“Si quieres conocer la diferencia entre Cristianismo y religión o cristiandad, con muchísimo gusto te la explico.”
Para ....Karina
Bien, comenzaré con esto:
Empecemos por reconocer una realidad sobre la especie humana desde su inicio.
El hombre es esencialmente un ser religioso.
Le da igual postrarse ante la talla de un pedazo de madera, o de piedra, o adorar el sol como en la cultura egipcia.
Puede hundirse tan abajo como para deificar a la humanidad y hacer del yo su dios, pero necesita tener un dios, de la clase que sea.
La religión le es necesaria.
La religión cristiana predomina en el marco de la “cristiandad”, pero tal sistema de creencias, nada tiene que ver con el Cristianismo bíblico.
Otros sistemas religiosos mantienen su predominio entre las civilizaciones más antiguas, y algunos de ellos, con historias semejantes a la del Cristianismo por lo que el incrédulo lo primero que piensa es que el Cristianismo es una copia más de las religiones paganas.
No obstante, ni la degradación más profunda, ni la civilización más avanzada han producido jamás una sola nación o tribu de ateos.
Y en el improbable caso que esto llegase a suceder, lo que tendríamos por delante de estos religiosos ateos es un altar al “no ser”, cuyo dios tiene el poder de eliminar toda trascendencia más allá de la muerte.
Así opera el dios del ateísmo.
Trabaja en la mente de sus adeptos mediante la negación de la existencia Eterna, reduciendo de este modo a la criatura a un producto biológico de este planeta en el marco del azar y la necesidad, enseñando:
“Al ser humano lo parió la tierra igual que las demás especies”
Tal enseñanza es atada a la espalda del discípulo ateo y los hace andar encorvados y frustrados durante el brevísimo lapso de tiempo aquí en la tierra.
¿Dónde se halla el elemento de verdad en la religión de la cristiandad?
Por ningún lado.
Andan a tientas, en completa oscuridad, tanto el que adora un pedazo de madera, como el que adora al sol, igual al que se postra en el altar del “no ser” y es transformado en un breve insecto de una hora.
¿Pero qué es esencialmente el Cristianismo?
Apelo a la existencia nacional de Israel como evidencia irrefutable de lo que aquí estamos considerando como una realidad objetiva, diferenciada y separada de la concepción secular respecto a la “cristiandad”.
Israel cuyo primer ministro es Benjamín Netanyahu, es la única nación del mundo a quién el mismo Señor le ha fijado su territorio.
Y que ahora, al final de los siglos un organismo como la ONU, integrado por personas inconversas ordena el cese de asentamientos judíos a Israel, en territorios que están siendo ocupados por los Palestinos, enemigos ancestrales de la nación de Israel.
Karina, usted menciona que no le cite párrafos bíblicos, entonces investigue sobre los cuatro Pactos incondicionales que tiene el Dios de los Hebreos con esta nación, dónde El Altísimo se obliga a sí mismo hacerlos cumplir por encima de la voluntad del hombre.
Entre ellos el Pacto Palestino dónde se encuentra claramente la restauración de esta nación a la tierra que había sido dada a sus padres.
Y esto luego que la nación había sido advertida que sería arrancada de su tierra por su infidelidad al Altísimo.
Esto se cumplió en 1948 después que Alemania les masacró millones de judíos.
Más de 20 siglos errantes como parias y de la noche a la mañana se dio luz a una nación que ahora posee el nombre del Estado de Israel.
Ahora bien, usted puede hacerse la pregunta, ¿Y qué tiene que ver la historia de la nación de Israel con el Cristianismo?
Mucho.
La nación de Israel cayó, no debido a que los discípulos de Cristo abandonaran el judaísmo y se identificaran con la causa de Cristo, sino porque la nación le rechazó y lo crucificó menospreciando sus palabras y maltratando a Sus profetas, hasta que ya no hubo más remedio.
El judaísmo, entendido como un externalismo religioso donde cada una de sus partes apuntaba a Cristo, había cumplido su función religiosa, pero el contexto histórico de una nación subyugada por la Roma Imperial, requería el advenimiento de un Libertador que les devolviera las glorias idas de su reino.
Ellos no entendieron la prioridad de ser libertados de las cadenas del pecado en su rol como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
Pero Dios que sabe transformar una maldición en bendición, hizo del rechazo nacional contra su Hijo, el Mesías Rey de Israel, la reconciliación del mundo.
