Re: Las 70 semanas
Billi,
Sería bueno que moderaras tu vocabulario. Esa forma de debatir deja mucho que desear. Solo atacas y no aportas nada. A continuación la evidencia que quieres, por partes. Esto ya lo he presentado en posts anteriores. Espero respuestas bíblicas y no insultos o evasivas. Primeramente hablemos del punto de partida. Veamos:
El siguiente versículo provee el punto de partida para dicho período profético. Daniel 9:25 dice: “Sabe, pues y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe habrá siete semanas y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro, pero esto en tiempos angustiosos” (Reina-Valera, 1977) (8).
Varios decretos se mencionan en el libro de Esdras. Un decreto es una ordenanza, o, edicto promulgado por la autoridad civil u otra autoridad . El primer decreto mencionado por Esdras fue el de Ciro. "En el primer año de Ciro, rey de Persia, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, movió Jehová el espíritu de Ciro, rey de Persia, el cual hizo pregonar de palabra y también por escrito, por todo su reino diciendo: Así ha dicho Ciro, rey de Persia: Jehová el Dios de los cielos me ha dado todos los reinos de la tierra, y me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá. Quién de vosotros pertenezca a su pueblo, sea Dios con él, y suba a Jerusalén, que está en Judá, y edifique la casa de Jehová, Dios de Israel, el Dios que habita en Jerusalén. Y a todo el que haya quedado, en cualquier lugar donde more, ayúdenle los hombres de su lugar con plata, oro, bienes y ganados, además de ofrendas voluntarias para la casa de Dios, la cual está en Jerusalén" (Esdras 1:1-4).
El decreto de Ciro, rey de Persia, autorizó la reconstrucción del templo de Jerusalén, que había sido destruido por los babilonios en el 586 a.C. (9). Ciro mismo pregonó el edicto (Esdras 1:1). Aunque en Isaias 44:28 se profetizó que Ciro reconstruiría la ciudad y el templo, el decreto de Ciro se circunscribió a la reconstrucción del templo solamente. En Esdras 2:1-62 se menciona el grupo que salió de Babilonia hacia Jerusalén para comenzar la reconstrucción del templo. "Y habitaron los sacerdotes, los levitas, los del pueblo, los cantores, los porteros y los sirvientes del templo en sus ciudades; y todo Israel en sus ciudades" (2:70). Zorobabel y Josué, junto con sus hermanos, reconstruyeron el altar y ofrecieron holocaustos a Jehová: los de la mañana y los de la tarde (3:3). Celebraron la fiesta de los Tabernáculos conforme al rito, el continuo, las lunas nuevas y todas las fiestas solemnes de Jehová (3:4,5).
Era el mes séptimo y desde el primer día ofrecieron holocaustos a Jehová, pero los cimientos del templo no habían sido echados (3:6). Al segundo año de su llegada, por orden de Zorobabel y de Josué, se activó la obra de la casa de Jehová (3:8). Los israelitas trabajaron al son de la música y de los cantos que ejecutaban los levitas. No se podía distinguir el sonido de los gritos de alegría, del sonido del llanto, porque clamaba el pueblo con gran júbilo (3:10-13).
Cuando los enemigos de Jehová se enteraron que los venidos de la cautividad reedificaban la casa de Dios, se acercaron a Zorobabel y a los jefes de las casas paternas. Les pidieron permiso para unirse al grupo de trabajadores. Zorobabel y los demás rehusaron su ayuda, lo cual les enfureció a tal punto, que se dedicaron a entorpecer la reconstrucción (4:1-5).
