La mayoría de cristianos (yo diría que todos) creen que Dios "es perfecto".
Pero, ¿lo creen realmente?
Lo que viene a continuación es un pequeño extracto del libro de Platón titulado La República, donde Sócrates conversa con Adimanto:
—¿Qué dices ahora de la segunda ley? ¿Debe mirarse a Dios como un encantador, que se complace en tomar mil formas diferentes, y que tan pronto aparece bajo una figura extraña, como nos engaña afectando nuestros sentidos cual si realmente estuviera presente? ¿No es más bien un ser simple y, entre todos los seres,
el menos capaz de mudar de forma?
—En este momento no sé aún qué responderte —dijo.
—Pues ¿qué? Cuando alguno abandona su forma natural, ¿no es necesario que ese cambio venga de él mismo o de otro?
—Sí.
—Pero las cosas mejor constituidas, ¿no son las que están menos expuestas a cambios procedentes de causas extrañas? Por ejemplo, los cuerpos sufren la acción del alimento, la bebida y el trabajo. Lo primero sucede con las plantas con relación a los vientos, al ardor del sol y a otros trastornos similares. Pues bien, ¿no son los más sanos y robustos los menos expuestos a la alteración?
—¿Cómo no?
—¿Y el alma no es tanto menos alterada y turbada por los accidentes exteriores, cuanto más enérgica e inteligente?
—Sí.
—Por la misma razón los artefactos, que son producto de la mano del hombre, los utensilios, los edificios, los vestidos, resisten al tiempo y a todo lo que puede destruirlos en la proporción en que están bien trabajados y formados de buenos materiales.
—Sin duda, así es.
—En general, todo lo que es perfecto, ya nazca su perfección de la naturaleza, ya del arte, o de ambos, está muy poco expuesto a cambios por efectos de una causa extraña.
—Así debe de ser.
—Pero Dios, así como todo lo que pertenece a su naturaleza, es perfecto.
(Todo lo bueno que hemos recibido, todo don perfecto que viene de arriba es de Dios, del Padre creador de los astros del cielo, en quien NUNCA HAY CAMBIO ni sombra de variación). Stg 1:17
—¿Cómo no ha de serlo?
—Luego considerado Dios desde este punto de vista, de ninguna manera es susceptible de adoptar muchas formas.
(Contrario a lo que afirman los creyentes de la doctrina de la "Trinidad".)
—No, desde luego.
—¿Recibirá el cambio y la alteración de sí mismo?
—Es evidente que si tuviera lugar algún cambio en Dios —dijo—, no podría venir de otra parte.
—Pero ¿este cambio se verificaría para mejorar y embellecerse o para empeorar y desfigurarse?
—Necesariamente para empeorar, si es que se altera —dijo—, porque no supondremos que a Dios falte ningún grado de belleza ni de virtud.
(ESCRITO ESTÁ de Cristo; NO DE DIOS:
Despreciado y desechado entre los hombres" Isaías 53:3)
(ESCRITO ESTÁ de Cristo; NO DE DIOS:
No hay hermosura en él, ni esplendor; lo veremos, mas sin atractivo alguno para que lo apreciemos." Isaías 53:2)
—Dices bien —asentí—. Y sentado esto, ¿crees, Adimanto, que nadie, sea hombre o dios, tome de suyo una forma peor en algún sentido que la suya?
—Eso es imposible —repuso.
(Aquí, tanto Sócrates como su amigo Adimanto, cometen un error; pues sólo el Dios verdadero ES PERFECTO;
esto es lo que hizo posible que el Dios Hijo pudiese cambiar y degradar su forma divina natural a la de siervo).
(¿Cómo dices que Cristo NO es perfecto? Leamos: "Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia". Hebreos 5:8)
(Convengamos en que Dios NO puede "aprender" como tampoco "ser obediente").
(Hay quien, con todo, alegará: "se refiere a la 2da persona de la trinidad, en su manifestación como Hijo, en los días de su carne".
Esto es falso. Pues Cristo tuvo tiempo de sobra en "aprender obediencia" en los días de su carne, antes de padecer en la cruz.