Y aquí me da mucha pena, pero sí tengo que citarte este pasaje:
Rom 11:15 Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos?
Pues esto nos enseña un cambio radical en la actitud de Dios hacia los hombres, y cambio del cual las Escrituras del AT no daban ninguna indicación y dónde contemplamos la transformación del Trono de Juicio en un Trono de Gracia, por el Sacrificio del Señor.
Israel, el de Benjamín Netanyahu, ha sido puesto aparte, ha sido arrancado del buen Olivo para que nosotros, puro acebuche, fuésemos injertados.
Esto es el Cristianismo…algo basado en realidades históricas, no en mitologías, no en la imaginación humana de inventarse un dios, o un “Jesús” llamado el Cristo.
Ahí está la nación de Israel como evidencia palpable de los designios divinos.
Cualquier religión puede transformar una persona en otra menos mala.
Pero la Biblia no es un libro más, es una revelación. Y así considerada está por encima de cualquier disciplina de la mente.
Pero en nuestra época, aquellos que censuran con más fuerza la credibilidad de la Biblia, son precisamente los que defienden más intensamente la tiranía del profesor y del experto en psicología y disciplinas afines.
Un experto profesor de psicología es una eminencia en la rama del conocimiento en la que se destaca, y su valor como especialista no se cuestiona.
Pero esta misma persona se halla tan vacío de Cristo y, en consecuencia, tan deficiente en su criterio y sentido común, que su opinión es mucho menos valiosa que la de un campesino inteligente o la de un estudiante, ambos cristianos.
La inteligencia no está divorciada del Cristianismo.
Bueno Karina, he tratado, en lo que he podido, no colocarle versículos, pero una cosa sí estoy seguro, el Cristianismo no es una religión más.
Es una revelación que transforma nuestro ser de adentro hacia fuera por medio de Jesucristo.
No soy tan idiota para creer en un personaje imaginario, como la mayoría de incrédulos considera que somos.
Allá ellos.
Al Señor Jesucristo le debo respeto…el me conoce muy bien y entiendo lo que él ha hecho en mi vida y estos hechos cuentan en mi Fe hacia él.
Pásala bien, y no seas incrédula sino creyente.
Natanael1
Para ....Karina
Bien, comenzaré con esto:
Empecemos por reconocer una realidad sobre la especie humana desde su inicio.
El hombre es esencialmente un ser religioso.
Le da igual postrarse ante la talla de un pedazo de madera, o de piedra, o adorar el sol como en la cultura egipcia.
Puede hundirse tan abajo como para deificar a la humanidad y hacer del yo su dios, pero necesita tener un dios, de la clase que sea.
La religión le es necesaria.
La religión cristiana predomina en el marco de la “cristiandad”, pero tal sistema de creencias, nada tiene que ver con el Cristianismo bíblico.
Otros sistemas religiosos mantienen su predominio entre las civilizaciones más antiguas, y algunos de ellos, con historias semejantes a la del Cristianismo por lo que el incrédulo lo primero que piensa es que el Cristianismo es una copia más de las religiones paganas.
No obstante, ni la degradación más profunda, ni la civilización más avanzada han producido jamás una sola nación o tribu de ateos.
Y en el improbable caso que esto llegase a suceder, lo que tendríamos por delante de estos religiosos ateos es un altar al “no ser”, cuyo dios tiene el poder de eliminar toda trascendencia más allá de la muerte.
Así opera el dios del ateísmo.
Trabaja en la mente de sus adeptos mediante la negación de la existencia Eterna, reduciendo de este modo a la criatura a un producto biológico de este planeta en el marco del azar y la necesidad, enseñando:
“Al ser humano lo parió la tierra igual que las demás especies”
Tal enseñanza es atada a la espalda del discípulo ateo y los hace andar encorvados y frustrados durante el brevísimo lapso de tiempo aquí en la tierra.
¿Dónde se halla el elemento de verdad en la religión de la cristiandad?
Por ningún lado.
Andan a tientas, en completa oscuridad, tanto el que adora un pedazo de madera, como el que adora al sol, igual al que se postra en el altar del “no ser” y es transformado en un breve insecto de una hora.
¿Pero qué es esencialmente el Cristianismo?
Apelo a la existencia nacional de Israel como evidencia irrefutable de lo que aquí estamos considerando como una realidad objetiva, diferenciada y separada de la concepción secular respecto a la “cristiandad”.
