LOS NUEVOS JUDAIZANTES VUELVEN A COLOCAR EL YUGO SOBRE LOS HOMBRES.

+La fe y el amor forman parte del fruto del Espíritu. No se puede agarrar un versículo e interpretarlo como lo haces tú que no se puede demostrar la fe sin el amor o que el amor si demuestra la fe, se tiene el Espíritu o no se tiene y el que tiene el Espíritu tiene el fruto.

5:22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe.
Hola E. Land

Pablo menciona la fe entre los frutos del espíritu.
Y este mismo Pablo es quien enseñó que aun si yo contara con una fe tan grande que “trasladase los montes”, y no tengo amor, nada soy. Evidentemente, no todos los frutos del Espíritu tienen igual primacía. “y ahora quedan la fe, la esperanza y el amor; pero el mayor de ellos es el amor”. (1 Cor 13:13). Y cuando Pablo lista los frutos del Espíritu en la cita que nos traes (Gálatas 5:22) ¿cuál fruto menciona antes que todos?

Por algo nos dicen las Escrituras que Dios es amor, y que quien no ama no conoce a Dios, y conocer a Dios es tener vida eterna.
Por algo también el mandamiento màs grande consiste en amar a Dios y al prójimo. Por algo enseñó Jesús que en el amor se resume toda la Ley y todos los mensajes de los enviados de Dios.

En cuanto al pasaje de la epístola de Santiago que cito, el mensaje me parece muy claro. El amor al otro demuestra que tenemos fe. En cambio, no podríamos demostrar la fe sin amar al otro. Aquí está en contexto:

Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?

Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día,
y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos,
pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?
Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.

Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras

Además, Cristo no substituyó a nadie en la cruz.
Estoy de acuerdo contigo.
Mi post aludía a ciertas creencias que mencionaba la hermana Manhattan en su post. Lo cito abajo.

¿Creemos que Jesucristo resucitó de los muertos? ¿Creemos que ocupó el lugar del pecador, y que padeció, el justo por los injustos? ¿Creemos que puede salvar perpetuamente a los que por Él se acercan a Dios? ¿Y ponemoss por tanto, todo el peso y el énfasis de la salvación de nuestra alma en Él y únicamente en Él? Eentonces, Cristo es el fin de la ley para justicia para todo aquel que cree. Se pueden juntar buenas intenciones, oraciones, lecturas de la Biblia, oír el Evangelio y apilarlos hasta las estrellas, todo eso es mera palabreria si la fe no está allí.
 
Última edición:
Saludos Manhattan,

Lo que yo creo es que parece increíble que después de 2,000 años de las letras de Pablo contra los movimientos judaizantes vuelvan a aparecer y se esté hablando todavía de esta herejía. Los que se aferran a la ley son malditos (no es un insulto sino una condición espiritual) que todavía no han creído en el Evangelio de la Gracia. Se puede debatir con ellos pero la verdad es clara, los judaizantes no son cristianos porque rechazan la sola gracia. Por ahora el movimiento judaizante no es tan grande pero potencialmente es muy destructivo para la fe cristiana.

Hay casos de judaizantes que rechazan completamente los judíos escritos de Pablo como un tal Daniel de Dios, aquí en este mismo foro.
El judaizante no entiende la muerte de Cristo en el plan de Dios.
Lo analiza teatralmente.
 
El hombre altivo quiere salvarse a sí mismo...
Hola hermanita.
No tiene nada de malo querer hacer lo bueno.
El punto es que el hombre caído no pude hacerlo porque el mal mora en él y aún si quisiera hacer el bien termina haciendo el mal que no quiere hacer.
El calvinismo es un evangelio anatema.
 
Bendiciones...Feliz domingo para todos.
Gracias.
Porque muchos dicen creer...
Amén.
¿Pero, qué es lo que debe creerse?
El verdadero evangelio.
No se trata de aceptar meramente un conjunto de doctrinas y si no te gusta te buscas otras...¡No!.
Amén.
Creer es confiar, depender, descansar, reposar en Cristo...
Creer es creer.
Y la fe verdadera viene de oír el evangelio verdadero.

