LA SEGURIDAD ETERNA
LA SEGURIDAD ETERNA
BUENO, SI DE ESTUDIOS SE TRATA, AHI LES VA ESTE:
La Seguridad Eterna:
Su Significado
Cuando hablamos de la seguridad eterna del creyente, ¿qué queremos decir?
Queremos decir que una vez que un pobre pecador ha sido regenerado por la Palabra y el Espíritu de Dios, una vez que él ha recibido una nueva vida y una nueva naturaleza, que ha sido hecho participante de la naturaleza divina, una vez que ha sido justificado de toda acusación ante el trono de Dios, es absolutamente imposible que esa persona pudiera alguna vez ser de nuevo un alma perdida.
Habiendo expresado esto, permítanme decir lo que no queremos decir cuando hablamos de la seguridad eterna del creyente.
No queremos decir que necesariamente resulta que si alguien profesa ser salvo, si pasa al frente en una reunión, le da la mano al predicador, y dice que acepta al Señor Jesucristo como su Salvador, que esa persona esté eternamente segura.
No significa que si alguien se une a una iglesia o hace una profesión de fe, es bautizado, participa de la cena del Señor, y se interesa en la obra cristiana, que esa persona esté segura para siempre.
No significa que porque alguien manifieste ciertos dones y ejercite estos dones en el testimonio cristiano, que esa persona necesariamente esté eternamente segura.
Nuestro Señor Jesucristo dijo a la gente de su tiempo, como está registrado en Mateo 7:21-23: "No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos: mas el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre lanzamos demonios, y en tu nombre hicimos mucho milagros? Y entonces les protestaré: Nunca os conocí; apartaos de mí, obradores de maldad."
Tales personas entonces pueden haber sido muy activas en lo que se llama la obra cristiana --han predicado, han echado demonios, es decir, su influencia ha sido tal que hombres y mujeres han encontrado liberación del poder satánico por medio de sus ministraciones en el nombre de Jesús, han hecho profesión con sus labios, han llevado a cabo muchas obras maravillosas, pero son encontradas en aquel día entre los perdidos, y cuando invocan su gran actividad y su ímpetu en el testimonio cristiano, el Señor les dice:
"Nunca os conocí"
Observe, Él no les dice:
"Solía conocerles, pero han perdido mi favor y ya no les conozco."
Él dice:
"Nunca os conocí"
Las Ovejas de Cristo
Usted recuerda como habla Él de los suyos en Juan 10: 27-30:
"Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen; y yo les doy vida eterna y no perecerán para siempre, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, mayor que todos es y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre una cosa somos."
De los suyos Él dice:
"yo las conozco"
De estos otros, a pesar de toda su actividad, a pesar de todos sus logros, Él dice en el día del juicio:
"Nunca os conocí"
Eso es algo muy solemne.
Eso responde una pregunta que frecuentemente se nos hace. No sé cuantas veces he encontrado a individuos que han venido a mí con un caso hipotético como éste: "Supongamos un hombre que se unió a la iglesia, que profesó ser salvo, que por varios años fue un obrero cristiano muy activo, quizás un maestro de Escuela Dominical, quizás un anciano o un diácono en la iglesia, quizás un ministro; pero después de algunos años de una vida cristiana aparentemente consistente y de utilidad en el testimonio, él vuelve su espalda a todo esto, retorna al mundo, repudia completamente al cristianismo y ahora niega totalmente el evangelio que una vez profesó. ¿Cómo encaja eso con su doctrina de la seguridad eterna del creyente?"
Eso no toca la cuestión en absoluto. El apóstol Juan nos dice como debemos entender un caso como ése. Él dice en el capítulo segundo y en el versículo diecinueve de su primera Epístola: "Salieron de nosotros, mas no eran de nosotros; porque si fueran de nosotros, hubieran cierto permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que todos no son de nosotros", o literalmente:
"que no totalmente son de nosotros."
Es decir:
* es posible hacer todas las cosas de las que he hablado y sin embargo nunca haber sido regenerado.
* Es completamente posible unirse a una iglesia, para hacer profesión cristiana;
* es completamente posible observar las ordenanzas cristianas, enseñar y predicar, y sin embargo nunca haber nacido de nuevo.
