LOS NUEVOS JUDAIZANTES VUELVEN A COLOCAR EL YUGO SOBRE LOS HOMBRES.

A eso me refiero precisamente.
Todas las leyes son preventivas, incluyendo las del tráfico.
Si cumples la ley que te pide detenerte ante la luz roja del semáforo, vas a prevenir un accidente.
Si cumples la ley que te pide no matar, vas a prevenir un asesinato.
Dios no quiere que hagamos cosas que nos dañen. Con sus mandamientos nos previene para que no las hagamos.
Es cierto pero es parte de su función.
Advertir e instruir en justicia.
Pero también puede determinar las consecuencias de la no observancia.
Por ejemplo: No matarás es una orden.
No dice: Trata de no matar porque es malo.
¿Ahora que pasa si matas?
Pues ya violaste la ley.
Incumpliste.
 
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Reacciones: Pancho Frijoles
Creo que tienes que solucionar el problema que tienes con el primer Adán y el Segundo.
Insisto con esto porque valoro cualquier ayuda y mucho mas si viene de ti.
Necesito que me digas en que creés ver un problema en mi comprensión del primer Adán y el postrero.
 
Insisto con esto porque valoro cualquier ayuda y mucho mas si viene de ti.
Necesito que me digas en que creés ver un problema en mi comprensión del primer Adán y el postrero.
Gracias Salmo.

A ver, desde que estoy en el foro he seguido tus aportes.....he recordado tus comentarios sobre el tema en algún hilo. Mi comentario ha sido espontáneo...Lo siento 🙏
Lo correcto es haber puesto el enlace.
 
Es cierto pero es parte de su función.
Advertir e instruir en justicia.
Pero también puede determinar las consecuencias de la no observancia.
Por ejemplo: No matarás es una orden.
No dice: Trata de no matar porque es malo.
¿Ahora que pasa si matas?
Pues ya violaste la ley.
Incumpliste.
Estoy de acuerdo, Burrito.
Ahora bien, analicemos cómo se comportó Jesús ante un incumplimiento de la ley dictada por Moisés.
Tomemos el ejemplo de la mujer adúltera.

La ley prohíbe el adulterio y dicta pena de muerte por lapidación a la mujer adúltera. No dice que los ejecutores de la lapidación deberán ser puros o pasar por un ritual purificador ni nada por el estilo. Dice que la mujer debe ser lapidada. Punto.
Cuando Jesús defiende a la mujer adúltera, Jesús no argumenta a favor del adulterio. Él sabe que es malo.
Jesús tampoco argumenta que la mujer adúltera no merece ser apedreada. La ley lo marca claramente.

¿Cómo es entonces que Jesús salva a la mujer? Apelando a reflexionar sobre la misericordia.
Jesús aprueba la lapidación, pero pone una condición: que quien lapide no tenga pecado. Insisto: Jesús está interponiendo una condición jamás contemplada en la Ley de Moisés.
Entonces los que estaban reunidos comienzan a pensar "Bueno... yo he engañado a mi esposa ya sea en hecho o en pensamiento, y he seducido con engaños a la mujer con la que me acosté. ¿Me gustaría que me apedrearan?"
La respuesta a tal reflexión es: "Yo he también pecado, y no me gustaría que me mataran a pedradas. Por lo tanto, no ejecutaré la ley. Mostraré misericordia porque quiero que Dios tenga misericordia de mí en el Día del Juicio."
Es así como nos enseña Jesús: "No juzguéis, y no seréis juzgados" "Porque con la medida que midáis, seréis medidos"

Cuando Jesús finamente se queda solo con la mujer, ¿qué hace? ¿la lapida Él? De acuerdo a su propio requerimiento, Él sí podría lapidarla pues Él sí estaba libre de pecado, ¿no es cierto? Aun así, Jesús decide no castigarla: su misericordia pasa por encima no solo de la ley de Moisés, sino de todo requerimiento o criterio que Él mismo hubiera formulado. Y para concederle su misericordia, no demanda de ella nada más que un arrepentimiento genuino: "Vete y no peques más". No le pide creer en un sacrificio expiatorio a su favor en la cruz, ni en ninguna doctrina particular.

