, no se hizo extensible, por ejemplo, a salpicarse o mancharse con sangre ajena, humana o animal. ¿Debemos los lectores de la Biblia -ya entrado el Siglo XX- entender algo más que lo que siempre se entendió?

Los rituales propios de la costumbre de "rociar" con sangre "salpicándo" al pueblo con ella, no significa que dichos mecanismos propios de la ley mosaica tuvieron que repetirse para que la orden de "abstenerse de sangre" cobrara vida en el amplio sentido del término a la dispensación cristiana. Eso es como desvirtuar el "valor intrínseco" que traía consigo el ritual: "una sombra de las cosas por venir, más la realidad pertenecía al Cristo".

4 – Nadie puede “alargar un poquito más” los días de su vida más allá de lo que el Eterno haya determinado para cada uno de nosotros. Lo que no debe el hombre es precipitar la muerte sobre sí mismo, ya sea infiriéndosela o negándose a preservarla por los medios provistos.

Punto uno. Pareciera que "tejes" una contradicción con tus mismas palabras. Que nadie pueda alargar un "codo" a la vida de uno es cierto. Pero que el "Eterno" determine hasta dónde llegará nuestra "vida" actual es como creer en la predestinación y eso es contrario al verdadero espíritu que permite al hombre hacer uso de su "albedrío" dentro de ciertos límites propios de nuestro actual estado pecaminoso. Por otra parte, dices que si "precipitamos la muerte" de alguien porque le negamos el derecho a seguir viviendo por nuestra negativa de brindarle nuestra sangre, es contradictorio también. Si Dios ya tiene establecido el límite de vida para cada cual, entonces dentro de ese concepto, estaría también contemplado esa negativa que hizo que "fulano o sutano" no se beneficiaran de algo que me negué a brindarle. ¡En tal caso Dios sería culpable también de nuestra negativa de donar sangre por cuanto permitió el hecho acelerando la muerte de mi "prójimo"; muerte esta que ya la tenía contemplada (prematura) porque el decide –desde tu punto de vista– el destino de vida y muerte de la humanidad ¿Comprendes el contrasentido?

5 – El sentir de Pablo en Flp 1:20,21 es también el de todo cristiano genuino hoy día:

“como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte. Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia”.

Esto en nada contradice nuestra teología ni la forma en que adoramos a Dios el Padre por medio de Jesucristo. ¿Cómo hemos de "magnificar" al Señor en nuestro cuerpo? Por medio de acatar dócilmente y con humildad su obediencia a las justas normas de Dios y ponerlas en práctica en nuestra vida. Si realmente confiamos en Dios, no temeremos a la muerte; no antepondremos "piel en el interés de piel" porque la vimos "peluda" cuando se nos puso ante la disyuntiva de tener que decidir entre "morir y vivir". Si escogemos la vida en Cristo, entonces estamos escogiendo también la muerte en sacrificio en obedecer el mandato de abstenernos de sangre, aunque dicha aceptación pudiera brindarnos (no es seguro de ninguna manera) la continuación de la vida humana por un tiempo más, so pretexto de estarla protegiendo para servicio exclusivo de Dios.

No vivimos pendientes de aquella antigua acusación de Satanás -que ya viciosamente citan-, “piel por piel”, sino que sabemos que el “partir y estar con Cristo, es muchísimo mejor”, pero el seguir aquí puede ser necesario por causa de los demás (vs.22-24).

No es que vivamos pendientes de lo que dijo o no satanás. En esto estamos de acuerdo. Lo que hay que tener pendiente son las órdenes divinas dadas a los hombres que tienen que ver con nuestra obediencia a dichas leyes. "Piel en el interés de piel" no fue una calumnia satánica como si el hombre no hubiese manifestado, desde el mismísimo momento en que entró la imperfección en él, siempre echándole la culpa a alguien de su mala actuación. A Cristo se le ama de verdad, no de mentirillas; la fe se demuestra con hechos, no con palabras; cuando Pablo dijo que el morir en Cristo es ganancia, hay que entender la magnitud de su mensaje. Decirlo es muy fácil y recitarlo desde el púlpito, en medio de emociones descontroladas, mucho más fácil porque se está actualmente mecánicamente en respuesta a un sentimiento engañoso de un falso espíritu "cristiano", cuando de cristiano no tiene pero ni la primera letra. No nos engañemos mi estimado Ricardo. La falsa religiosidad es una de los principales argumentos que el Diablo emplea para separarnos del verdadero amor de Dios.

