cslfco;n3289436 dijo:
Estimado cslfco desde que te conozco y han pasado de esto ya varios años, siempre repites que para entender la salvación y las escrituras hay que verlas y tomarlas en todo su conjunto.
Desde el Genesis y hasta el apocalipsis.
Y no puedo más que darte la razón.
Cuando Adán desobedece a Dios y come del árbol que Dios le había dicho que no comiera, sus ojos se abren y el mismo mal pasa a formar parte de su naturaleza humana.
Tal es esto así que el comportamiento humano se degrada hasta tal punto que Dios manifiesta estar arrepentido de haber creado al hombre sobre la tierra.
Sabemos que Dios ya sabía de todo esto pero él debía dejar los eventos suceder.
La desobediencia de Adán introduce la muerte a toda la raza humana.
El hombre se corrompe interiormente y ya no hay nada en el que valga la pena rescatar.
Sus pensamientos son de continuo el mal.
Tan cierto es esto que Dios manifiesta esta realidad y nos la deja por escrito.
La pregunta que nos debemos hacer es esta ¿porque Dios, sabiendo esto, en vez de echar a Adán y Eva del huerto, directamente no les quitó la vida y terminó con todo?
Porque es obvio que anticipándose a este desgraciado desenlace, Dios tenía en mente un plan de salvación.
El no estaba dispuesto a permitir que el diablo le arruinara sus planes de tener una gran familia de hijos con quienes compartir su eternidad.
En Génesis 3:15 Dios nos deja escrito su plan que tiene que ver con el evangelio que ya todos conocemos.
El Verbo se haría carne, pero era necesario llegar hasta allí y si Dios le quitaba la vida a Adán y a Eva el día que desobedecieron, el cordero de Dios Jesús nunca nacería.
Es por eso que Dios les echa del huerto y preserva sus vidas y les deja multiplicarse.
El diluvio universal
El diluvio universal nos deja varias enseñanzas.
Por un lado nos revela una realidad humana que es irreversible.
Dios necesita dejar al hombre hacer según su propia voluntad y que el hombre solito demuestre lo que es capaz de hacer y a donde es capaz de llegar separado de Dios.
Tenemos que entender que los juicios de Dios son definitivos y verdaderos y si Dios llega a la tremenda conclusión de que el hombre, su creación, se estropeó de tal manera que no tiene salvación propia, la cosa es seria y definitiva.
Concluida esta etapa testimonial y demostrada la degeneración total de la raza humana Dios comienza a intervenir para poner en marcha su plan de salvación.