Esta oposición de los enemigos del pueblo de Dios, dio comienzo en los días de Ciro y continuó hasta los días de Artajerjes I. Esdras 4:1-5 relata dicha oposición durante los reinados de Ciro y de Darío. Esdras 4:6-23 es un paréntesis que muestra la oposición contra el pueblo de Dios durante el período de los reyes persas Asuero y Artajerjes I (10). Los enemigos del pueblo de Dios escribieron una carta al rey Artajerjes I, donde afirmaban que los judíos venidos del cautiverio edificaban una ciudad rebelde y mala y levantaban los muros y reparaban los fundamentos. El rey envió una respuesta a estos enemigos de Israel exprezando su desición de paralizar la obra. Tan pronto como la copia de la carta del rey Artajerjes I fue leída delante de Rehum, de Simsay y de sus compañeros, estos se fueron apresuradamente a Jerusalén y "les hicieron cesar con poder y violencia" (4:23). Este acto demuestra que el edicto del rey no era puesto en vigor mientras este no fuese entregado a sus destinatarios. Solo entonces se podría ejecutar la orden.
Varios años mas tarde durante el mes de Quisleu, en el año veinte, estando Nehemías en Susa, al servicio del rey, Hanani, su hermano le llevó malas noticias desde Jerusalén. Le dijo que el remanente que quedaba en Jerusalén estaba muy mal, que el muro de Jerusalén había sido derribado y sus puertas quemadas a fuego (Nehemias 1:1-3). Esta destrucción fue obra de los enemigos de Israel, luego que los judíos dieron comienzo a la reconstrucción de la ciudad por mandato de Artajerjes I. Tan pronto como estos enemigos del pueblo de Dios recibieron la carta del rey paralizando la obra, actuaron con gran violencia, quemando y destruyendo lo que se había construido hasta entonces. Este hecho indica que el decreto inicial de Artajerjes en el 457 a.C. autorizaba a Esdras a reconstruir la ciudad y a levantar los muros. No solamente eso, en Esdras 9:9 dice: “Porque siervos somos, mas en nuestra servidumbre, no nos ha desamparado nuestro Dios, sino que inclinó sobre nosotros su misericordia delante de los reyes de Persia, para que se nos diese vida para levantar la casa de nuestro Dios y restaurar sus ruinas y darnos protección en Judá y en Jerusalén.” La palabra hebrea “GADER” significa muro. La versión Reina Valera, Revisión 1977, traduce esta palabra como “protección”. Según el versículo anterior, en los días de Esdras se estaba reconstruyendo la ciudad y el muro. Esdras 4:24 indica que como resultado de la oposición de los enemigos del pueblo de Dios durante el reinado de Ciro, la obra quedo suspendida hasta el segundo año del reinado de Darío, rey de Persia. Hageo quién fue contemporaneo de Zorobabel y de Josué, no estaba muy contento con lo que estaba ocurriendo en Jerusalén. El recibió palabra de Jehová para Zorobabel y para Josué. Les dijo: "?Es para vosotros tiempo para habitar en vuestras casas atesonadas mientras esta casa está en ruinas?...subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa..."(Hageo 1:4,8). El pueblo se había dedicado a construir sus viviendas y a decorarlas y pusieron en segundo lugar la reconstrucción del templo. Luego del llamado de Hageo, el pueblo bajo la dirección de Zorobabel y de Josué comenzó a reedificar la casa de Dios en Jerusalén.
Los enemigos del pueblo de Dios, encabezados por Tatnay, gobernador del otro lado del río, entorpecieron la reconstrucción. Tatnay y sus compañeros enviaron una carta al rey Darío poniendo en duda la autorización dada a los judíos para edificar la casa y para levantar sus muros (5:6-9). Darío ordenó buscar en la casa de los archivos en Babilonia la orden dada por Ciro. El edicto de Ciro fue encontrado en Ebactana. El rey lo leyó y luego le ordenó a Tatnay y a sus compañeros que se retirasen de allí, que permitiesen que se continuara la obra y que proveyeran lo necesario para la reconstrucción y el culto. Tatnay y sus compañeros hicieron lo que el rey había ordenado al pie de la letra (6:1-13). El templo fue terminado el tercer día del mes de Adar, durante el sexto año del rey Darío. Ese año fue el 516 a.C., setenta años luego de la destrucción del templo de Jerusalén por Nabucodonosor en el 586 a.C. (11). La casa fue dedicada y los levitas establecieron sus turnos de servicio en la casa de Jehová (6:16-18). Luego celebraron la Pascua (6:19-22).
