Re: La Sanidad
En este tema señora King, usted se está comportando Altiva, orguyoza, esquiva y mentirosa entre otras muy similares actitudes.
Pienso exactamente igual de usted, así que no debe preocuparnos la opinion el uno del otro.
Esto con el único sentido de no dar su brazo a torcer, aunque mucha de la palabra que hemos vertido aquí para hacerle entender el error que apoya, le haya hecho pensar y aceptar en su fuero interno que está equivocada. A eso Dios le llama Altivez.
No siga con los papelones.
Si por eso fuera, usted estaría en exacta posición por no dar su brazo a torcer. Que "bendita" manía en creer que usted tiene la verdad y nosotros tenemos que "reconocerla" y aceptarla. Si estamos debatiendo es porque usted cree estar en lo correcto y nosotros tambien. Eso no es altivez. Pero siempre para usted es "la verdad" y para los opositores... soberbia.
Porsupuesto que lee a Raul y a mi y a todos, aunque no todo, porque muchas veces la ciega su prepotencia. Usted no se comporta ni en lo que escribe ni en lo que enseña ni en lo que entiende, como cristiana, o como hija del rey, sino más bien como parte de un principado, principado que ha tomado su mente y la ha llevado cautiva a la desobediencia de la palabra, entenebreciendo sus sentidos para que vea la luz de Cristo como tinieblas y luche contra ellas, creyendo estar en la razón y siguiendo los mandamientos de su propia carne, orguyo y altivez.
No leo todos los aportes, y no leo a todos. En algunas ocasiones porque no puedo, otras porque no quiero. Eso no debe ser tu problema.
Y te repito que todo lo que has escrito aqui te lo tienes que aplicar. Ustedes no engañan a nadie. No se hagan los santurrones.
Ya deje de luchar contra Dios y acepte de una vez por todas que aquí, los que nos oponemos a su doctrina:
Nadie apoya la enfermedad.
Nadie apoya el estar enfermo.
Nadie apoya el no sanar a los enfermos.
Luchando contra Dios? No sabía que ustedes se consideraban dios. Porque contra Dios no lucho, sino contra doctrinas, creencias y conceptos torcidos de la Palabra en cuanto a la sanidad divina, que ustedes defienden.
Esos tres puntos que usted coloca los tenemos en comun, aunque las diferencias en este debate no están alli. Pero ni siquiera tener eso en comun les hace ustedes comportarse como cristianos.
Dices que no apoyas la enfermedad, aunque afirman que Dios "tiene que ver con ella". Vaya forma de no apoyarla.
Dices que no apoyas estar enfermo, aunque afirman que "hay proposito" en ella. Vaya forma de no apoyarla.
Dices que no apoyas el no sanar enfermos, pero tu mismo dijistes que cuando oras por los enfermos NO PRETENDES que Dios los sane a todos. Vaya!
En lo anterior están las diferencias, y la esencia del debate.
Lo que si hacemos es:
Apoyar el que Dios es el que sana a los enfermos.
Apoyar el que Dios es el que dice cuando como y porqué sanar a un enfermo.
Apoyar el que Dios usa lo que sea con tal de enderezar los pasos del hombre, incluyendo a la enfermedad.
Apoyamos el don de sanidad, pero como don de Dios no nuestro.
Apoyamos el imponer las manos para sanar enfermos, pero reconocemos que por sobre ello, está la voluntad de Dios.
Apoyamos el que a pesar de que Dios sana enfermedades, su propósito siempre será salvar el alma, aunque sea una enfermedad la que haga que esa alma entre al cielo.
1. Tambien creemos que la fuente de la sanidad es Dios. Dios es quien sana a los enfermos.
2. Alli la diferencia. Usted cree que es un acto "eleccionario" de Dios el sanar ó el dejar enfermo, que El no tiene, o no quiere sanar a todos. Nosotros creemos que ya Dios hizo su parte, Jesucrsito se llevó todas las enfermedades, y que hay provisión de sanidad para todo el que la pida, crea y la reciba. Usted cree en la sanidad como algo que va a ocurrir, algo que Dios "va, puede y quiere" hacer, en futuro; nosotros como algo que ya ocurrío, en pasado, y que se recibe por Fe, como se recibe la salvación.
3. Este punto contradice lo que escribistes anteriormente de no apoyar la enfermedad. Dices no apoyar la enfermedad pero abiertamente aqui escribes que Dios usa la enfermedad "para enderezar" los pasos del hombre. Tendrías algun texto biblico que asi lo enseñe? Creo que queda claro que difiero totalmente por no encontrarle asidero bíblico a esa "logica" suya.
Imagínate como pones tú la cosa, que si "Dios está enfermando a alguien para que endereze sus pasos" y esta persona va al médico, ó se ora por su sanidad, se está obrando en contra de la voluntad de Dios.
Esta creencia tuya, coloca al enfermo en la posición de preguntarse cada vez: "esta enfermedad tiene proposito divino"? "Esta enfermedad es enviada por Dios para mostrarme algo, para que yo cambie algo"? Eso NO TIENE asidero biblico, por dondequiera que lo busques.
Esa creencia tuya coloca al creyente a que ore: "Señor si es este enfermedad no es tuya, sánalo, pero si es tuya, que se cumpla tu voluntad". Tales oraciones por sanidad NO ESTAN registradas en la Biblia, y no hay ninguna base biblica para pensar u orar por los enfermos como si existiese la mas minima posibilidad de que Dios está enfermo porque Dios está "haciendo algo y usando" esa enfermedad. La Biblia es clara, y simplemente se nos dice que oremos por los enfermos y sanarán; poner manos sobre los enfermos y sanarán, llamar a los ancianos, orar por los enfermos, pero NUNCA se dió cabida para otro resultado u otro pensamiento sobre la enfermedad, que no fuese una respuesta de sanidad.
Tu creencia es errada.
4. Estamos de acuerdo en que el don de sanidades proviene de Dios. Que cosa proviene de nosotros? Ninguna.
5. De acuerdo.
6. Dios sana. Si una persona cristiana se enferma, y no sana (sin entrar en detalles) no pierde su salvación. Una cosa no tiene que ver con la otra. Pero la distinción que haces, es solo tuya, Dios no la hace. Dios no resta méritos a la sanidad. Dios quiere salvación y sanidad, es su voluntad, y Jesús así lo demostró. Usted es quien afirma que Dios resta méritos al cuerpo y por eso no sana a todos, porque segun usted, a Dios "lo que mas le importa" es la salvacion del alma, y el cuerpo no tiene "mucha importancia". Es en esa creencia y concepto torcido y engañoso que nos pronunciamos porque a Dios les interesa todo sobre y de nosotros y ha provisto para todas nuestras necesidades desde aquí y ahora.