Leamos: "Así que Jesús bajó con sus padres a Nazaret y vivió sujeto a ellos" Lucas 2:51)
(La obediencia que el Hijo aprendió, pues, apunta a su naturaleza DIVINA; en efecto.
Cristo nunca supo lo que era obedecer a su Dios, nuestro Dios BAJO EL PADECIMIENTO.
Recordemos que desde siempre, Cristo estuvo al lado de Dios.
Nunca antes pues conoció lo que era "obedecer a Dios bajo el padecimiento y el mal";
por eso concluímos que el Hijo de Dios aprendió la obediencia a Dios, habiendo padecido).
(Escrito ESTÁ: "Porque convenía a Dios, por quien todas las cosas existen y subsisten, hiciera perfecto por medio de los padecimientos al autor de la salvación de ellos." Hebreos 2:10)
(Prosigue la conversacion entre Sócrates y su amigo Adimanto):
—Luego es imposible que Dios quiera cambiar —concluí—. Y cada uno de los dioses, muy bueno y muy bello por naturaleza, conserva siempre la forma que le es propia.
—Me parece que las cosas no pueden suceder de otra manera —dijo.
(Recordar el punto anterior establecido por el propio Sócrates: Dios es el único PERFECTO; los demás dioses, incluído su propio Hijo, como hemos podido ver NO eran perfectos; por tanto sí son susceptibles al cambio y a tomar otras formas, como la que tomó el Hijo; de siervo).
---
(Un poco más adelante, Sócrates comenta con su amigo Adimanto acerca de la mentira y la verdad):
—Pero ¿por cuál de estas razones puede ser la mentira útil a Dios? ¿La ignorancia de lo que ha pasado en tiempos lejanos le obligaría a disfrazar la mentira o a mentir bajo las apariencias de lo verosímil?
("Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia" Hechos 17:30 Y sin embargo este hecho NO OBLIGÓ A DIOS a mentir o a esconder la mentira).
—¡Eso sería ridículo decirlo! —exclamó.
—¿Luego Dios no es un poeta embustero?
—No lo creo.
—¿Mentiría por temor a sus enemigos?
—Nada de eso.
—¿O a causa de sus amigos furiosos o insensatos?
—Pero los furiosos y los insensatos no son amados por los dioses — apuntó.
—Luego ninguna razón obliga a Dios a mentir.
—No.
—Luego todo lo que es espiritual y divino, ¿es enemigo de la mentira?
—Totalmente —dijo.
—Dios, por tanto, es esencialmente recto y veraz en sus palabras y en sus acciones, no muda de forma, ni puede engañar a los demás, ni mediante fantasmas, ni mediante discursos, ni valiéndose de signos, sea durante el día y la vigilia, sea durante la noche y en sus sueños.
—Me parece que tienes razón al decir eso —asintió.
(Dios NUNCA MUDA DE FORMA: no hay en él "cambio ni sombra de VARIACIÓN" Santiago 1:17 Si Él hubiese cambiado su forma DIVINA a humana, siendo ÉL el único ser PERFECTO, SERÍA UN DIOS MENTIROSO).
—¿Apruebas, por consiguiente, nuestra segunda ley, que prohíbe hablar y escribir, respecto a los dioses, como si fueran encantadores que toman diferentes formas y que intentan engañarnos con sus discursos y sus acciones?
—La apruebo.
Y todo cristiano verdadero, hecho Hijo del Dios Altísimo, debería también aprobar junto con Adimanto:
-Apruebo que nuestro Dios, el Dios verdadero, NUNCA MUDÓ ni MUDA DE FORMA, ya que ÉL es PERFECTO (Stg 1:17).
-Que el único que pudo haberlo hecho es su Hijo Jesucristo, el cual "por lo que padeció, aprendió la obediencia" y que además "convino a Dios HACER PERFECTO al autor de nuestra salvación". Hebreos 2:10
-Y que me prohíbo a mí mismo (usted y yo que está leyendo) hablar y escribir de aquí en adelante tales cosas como que Dios "cambió su forma" siendo afrentas al verdadero Dios.
Estas son las cosas que nos recuerda Sócrates, acerca del verdadero Dios.