En el séptimo año del rey Artajerjes I, Esdras subió de Babilonia y el rey le concedió todo lo que él pidió (7:1-6). El rey Artajerjes I le entregó una carta a Esdras donde el rey exprezaba lo siguiente: "Artajerjes, rey de reyes, a Esdras, sacerdote y escriba erudito en la ley del Dios del cielo: Paz. Por mí es dada orden que todo aquel en mi reino, del pueblo de Israel y de sus sacerdotes y levitas, que quiera ir contigo a Jerusalén, vaya. Porque de parte del rey y de sus siete consejeros eres enviado a inspeccionar Judea y Jerusalén conforme a la ley de tu Dios que está en tu mano; y a llevar la plata y el oro que el rey y sus consejeros voluntariamente ofrecen al Dios de Israel, cuya morada está en Jerusalén, y toda la plata y el oro que halles en toda la provincia de Babilonia, con las ofrendas voluntarias del pueblo y de los sacerdotes, que voluntariamente ofrezcan para la casa de su Dios, la cual está en Jerusalén. Comprarás, pues, diligentemente con este dinero becerros, carneros, y corderos, con sus ofrendas y sus libaciones, y los ofreceras sobre el altar de la casa de vuestro Dios, la cual está en Jerusalén. Y lo que a ti y a tus hermanos os parezca hacer de la otra plata y oro, hacedlo conforme a la voluntad de Dios...Y todo lo que se requiere para la casa de tu Dios, que te sea necesario dar, lo darás de la casa de los tesoros del rey. Y por mí, Artajerjes rey, es dada la orden a todos los tesoreros que están al otro lado lel río, que todo lo que os pida el sacerdote Esdras, escriba de la ley del Dios del cielo, se le conceda prontamente...Y tu Esdras, conforme a la sabiduría que tienes de tu Dios, pon jueces y gobernadores que gobiernen a todo el pueblo que está al otro lado del río, a todos los que conocen las leyes de tu Dios; y al que no las conoce, las enseñarás. Y cualquiera que no cumpla la ley de tu Dios, y la ley del rey, sea juzgado prontamente, sea a muerte, a destierro, a pena de multa, o prisión" (7:12-26).
Alguno pudiera alegar que esta carta no contiene instrucciones para reconstruir la ciudad y por lo tanto no es el decreto que contempla Daniel 9:25 como punto de partida para las setenta semanas. Según Angel Manuel Rodríguez: "El decreto de Artajerjes en el 457 a.C. comprendía varios elementos importantes, la mayoría de los cuales no estaban incluidos en los decretos anteriores: 1. concedía permiso a los exiliados para regrezar a Jerusalén; 2. asignaba fondos para el sostenimiento del templo; 3. el templo y su personal quedaban exentos de impuestos; 4. Esdras habría de investigar la situación del pueblo de Judá, posiblemente con el propósito de poner sus vidas en armonía con la ley de Moisés; 5. y él mismo habría de establecer un sistema legal basado en la Tora para todos los judíos de Judea y de la provincia al sur del Eufrates. Este último punto incluía el nombramiento de magistrados y jueces para aplicar la ley." (12).