El que dona sangre –y no la vende-, no antepone sus propios intereses sino el de los receptores que probablemente nunca llegue a conocer.

El que dona sangre se hace culpable también de que dicha sangre se utilice, bajo su responsabilidad por ser donante voluntario, de forma indebida y que por dicha causa irresponsable, tanto espiritual como física, no le importe le uso que inclusive pudiera ser mortal. Se han dado miles de casos que la persona recién transfundida ha muerto ¡PRECISAMENTE POR RECIBIR SANGRE! y ¡Nadie dice nada!

El amor al prójimo se echa más de ver en el que la da que en el que la retiene, por más que invoque una disposición divina que en la Biblia no se lee, y ni siquiera se sugiere por los textos que mandan no comer sangre.

¡Depende de lo que des o que te den. Si es la vida la que ofreces a favor de tu hermano, pues eso sí está en armonía con la voluntad de Dios. Si se da sangre contraviniendo la advertencia para no aceptarla de acuerdo a lo que claramente estipula Hechos 15:29, entonces estaríamos contraviniendo voluntariosamente una clara orden de Dios. Repito, el término "abstenerse" permite muchas interpretaciones. ¿Cuál escogeríamos? Para ti y para mí, la que esté a favor de nuestra teología. Sin embargo, si hiciéramos una encuesta mundial para analizar en base a "definición" del término "abstenerse", creo que la balanza se inclinaría a creer que el "abstenerse" deja abierta la posibilidad para que vaya "más allá" del simple "comer" sangre; se llegaría a la afirmación sin ningún temor a equivocarse, de que la abstención obedece más bien a no recibir "sangre" de ninguna manera, no introducirla al cuerpo por ningún medio que se utilice. Más bien la advertencia "absténgase de sangre" obedece a respetar el uso inapropiado que le demos a la sangre por temor de contaminar nuestro cuerpo con sangre animal y, muchísimo menos, tratándose de sangre humana.

6 - Tras la redención efectuada con el derramamiento de la sangre de Cristo, ya no es necesario derramar sangre en tierra ni sobre los altares.

Ni para salvar vidas tampoco. Ya Cristo lo hizo por nosotros.

Transferir algo de la nuestra para que otros vivan no contradice la perfecta voluntad de Dios, sino que está dentro de los principios divinos que Jesús enseñó y nos dio el mejor ejemplo.

¡El mejor ejemplo que Jesús nos dio fue el dar su vida por la humanidad obediente! ¡Su sangre fue la única que Jehová aceptó y permitió que fuera derramada como única forma en que era permitido. Por dicho concepto fue que Dios la declaró como "sagrada" desde los días de Noé.

7 - Por supuesto que ninguna circunstancia de extrema necesidad convierte una clara y expresa “Ley de Dios” en una “interpretación antojadiza” que justifique la desobediencia, pero el problema está que esto no aplica a las transfusiones de sangre, ya que no existe en las Escrituras tal “clara y expresa Ley de Dios”, sino, más bien, lo contrario a lo que se pretende: dar y recibir la sangre con su vida.

Y volvemos a lo mismo mi estimado. El que tú interpretes que no "aplica a las transfusiones" es tu opinión y, como tal, la respeto muchísimo. Pero tu opinión no está por encima de lo que se colige de la investigación respecto a la declaratoria de "abstenerse de sangre". Tampoco, acepto, que mi opinión sí vale. Pero la opinión de nuestra organización está basada, no sólo en un simple "texto" aislado que, aunque sea enfático y claro como el cristal, existen otros que ayudan a "armar el rompecabezas" con respecto al uso apropiado e inapropiado de la sangre como medio de salvación.