¿Creemos que Jesucristo resucitó de los muertos? ¿Creemos que ocupó el lugar del pecador, y que padeció, el justo por los injustos? ¿Creemos que puede salvar perpetuamente a los que por Él se acercan a Dios? ¿Y ponemos por tanto, todo el peso y el énfasis de la salvación de nuestra alma en Él y únicamente en Él? Entonces, Cristo es el fin de la ley para justicia para todo aquel que cree. Se pueden juntar buenas intenciones, oraciones, lecturas de la Biblia, oír el Evangelio y apilarlos hasta las estrellas, todo eso es mera palabrería si la fe no está allí.
Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.
Jesús dijo:
Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
 
Lo mismo pasa con las doctrinas.
Creer en Cristo significa hacer, por amor, lo que nos mandó hacer. Significa andar como Él anduvo.
Uno podría mentalmente concordar con todas las doctrinas correctas sobre Cristo, confesarlas y predicarlas. Uno podría hacerse hábil en detectar herejías y en refutarlas con las Escrituras. Pero sin amor eso no sería fe, sino mera palabrería.

En los días de Pablo, el judaizante se jactaba en la observancia de la ley de Moisés y menospreciaba a su hermano de origen griego porque se había olvidado que el amor genuino es el sello distintivo del verdadero discípulo de Jesús.
En nuestros días, el evangélico fanático se jacta de sus creencias correctas (de “estar en la verdad”) y menosprecia al católico, al testigo de Jehová o al adventista. ¿Se habrá olvidado que el amor genuino es el sello distintivo del verdadero discípulo de Jesús?
No se puede entender a Cristo sino es con la mente de Cristo.
El hombre natural no puede entender lo espiritual.
 
EL AMOR SIN JUSTICIA ES ENGAÑO Y PERVERSIDAD

Base bíblica:

Heb_1:9 Has amado la justicia, y aborrecido la maldad,
Por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo,
Con óleo de alegría más que a tus compañeros.

Se habla mucho del amor, que amor por aquí, que amor por allá.

Que el discurso del odio; y hacen del amor una excusa para encubrir el pecado.

Tal conducta es hipocresía por que evade el reconocimiento de que se está haciendo algo, contrario a la Palabra de Dios, encubriéndolo con el ropaje del amor.

No se puede amar la Justicia sin aborrecer el pecado.

Estos infames que andan por ahí pregonando el amor, son los más encarnizados enemigos de Cristo y de su Palabra bendita.

No hay santidad en ellos, sino falsedad, hipocresía y maldad.
 
“En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros” (Jn 13:35).
Pero Jesús está hablando de los nacidos de nuevo.
Está el hombre natural y el hombre espiritual.
Y entre el natural y el espiritual está en nuevo nacimiento.
Y antes del nuevo nacimiento está la muerte del viejo hombre.
El tema del epígrafe es el yugo que los judaizantes intentan colocar sobre las personas.
La razón por la que los judaizantes de antaño querían colocar tal yugo, es que no comprendían que al amor es el sello distintivo de los discípulos de Cristo.
Nada tiene que ver el amor. El hombre caído está condenado a muerte no por falta de amor sino por la santidad de Dios.
Tampoco tiene nada de malo el querer agradar a Dios y el querer hacerlo guardando la ley.
Para eso fue dada la ley para sujetarlo todo.
Pero estando vigente la ley nos fue anunciado el evangelio de salvación.
La esclavitud nos lleva a anhelar la libertad.
Mi exhortación a todos es a tomar esta lección muy en cuenta para no repetirla.
Solo el conocer la verdad te aleja de la mentira.
Ahora la tentación a la vanagloria no es guardar la ley de Moisés, sino “estar en la verdad”, entendida como ortodoxia doctrinal.
Guardar la ley de Moisés no tiene nada de malo.
Y de última es la ley la que nos lleva a Cristo.
Saludos.
 
CREER EN JESUS SIMPLEMENTE ES CREER EN EL: ES CREER TODO LO QUE EL DIJO, ES CREER TODO LO QUE EL PROMETIO, ES CREER TODO LO QUE DIJO QUE EL FUE.
Amén.
POR SUPUESTO, CUANDO SE CREE EN JESUS DE ESA MANERA TAN REAL Y VERDADERA, DIOS NOS JUSTIFICA GRATUITAMENTE MEDIANTE EL DON DE SU GRACIA Y TAMBIEN NOS SANTIFICA MEDIANTE SU ESPIRITU SANTO MORANDO EN NOSOTROS, LOS GENUINOS CREYENTES EN SU HIJO.