En conclusión: la Ley tiene un aspecto de "instruir en justicia", y un aspecto de "cumples o te mueres", como correctamente señalas.
Para este último, Jesús nos dice: "Ponte primero en los zapatos del otro. Sé empático y misericordioso. Luego sabrás lo que debes hacer".
 
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Estoy de acuerdo, Burrito.
Ahora bien, analicemos cómo se comportó Jesús ante un incumplimiento de la ley dictada por Moisés.
Tomemos el ejemplo de la mujer adúltera.

La ley prohíbe el adulterio y dicta pena de muerte por lapidación a la mujer adúltera. No dice que los ejecutores de la lapidación deberán ser puros o pasar por un ritual purificador ni nada por el estilo. Dice que la mujer debe ser lapidada. Punto.
Cuando Jesús defiende a la mujer adúltera, Jesús no argumenta a favor del adulterio. Él sabe que es malo.
Jesús tampoco argumenta que la mujer adúltera no merece ser apedreada. La ley lo marca claramente.

¿Cómo es entonces que Jesús salva a la mujer? Apelando a reflexionar sobre la misericordia.
Jesús aprueba la lapidación, pero pone una condición: que quien lapide no tenga pecado. Insisto: Jesús está interponiendo una condición jamás contemplada en la Ley de Moisés.
Entonces los que estaban reunidos comienzan a pensar "Bueno... yo he engañado a mi esposa ya sea en hecho o en pensamiento, y he seducido con engaños a la mujer con la que me acosté. ¿Me gustaría que me apedrearan?"
La respuesta a tal reflexión es: "Yo he también pecado, y no me gustaría que me mataran a pedradas. Por lo tanto, no ejecutaré la ley. Mostraré misericordia porque quiero que Dios tenga misericordia de mí en el Día del Juicio."
Es así como nos enseña Jesús: "No juzguéis, y no seréis juzgados" "Porque con la medida que midáis, seréis medidos"

Cuando Jesús finamente se queda solo con la mujer, ¿qué hace? ¿la lapida Él? De acuerdo a su propio requerimiento, Él sí podría lapidarla pues Él sí estaba libre de pecado, ¿no es cierto? Aun así, Jesús decide no castigarla: su misericordia pasa por encima no solo de la ley de Moisés, sino de todo requerimiento o criterio que Él mismo hubiera formulado. Y para concederle su misericordia, no demanda de ella nada más que un arrepentimiento genuino: "Vete y no peques más". No le pide creer en un sacrificio expiatorio a su favor en la cruz, ni en ninguna doctrina particular.

En conclusión: la Ley tiene un aspecto de "instruir en justicia", y un aspecto de "cumples o te mueres", como correctamente señalas.
Para este último, Jesús nos dice: "Ponte primero en los zapatos del otro. Sé empático y misericordioso. Luego sabrás lo que debes hacer".
Upsss.
Ahora le estoy terminando el frente de mi casa a mi señora para las fiestas.
Puse cámaras (3) y 4 reflectores led y pinte y puse un nuevo portero eléctrico.
Mas tarde te contesto.
 
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Upsss.
Ahora le estoy terminando el frente de mi casa a mi señora para las fiestas.
Puse cámaras (3) y 4 reflectores led y pinte y puse un nuevo portero eléctrico.
Mas tarde te contesto.
Si estuviera contigo charlaríamos mientras te voy pasando herramientas.
Aquí estoy muy solo frente a mi computadora.
 
Estoy de acuerdo, Burrito.
Ahora bien, analicemos cómo se comportó Jesús ante un incumplimiento de la ley dictada por Moisés.
Tomemos el ejemplo de la mujer adúltera.

La ley prohíbe el adulterio y dicta pena de muerte por lapidación a la mujer adúltera. No dice que los ejecutores de la lapidación deberán ser puros o pasar por un ritual purificador ni nada por el estilo. Dice que la mujer debe ser lapidada. Punto.
Cuando Jesús defiende a la mujer adúltera, Jesús no argumenta a favor del adulterio. Él sabe que es malo.
Jesús tampoco argumenta que la mujer adúltera no merece ser apedreada. La ley lo marca claramente.