Este decreto no tenía que ver con la reconstrucción del templo, sino con su embellecimiento ya que el templo había sido terminado en el 516 a.C. (7:16,20,23). Esdras 4:12 y 9:9 hacen meridianamente claro que el decreto de Artajerjes autorizaba la reedificación de la ciudad, de los muros y el levantamiento de los fundamentos. Además, según Esdras 7:25,26 este decreto autorizaba a los judíos a establecer su propio gobierno como en el pasado. Según Daniel 9:25 esta orden restauraría el gobierno teocrático en Jerusalén, como en antaño. La expresión hebrea “LeHaSHiB” que se traduce en Daniel 9:25 por restaurar, proviene de la raiz hebrea “SHUB” que conlleva la idea de regrezar. Por tal razón, alguien podría decir que se refiere a la vuelta de los cautivos a Jerusalén bajo el decreto de Ciro. Pero no todas las veces "SHUB" se traduce como volver. Según el Dr. Angel M. Rodríguez, en Daniel el objeto del verbo "SHUB" es la ciudad de Jerusalén que estaba en ruinas, no los cautivos. El cita 1 Reyes 20:34 donde dice que Ben-Adad restituiría (SHUB, restaurar) a los israelitas las ciudades que su padre tomó del padre de del rey Acab. En este caso restaurar significa devolver las ciudades al dueño original y no incluye la idea de reconstrucción porque las ciudades no fueron destruidas. Cita 2 Reyes 14:22 donde Azarías, rey de Judá es descrito como el que reedificó (BANAH) Elat y restituyó ("SHUB") a Judá. Esta cita contiene los dos verbos encontrados en Daniel 9:25: reedificar (BANAH) y restaurar (SHUB). El verbo restaurar entonces significa que funcionaría nuevamente como una ciudad gobernada por los israelitas como parte de sus territorios. En otras palabras, Daniel 9:25 señala un tiempo cuando la ciudad sería devuelta a los israelitas para ser gobernada de acuerdo a sus propias leyes como un gobierno teocrático. (12a). Por lo tanto aplicar la expresión hebrea "SHUB" a la vuelta de los cautivos a Jerusalén bajo el reinado de Ciro, carece de fundamento. Jerusalén regresaría a su estado previo al cautiverio babilónico. Esa es la idea exprezada por "SHUB".
El decreto de Artajerjes I cuadra perfectamente con los requerimientos enunciados en Daniel 9:25 que incluían la restauración del gobierno civil y la reconstrucción de Jerusalén.
Que Dios te bendiga y te guarde.
Bueno, sectario desbocado, pues ahora tù acabas de admitir, que ustedes en la secta adventista no pueden precisar el EL DIA EXACTO EN QUE DICHA PROFECIA COMENZÒ, Y ESO DEMUESTRA SIN LUGAR A DUDAS, QUE LA SECTA adventista SIMPLEMENTE SE INVENTÒ LA FECHA DEL 22 DE OCTUBRE DEL 1844...YA QUE solo es posible establecer el dia exacto del cumplimiento de una profecia, contando a partir del dia exacto de su inicio.
!Y PRECISAMENTE ESO, ES LO QUE ME INTERESABA DEMOSTRAR AQUÌ!!!!!...
BILLY VICENTE
Billi,
Sería bueno que moderaras tu vocabulario. Esa forma de debatir deja mucho que desear. Solo atacas y no aportas nada. A continuación la evidencia que quieres, por partes. Esto ya lo he presentado en posts anteriores. Espero respuestas bíblicas y no insultos o evasivas. Primeramente hablemos del punto de partida. Veamos:
El siguiente versículo provee el punto de partida para dicho período profético. Daniel 9:25 dice: “Sabe, pues y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe habrá siete semanas y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro, pero esto en tiempos angustiosos” (Reina-Valera, 1977) (8).
Varios decretos se mencionan en el libro de Esdras. Un decreto es una ordenanza, o, edicto promulgado por la autoridad civil u otra autoridad . El primer decreto mencionado por Esdras fue el de Ciro. "En el primer año de Ciro, rey de Persia, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, movió Jehová el espíritu de Ciro, rey de Persia, el cual hizo pregonar de palabra y también por escrito, por todo su reino diciendo: Así ha dicho Ciro, rey de Persia: Jehová el Dios de los cielos me ha dado todos los reinos de la tierra, y me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá. Quién de vosotros pertenezca a su pueblo, sea Dios con él, y suba a Jerusalén, que está en Judá, y edifique la casa de Jehová, Dios de Israel, el Dios que habita en Jerusalén. Y a todo el que haya quedado, en cualquier lugar donde more, ayúdenle los hombres de su lugar con plata, oro, bienes y ganados, además de ofrendas voluntarias para la casa de Dios, la cual está en Jerusalén" (Esdras 1:1-4).
