Lo que no entiendes es que el único "mérito" del ser humano es subordinar su voluntad a la voluntad de Dios. Es permitir que Dios more en su corazón, permitir que Dios ame a través suyo, que se de a conocer a través suyo que vean a Dios a través suyo.
Cuando eso ocurre el hombre mostrará a través suyo las características de Dios: Santidad, eternidad, justicia, bondad, verdad, espiritualidad, inmutabilidad, amor y perfección.
Es decir, las mismas características mostradas en su ley.
Forista Javan.
Claro que lo entiendo, pero no me hago ilusiones ante el ideal de tu "Nirvana".-
Por favor Javan, ese ideal ni siquiera los más veteranos apóstoles lo lograron, no nos vengas con tus delirios para hacer de la ley, ya sepultada como ayo, resucitarla y colocarla al lado de la gracia del Señor, día a día.
Heb 7:19 (pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios.
Javan, solamente puedes acercarte a Dios por medio de su Hijo, como nuestro Gran Sumo Sacerdote, así que deja la ley en su debido lugar, no la pongas al lado de su Hijo, porque hemos muerto a la ley para pertenecer a Jesús, el pagó un precio muy grande por todos nuestros pecados, nos ha justificado, y no fue gratis.
No es una libertad que brinda la gracia de Dios para pecar, porque tal argumento lo usan los enemigos de la Gracia (Ro.3:8) para descalificar la Gracia sin ley.
Javan, pon atención a este versículo, que echa por tierra tu "Nirvana" construido sobre la ley.
1Jn_2:1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis;
y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.
El uso de la ley dejan sin oficio sacerdotal al Señor Jesucristo en el Lugar Santísimo.
Te lo pruebo:
Rom_7:18 Y yo sé que en mí, esto es,
en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.
1Jn_1:10
Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.
Por esta realidad, tenemos que diariamente estar en comunión con Cristo, mucho más, cuando reconocemos que hay áreas de nuestra vida que todavía no las gobierna el Señor, porque nos aferramos a ellas y no se la entregamos.
Toda casa es hecha por alguno, pero el que hizo todas las cosas es Dios.
Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, pero fíjate bien, lo hizo como "siervo", no era el dueño de la casa, simplemente la administraba.
Pero estando ya presente Cristo, en la casa de Dios, él es el dueño, ya Moisés se marchó y se llevó la ley.
Ahora nosotros, como redimidos, debemos mantener firme nuestra confianza en la Esperanza que nos brinda el Hijo, en aquel día cuando nuestro cuerpo será transformado en un cuerpo semejante al que él tiene ahora (Fil.3:20-21).
Pero mientras estemos en el cuerpo, estamos atrapados en la imperfección, por cuanto la "carne" es enemiga de Dios y siempre busca ser satisfecha, aún en nuestros propios pensamientos, la concupiscencia nos ataca.
Así que no insistas más en una ley que nadie, absolutamente nadie, pudo cumplir.
Solamente el Hijo de Dios, porque es imposible que Dios peque, el vino del cielo (1Co_15:47) para ocupar un cuerpo semejante al nuestro, pero sin pecado, tres veces santo.
Heb_3:6 pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza.
Pásala bien.