8 – Precisamente, la primera transfusión fue de sangre de oveja y fracasó. Luego se siguió fracasando pues a pesar de ser sangre humana no era compatible. Luego que se distinguieron los diferentes grupos sanguíneos se adelantó. Esa idea fija de falta de respeto a la orden de Dios y a la misma sangre sólo sirve para que repitiéndola muchas veces alguno termine por convencerse.

Analiza algo muy importante y muy revelador. Es cierto que el hombre ha venido dando "palos de ciego" al aire en su caminar por el sendero de la vida desde que fue creado. Poco a poco ha ido acumulando conocimientos, unos por accidente, otros por investigación y quizás algunos por "revelación". Al principio, cuando comenzó a incursionar en el asunto de las transfusiones sanguíneas, determinó, miles de años después, que la sangre podía "salvar vidas" por medio de introducirla al organismo directamente a la sangre de este en vez de comerla "saltándose" el paso "prohibido" por Dios para hacerlo y evitándose, con ello, el rechazo de nuestro Creador. Ahora bien, si mientras el hombre "experimentaba" las transfusiones durante muchos siglos, y mientras tanto murieron miles de personas por el desconocimiento de los factores Rh para evitar incompatibilidades, viene la pregunta del millón ¿Por qué Dios, a sabiendas de los riesgos implicados en dicho experimento, no advirtió al hombre y lo puso sobre aviso para que se evitaran tantas muertes innecesarias? Si él vio siempre con buenos ojos el hecho de salvar vidas humanas introduciendo "sangre" al cuerpo humano, por qué, a su vez, permitió indolentemente, todas las muertes que dicha práctica provocó? ¿No sería más razonable pensar y deducir que por algo fue que siempre estuvo en contra de no permitir siquiera "comer" sangre de ningún tipo (animal) y muchísimo menos sangre humana por considerarlo una ofensa grave? Jehová Dios conoce muy bien la composición de la sangre. El conoce muy bien su complejidad y los riesgos que su práctica acarrearía a la humanidad! Si el prohibió su uso como "alimento" en la dieta del hombre fue por razones de seguridad.

9 – Indudablemente que el paso del tiempo no altera los designios de Dios, pero que actualmente Dios haya alumbrado la inteligencia de los médicos y científicos para descubrir vacunas y eficaces tratamientos que antes diezmaban las poblaciones, es una realidad por la que le estamos reconocidos. Hay ahora técnicas de resucitación a las que quizás se opondrían teólogos medievales, que dejando de latir el corazón pensaban que ya más nada se podía hacer. Nuestra obediencia a Dios promete larga vida y no acortarla por seguir el criterio de algunos hombres.

Perdona, pero no creemos tampoco en que Dios haya iluminado las mentes de las personas de este mundo, por el cual ni siquiera Jesús pidió en oración a su Padre. Jesús pidió por sus apóstoles para que fueran vigilados y protegidos por Dios de los peligros de este mundo que, desde el principio, está condenado a desaparecer (me refiero al mundo del sistema actual de cosas gobernado por el "dios" de este siglo). Dios no ilumina ni a los "sabios", ni a los "intelectuales", ni a los "ricos", ni a los "poderosos" del mundo como premio por sus actos "heróicos" de mantener a la humanidad más bien "embrutecida" y alejada de la espiritualidad y fe que la ciencia, a pesar de tantos logros cómodos y que nos han traído satisfacción tecnológica de gran ayuda, se ha encargado de destruir y se ha erigido como SUPREMO DIOS de ateos y religiosos de oficio de este mundo.

10 – La ofrenda de la sangre de Jesucristo fue para otorgarnos la vida eterna. La sangre que donamos apenas evita temporalmente la muerte del receptor. Pero que este efecto parezca efímero al lado de la redención no lo hace despreciable para el que se halla en riesgo morta
.

Despreciable es el creer que Dios se presta al jueguito macabro de satanás. Y dices que la "sangre que donamos apenas evita temporalmente la muerte del receptor", cuando en realidad, ha sido la causa de muerte en miles de casos por las razones que sean. Si la sangre es vida y es obligación donarla para cumplir con nuestra obligación de preservar la vida, sea como sea que la entendamos, entonces dicho "medio salvador" no es más que un "medio imperfecto e inseguro" que ha ocasionado también la muerte de miles de personas.