PERO CUIDADO: JAMAS CONFUNDAS LA SANTIFICACION DEL ALMA CON LA JUSTIFICACION DEL ALMA.

LA SANTIFICACION ES PECAMINOSA PORQUE "SI DECIMOS QUE NO HEMOS PECADO LE HACEMOS A EL MENTIROSO, Y SU PALABRA NO ESTA EN NOSOTROS" (1 Juan 1: 10). DE CONSIGUIENTE, LA SANTIFICACION ES PECAMINOSA PORQUE ES LA EXPERIENCIA IMPERFECTA EN NUESTRO CUERPO Y EN NUESTRA FORMA DE VIDA DIARIA. LA SANTIFICACION, POR LO TANTO, NO PUEDE SALVARNOS .... NUNCA Y JAMAS !!!!!!

PERO LA JUSTIFICACION JAMAS ES UNA EXPERIENCIA EN NUESTRO CUERPO O EN NUESTRA FORMA DE VIDA, PORQUE LA JUSTIFICACION PROVIENE EXCLUSIVAMENTE DE DIOS, LA CUAL ES UNA DECISION DIVINA QUE DECLARA QUE SOMOS JUSTOS Y SALVOS.

ESO ES LA JUSTIFICACION: ES UNA DECLARACION DE DIOS REFERIDA A TODOS AQUELLOS QUE HAN MANIFESTADO FE EN DIOS.

PERO TAMPOCO SE CONFUNDA ESTA FE NUESTRA COMO LA CAUSA DE NUESTRA JUSTIFICACION, PORQUE "TAMBIEN LOS DEMONIOS CREEN" (Santiago 2: 19).

"LOS DEMONIOS CREEN" QUE DIOS EXISTE, PERO NO CREEN EN EL SENORIO Y EN LA AUTORIDAD DE DIOS.

TAMBIEN NOSOTROS PODEMOS TENER UNA FE O CREENCIA ERRONEA ACERCA DE DIOS, PORQUE "NO TODO EL QUE ME DICE: SENOR, SENOR, ENTRARA EN EL REINO DE LOS CIELOS" (Mateo 7: 21). ENTONCES, ESTO PRUEBA QUE LA JUSTIFICACION Y LA SALVACION SON UNA DECLARACION EXCLUSIVA DE DIOS, QUE SOLAMENTE PROVIENE DE DIOS Y NO DE LO QUE OCURRA EN NUESTRA VIDA, LA CUAL DIOS CUENTA O DECLARA COMO JUSTICIA VERDADERA, Y QUE TIENE EL PODER DE JUSTIFICAR Y SALVAR AL PECADOR.

JUSTICIA ES RECIBIR LO QUE ALGUIEN SE MERECE !!!!!!!

EL QUE CREE GENUINAMENTE EN JESUS, MERECERA CON JUSTICIA RECIBIR AQUELLO EN LO QUE HA CREIDO, PERO SOLAMENTE DIOS, Y NADIE MAS QUE DIOS, PUEDE DECLARAR O CONTAR QUE ESA PERSONA ES JUSTA PORQUE SOLAMENTE DIOS CONOCE LA CLASE DE FE QUE ESA PERSONA TIENE.

EN CONCLUSION: DIOS ES EL UNICO QUE JUSTIFICA. DE CONSIGUIENTE, LA JUSTIFICACION ES EXCLUSIVAMENTE UN ACTO DE DIOS Y NUNCA DEL HOMBRE.

"DIOS JUSTIFICARA POR LA FE A LOS DE LA CIRCUNCISION, Y POR MEDIO DE LA FE A LOS DE LA INCIRCUNCISION" (Romanos 3: 30), PERO EL QUE JUSTIFICA ES UNICAMENTE DIOS: LA JUSTICIA ES CONTADA O DECLARADA SOLAMENTE POR LA PALABRA DE LA BOCA DE DIOS.

Patricio Cespedes Castro.
Discipulo de Jesus.
Una cosa es la fe y otra cosa son las obras y una cosa es el viejo hombre y otro cosa el nuevo.
Y la fe es fe y no obras aunque la fe tenga sus propias obras.
 
