Los que han venido después de la Reforma, y qué abominan de ella, normalmente son sectas que se esconden tras el nombre de Evangélicos, pero de Evangélicos no tienen nada, porque niegan doctrinas fundamentales del cristianismo, creyendo que tienen la fórmula de la CoCaCola, han convertido sus cultos en un circo de tres pistas que produce en sus miembros desequilibrios mentales, son conocidos por sus estafas, escándalos. Eso sí, dicen que todos los Cristianos anteriores a ellos estaban equivocados. No son nada más que sectas muchas veces peligrosas. Todas sus barbaridades la justifican en nombre del Espíritu Santo, la peor de las blasfemias.
No les predican a los no creyentes, sino que se infiltran en nuestras congregaciones y tratan de convencer a los creyentes de que están equivocados que no tienen un evangelio completo, tratan de hacerles sentirles mal con la iglesia y exacerban sus emociones hasta que los desquician, en este foro hay muchos vídeos que prueban lo que he vivido. Se han apoderado de muchas congregaciones y han causado muchas divisiones, pero Todavía hay un remanente santo que camina por la senda antigua.
Estos nuevos creyentes desprecian al cuerpo de Cristo, solo ellos están en lo cierto, cualquier doctrina bíblica que compartamos con católicos, ortodoxos, o protestantes es errónea según ellos. Pretenden haber salido de la nada como el champiñón después de una mañana de lluvia, pero no son nada más que hierba seca. Se presentan muy engreídos pero el Señor les dirá que nunca los conoció.
La Reforma se ciñe a las Escrituras y supuso un avance para la humanidad.
Por sus frutos los conoceréis.
Saludos