11 – Si bien vivimos nuestra vida temporal ante la expectativa de la eterna, no descuidamos esta ni la tenemos en poco cuando pensamos todo lo que podemos hacer por el bien de los demás llevándoles el mensaje de salvación. No necesariamente el interés de seguir con vida está fundado en un sentimiento egoísta. Podría llegar a ser mucho más egoísta todavía el sentimiento de que se acabe pronto.

Ni lo uno ni lo otro mi estimado. Si vivimos hasta que nos llegue la hora pues, ¡Bendito sea el nombre de Jehová! Aunque esté muerto, Jehová me mantendrá en su memoria si soy merecedor de su bondad inmerecida. ¡Y nadie diría que el terminar rápídamente con nuestra vida sea, de ninguna manera, sea una demostración de "egoísmo". Por el contrario, el querer retenerla cuando nos vemos de cara a la muerte por respetar una orden de Dios, es donde se aplican las palabras de Pablo: "el morir es Cristo y vivir también".

12 – A cualquiera de nosotros nos es más fácil y cómodo negarnos a dar sangre. A mí me ha ocasionado feas sensaciones de mareo y náuseas. Sin embargo, por corresponder a la necesidad de los que me lo pidieron, lo hice. No recibí transfusiones; pero si algún día me fueran necesarias las recibiría pero no por temor a la muerte sino porque Dios siguiera usando mi vida. Este dar y recibir lo hacemos convencidos del pleno derecho que Dios tiene sobre nuestra sangre: su propio ejemplo fue el de dar no el de escatimar (Ro 8:32).

Te repito, la única sangre que Dios aceptó para que fuera entregada para salvar la preservación de la especie humana, fue la de su Hijo Unigénito. Ninguna otra sangre es permitida para redención de pecados. La Advertencia de hechos 15 no es temporal, es indefinido. Se tiene que derramar al suelo en señal de respeto en reconocimiento del valor del sacrificio de nuestro Señor.

13 - Cuando dije que:

“La sangre nunca es más santa que cuando se da por la vida de otros, y nunca es menos santa que cuando se retiene en las venas mientras otros mueren por no recibirla”

fue respondiendo a lo que tú mismo habías dicho:

“La ley respecto a la santidad de la sangre era anterior a la existencia del pueblo judío, se incorporó al conjunto de leyes mosaicas que Dios les entregó por mediación de aquel caudillo, Moisés, y se extendió su observancia a la comunidad cristiana”.

Lo que mencionas de primero en este punto 13, si te refieres a que la "sangre" es santa cuando se "da por la vida de otros" y que "nunca es menos santa que cuando se retiene en las venas mientras otros mueren por no recibirla", es totalmente válido, siempre y cuando te refieras al sacrificio de Jesús. El sí cumplió a cabalidad con esta misión.

14 – Por supuesto que sí creo que el diablo esté manipulando todo este asunto para pervertir el mandamiento del verdadero amor a Dios y al prójimo, incluyendo hermanos, amigos y enemigos.

¡Estoy de acuerdo contigo en esto!

Saludos y gracias por tu educación y gentileza Ricardo. En verdad disfruto cuando explico, no cuando se responde a insultos.


 
Re: Los testigos cristianos de Jehovà y las transfusiones de sangre.

Luego de tu catarsis y tu concebida filosofía de la animadversión hacia el cristianismo y los cristianos ¿podrías contribuir aunque sea con un pizca al tema?

Recuerda que el tema no soy yo, ni tampoco somos los cristianos, sino las transfusiones de sangre y los auto-proclamados "testigos" de Jehová. Ee es el tema, no otro.

Aprovecho este tu desliz anticristiano para decirte que leas mejor; que yo en realidad lo que dije es que "Jesucristo es el Autor de la vida" (Hch 3:15) pues es Dios, pero ya que lo mencionas también es el autor de mi salvación (Heb 2:10; 5:9), por la misma razón: el Señor Jesucristo es Dios hecho Hombre.

Concéntrate amigo.