Si alguno enseña y predica la verdad, ello producirá buenos resultados, y hará buenos a los hombres tanto si el maestro o el predicador sea o no real, porque lo que Dios usa es la verdad.
Por supuesto, Él puede usar la verdad con mayor provecho cuando ella es proclamada por una persona santa viviendo para la gloria de Dios que cuando es proclamada por un hipócrita. Sin embargo, Dios usa su verdad independientemente de quien pueda proclamarla, y eso explica como la gente puede hacer obras poderosas en el nombre de Cristo y sin embargo nunca haber nacido de nuevo.
El Sacrificio Único De Cristo
Cuando decimos que el creyente en el Señor Jesús está eternamente seguro, basamos esto sobre un número de líneas de testimonio escritural. En primer lugar, nos apoyamos sobre la perfección del sacrificio único de Cristo en la cruz. Personalmente, nunca puedo entender cómo gente inteligente, instruida por el Espíritu Santo de Dios, puede leer cuidadosamente la Epístola a los Hebreos y no ver que a lo largo de toda esa Epístola el escritor está contrastando los muchos sacrificios ofrecidos bajo la ley con el sacrificio único de nuestro Señor Jesucristo.
A lo que él llama especialmente la atención es a esto: bajo la ley cada vez que un israelita pecaba, él necesitaba un nuevo sacrificio por el pecado, y cada año la nación debía celebrar el gran día de la expiación cuando un nuevo sacrificio era presentado a Dios por el pueblo. ¿Porqué? Porque aquellos sacrificios nunca podían quitar el pecado, ellos simplemente cubrían el pecado por el momento. Pero se nos dice en el capítulo décimo de Hebreos que cuando el Señor Jesucristo vino al mundo y se ofreció sin mancha a Dios, el efecto de su sacrificio fue eterno. El versículo 14 hace esto claro:
"Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados."
¿Hechos perfectos por cuánto tiempo? "Oh", dice alguno, "tanto tiempo como sean fieles". No, eso no es lo que dice.
"Hizo perfectos para siempre".
¿Porqué? Porque el sacrificio es completamente eficaz. Estoy seguro de que mis hermanos que niegan la doctrina de la seguridad eterna del creyente no se dan cuenta de que haciendo así están poniendo una afrenta sobre la obra finalizada de Cristo, están reduciendo el sacrificio de Cristo prácticamente al nivel de las ofrendas de toros y cabras en la dispensación del Antiguo Testamento.
Estoy seguro de que ellos no tienen la intención de hacer eso, porque aman a su Señor tan verdaderamente como yo confío que le amo, y ellos no quieren deshonrarlo. Pero temen que esta doctrina llevará a la gente a ser descuidada acerca de sus vidas, y por lo tanto enfatizan la posibilidad de que un hombre pierda su salvación después de que una vez ha sido justificado por la fe. Pero ellos no prosiguen esto hasta su conclusión lógica; no ven que esto es una negación práctica de la obra finalizada de nuestro Señor Jesucristo. Estamos salvados eternamente porque el sacrificio de Cristo permanece.
Cuando acudí al Señor Jesucristo y puse mi confianza en Él, no sólo fueron perdonados todos mis pecados hasta el día de mi conversión, sino que todos mis pecados fueron anulados por la eternidad. Cuando era un joven cristiano, se me enseñó algo como esto: yo pensaba cuando me convertí que todos mis pecados, desde el tiempo del despertar del sentido de responsabilidad hasta la noche cuando puse mi confianza en el Señor Jesús, fueron anulados, y entonces Dios me había dado un nuevo comienzo, y si yo sólo podía mantener limpio mi historial hasta el fin de mi vida, iría al cielo; pero si no lo mantenía limpio, cesaba de ser un cristiano y tenía que convertirme por completo otra vez. Cada vez que sucedía esto el pasado estaba bajo la sangre, pero debía mantener limpio el historial para el futuro. ¡Qué visión de la expiación de Cristo tan deshonrosa para Dios es esa! Si sólo fueron anulados por la sangre expiatoria de Jesús aquellos pecados míos que fueron cometidos hasta el momento de mi conversión, ¿en qué forma posible habrían de ser tratados los pecados que había confesado después de eso?
