Querer atribuir a Jesucristo toda la corrupciòn espiritual y moral, toda la sangre inocente derramada en crueles guerras, promovidas en muchos casos por la alta jerarquìa eclesiàstica, por intereses polìtico-comerciales, èso es una enorme blasfemia.
La Iglesia (Congregaciòn) cristiana verdadera debe ser santa, como dice el apòstol Pablo (Efesios 5:27), y para que sea santa debe estar compuesto mayormente, por personas, espiritual y moralmente limpias, como dice tambièn el apòstol Pedro (1ªPedro 1:14-16); aunque pueda haber algunas manzanas podridas, que al final, mas tarde o mas temprano son eliminadas (1ªCorintios 5:11-13; 6:9,10); pero lo que no se puede concebir es que una cesta estè llena de manzanas podridas, empezando por las de arriba y terminando por las de abajo, y que se quiera hacer pasar por una cesta de manzanas sanas, cuando la realidad es todo lo contrario. Algo similar ocurre con la Iglesia catòlica romana, que està totalmente corrupta, espiritual y moralmente, empezando por los de arriba, el clero catòlico romano.
De hecho, la base, el cimiento, que tiene la Iglesia catòlica romana es falsa, està basada en mentiras, por tanto, todo lo que estè cimentado encima, se cae como un castillo de naipes.
Pues, la base, o cimiento, de la Iglesia (Congregaciòn) cristiana verdadera es el mismo Jesucristo, Hijo de Dios, no un ser humano, ya que, como dijo el apòstol Pablo, "nadie puede poner otro cimiento que el que està puesto, Jesucristo" (1ªCorintios 3:11); y precisamente es Jesucristo la Piedra Angular sobre quien se cimenta toda la Iglesia (Congregaciòn), por lo que el apòstol Pedro es una de las "piedras vivas" cimentada sobre la Piedra Angular, el Hijo de Dios, a quien el apòstol Pedro reconociò, en Mateo 16:15-19, donde se habla sobre la identidad de Jesucristo, la Piedra Angular (Mateo 21:42; Romanos 9:33), sobre la cual, sòlidamente se edifican otras "piedras vivas", siendo una de las principales el apòstol Pedro, uno de los pilares de la Iglesia (Congregaciòn) cristiana, junto con el apòstol Pablo, en el primer siglo (Gàlatas 2:8,9; Efesios 2:19-22; 1ªPedro 2:4-8).
Asì pues, la Iglesia (Congregaciòn) cristiana verdadera, al tener como base, cimiento, el mismo Jesucristo, sobre quien se edifican otras "piedras vivas", quedò firmemente establecida en el primer siglo; asì que, no es de extrañar que a Simòn se le cambiara el nombre por Pedro, pues fuè uno de los principales en dirigir la obra de la predicaciòn de las Buenas Nuevas (Evangelio) del Reino de Dios en el primer siglo, cuando naciò la Iglesia (Congregaciòn) cristiana; de hecho, simbòlicamente hablando, al apòstol Pedro se le diò las llaves del Reino, es decir, fuè èl el primero quien diò la oportunidad de entrar en el Reino de Dios, a los judìos, despuès a los samaritanos, y màs tarde a los gentiles (no judìos) (Hechos 2:14; 8:14; 10:34,35), quedando asì, la Iglesia (Congregaciòn) cristiana sòlidamente establecida; teniendo como base a la Piedra Angular, al Hijo de Dios, Cabeza de la Iglesia (Congregaciòn) cristiana, quien, al estar siempre vivo, tiene su sacerdocio para siempre, sin sucesores (Hebreos 7:24,25); y a Jesucristo tambièn se le da el nombre de "Palabra de Dios", que es donde està la Verdad (Juan 17:17; Apocal. 19:13), por tanto la Iglesia (Congregaciòn) cristiana debe ser columna y apoyo de la Verdad, de la Palabra de Dios; por lo que nunca pueden, los miembros de la Iglesia (Congregaciòn), contradecir a la Palabra de Dios, de lo contrario, esos miembros que compongan esa Iglesia no serìan cristianos verdaderos, sino apòstatas, falsos cristianos.
Y esos apòstatas se metieron despuès de la muerte de los apòstoles, como estaba predicho, quienes se extendieron como la cizaña y como la gangrena (Mateo 13:24-30; 36-43; 15:8,9; Colosenses 2:8), sobre todo despuès de unirse Iglesia y Estado, en los siglos IV/V, que fuè cuando se aplicaron las palabra de Jesucristo, en Mateo 16:15-19, al apòstol Pedro. Asì, como dijo por ej., el apòstol Pablo, de entre los mismos obispos salieron esos apòstatas, hablando cosas torcidas, arrastrando y extraviando a muchos (Hechos 20:29,30; 1ªTimoteo 4:1-3; 2ªTimoteo 2:16-18; 4:3,4; etc...). Y asì ha sido, sòlo hay que leer, ademàs de la Biblia, enciclopedias confiables.
No obstante, como dijo el Hijo de Dios, su Iglesia (Congregaciòn), nunca serìa destruida, pues las llaves de la muerte y del Hades (infierno), las tiene Jesucristo (Apocal. 1:18); asì pues, aunque, como estaba predicho, habrìa un tiempo en que la "cizaña", los apòstatas o falsos cristianos, "ahogarìan" al "trigo", a los verdaderos cristianos", quienes por siglos han estado ocultos, el "trigo", los verdaderos cristianos se distinguirìan de los falsos, de la "cizaña", al final de la siega, al final de los tiempos, cuando el verdadero conocimiento de Dios se està dando a conocer (Daniel 12:3,4,9,10,13).
Por otra parte, la palabra "catòlica", que signifia "universal", no aparece en la Biblia, aunque en el siglo II empezò a usarse para denominar a todas las cartas no escritas por el apòstol Pablo; usàndose esa palabra "catòlica", de una forma generalizada, en los siglos IV/V, cuando se unieron Iglesia y Estado, para describir a todos los que decian ser "cristianos" en todo el imperio romano; añadièndose asì la palabra "romana", que es de donde viene mayormente, de las doctrinas y tradicciones romanas paganas, muy extendidas por todo el imperio entonces, como la "cizaña", que acabò "ahogando" al "trigo", hasta el final de la siega.
Asì pues, como ya dije, ni con agua fuerte limpia vd., u otros, el pasado, y presente, del clero catòlico romano, que son en realidad, los que componen la Iglesia catòlica romana, quienes hasta ahora, son columna y apoyo de la mayor mentira religiosa, de la mayor apostasìa ("cizaña"), de todos los tiempos.
Por tanto, como dijo tambièn el apòstol Pablo, en Gàlatas 1:8,9:
"Aunque un àngel del Cielo (o quien sea), os predicase un Evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema (maldito)".