No son dos pactos diferentes sino el mismo pacto.No, no entiendes, son dos pactos con dos leyes diferentes.
El primer pacto se realizó con una ley que Dios legisló para que al normar la vida el hombre ganara su propia justicia.
La norma de vida del viejo pacto son 613 instrucciones que no son de fe. Y es de justicia propia.
La norma de vida del nuevo pacto (ley del nuevo pacto), es Dios mismo viviendo en el creyente.
“mi ley” en la palabra de Dios a veces se refiere a la ley del antiguo pacto, es cierto, porque Dios dio ley por medio de Moisés, pero también dio ley por medio de Cristo y esa ley, la que dio por medio de Cristo no es la misma ley, es otra ley, “la fe”.
Entonces existen dos leyes, la ley de Moisés y la ley de Cristo. Pero ustedes unifican la palabra de Dios a una sola ley y un solo pacto.
Te explique que cuando la palabra de Dios se refiere al nuevo pacto:
Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.
No se refiere a la ley de Moisés, se refiere a la ley de la fe.
¿O explícanos con que ley se realizó el nuevo pacto con la ley de Moisés, o es un pacto de fe que se realizó con la ley de la fe?
Porque lo que tú afirmaste anteriormente fue:
Ahí estás diciendo que el nuevo pacto no es un pacto de fe, que el nuevo pacto fue grabar en el corazón la misma ley de Moisés, una ley que no es de fe, dejando fuera del pacto a Cristo y la fe.
¿O tú piensas que el nuevo pacto no es un pacto de fe?
De verdad no se como explicártelo.
Lo que te puedo decir es que la JUSTICIA verdadera solo se alcanza por OBRAS.
Y solo llega a ser JUSTO el que no peca jamás, o sea aquel que jamás OBRA injustamente.
Pero sin LEY no hay manera alguna de imputar falta y por eso Adán debió ser puesto bajo la LEY, aunque esta solo tuviera un mandamiento.
Y aunque las OBRAS son hijas de la fe, la JUSTICIA no se alcanza por fe sino por OBRAS, porque al final lo que determina nuestra fe es las OBRAS que OBRAMOS.
Y el pecado y la muerte entraron al mundo por las OBRAS de Adán y no por su fe, porque el pecado de ellos no fue contado desde que dudaron de Dios y le creyeron a Satanás, sino desde que comieron del árbol que Dios les mandó no comer.
Y si ellos hubieran decido comer pero en último momento se hubieran arrepentido, no hubieran pecado contra Dios.
Luego... y precisamente porque la verdadera JUSTICIA se alcanza por OBRAS y por la LEY es que el hombre se perdió sin remedio.
Ahora tenemos un problema y es que el hombre ya no puede volver atrás y ser vivificado para alcanzar JUSTICIA por obras ante una LEY que ya lo condenó y tampoco Dios puede justificar a nadie que no sea por OBRAS y por la LEY.
Y es allí donde entra en juego Jesús hombre.
Nacido de mujer y bajo la LEY para alcanzar JUSTICIA por OBRAS.
Aquella JUSTICIA por OBRAS que el primer hombre perdió, el segundo hombre, que es Jesucristo, la alcanzó.
Y Jesucristo alcanza JUSTICIA por OBRAS y por la LEY y como hombre y judío cumple el primer pacto con Dios por sus propios méritos.
Luego... y recien entonces, al cumplir el pacto con Dios, se levanta con el derecho legal para convertirse en mediador de un nuevo pacto.
Es en esta segunda parte donde aparece la JUSTIFICACIÓN por fe para todos aquellos que no pueden alcanzar JUSTICIA por OBRAS.
Pero esta JUSTIFICACIÓN por fe aún sigue siendo para Dios una JUSTIFICACIÓN por OBRAS, porque aunque nosotros solo pongamos la fe, Jesucristo ya puso las OBRAS.