La ley fue quebrantada y, sin importar lo que pueda hacer el hombre, no puede reparar el daño que fue hecho; por tanto, en lo que respecta al mérito propio, eso está fuera de toda consideración. La ley exige perfección, pero el hombre ha sido incapaz de esa exigencia, y, por tanto, aunque hiciera su mejor esfuerzo no podría cumplir con lo que es absolutamente esencial. La ley tiene por objeto conducir al pecador a la fe en Cristo mostrándole la imposibilidad de cualquier otro camino.
Bendiciones para todos
. 🤍
A ver...
El mérito propio lo es todo.
Cuando se incumple se incumple en base al mérito propio.

Si yo le prometo fidelidad a mi esposa, lo hago en base a mi esfuerzo propio y no en el del vecino o en el de Dios.
Y si le soy infiel, el culpable soy yo y no el vecino o Dios.
Y soy culpable en mi propio mérito.

El punto es, que una vez que he fallado, el escenario cambia para siempre.

No tiene nada de malo en poner todo mi mérito propio en serle fiel a mi esposa pero ya lo arruine.
Porque basta con ser infiel una vez para volverme infiel.

La fidelidad se construye día tras día y nunca se alcanza hasta el final.
Hoy puedo ser fiel pero mañana podré caer y todo se fue por los caños.

Pero la infidelidad es plato de una sola ingesta.
Comiste y fuiste.

El mérito propio lo es todo pero el mérito propio sirve mientras que no se caiga.
Cuando se cae la primera vez y justamente por mérito propio, y no por culpa de nadie más, todo el mérito propio ya no podrá devolverme lo que perdí.

Podré arrepentirme y serle fiel a mi esposa de ahora y para siempre, pero mi infidelidad jamás se borrará.
Le podemos echar la culpa a la ley pero la ley nada tiene que ver.

Pero tampoco es que somos infieles porque no podamos mantenernos fieles de ahora en más.
Somos infieles por la primer infidelidad. PUNTO

Tal vez me pueda arrepentir y no pecar mas pero eso no borrará la mancha ni deshacera mi infidelidad.

Y Dios le dijo a Adán: No comerás de este árbol porque el día que esto hicieras ciertamente morirás.
 
Y sin amor la fe es mera palabrería. (1 Cor 13:1-3)
No puede demostrarse la fe sin el amor.
En cambio, el amor sí demuestra la fe. (Stgo 2:18)
Por lo tanto, si ves a una persona orando, ayunando o sirviendo al necesitado, la pregunta para hacerlo reflexionar sobre su salvación no es ¿crees que Jesucristo resucitó de los muertos y que te substituyó en la cruz?
Esa no es la pregunta, porque cualquiera que fuera la respuesta que te diera, no nos diría nada de su fe.
La pregunta para tal persona es ¿te impulsa el amor de Dios?
Si la impulsa, tiene fe. Si no, no.
A ver Panchito...
Con toda la fe y con todo el amor te vas a morir sin más.
Imaginate que le sos infiel a tu esposa y tu esposa, con toda la razón del mundo, cierra contra ti su corazón.
Para ella estás muerto. La defraudaste. Punto.
Y viene tu pastorcito amigo y te dice que es cuestión de fe y de amor o de amor y de fe, o de amor solo, o de fideos con salsa.
En el truco se dice que el quiero lo tiene el otro.
En este escenario lo que vos hagas ya no tiene ningún valor y el quiero lo tiene tu esposa que es la que fue engañada.

El tema es con Dios y con su santidad no se negocia y cuando le fallamos a Dios se acabó.
CIERTAMENTE MORIRÁS!!!
Por eso se habla de muerte y de nuevas criaturas.
 
El mérito propio lo es todo.
Aquí difiero.

Si así fuera, por demás murió Cristo.

¿Y sabe por qué lo digo?

Porque entonces el hombre y la mujer podrían salvarse así mismos sin necesidad de la cruz.


Existen solamente dos principios alternativos por los que la justificación es teóricamente posible en la actualidad.

Uno es que el hombre la merezca; el otro es mediante el favor inmerecido de Dios.