El decreto de Ciro, rey de Persia, autorizó la reconstrucción del templo de Jerusalén, que había sido destruido por los babilonios en el 586 a.C. (9). Ciro mismo pregonó el edicto (Esdras 1:1). Aunque en Isaias 44:28 se profetizó que Ciro reconstruiría la ciudad y el templo, el decreto de Ciro se circunscribió a la reconstrucción del templo solamente. En Esdras 2:1-62 se menciona el grupo que salió de Babilonia hacia Jerusalén para comenzar la reconstrucción del templo. "Y habitaron los sacerdotes, los levitas, los del pueblo, los cantores, los porteros y los sirvientes del templo en sus ciudades; y todo Israel en sus ciudades" (2:70). Zorobabel y Josué, junto con sus hermanos, reconstruyeron el altar y ofrecieron holocaustos a Jehová: los de la mañana y los de la tarde (3:3). Celebraron la fiesta de los Tabernáculos conforme al rito, el continuo, las lunas nuevas y todas las fiestas solemnes de Jehová (3:4,5).
Era el mes séptimo y desde el primer día ofrecieron holocaustos a Jehová, pero los cimientos del templo no habían sido echados (3:6). Al segundo año de su llegada, por orden de Zorobabel y de Josué, se activó la obra de la casa de Jehová (3:8). Los israelitas trabajaron al son de la música y de los cantos que ejecutaban los levitas. No se podía distinguir el sonido de los gritos de alegría, del sonido del llanto, porque clamaba el pueblo con gran júbilo (3:10-13).
Cuando los enemigos de Jehová se enteraron que los venidos de la cautividad reedificaban la casa de Dios, se acercaron a Zorobabel y a los jefes de las casas paternas. Les pidieron permiso para unirse al grupo de trabajadores. Zorobabel y los demás rehusaron su ayuda, lo cual les enfureció a tal punto, que se dedicaron a entorpecer la reconstrucción (4:1-5).
Esta oposición de los enemigos del pueblo de Dios, dio comienzo en los días de Ciro y continuó hasta los días de Artajerjes I. Esdras 4:1-5 relata dicha oposición durante los reinados de Ciro y de Darío. Esdras 4:6-23 es un paréntesis que muestra la oposición contra el pueblo de Dios durante el período de los reyes persas Asuero y Artajerjes I (10). Los enemigos del pueblo de Dios escribieron una carta al rey Artajerjes I, donde afirmaban que los judíos venidos del cautiverio edificaban una ciudad rebelde y mala y levantaban los muros y reparaban los fundamentos. El rey envió una respuesta a estos enemigos de Israel exprezando su desición de paralizar la obra. Tan pronto como la copia de la carta del rey Artajerjes I fue leída delante de Rehum, de Simsay y de sus compañeros, estos se fueron apresuradamente a Jerusalén y "les hicieron cesar con poder y violencia" (4:23). Este acto demuestra que el edicto del rey no era puesto en vigor mientras este no fuese entregado a sus destinatarios. Solo entonces se podría ejecutar la orden.
