LOS NUEVOS JUDAIZANTES VUELVEN A COLOCAR EL YUGO SOBRE LOS HOMBRES.

"Pues estas mujeres son los dos pactos." Gálatas 4: 24.

Los dos pactos
La palabra testamento significa pacto. Así, pues, el Antiguo Testamento, es el viejo Pacto y el Nuevo Testamento, es el Nuevo Pacto. (Véase Mateo 26:28). Pero cuando en el Nuevo Testamento se habla del Viejo Pacto, la idea se centraliza en el pacto del Sinaí. Estos lo vemos sin lugar a dudas en Gálatas 4:21-31. “Escrito está que Abrahám tuvo dos hijos; uno de la sierva y otro de la libre. El de la sierva nació según la carne; el de la libre nació por la promesa”. Dice Pablo que estas “cosas son dichas por alegoría: porque estas dos mujeres son (quiere decir representan), los dos pactos; el uno ciertamente del monte Sinaí, el cual engendró servidumbre, que es Agar... Mas la Jerusalén de arriba (representada por Sara) libre es; la cual es madre de todos nosotros”.

Algunos pretenden que el Nuevo Pacto es la prolongación del Antiguo, y que es la misma cosa, por eso ellos en su ofuscación quieren estar en los dos a la vez. *Pero yo pregunto: ¿Sara es Agar?* Me diras que no. ¿Agar es Sara? Tampoco. Entonces, si estas dos mujeres representan dos pactos, absolutamente opuestos, como opuestas son la libertad y la esclavitud, ¿cómo algunos pretenden fundir un pacto en el otro? ¿Hacer que Sara y Agar dejen de ser dos y dejen de ser esclava una y libre la otra? El hijo de la carne nunca puede identificarse con el hijo de la promesa, nacido según el Espíritu. No podemos ser Isaac e Ismael al mismo tiempo. *El hijo de la carne, siempre será esclavo, si no llega a ser hijo del Espíritu.* (Juan 1:11-13).

¿Que quieres ser, esclavo o libre?

No puedes estar en los dos pactos.
 
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Reacciones: Manhattan
La Biblia es un libro muy enriquecedor cuando se entiende lo fundamental del Evangelio, esto es: Dios es misericordioso, sin límites o condiciones, y nosotros somos libres criaturas que elegimos entre el Amor, la Vida, el Camino, o bien nuestros caminos, nuestra vidas y nuestro simulacro de amor. A veces nuestra mundanidad puede funcionar y terminamos hallando el Tesoro, para eso tenemos un Padre muy atento a nuestras circunstancias, pero desgraciadamente nos aferramos muchas veces a la esclavitud, soportando yugos humanos que consideramos divinos, por eso los aceptamos sin rechistar.

En el relato de Adán y Eva hay una preciosa analogía relativa a los dos árboles, el que elegimos engañados desobedenciendo a Dios: es el árbol del conocimiento del bien y el mal, o lo que viene a ser lo mismo: la ley, y ese otro que parece oculto a nuestros ojos, un Árbol de Vida.

Pues bien, el fruto de ese Árbol, el Verbo divino, vino a pasear entre nosotros para precisamente liberarnos de la esclavitud de la ley, y nuestro "pecado original" es seguir rechazándolo, construyendo por tanto un dios a nuestra medida, y no creer en Dios, el dador de Vida.
 
Gloria DIOS.
Solo hay que comprender la diferencia(Y eso no es facil por lo que se ve) poniendo a cada una su lugar. La ley nunca será la señora.

"Pues estas mujeres son los dos pactos." Gálatas 4: 24.

Y ambos pactos tienen gracia:

Ga 4:30: "Pero ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque de ningún modo heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre."

Porque ambos heredan.