Que un hombre, desde la cuna hasta la tumba, sea todo lo que deba ser, y que haga todo lo que deba hacer; que, como la ley dice, ame a Dios con todo su corazón, y a su prójimo como a sí mismo, andando «en pureza, humildad, y haciendo el bien, mientras esté en la tierra», y una persona así «heredará la vida eterna».

Pero todas estas pretensiones son un síntoma de ignorancia y de degradación moral y espiritual.

Todos los hombres somos pecadores; y, siendo pecadores, nos hallamos totalmente dependientes de la gracia de Dios, de manera que depositar nuestra confianza en el mérito propio, o como piensa el otro forista, hagamos males para que vengan bienes, confundiendo el amor con la gracia Divina.

LA GRACIA ES SOBERANA Y ES LIBRE.

¿Por qué es soberana y es libre?

Por esto:

2Ti 1:9 quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos,

No está sujeta a la creación, es decir, a ningún tribunal humano, proviene del corazón de Dios en Cristo Jesús, Señor Nuestro.

Así de sencillo.
 
Por apurado.
Si así fuera, por demás murió Cristo.
Cristo vino en carne porque el mérito propio lo es todo.
Vino como hombre y aprendió como hombre a obedecer.
PURO MERITO PROPIO HUMANO.
¿Y sabe por qué lo digo?
Porque entonces el hombre y la mujer podrían salvarse así mismos sin necesidad de la cruz.
Cuando pecas una sola vez como Adán ya no puede salvarte NI DIOS.
Porque Dios no es hombre para que mienta.
Y por eso hubo que hacer un segundo Adán.
Existen solamente dos principios alternativos por los que la justificación es teóricamente posible en la actualidad.
Uno es que el hombre la merezca; el otro es mediante el favor inmerecido de Dios.
La justificación para con Dios siempre fue cosa de OBRAS y no de fe y por eso Adán se perdió por OBRAS y por OBRAS Jesucristo agradó a Dios.
Luego la justificación por fe es cosa entre nosotros y nuestro MEDIADOR, Jesucristo hombre.
Que un hombre, desde la cuna hasta la tumba, sea todo lo que deba ser, y que haga todo lo que deba hacer; que, como la ley dice, ame a Dios con todo su corazón, y a su prójimo como a sí mismo, andando «en pureza, humildad, y haciendo el bien, mientras esté en la tierra», y una persona así «heredará la vida eterna».
Pero todas estas pretensiones son un síntoma de ignorancia y de degradación moral y espiritual.
Todos los hombres somos pecadores; y, siendo pecadores, nos hallamos totalmente dependientes de la gracia de Dios, de manera que depositar nuestra confianza en el mérito propio, o como piensa el otro forista, hagamos males para que vengan bienes, confundiendo el amor con la gracia Divina.

LA GRACIA ES SOBERANA Y ES LIBRE.

¿Por qué es soberana y es libre?

Por esto:

2Ti 1:9 quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos,

No está sujeta a la creación, es decir, a ningún tribunal humano, proviene del corazón de Dios en Cristo Jesús, Señor Nuestro.

Así de sencillo.
Algún día entenderás las cosas con mayor profundidad.
 
Cristo vino en carne porque el mérito propio lo es todo.
Vino como hombre y aprendió como hombre a obedecer.
PURO MERITO PROPIO HUMANO.

Olvidas un pequeño detalle, la concupiscencia, entendida como el mecanismo que da a luz el pecado, Dios no la posee, pero la criatura, sea ángel o humano, sí la posee.

El Hijo fue Hombre, pero sin pecado, o más bíblicamente, es imposible que Dios peque.

Por tal motivo, les cerró la boca a sus enemigos con esta pregunta:

Jua_8:46 ¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis?


Tenga cuidado con esa doctrina del mérito humano, no la enseñe en ningún lugar.

¿Por qué?

Porque hace innecesaria la Cruz de Cristo.

Lo cual da a entender, que usted, forista argentino, le demuestra a Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, que ellos perdieron el tiempo planeando la Obra de la Redención desde antes de la fundación del mundo (1P.1:18-20).

Y en tal caso, habría que hacer una biblia nueva.

¿Por qué?

Porque las Escrituras nos encierra a todos bajo pecado.