Varios años mas tarde durante el mes de Quisleu, en el año veinte, estando Nehemías en Susa, al servicio del rey, Hanani, su hermano le llevó malas noticias desde Jerusalén. Le dijo que el remanente que quedaba en Jerusalén estaba muy mal, que el muro de Jerusalén había sido derribado y sus puertas quemadas a fuego (Nehemias 1:1-3). Esta destrucción fue obra de los enemigos de Israel, luego que los judíos dieron comienzo a la reconstrucción de la ciudad por mandato de Artajerjes I. Tan pronto como estos enemigos del pueblo de Dios recibieron la carta del rey paralizando la obra, actuaron con gran violencia, quemando y destruyendo lo que se había construido hasta entonces. Este hecho indica que el decreto inicial de Artajerjes en el 457 a.C. autorizaba a Esdras a reconstruir la ciudad y a levantar los muros. No solamente eso, en Esdras 9:9 dice: “Porque siervos somos, mas en nuestra servidumbre, no nos ha desamparado nuestro Dios, sino que inclinó sobre nosotros su misericordia delante de los reyes de Persia, para que se nos diese vida para levantar la casa de nuestro Dios y restaurar sus ruinas y darnos protección en Judá y en Jerusalén.” La palabra hebrea “GADER” significa muro. La versión Reina Valera, Revisión 1977, traduce esta palabra como “protección”. Según el versículo anterior, en los días de Esdras se estaba reconstruyendo la ciudad y el muro. Esdras 4:24 indica que como resultado de la oposición de los enemigos del pueblo de Dios durante el reinado de Ciro, la obra quedo suspendida hasta el segundo año del reinado de Darío, rey de Persia. Hageo quién fue contemporaneo de Zorobabel y de Josué, no estaba muy contento con lo que estaba ocurriendo en Jerusalén. El recibió palabra de Jehová para Zorobabel y para Josué. Les dijo: "?Es para vosotros tiempo para habitar en vuestras casas atesonadas mientras esta casa está en ruinas?...subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa..."(Hageo 1:4,8). El pueblo se había dedicado a construir sus viviendas y a decorarlas y pusieron en segundo lugar la reconstrucción del templo. Luego del llamado de Hageo, el pueblo bajo la dirección de Zorobabel y de Josué comenzó a reedificar la casa de Dios en Jerusalén.
Los enemigos del pueblo de Dios, encabezados por Tatnay, gobernador del otro lado del río, entorpecieron la reconstrucción. Tatnay y sus compañeros enviaron una carta al rey Darío poniendo en duda la autorización dada a los judíos para edificar la casa y para levantar sus muros (5:6-9). Darío ordenó buscar en la casa de los archivos en Babilonia la orden dada por Ciro. El edicto de Ciro fue encontrado en Ebactana. El rey lo leyó y luego le ordenó a Tatnay y a sus compañeros que se retirasen de allí, que permitiesen que se continuara la obra y que proveyeran lo necesario para la reconstrucción y el culto. Tatnay y sus compañeros hicieron lo que el rey había ordenado al pie de la letra (6:1-13). El templo fue terminado el tercer día del mes de Adar, durante el sexto año del rey Darío. Ese año fue el 516 a.C., setenta años luego de la destrucción del templo de Jerusalén por Nabucodonosor en el 586 a.C. (11). La casa fue dedicada y los levitas establecieron sus turnos de servicio en la casa de Jehová (6:16-18). Luego celebraron la Pascua (6:19-22).
En el séptimo año del rey Artajerjes I, Esdras subió de Babilonia y el rey le concedió todo lo que él pidió (7:1-6). El rey Artajerjes I le entregó una carta a Esdras donde el rey exprezaba lo siguiente: "Artajerjes, rey de reyes, a Esdras, sacerdote y escriba erudito en la ley del Dios del cielo: Paz. Por mí es dada orden que todo aquel en mi reino, del pueblo de Israel y de sus sacerdotes y levitas, que quiera ir contigo a Jerusalén, vaya. Porque de parte del rey y de sus siete consejeros eres enviado a inspeccionar Judea y Jerusalén conforme a la ley de tu Dios que está en tu mano; y a llevar la plata y el oro que el rey y sus consejeros voluntariamente ofrecen al Dios de Israel, cuya morada está en Jerusalén, y toda la plata y el oro que halles en toda la provincia de Babilonia, con las ofrendas voluntarias del pueblo y de los sacerdotes, que voluntariamente ofrezcan para la casa de su Dios, la cual está en Jerusalén. Comprarás, pues, diligentemente con este dinero becerros, carneros, y corderos, con sus ofrendas y sus libaciones, y los ofreceras sobre el altar de la casa de vuestro Dios, la cual está en Jerusalén. Y lo que a ti y a tus hermanos os parezca hacer de la otra plata y oro, hacedlo conforme a la voluntad de Dios...Y todo lo que se requiere para la casa de tu Dios, que te sea necesario dar, lo darás de la casa de los tesoros del rey. Y por mí, Artajerjes rey, es dada la orden a todos los tesoreros que están al otro lado lel río, que todo lo que os pida el sacerdote Esdras, escriba de la ley del Dios del cielo, se le conceda prontamente...Y tu Esdras, conforme a la sabiduría que tienes de tu Dios, pon jueces y gobernadores que gobiernen a todo el pueblo que está al otro lado del río, a todos los que conocen las leyes de tu Dios; y al que no las conoce, las enseñarás. Y cualquiera que no cumpla la ley de tu Dios, y la ley del rey, sea juzgado prontamente, sea a muerte, a destierro, a pena de multa, o prisión" (7:12-26).