Israel cuyo primer ministro es Benjamín Netanyahu, es la única nación del mundo a quién el mismo Señor le ha fijado su territorio.
Y que ahora, al final de los siglos un organismo como la ONU, integrado por personas inconversas ordena el cese de asentamientos judíos a Israel, en territorios que están siendo ocupados por los Palestinos, enemigos ancestrales de la nación de Israel.

Karina, usted menciona que no le cite párrafos bíblicos, entonces investigue sobre los cuatro Pactos incondicionales que tiene el Dios de los Hebreos con esta nación, dónde El Altísimo se obliga a sí mismo hacerlos cumplir por encima de la voluntad del hombre.
Entre ellos el Pacto Palestino dónde se encuentra claramente la restauración de esta nación a la tierra que había sido dada a sus padres.
Y esto luego que la nación había sido advertida que sería arrancada de su tierra por su infidelidad al Altísimo.
Esto se cumplió en 1948 después que Alemania les masacró millones de judíos.
Más de 20 siglos errantes como parias y de la noche a la mañana se dio luz a una nación que ahora posee el nombre del Estado de Israel.
Ahora bien, usted puede hacerse la pregunta, ¿Y qué tiene que ver la historia de la nación de Israel con el Cristianismo?
Mucho.
La nación de Israel cayó, no debido a que los discípulos de Cristo abandonaran el judaísmo y se identificaran con la causa de Cristo, sino porque la nación le rechazó y lo crucificó menospreciando sus palabras y maltratando a Sus profetas, hasta que ya no hubo más remedio.
El judaísmo, entendido como un externalismo religioso donde cada una de sus partes apuntaba a Cristo, había cumplido su función religiosa, pero el contexto histórico de una nación subyugada por la Roma Imperial, requería el advenimiento de un Libertador que les devolviera las glorias idas de su reino.
Ellos no entendieron la prioridad de ser libertados de las cadenas del pecado en su rol como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
Pero Dios que sabe transformar una maldición en bendición, hizo del rechazo nacional contra su Hijo, el Mesías Rey de Israel, la reconciliación del mundo.
Y aquí me da mucha pena, pero sí tengo que citarte este pasaje:
Rom 11:15 Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos?
Pues esto nos enseña un cambio radical en la actitud de Dios hacia los hombres, y cambio del cual las Escrituras del AT no daban ninguna indicación y dónde contemplamos la transformación del Trono de Juicio en un Trono de Gracia, por el Sacrificio del Señor.
Israel, el de Benjamín Netanyahu, ha sido puesto aparte, ha sido arrancado del buen Olivo para que nosotros, puro acebuche, fuésemos injertados.
Esto es el Cristianismo…algo basado en realidades históricas, no en mitologías, no en la imaginación humana de inventarse un dios, o un “Jesús” llamado el Cristo.
Ahí está la nación de Israel como evidencia palpable de los designios divinos.
Cualquier religión puede transformar una persona en otra menos mala.
Pero la Biblia no es un libro más, es una revelación. Y así considerada está por encima de cualquier disciplina de la mente.
Pero en nuestra época, aquellos que censuran con más fuerza la credibilidad de la Biblia, son precisamente los que defienden más intensamente la tiranía del profesor y del experto en psicología y disciplinas afines.
Un experto profesor de psicología es una eminencia en la rama del conocimiento en la que se destaca, y su valor como especialista no se cuestiona.
Pero esta misma persona se halla tan vacío de Cristo y, en consecuencia, tan deficiente en su criterio y sentido común, que su opinión es mucho menos valiosa que la de un campesino inteligente o la de un estudiante, ambos cristianos.
La inteligencia no está divorciada del Cristianismo.
Bueno Karina, he tratado, en lo que he podido, no colocarle versículos, pero una cosa sí estoy seguro, el Cristianismo no es una religión más.
Es una revelación que transforma nuestro ser de adentro hacia fuera por medio de Jesucristo.
No soy tan idiota para creer en un personaje imaginario, como la mayoría de incrédulos considera que somos.
Allá ellos.
Al Señor Jesucristo le debo respeto…el me conoce muy bien y entiendo lo que él ha hecho en mi vida y estos hechos cuentan en mi Fe hacia él.
Pásala bien, y no seas incrédula sino creyente.
Natanael1