La única base sobre la que Dios podía perdonar pecados es que Jesús resolvió todo en la cruz, y cuando confío en Él, todo lo que Él ha hecho es aceptado a mi favor.
¿Qué De Los Pecados Futuros?
Una dama vino a mí un día y dijo: "No puedo entenderle en esto. Yo puedo entender bastante bien que Cristo murió por los pecados que cometí hasta la noche de mi conversión, ¿pero trata usted de decirme que Cristo murió por mis pecados futuros?"
Yo dije: "¿Cuántos de sus pecados estaban en el pasado cuando Cristo murió en la cruz?"
Ella pareció desconcertada por un momento, y entonces la luz irrumpió, y dijo: "¡Cuán necia he sido! Por supuesto, todos ellos eran futuros cuando Jesús murió por mí. Yo no había cometido ninguno de ellos."
Dios vio todos sus pecados, y Él puso sobre Jesús toda su iniquidad. Por lo tanto, cuando usted confió en Él, usted fue justificado sin restricciones de todas las cosas. Usted dice: "¿Entonces no hay diferencia si un creyente peca?"
Ese es otro asunto, y llevaría toda una tarde adentrarnos en éste, pero el punto es el siguiente: en el momento en que usted confía en el Señor Jesús como su Salvador, su responsabilidad, como pecador en relación al Dios de juicio está terminada por la eternidad, pero en ese mismo momento comienza su responsabilidad como un hijo en relación a un Padre en el cielo. Ahora, si como un hijo usted peca contra su Padre, Dios tendrá que tratar con usted acerca de eso, pero como un Padre y no como un Juez. Esa es una línea de la verdad que se sostiene por sí misma y no contradice lo que estoy enseñando ahora. Esto explica algunas cosas que desconciertan a algunas personas cuando esta doctrina es traída ante ellas.
DEL LIBRO: LA SEGURIDAD ETERNA DEL CREYENTE
H.A. IRONSIDE (BASTANTE RECOMENDABLE)
Dios les Bendiga
Siervo Fiel

LA SEGURIDAD ETERNA
BUENO, SI DE ESTUDIOS SE TRATA, AHI LES VA ESTE:
La Seguridad Eterna:
Su Significado
Cuando hablamos de la seguridad eterna del creyente, ¿qué queremos decir?
Queremos decir que una vez que un pobre pecador ha sido regenerado por la Palabra y el Espíritu de Dios, una vez que él ha recibido una nueva vida y una nueva naturaleza, que ha sido hecho participante de la naturaleza divina, una vez que ha sido justificado de toda acusación ante el trono de Dios, es absolutamente imposible que esa persona pudiera alguna vez ser de nuevo un alma perdida.
Habiendo expresado esto, permítanme decir lo que no queremos decir cuando hablamos de la seguridad eterna del creyente.
No queremos decir que necesariamente resulta que si alguien profesa ser salvo, si pasa al frente en una reunión, le da la mano al predicador, y dice que acepta al Señor Jesucristo como su Salvador, que esa persona esté eternamente segura.
No significa que si alguien se une a una iglesia o hace una profesión de fe, es bautizado, participa de la cena del Señor, y se interesa en la obra cristiana, que esa persona esté segura para siempre.
No significa que porque alguien manifieste ciertos dones y ejercite estos dones en el testimonio cristiano, que esa persona necesariamente esté eternamente segura.
Nuestro Señor Jesucristo dijo a la gente de su tiempo, como está registrado en Mateo 7:21-23: "No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos: mas el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre lanzamos demonios, y en tu nombre hicimos mucho milagros? Y entonces les protestaré: Nunca os conocí; apartaos de mí, obradores de maldad."
Tales personas entonces pueden haber sido muy activas en lo que se llama la obra cristiana --han predicado, han echado demonios, es decir, su influencia ha sido tal que hombres y mujeres han encontrado liberación del poder satánico por medio de sus ministraciones en el nombre de Jesús, han hecho profesión con sus labios, han llevado a cabo muchas obras maravillosas, pero son encontradas en aquel día entre los perdidos, y cuando invocan su gran actividad y su ímpetu en el testimonio cristiano, el Señor les dice:
"Nunca os conocí"
Observe, Él no les dice:
"Solía conocerles, pero han perdido mi favor y ya no les conozco."