¿Cómo es entonces que Jesús salva a la mujer? Apelando a reflexionar sobre la misericordia.
Jesús aprueba la lapidación, pero pone una condición: que quien lapide no tenga pecado. Insisto: Jesús está interponiendo una condición jamás contemplada en la Ley de Moisés.
Entonces los que estaban reunidos comienzan a pensar "Bueno... yo he engañado a mi esposa ya sea en hecho o en pensamiento, y he seducido con engaños a la mujer con la que me acosté. ¿Me gustaría que me apedrearan?"
La respuesta a tal reflexión es: "Yo he también pecado, y no me gustaría que me mataran a pedradas. Por lo tanto, no ejecutaré la ley. Mostraré misericordia porque quiero que Dios tenga misericordia de mí en el Día del Juicio."
Es así como nos enseña Jesús: "No juzguéis, y no seréis juzgados" "Porque con la medida que midáis, seréis medidos"

Cuando Jesús finamente se queda solo con la mujer, ¿qué hace? ¿la lapida Él? De acuerdo a su propio requerimiento, Él sí podría lapidarla pues Él sí estaba libre de pecado, ¿no es cierto? Aun así, Jesús decide no castigarla: su misericordia pasa por encima no solo de la ley de Moisés, sino de todo requerimiento o criterio que Él mismo hubiera formulado. Y para concederle su misericordia, no demanda de ella nada más que un arrepentimiento genuino: "Vete y no peques más". No le pide creer en un sacrificio expiatorio a su favor en la cruz, ni en ninguna doctrina particular.

En conclusión: la Ley tiene un aspecto de "instruir en justicia", y un aspecto de "cumples o te mueres", como correctamente señalas.
Para este último, Jesús nos dice: "Ponte primero en los zapatos del otro. Sé empático y misericordioso. Luego sabrás lo que debes hacer".
Jesús no está enseñando misericordia sino que les está llamando hipócritas.
Se hacen los santos y perfectos pero son en realidad sepulcros blanqueados.
Por otra parte Jesús sabe que esa mujer a la que quieren apedrear ya está condenada a muerte por la ley y aunque no muera ese día va a terminar muriendo porque es pecadora.
Otro cosa que es necesario decir es que no hay perdón ni misericordia en el ámbito de la ley y por eso todo hombre que nace deberá morir algún día.
Jesucristo no vino a predicar una extensión de nuestra vida bajo el sol sino una vida nueva después de morir.
Vino a predicar la resurrección de muertos.
 
Jesús no está enseñando misericordia sino que les está llamando hipócritas.

Hipócritas o no, tenían el derecho y deber, por ley, de apedrear a la mujer.
Como te digo, la ley de Moisés, tal como estaba escrita, no exigía que los verdugos fueran santos o perfectos.
Sin embargo, como resultado de la intervención de Jesús, se fueron retirando uno a uno, sin ejecutar la sentencia de la ley.

Por otra parte Jesús sabe que esa mujer a la que quieren apedrear ya está condenada a muerte por la ley y aunque no muera ese día va a terminar muriendo porque es pecadora.

La mujer va a terminar muriendo porque su cuerpo está diseñado para morir, como el de los camellos y el de las higueras.
Este es un hecho verificable. No una doctrina ni una conjetura.

¿Qué nos impide aceptar serenamente esta muerte como parte del plan de Dios para toda creatura?
 
Algunos dicen, creyendo saber algo, que la justificación no es por obras sino por fe.
Para que nadie se glorie.
Ahora yo entiendo que cuando se refieren a las obras, se refieren a las obras propias.
Pero cuando contraponen a las obras propias con la fe, ¿a que fe se refieren?
¿A la fe propia?
Algunos parece que si, aunque otros como Eduardo y Bart nos dicen que tal fe no es propia del ser humano sino puesta por Dios.
O sea que para ellos ni las obras del hombre le justifican, ni la fe del hombre lo hace.
Es Dios el que justifica a quien se le da la gana.
A tal persona Dios le da fe y luego lo justifica por medio de esa fe que le dió.
Para que NADIE se glorie en nada.

Pues sí.
Al final, todo lo bueno que disfrutamos se lo debemos a Dios.
Puedo decir que mis piernas son muy mías, pero en realidad son de Dios.
O que mi mujer es mi mujer y lo la elegí, pero también la puso Dios en mi camino.
Y puedo decir que elegí servir a Dios, aunque en realidad Dios me sembró tal deseo y me atrajo y sedujo. (La seducción de Dios... eso suena interesante)
 
¿Qué nos impide aceptar serenamente esta muerte como parte del plan de Dios para toda creatura?
Lo que pasa es que yo creo que la muerte entro al mundo por el pecado y vos crees que Dios nos hizo mortales.
 