Pero, ¿lo creen realmente?
Lo que viene a continuación es un pequeño extracto del libro de Platón titulado La República, donde Sócrates conversa con Adimanto:
—¿Qué dices ahora de la segunda ley? ¿Debe mirarse a Dios como un encantador, que se complace en tomar mil formas diferentes, y que tan pronto aparece bajo una figura extraña, como nos engaña afectando nuestros sentidos cual si realmente estuviera presente? ¿No es más bien un ser simple y, entre todos los seres,
el menos capaz de mudar de forma?
—En este momento no sé aún qué responderte —dijo.
—Pues ¿qué? Cuando alguno abandona su forma natural, ¿no es necesario que ese cambio venga de él mismo o de otro?
—Sí.
—Pero las cosas mejor constituidas, ¿no son las que están menos expuestas a cambios procedentes de causas extrañas? Por ejemplo, los cuerpos sufren la acción del alimento, la bebida y el trabajo. Lo primero sucede con las plantas con relación a los vientos, al ardor del sol y a otros trastornos similares. Pues bien, ¿no son los más sanos y robustos los menos expuestos a la alteración?
—¿Cómo no?
—¿Y el alma no es tanto menos alterada y turbada por los accidentes exteriores, cuanto más enérgica e inteligente?
—Sí.
—Por la misma razón los artefactos, que son producto de la mano del hombre, los utensilios, los edificios, los vestidos, resisten al tiempo y a todo lo que puede destruirlos en la proporción en que están bien trabajados y formados de buenos materiales.
—Sin duda, así es.
—En general, todo lo que es perfecto, ya nazca su perfección de la naturaleza, ya del arte, o de ambos, está muy poco expuesto a cambios por efectos de una causa extraña.
—Así debe de ser.
—Pero Dios, así como todo lo que pertenece a su naturaleza, es perfecto.
(Todo lo bueno que hemos recibido, todo don perfecto que viene de arriba es de Dios, del Padre creador de los astros del cielo, en quien NUNCA HAY CAMBIO ni sombra de variación). Stg 1:17
—¿Cómo no ha de serlo?
—Luego considerado Dios desde este punto de vista, de ninguna manera es susceptible de adoptar muchas formas.
(Contrario a lo que afirman los creyentes de la doctrina de la "Trinidad".)
—No, desde luego.
—¿Recibirá el cambio y la alteración de sí mismo?
—Es evidente que si tuviera lugar algún cambio en Dios —dijo—, no podría venir de otra parte.
—Pero ¿este cambio se verificaría para mejorar y embellecerse o para empeorar y desfigurarse?
—Necesariamente para empeorar, si es que se altera —dijo—, porque no supondremos que a Dios falte ningún grado de belleza ni de virtud.
(ESCRITO ESTÁ de Cristo; NO DE DIOS:
Despreciado y desechado entre los hombres" Isaías 53:3)
(ESCRITO ESTÁ de Cristo; NO DE DIOS:
No hay hermosura en él, ni esplendor; lo veremos, mas sin atractivo alguno para que lo apreciemos." Isaías 53:2)
—Dices bien —asentí—. Y sentado esto, ¿crees, Adimanto, que nadie, sea hombre o dios, tome de suyo una forma peor en algún sentido que la suya?
—Eso es imposible —repuso.
(Aquí, tanto Sócrates como su amigo Adimanto, cometen un error; pues sólo el Dios verdadero ES PERFECTO;
esto es lo que hizo posible que el Dios Hijo pudiese cambiar y degradar su forma divina natural a la de siervo).
(¿Cómo dices que Cristo NO es perfecto? Leamos: "Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia". Hebreos 5:8)
(Convengamos en que Dios NO puede "aprender" como tampoco "ser obediente").
(Hay quien, con todo, alegará: "se refiere a la 2da persona de la trinidad, en su manifestación como Hijo, en los días de su carne".
Esto es falso. Pues Cristo tuvo tiempo de sobra en "aprender obediencia" en los días de su carne, antes de padecer en la cruz.