Él dice:
"Nunca os conocí"
Las Ovejas de Cristo
Usted recuerda como habla Él de los suyos en Juan 10: 27-30:
"Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen; y yo les doy vida eterna y no perecerán para siempre, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, mayor que todos es y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre una cosa somos."
De los suyos Él dice:
"yo las conozco"
De estos otros, a pesar de toda su actividad, a pesar de todos sus logros, Él dice en el día del juicio:
"Nunca os conocí"
Eso es algo muy solemne.
Eso responde una pregunta que frecuentemente se nos hace. No sé cuantas veces he encontrado a individuos que han venido a mí con un caso hipotético como éste: "Supongamos un hombre que se unió a la iglesia, que profesó ser salvo, que por varios años fue un obrero cristiano muy activo, quizás un maestro de Escuela Dominical, quizás un anciano o un diácono en la iglesia, quizás un ministro; pero después de algunos años de una vida cristiana aparentemente consistente y de utilidad en el testimonio, él vuelve su espalda a todo esto, retorna al mundo, repudia completamente al cristianismo y ahora niega totalmente el evangelio que una vez profesó. ¿Cómo encaja eso con su doctrina de la seguridad eterna del creyente?"
Eso no toca la cuestión en absoluto. El apóstol Juan nos dice como debemos entender un caso como ése. Él dice en el capítulo segundo y en el versículo diecinueve de su primera Epístola: "Salieron de nosotros, mas no eran de nosotros; porque si fueran de nosotros, hubieran cierto permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que todos no son de nosotros", o literalmente:
"que no totalmente son de nosotros."
Es decir:
* es posible hacer todas las cosas de las que he hablado y sin embargo nunca haber sido regenerado.
* Es completamente posible unirse a una iglesia, para hacer profesión cristiana;
* es completamente posible observar las ordenanzas cristianas, enseñar y predicar, y sin embargo nunca haber nacido de nuevo.
Si alguno enseña y predica la verdad, ello producirá buenos resultados, y hará buenos a los hombres tanto si el maestro o el predicador sea o no real, porque lo que Dios usa es la verdad.
Por supuesto, Él puede usar la verdad con mayor provecho cuando ella es proclamada por una persona santa viviendo para la gloria de Dios que cuando es proclamada por un hipócrita. Sin embargo, Dios usa su verdad independientemente de quien pueda proclamarla, y eso explica como la gente puede hacer obras poderosas en el nombre de Cristo y sin embargo nunca haber nacido de nuevo.
El Sacrificio Único De Cristo
Cuando decimos que el creyente en el Señor Jesús está eternamente seguro, basamos esto sobre un número de líneas de testimonio escritural. En primer lugar, nos apoyamos sobre la perfección del sacrificio único de Cristo en la cruz. Personalmente, nunca puedo entender cómo gente inteligente, instruida por el Espíritu Santo de Dios, puede leer cuidadosamente la Epístola a los Hebreos y no ver que a lo largo de toda esa Epístola el escritor está contrastando los muchos sacrificios ofrecidos bajo la ley con el sacrificio único de nuestro Señor Jesucristo.
A lo que él llama especialmente la atención es a esto: bajo la ley cada vez que un israelita pecaba, él necesitaba un nuevo sacrificio por el pecado, y cada año la nación debía celebrar el gran día de la expiación cuando un nuevo sacrificio era presentado a Dios por el pueblo. ¿Porqué? Porque aquellos sacrificios nunca podían quitar el pecado, ellos simplemente cubrían el pecado por el momento. Pero se nos dice en el capítulo décimo de Hebreos que cuando el Señor Jesucristo vino al mundo y se ofreció sin mancha a Dios, el efecto de su sacrificio fue eterno. El versículo 14 hace esto claro:
"Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados."
¿Hechos perfectos por cuánto tiempo? "Oh", dice alguno, "tanto tiempo como sean fieles". No, eso no es lo que dice.
"Hizo perfectos para siempre".