Alguno pudiera alegar que esta carta no contiene instrucciones para reconstruir la ciudad y por lo tanto no es el decreto que contempla Daniel 9:25 como punto de partida para las setenta semanas. Según Angel Manuel Rodríguez: "El decreto de Artajerjes en el 457 a.C. comprendía varios elementos importantes, la mayoría de los cuales no estaban incluidos en los decretos anteriores: 1. concedía permiso a los exiliados para regrezar a Jerusalén; 2. asignaba fondos para el sostenimiento del templo; 3. el templo y su personal quedaban exentos de impuestos; 4. Esdras habría de investigar la situación del pueblo de Judá, posiblemente con el propósito de poner sus vidas en armonía con la ley de Moisés; 5. y él mismo habría de establecer un sistema legal basado en la Tora para todos los judíos de Judea y de la provincia al sur del Eufrates. Este último punto incluía el nombramiento de magistrados y jueces para aplicar la ley." (12).
Este decreto no tenía que ver con la reconstrucción del templo, sino con su embellecimiento ya que el templo había sido terminado en el 516 a.C. (7:16,20,23). Esdras 4:12 y 9:9 hacen meridianamente claro que el decreto de Artajerjes autorizaba la reedificación de la ciudad, de los muros y el levantamiento de los fundamentos. Además, según Esdras 7:25,26 este decreto autorizaba a los judíos a establecer su propio gobierno como en el pasado. Según Daniel 9:25 esta orden restauraría el gobierno teocrático en Jerusalén, como en antaño. La expresión hebrea “LeHaSHiB” que se traduce en Daniel 9:25 por restaurar, proviene de la raiz hebrea “SHUB” que conlleva la idea de regrezar. Por tal razón, alguien podría decir que se refiere a la vuelta de los cautivos a Jerusalén bajo el decreto de Ciro. Pero no todas las veces "SHUB" se traduce como volver. Según el Dr. Angel M. Rodríguez, en Daniel el objeto del verbo "SHUB" es la ciudad de Jerusalén que estaba en ruinas, no los cautivos. El cita 1 Reyes 20:34 donde dice que Ben-Adad restituiría (SHUB, restaurar) a los israelitas las ciudades que su padre tomó del padre de del rey Acab. En este caso restaurar significa devolver las ciudades al dueño original y no incluye la idea de reconstrucción porque las ciudades no fueron destruidas. Cita 2 Reyes 14:22 donde Azarías, rey de Judá es descrito como el que reedificó (BANAH) Elat y restituyó ("SHUB") a Judá. Esta cita contiene los dos verbos encontrados en Daniel 9:25: reedificar (BANAH) y restaurar (SHUB). El verbo restaurar entonces significa que funcionaría nuevamente como una ciudad gobernada por los israelitas como parte de sus territorios. En otras palabras, Daniel 9:25 señala un tiempo cuando la ciudad sería devuelta a los israelitas para ser gobernada de acuerdo a sus propias leyes como un gobierno teocrático. (12a). Por lo tanto aplicar la expresión hebrea "SHUB" a la vuelta de los cautivos a Jerusalén bajo el reinado de Ciro, carece de fundamento. Jerusalén regresaría a su estado previo al cautiverio babilónico. Esa es la idea exprezada por "SHUB".
El decreto de Artajerjes I cuadra perfectamente con los requerimientos enunciados en Daniel 9:25 que incluían la restauración del gobierno civil y la reconstrucción de Jerusalén.
Que Dios te bendiga y te guarde.