¿entonces es mentira Romanos 6:14?
14 porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
Dice que no estamos bajo la ley, que estamos bajo la gracia.
Hay dos significados de "BAJO la Ley" que debemos distinguir, porque así lo usamos en el lenguaje común, y en el que enseñamos a nuestros hijos.
SIGNIFICADO 1. La Ley me aplica. Debo cumplirla. No puedo hacerme de la vista gorda pensando "Como soy salvo, no debo prestarle atención". Todos estamos bajo la Ley de Cristo, porque al vivir bajo la gracia, nos sentimos compelidos a guardar sus mandamientos (ej. "Amaos los unos a los otros")
SIGNIFICADO 2. Estar bajo la condenación de la Ley. Vivir frustrado porque intentas cumplirla pero no puedes, la transgredes vez tras vez, y temes perder tu alma en el infierno. Bajo este significado, la Ley es una amenaza, una losa en tu espalda. Y si a esto agregas las múltiples reglas de la dispensación mosaica que los fariseos querían imponer sobre la gente (y los judaizantes sobre los cristianos), peor aún. Este último aspecto, en particular, era lo que preocupaba más a Pablo y a los primeros cristianos.
Porque si tú dices que vives la ley es porque estas bajo la ley y desechas la gracia.
Si vivo la Ley es porque la cumplo alegremente, porque Cristo vive en mí. Amo a Dios, amo a mi prójimo (y por lo tanto no mato ni robo ni miento). Me amo a mí mismo. Y cuando fallo, sé que tengo su gracia a la mano. Me arrepiento, corrijo, restituyo, y sigo adelante. La gracia me libera del miedo. Sin gracia soy esclavo del miedo a pecar y a sufrir las consecuencias del pecar.
Te daré un ejemplo de mi vida real: Yo aprendí a nadar ya de adulto... de muy adulto, casi a los 50 años. Yo intentaba aprender a mover mis brazos y piernas, pero me aterrorizaba no poder DETENERME una vez iniciado el nado. Es decir, no saber cómo mover mi cuerpo para ponerme de pie sobre el piso de la piscina. Mis maestros de natación estaban frustrados conmigo, y yo más. Fue hasta que descubrí cómo detenerme, y que podía detenerme en cualquier momento que quisiera, que mi temor desapareció y pude aprender a nadar. El saber detenerme fue
mi garantía de que no me ahogaría.
La gracia es esa garantía de vida que descubrimos gracias al Cristo. No nos dejará de su mano. No nos ahogaremos. A nosotros nos toca seguir moviendo brazos y piernas (Él no lo hará por nosotros). Es la parte que nos toca. Pero si nos agotamos, sabemos cómo pararnos en el piso de la alberca, descansar, y proseguir.
Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. 1Juan 3:9.
Así es. El nacido de Dios no practica el pecado. No interpretemos esto como que literalmente le es imposible pecar (ni siquiera Jesús tuvo tal condición en que le fuera IMPOSIBLE pecar) . Tal cosa sería parte de una herejía que intentó penetrar al cristianismo primitivo: la del
antinomianismo. Interpretémoslo como que quien nace de nuevo no
practica el pecado.
Su forma de vida no incluye la práctica habitual del pecado.
O sigues a Jesús y vas a ser crucificado juntamente con Él, o sigues la ley, ese es el dilema:
Pues mediante la ley yo morí a la ley, a fin de vivir para Dios. 20.Con Cristo he sido crucificado. Gálatas 2:19-20
Yo morí a la ley significa: "
Yo dejé de vivir frustrado y de sentirme condenado por no poder cumplir con toda la Ley. Dejé de buscar obsesivamente que Dios me viera con buenos ojos intentando cumplir todos y cada uno de sus requisitos, con obsesión enfermiza. Ahora sé que toda esa supuesta santidad no valía nada ante Dios. Era como trapo de inmundicia. El quería amor de verdad, no sacrificios ni rituales. "