Y en su supuesta biblia, Adán no peca, Abraham no dijo mentiras, David no se comió a su vecina ni mandó a matar al marido, su hijo Salomón no adoró los dioses de sus amantes, y todos los héroes de la fe, estarían allí por mérito humano, no se les puede acusar de pecadores.

Su tesis del mérito humano no posee ningún respaldo bíblico.
 
Olvidas un pequeño detalle...
¿Cual?
, la concupiscencia, entendida como el mecanismo que da a luz el pecado, Dios no la posee, pero la criatura, sea ángel o humano, sí la posee.
¿Quien te dijo eso?
Ni Adán fue creado con pecado, ni Jesucristo hombre fue engendrado con pecado.
El Hijo fue Hombre, pero sin pecado, o más bíblicamente, es imposible que Dios peque.
Tenés una ensalada.
Todavía mezclas identidad con forma.
Aunque es imposible que Dios peque estoy seguro que no te tenés ni idea del porque.
Pero Jesucristo no era Dios sino hombre y si podía pecar.
Por tal motivo, les cerró la boca a sus enemigos con esta pregunta:
Jua_8:46 ¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis?
Les cerró la boca porque no tenía pecado y no porque no podía pecar.
Tenga cuidado con esa doctrina del mérito humano, no la enseñe en ningún lugar.
¿Por qué?
Porque hace innecesaria la Cruz de Cristo.
Tipo grande y aún usando pañales.
Lo cual da a entender, que usted, forista argentino, le demuestra a Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, que ellos perdieron el tiempo planeando la Obra de la Redención desde antes de la fundación del mundo (1P.1:18-20).
Y en tal caso, habría que hacer una biblia nueva.
¿Por qué?
Porque las Escrituras nos encierra a todos bajo pecado.
Y en su supuesta biblia, Adán no peca, Abraham no dijo mentiras, David no se comió a su vecina ni mandó a matar al marido, su hijo Salomón no adoró los dioses de sus amantes, y todos los héroes de la fe, estarían allí por mérito humano, no se les puede acusar de pecadores.
Su tesis del mérito humano no posee ningún respaldo bíblico.
Y después de tu corta respuesta entiendo que tu ignorancia es supina.
Abrazos.
 
¿Quien te dijo eso?
Ni Adán fue creado con pecado, ni Jesucristo hombre fue engendrado con pecado.
Stg 1:13 Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie;
Stg 1:14 sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.
Stg 1:15 Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.
Stg 1:16 Amados hermanos míos, no erréis.

La expresión: "DIOS NO PUEDE SER TENTADO POR EL MAL" significa impecable.

La concupiscencia surge como la capacidad de la criatura de ser seducido por el mal.

El tabernáculo ocupado por el Hijo de Dios, no es obra biológica según Adán, por cuanto toda su descendencia espiritual pertenece a una tierra maldita por el pecado (Gén.3:17), reos al infierno (Ro.5:18).

ES UN TABERNÁCULO CELESTIAL (1Co_15:47), LO MÁS PURO Y PRECIOSO DEL CIELO

Heb 7:26 Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos;

María y Jesús, jamás tuvieron nada en común (Jua 2:4).
 
Tenés una ensalada.
Todavía mezclas identidad con forma.
Aunque es imposible que Dios peque estoy seguro que no te tenés ni idea del porque.
Pero Jesucristo no era Dios sino hombre y si podía pecar.

Ninguna ensalada, el segundo Hombre es del cielo, fue hecho según nuestra semejanza, pero sin pecado.

Nada de pecable, que podía fornicar, emborracharse, robar, matar, nada de eso, por tal cosa es lo que quiere decir "pecable".

Jesús nunca fue un hombre cualquiera, a pesar de ser rico y todopoderoso, no tenía donde recostar su cabeza.
 
Tipo grande y aún usando pañales.

Ningún usando pañales, estoy claro en quien es Cristo.

El hombre religioso lo reduce a una persona común y corriente, como hizo el Sanedrín, pero cuando veo los cielos a través de los ojos del telescopio James Webb, y lo contemplo lavando los pies de sus discípulos, entiendo cuando el Salmista señala:

¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria?

Porque el hombre en su pecado, es imposible de captar la anchura, la longitud, la profundidad y la altura del amor de Cristo que excede todo conocimiento.