Leamos: "Así que Jesús bajó con sus padres a Nazaret y vivió sujeto a ellos" Lucas 2:51)
(La obediencia que el Hijo aprendió, pues, apunta a su naturaleza DIVINA; en efecto.
Cristo nunca supo lo que era obedecer a su Dios, nuestro Dios BAJO EL PADECIMIENTO.
Recordemos que desde siempre, Cristo estuvo al lado de Dios.
Nunca antes pues conoció lo que era "obedecer a Dios bajo el padecimiento y el mal";
por eso concluímos que el Hijo de Dios aprendió la obediencia a Dios, habiendo padecido).
(Escrito ESTÁ: "Porque convenía a Dios, por quien todas las cosas existen y subsisten, hiciera perfecto por medio de los padecimientos al autor de la salvación de ellos." Hebreos 2:10)
(Prosigue la conversacion entre Sócrates y su amigo Adimanto):
—Luego es imposible que Dios quiera cambiar —concluí—. Y cada uno de los dioses, muy bueno y muy bello por naturaleza, conserva siempre la forma que le es propia.
—Me parece que las cosas no pueden suceder de otra manera —dijo.
(Recordar el punto anterior establecido por el propio Sócrates: Dios es el único PERFECTO; los demás dioses, incluído su propio Hijo, como hemos podido ver NO eran perfectos; por tanto sí son susceptibles al cambio y a tomar otras formas, como la que tomó el Hijo; de siervo).
---
(Un poco más adelante, Sócrates comenta con su amigo Adimanto acerca de la mentira y la verdad):
—Pero ¿por cuál de estas razones puede ser la mentira útil a Dios? ¿La ignorancia de lo que ha pasado en tiempos lejanos le obligaría a disfrazar la mentira o a mentir bajo las apariencias de lo verosímil?
("Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia" Hechos 17:30 Y sin embargo este hecho NO OBLIGÓ A DIOS a mentir o a esconder la mentira).
—¡Eso sería ridículo decirlo! —exclamó.
—¿Luego Dios no es un poeta embustero?
—No lo creo.
—¿Mentiría por temor a sus enemigos?
—Nada de eso.
—¿O a causa de sus amigos furiosos o insensatos?
—Pero los furiosos y los insensatos no son amados por los dioses — apuntó.
—Luego ninguna razón obliga a Dios a mentir.
—No.
—Luego todo lo que es espiritual y divino, ¿es enemigo de la mentira?
—Totalmente —dijo.
—Dios, por tanto, es esencialmente recto y veraz en sus palabras y en sus acciones, no muda de forma, ni puede engañar a los demás, ni mediante fantasmas, ni mediante discursos, ni valiéndose de signos, sea durante el día y la vigilia, sea durante la noche y en sus sueños.
—Me parece que tienes razón al decir eso —asintió.
(Dios NUNCA MUDA DE FORMA: no hay en él "cambio ni sombra de VARIACIÓN" Santiago 1:17 Si Él hubiese cambiado su forma DIVINA a humana, siendo ÉL el único ser PERFECTO, SERÍA UN DIOS MENTIROSO).
—¿Apruebas, por consiguiente, nuestra segunda ley, que prohíbe hablar y escribir, respecto a los dioses, como si fueran encantadores que toman diferentes formas y que intentan engañarnos con sus discursos y sus acciones?
—La apruebo.
Y todo cristiano verdadero, hecho Hijo del Dios Altísimo, debería también aprobar junto con Adimanto:
-Apruebo que nuestro Dios, el Dios verdadero, NUNCA MUDÓ ni MUDA DE FORMA, ya que ÉL es PERFECTO (Stg 1:17).
-Que el único que pudo haberlo hecho es su Hijo Jesucristo, el cual "por lo que padeció, aprendió la obediencia" y que además "convino a Dios HACER PERFECTO al autor de nuestra salvación". Hebreos 2:10
-Y que me prohíbo a mí mismo (usted y yo que está leyendo) hablar y escribir de aquí en adelante tales cosas como que Dios "cambió su forma" siendo afrentas al verdadero Dios.
Estas son las cosas que nos recuerda Sócrates, acerca del verdadero Dios.
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