Pancho, tenés que empezar sabiendo que Dios no hizo al hombre mortal sino que fue el pecado lo que hizo que Dios le quitara la vida.
El propósito de Dios era que el hombre viviera sin final de días.
Obviamente si se mantenía en obediencia a Dios.
Cuando el hombre elije volverse contra Dios este decide que la vida en desobediencia no tenía sentido alguno.
Asi es que Dios lo aleja de la fuente de vida y esta comienza a declinar hasta la muerte.
Aunque Dios no acepto este destino para el hombre y decidió intervenir para que tengamos una segunda oportunidad.
 
Pienso que si el hombre se hubiera mantenido fiel a Dios, cada vez que un ser amado muriera, se despediría con la tranquilidad de quien sabe que su amado va un lugar mejor, y con la tristeza o y dolor natural de quien lo pierde por un tiempo.

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Pienso que si el hombre se hubiera mantenido fiel a Dios, cada vez que un ser amado muriera, se despediría con la tranquilidad de quien sabe que su amado va un lugar mejor, y con la tristeza o y dolor natural de quien lo pierde por un tiempo.
Si el hombre se hubiera mantenido fiel a Dios no hubiera muerto nunca.
 
Van a la tumba los cadáveres de los fieles a Dios y también los de los infieles. Los de aquellos que tienen vida eterna y también los de aquellos que no la tienen.

El pecado afecta cómo vivimos. Nos hace vivir como si estuviéramos muertos.
Cristo afecta cómo vivimos. Nos hace vivir sin terror a la muerte, porque quien está en Cristo ama, y “en el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera al temor; porque el temor comporta castigo (1 Jn 4:18)

Quienes creen que nuestro cuerpo se descompone a causa del pecado de Adán, o de nuestros propios pecados, deberían poder responder…

  • por qué los cuerpos de animales, plantas, protozoarios o bacterias, que jamás han pecado, también vuelven al polvo.
  • Por qué millones de especies se extinguieron antes que apareciera el primer pecado
  • Por qué mueren embriones humanos, o bebés que no han pecado.

Recuerden que Jesús dijo del ciego de nacimiento, que tal ceguera no era resultado ni de su propio pecado, ni del de sus padres, sino para que se manifestara la gloria de Dios.

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Última edición:
Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree. Romanos 10: 4

Creo que la razón por la que muchos no vienen a Cristo no es porque carezcan de un serio interés ni tengan deseos de ser salvados, sino porque no pueden aceptar la manera en que Dios salva. No se sujetan a la justicia de Dios...

El hombre altivo quiere salvarse a sí mismo; cree que lo puede hacer y no cederá la tarea mientras no descubra su propia impotencia a través de infelices fracasos.

Le pido a Dios que les haga ver la obra de Cristo y percibir que es muchísimo mejor que cualquier cosa que ellos pudieran hacer; que puedan ver lo que Cristo consumó.

Bendiciones para todos. 🤍
 
Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree. Romanos 10: 4

Creo que la razón por la que muchos no vienen a Cristo no es porque carezcan de un serio interés ni tengan deseos de ser salvados, sino porque no pueden aceptar la manera en que Dios salva. No se sujetan a la justicia de Dios...

El hombre altivo quiere salvarse a sí mismo; cree que lo puede hacer y no cederá la tarea mientras no descubra su propia impotencia a través de infelices fracasos.

Le pido a Dios que les haga ver la obra de Cristo y percibir que es muchísimo mejor que cualquier cosa que ellos pudieran hacer; que puedan ver lo que Cristo consumó.

Bendiciones para todos. 🤍

Efectivamente.

Hay evidencias históricas, que demuestran este rechazo que va en contra de la profecía:

"QUITARÉ EL PECADO DE LA TIERRA EN UN DÍA" (Zac.3:9)

Aquí presentamos la siguiente en Hechos 11:

1 Y OYERON los apóstoles y los hermanos que estaban en Judea, que también los Gentiles habían recibido la palabra de Dios.

