LOS NUEVOS JUDAIZANTES VUELVEN A COLOCAR EL YUGO SOBRE LOS HOMBRES.

¿Me estás queriendo decir que la Ley no te hace NACER? ¿Quién hace nacer y Quién hace morir?
La que nos hace nacer es nuestra mamá. Este es el nacimiento de la carne.
Y la palabra de Dios es la que nos hace nacer del Espíritu.
Nadie nace para PERDER. Todos nacemos para VIVIR. Es la persona la que selecciona: VIVIR o MORIR. Y mucho tiene que ver la Ley.
Tenés que entender que la ley es "instrucción" siempre que no se viole.
Una vez que la violás la LEY deja de ser "instrucción" de vida para volverse sentencia de muerte.
Y nosotros ya nacemos con la sentencia de muerte al hombro.
Y aunque nacemos "perdedores", como Dios orquestó una via de salvación, todavía podemos ganar.
Nadie nace para perder pero nacemos perdidos.
Lo que es nacido de la carne carne es y la corrupción no puede heredar incorrupción.
Aunque podemos nacer para vivir.
Jesús lo dijo: Os es necesario nacer de nuevo. No estaba hablando de volver al vientre de nuestras madres para volver a nacer de la carne corrompida y de Adán sino de ser engendrados por Dios por medio de su palabra.
Morir a la LEY para obtener la vida por medio de la resurrección EN Cristo.
Y la LEY tiene todo que ver porque como bien repite Manhattan cada vez que puede: La LEY nos lleva a Cristo.
Y esto implica muchísimas cosas.
A excepción de JESÚS de Nazaret, TODOS seleccionamos MORIR. Pero, gracias al que venció, le bastó a DIOS para hacernos RESUCITAR a TODOS. Y Ése: cumplió TODA la Ley.
Nosotros no seleccionamos nada.
Morimos En Adán. El eligió por todos y EN él todos morimos.
Pero Cristo con su muerte nos compró y nos redimió de aquella muerte para ser de él.
Cuando nos levantamos de las aguas del bautismo no somos mas esclavos de la LEY sino de Cristo como el SEÑOR y AMO de nuestras vidas.
Tu misión, si deseas aceptarla es agradar a Cristo por sobre todas las cosas.
Ya no sos juzgado por la LEY porque ya moriste para la LEY y nadie te puede juzgar dos veces por lo que ya moriste.
Ya te encontraron culpable y te crucificaron.
Estás en paz con la LEY y tus pecados fueron todos quitados.
Ahora tu vida le pertenece A Cristo TU SEÑOR y él no juzga por la LEY ni por los pecados de la LEY.
El separa a las cabras de las ovejas, a los obedientes de los contumaces.
Y juzga según SU ARBITRIO.
Hay que agradarlo y NO QUEDA OTRA.
 
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