Saludos./QUOTE]

A ti como que se te está haciendo costumbre lanzar las "pedradas" y que quiebre techos pero, al mismo tiempo, escondes la mano y luego, como si no fuera contigo la vaina, sales y preguntas ¡Yo no he hecho ni dicho nada! ¿Por qué la agarran conmigo?

Te la has pasado insultándonos a más no poder y de hasta "asesinos" y "escoria humana" nos has tratado y eres tú el "resentido" y "ofendido" cuando intentamos defendernos de acuerdo a nuestro derecho y ni siquiera tienes la decencia de aceptar, como todo un verdadero "cristiano", que tienes fobia y de la brava, de la dañina que empaña tu mente y retuerce tu alma. Discúlpame mi estimado, pero tu desprecio por nuestra organización es evidente y me recuerda a los fariseos hipócritas del tiempo de Jesús, cuando le decían toda suerte de insultos e injurias y luego se hacían los desentendidos y ponían carita de "yo no fui".
 
Re: Los testigos cristianos de Jehovà y las transfusiones de sangre.

A ti como que se te está haciendo costumbre lanzar las "pedradas" y que quiebre techos pero, al mismo tiempo, escondes la mano y luego, como si no fuera contigo la vaina, sales y preguntas ¡Yo no he hecho ni dicho nada! ¿Por qué la agarran conmigo?

Te la has pasado insultándonos a más no poder y de hasta "asesinos" y "escoria humana" nos has tratado y eres tú el "resentido" y "ofendido" cuando intentamos defendernos de acuerdo a nuestro derecho y ni siquiera tienes la decencia de aceptar, como todo un verdadero "cristiano", que tienes fobia y de la brava, de la dañina que empaña tu mente y retuerce tu alma. Discúlpame mi estimado, pero tu desprecio por nuestra organización es evidente y me recuerda a los fariseos hipócritas del tiempo de Jesús, cuando le decían toda suerte de insultos e injurias y luego se hacían los desentendidos y ponían carita de "yo no fui".

Amigo, requiero explicar algo:

Este es un foro de discusión cristiano, no propiedad de los TJ.

Y como cristiano, en este foro de debate estoy en mi derecho y obligación de debatir: delatar la mentira, la herejía, el pecado y demás taras en pro de la verdad.

Lamentablemente, la secta de los TJ está en medio de múltiples mentiras, herejías, doctrinas falsas y demás. Es aquella secta; no tu persona, así que empieza por reconocer que a ti en lo personal jamás he ofendido, lo cual lamentablemente no puedo decir de ti y de tantos otros como Jeusiño y demás.

El que te quieras adherir a tales herejías, a tales mentiras y falsas doctrinas no me compete. Eres tú el directamente responsable, acepta tu responsabilidad, al menos en este foro de discusión.

Malo fuera que te ofendiera diciendo, com tu haces, una serie de calificativos personales que no vienen al caso.

De la secta russellistas tenemos en este cristiano foro todo un historial, un sinnúmero de ofensores, multilinks, ataques personales y demás...así que esa manía colegiada de no poder ver el error, la mentira y la falsedad le viene de vena a la secta.

No me veo a mi en un foro de TJ yendo a ofenderlos, ni como personas ni como grupo pues aquellas son sus respectivas y muy respetables creencias; pero si tú vienes a un foro cristiano al tiempo que te identificas con una secta herética, y vienes a verter una serie de mentiras, imprecisiones, herejías, falsas doctrinas y demás es lo más obvio que no recibirás aplausos, sino te tendremos que decir la verdad, pese a que estés sinceramente convencido o comprometido con los errores doctrinales de aquella secta.

Lo siento.

Y ahora ¿podemos continuar?

Saludos.
 
Re: Los testigos cristianos de Jehovà y las transfusiones de sangre.

Te la has pasado insultándonos a más no poder y de hasta "escoria humana" nos has tratado .

¿Me puedes dar la cita de tu acusación, por favor?

No creo haberle dicho jamás a nadie "escoria humana"; si por alguna razón lo he hecho, por favor indicame donde para ofrecerte una disculpa y pedir tu perdón públicamente.

Gracias.
 