La conversión de la casa de Cornelio se extendió por todas partes, causando admiración en los discípulos de Cristo, pero generando odio y resentimiento en el orgullo y soberbio corazón de los líderes espirituales de la nación de Israel, que veían como algo monstruoso que los gentiles se reunieran con ellos, aparte de la ley, y bajo los parámetros de la gracia de Dios.

Una vez más, el amor desmesurado a su nación, a su ley, les impidió reconocer la obra de Dios.

Y esto me llama a reflexión hermana Manhattan, porque la misma ley señalaba a Cristo como el fin del externalismo religioso, para dar inicio a una liturgia espiritual, libre de ceremonias y templos suntuosos, libre de sacrificios y esclavitud a un fin de semana, donde se tenía que comprar la comida la víspera, porque este puñado de horas, era sagrado.

El Señor del día de reposo había llegado, y como Rey, había entrado a Jerusalén humilde, montado en un pollino recibiendo la aclamación de su pueblo:

¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!

Los mismos que horas más tarde estarían reclamando:

¡Crucifícale, crucifícale!

EL REINADO DE LA GRACIA

Con todo, luego del establecimiento de la Iglesia en Pentecostés, los discípulos salieron a predicar el evangelio del reino, solo a los judíos, recordemos las llaves dadas a Pedro y como las usó en el caso de Cornelio, en un contexto absolutamente judío, me explico:

Los oradores eran judíos, los apóstoles de Aquel que fue Él mismo "siervo de la circuncisión", nacido de mujer y nacido bajo la ley.

Sus oyentes eran judíos, y como a judíos se les hablaba.

La iglesia de Pentecostés basada en este testimonio era intensa y totalmente judía.

No se hermana si usted recuerda un forista llamado Wilson García, un cubano, quien se lleno de ira por que enfatice el hecho de que al principio la Iglesia nació judía, y en su transición al cristianismo demoró como 15 años luego de que Saulo de Tarso fue evangelizado por Cristo mismo en su camino a Damasco, y lo hizo objeto de una revelación especial (Hch.20:24), que el mismo llama "mi evangelio" en tres ocasiones (Romanos 2:16; 16:25; 2 Timoteo 2:8).

"Mi evangelio" lo llama el apóstol Pablo, porque fue por medio de él que se reveló esta verdad, no el evangelio "prometido antes", el mismo que predicó Jesús, leemos:

Mat_9:35 Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.

Este mensaje posee la identidad del Rey Jesús, como dueño del Cetro, del Trono y del Reino, en su condición de descendiente del linaje de David, tal como se lo dijo el mensajero del cielo a María:

Luc 1:31 Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.
Luc 1:32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;
Luc 1:33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.

El mensaje revelado a Pablo es completamente distinto, ya no es un Rey, ni un Trono, ni un reino, sino "la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos".

El testimonio de Dios para su Iglesia, es un Cristo rechazado y muerto por su propio pueblo, pero para nosotros, Él es precioso, leemos en su visita a Corinto:

1Co 2:1 Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría.
1Co 2:2 Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado.

El mensaje que predicó Jesús, fue pospuesto para predicarlo cuando la Iglesia ya no esté sobre la tierra, y lo será en medio de la Gran Tribulación (Mt.24;14).

De manera que cuando Pedro evangeliza la casa de Cornelio, esto causó una gran conmoción en los estamentos religiosos de sus propios hermanos en la fe.

No se trataba meramente de que los oyentes fuesen judíos y sólo judíos, sino de que la idea de evangelizar a los gentiles ni siquiera había recibido consideración.

Cuando la primera gran persecución esparció a los discípulos e "iban por todas partes anunciando el Evangelio", predicaban, como se nos afirma de forma expresa: "sólo a los judíos".

Y cuando, después de un período de varios años, Pedro entró en una casa gentil, la de Cornelio, se le llamó públicamente a que diera explicaciones de una acción que parecía tan extraña y errónea, leemos:

Hch 11:2 Y cuando Pedro subió a Jerusalén, disputaban con él los que eran de la circuncisión,
Hch 11:3 diciendo: ¿Por qué has entrado en casa de hombres incircuncisos, y has comido con ellos?