¿Porqué? Porque el sacrificio es completamente eficaz. Estoy seguro de que mis hermanos que niegan la doctrina de la seguridad eterna del creyente no se dan cuenta de que haciendo así están poniendo una afrenta sobre la obra finalizada de Cristo, están reduciendo el sacrificio de Cristo prácticamente al nivel de las ofrendas de toros y cabras en la dispensación del Antiguo Testamento.
Estoy seguro de que ellos no tienen la intención de hacer eso, porque aman a su Señor tan verdaderamente como yo confío que le amo, y ellos no quieren deshonrarlo. Pero temen que esta doctrina llevará a la gente a ser descuidada acerca de sus vidas, y por lo tanto enfatizan la posibilidad de que un hombre pierda su salvación después de que una vez ha sido justificado por la fe. Pero ellos no prosiguen esto hasta su conclusión lógica; no ven que esto es una negación práctica de la obra finalizada de nuestro Señor Jesucristo. Estamos salvados eternamente porque el sacrificio de Cristo permanece.
Cuando acudí al Señor Jesucristo y puse mi confianza en Él, no sólo fueron perdonados todos mis pecados hasta el día de mi conversión, sino que todos mis pecados fueron anulados por la eternidad. Cuando era un joven cristiano, se me enseñó algo como esto: yo pensaba cuando me convertí que todos mis pecados, desde el tiempo del despertar del sentido de responsabilidad hasta la noche cuando puse mi confianza en el Señor Jesús, fueron anulados, y entonces Dios me había dado un nuevo comienzo, y si yo sólo podía mantener limpio mi historial hasta el fin de mi vida, iría al cielo; pero si no lo mantenía limpio, cesaba de ser un cristiano y tenía que convertirme por completo otra vez. Cada vez que sucedía esto el pasado estaba bajo la sangre, pero debía mantener limpio el historial para el futuro. ¡Qué visión de la expiación de Cristo tan deshonrosa para Dios es esa! Si sólo fueron anulados por la sangre expiatoria de Jesús aquellos pecados míos que fueron cometidos hasta el momento de mi conversión, ¿en qué forma posible habrían de ser tratados los pecados que había confesado después de eso?
La única base sobre la que Dios podía perdonar pecados es que Jesús resolvió todo en la cruz, y cuando confío en Él, todo lo que Él ha hecho es aceptado a mi favor.
¿Qué De Los Pecados Futuros?
Una dama vino a mí un día y dijo: "No puedo entenderle en esto. Yo puedo entender bastante bien que Cristo murió por los pecados que cometí hasta la noche de mi conversión, ¿pero trata usted de decirme que Cristo murió por mis pecados futuros?"
Yo dije: "¿Cuántos de sus pecados estaban en el pasado cuando Cristo murió en la cruz?"
Ella pareció desconcertada por un momento, y entonces la luz irrumpió, y dijo: "¡Cuán necia he sido! Por supuesto, todos ellos eran futuros cuando Jesús murió por mí. Yo no había cometido ninguno de ellos."
Dios vio todos sus pecados, y Él puso sobre Jesús toda su iniquidad. Por lo tanto, cuando usted confió en Él, usted fue justificado sin restricciones de todas las cosas. Usted dice: "¿Entonces no hay diferencia si un creyente peca?"
Ese es otro asunto, y llevaría toda una tarde adentrarnos en éste, pero el punto es el siguiente: en el momento en que usted confía en el Señor Jesús como su Salvador, su responsabilidad, como pecador en relación al Dios de juicio está terminada por la eternidad, pero en ese mismo momento comienza su responsabilidad como un hijo en relación a un Padre en el cielo. Ahora, si como un hijo usted peca contra su Padre, Dios tendrá que tratar con usted acerca de eso, pero como un Padre y no como un Juez. Esa es una línea de la verdad que se sostiene por sí misma y no contradice lo que estoy enseñando ahora. Esto explica algunas cosas que desconciertan a algunas personas cuando esta doctrina es traída ante ellas.
DEL LIBRO: LA SEGURIDAD ETERNA DEL CREYENTE
H.A. IRONSIDE (BASTANTE RECOMENDABLE)
Dios les Bendiga
Siervo Fiel