Apreciado Melviton

Apreciado Melviton

Respuesta a Mensaje # 1255:

1 – ¡No tan fácil ni tan de prisa! Sea un estudiante ante su Biblia abierta o un abogado revisando el Código Penal, habrá de aplicar su discernimiento a fin de no pasar vergüenza caso que indebidamente aplique una disposición haciendo que abarque todo lo que quiera que abarque. Si una sola vez estuviera en la Biblia el mandato a no comer sangre, admito que la discusión se haría más difícil, pero todos sabemos que se repite suficientes veces. Este mandato no puede entrar dentro de lo que llamamos “principios generales” pues es notoriamente particular, según se detalla en Lv 17:10-14.

De un mandato específico no se puede hacer un principio general. De un principio general se pueden hacer múltiples aplicaciones específicas.

Además, de la sangre que siempre se habla en todas esas Escrituras es la de animales, nunca de la humana, sobreentendiéndose que es la de animales limpios que los israelitas podían comer.

El pecado estaba en el descuido de comer la carne con la sangre (1Sa 14:32-34). Aunque el pueblo degolló a los animales en el suelo vertiendo la sangre en tierra, no toda la sangre podía ser así derramada sino colocándolos sobre una piedra grande, como luego Saúl les ordenó. Al cumplir con esta disposición es obvio por otra parte que los trozos de carne cocidos conservaran todavía alguna sangre. No había sin embargo pecado en ello pues ya se había cumplido con lo que el Eterno había dispuesto.

Cuando los judíos religiosos compran la carne kosher continúan obedeciendo esta disposición.

Cuando los cristianos compramos en la carnicería de todo y comemos sin preguntar nada (1Co 10:25), ignoramos cómo se realiza la faena y si hay todavía algo de sangre en la carne que comemos, aunque cuánto más jugoso el charrasco de res más nos gusta.

Todos los textos coinciden en la abstención de comer esta sangre de los animales y para nada la de introducir en la corriente sanguínea la sangre humana para reposición de la perdida. Incluir esto en la prohibición es hacer de un mandamiento específico otro distinto e igualmente específico.

Me extendí demasiado sobre este primer punto, así que luego proseguiré.
 
Continuación

Continuación

Respuesta a Mensaje # 1255 (continuación):

2 – Si es entonces tal como dices, no se explicaría el por qué la joven TJ que se negó a ser transfundida en la Argentina acabara muriendo el mes pasado, cuando todavía no se había dado la falta de insumos que hoy el país padece.

3 – Las “cosas necesarias” que harían bien en guardar (Hch 15:28,29) fue en aquella transición entre la iglesia y la sinagoga, cuando las iglesias gentiles en sus comienzos estaban mayormente integradas por judíos convertidos, reticentes a un abandono total de la Ley de Moisés en la que siempre habían vivido (v.21). La pureza sexual en el cristianismo es todavía más estricta que en el judaísmo, pero con lo que escribe Pablo en Ro 14 y 1Co 10 se advierte que no se exige ya a los gentiles el mismo rigor legal que prevalecía entre los cristianos de origen judío.

4 – Pues yo sí creo en la predestinación y que el libre albedrío es esclavista pues inclina siempre al hombre a hacer la voluntad del diablo; aunque no nos envolveremos en este tema acá pues ya lo estuve discutiendo en otro epígrafe.

No hay contradicción: solamente Dios sabe lo que Él ha dispuesto; mi responsabilidad está en inquirir su voluntad y hacerla. La permisión divina de nuestros fracasos recae sobre nosotros como culpables de desobediencia, y la tal permisión no lo hace a Dios cómplice de nuestras malas acciones.

5 – Si el abstenerse de sangre (que siempre se tomó por no comer la de la carne de los animales), lo quieren llevar a incluir también a la transfusión de sangre humana, es una particular singularidad de quienes así enseñan y hacen; pero no de los cristianos que no le hacemos decir a Dios lo que no dijo.

Dios no nos pide que le demos en sacrificio nuestra sangre completa en el cuerpo hasta que muramos, o hasta las venas secas de los que mueran por no ser transfundidos. La sangre de Cristo es la única que le interesa; no la nuestra que no sirve más que para vivir con ella y que vivan otros por un poco de la nuestra.

En próximo aporte si Dios quiere seguiré con los demás puntos.