Y aquí quiero que observes como a causa de esta ambición y orgullo nacionalista, la Iglesia estaba siendo perturbada; porque la igualdad que proclama el evangelio de la gracia de Dios, para todos, estaba siendo socavada en su dignidad, como si el fin de la ley no fuera Cristo mismo.

Por esta razón contendieron tenazmente para someter el cuello de los gentiles al yugo de esclavitud.

Y hasta el mismo Pedro, responsable de usar las llaves del reino, en la casa de Cornelio, fue contaminado por esta levadura y años más tarde contemplamos como fue regañado por el apóstol Pablo, por su hipocresía:

Gál_2:14 Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?

El apóstol Pedro reconoció su error, cuando escribe:

2Pe_3:18 Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.

Aquí mismo, en este foro, tenemos ejemplos vivos de una clase de religiosos inconversos, que tienen a Moisés como el que dirige sus vidas, mediante el yugo de esclavitud, y son muy escrupulosos cuando llega el viernes, visitan el supermercado porque es pecado hacerlo al siguiente día.

Y se abstienen de comer asado de cerdo, y tienen a Elena de White por su maestra.

Ojalá que Marcelino no lea este mensaje.

Bueno Hermana Manhattan, que el Señor le continúe bendiciendo a usted y a su familia en el siguiente año que recién va a comenzar.

Un abrazo en Cristo.
 
Bueno Hermana Manhattan, que el Señor le continúe bendiciendo a usted y a su familia en el siguiente año que recién va a comenzar.

Un abrazo en Cristo.

Muchas gracias....Deseo lo mismo para ti y tu familia, Natanael.

Abrazos en Cristo.
 
Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree. Romanos 10: 4

Vemos en este versículo como el apóstol Pablo nos dice que nuestro Señor Jesucristo es el propósito y objetivo de la ley. La ley fue dada para que nos condujera a Él. La ley es nuestro ayo para llevarnos a Cristo. Gálatas 3.24
La ley es quien encierra a los hombres en prisión por sus pecados, concluyendo que todos ellos están bajo condenación con el objeto de que pongan su mirada únicamente en la gracia inmerecida de Dios para su libertad. Ese es el objetivo de la ley.


"por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida.
¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe. Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley. ¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles. Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión. ¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley." Romanos 3:23-31


Si el hombre no hubiese caído nunca, si su naturaleza hubiese permanecido como Dios la hizo, la ley habría sido sobremanera útil para él para mostrarle el camino en que debería andar, y guardándola habría vivido, pues “El que hiciere estas cosas vivirá por ellas Gálatas 3:12.

La ley fue quebrantada y, sin importar lo que pueda hacer el hombre, no puede reparar el daño que fue hecho; por tanto, en lo que respecta al mérito propio, eso está fuera de toda consideración. La ley exige perfección, pero el hombre ha sido incapaz de esa exigencia, y, por tanto, aunque hiciera su mejor esfuerzo no podría cumplir con lo que es absolutamente esencial. La ley tiene por objeto conducir al pecador a la fe en Cristo mostrándole la imposibilidad de cualquier otro camino.

Bendiciones para todos
. 🤍
 
El cuerpo de Cristo, sus discípulos verdaderos, tenemos una sola Ley, la que nuestro Maestro nos enseña en sus Mandamientos. Ved que cuando en la transfiguración se escuchó al Padre decir que escuchasemos al Señor, nos dice claramente que es El el que nos revela la Ley verdadera.
 
El cuerpo de Cristo, sus discípulos verdaderos, tenemos una sola Ley, la que nuestro Maestro nos enseña en sus Mandamientos. Ved que cuando en la transfiguración se escuchó al Padre decir que escuchasemos al Señor, nos dice claramente que es El el que nos revela la Ley verdadera.

1Co_9:21 a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley.

Gál_6:2 Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.

Para conocer a qué se refiere el apóstol con la expresión:

"LA LEY DE CRISTO"

Gál 5:14 Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

Es un mandamiento nuevo que resume la ley Antigua:

Amarás al Señor tu Dios y al prójimo como a ti mismo.

Jua 13:34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.
Jua 13:35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
Jua 15:12 Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.

Cristo es nuestro ejemplo:

Rom 15:3 Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí.

Todo por amor a nosotros, pues nos amó antes de nosotros conocerle.